La cuarentena de papel (I)
10 de abril de 2020
Por Alfredo
Grande(APe).- Hace demasiados años en realidad varias décadas, vi en Santiago de Chile, cuando era presidente constitucional Salvador Allende, una película cuyo título es: “Soldadito azul”. Traducido en forma bizarra como “cuando es preciso ser hombre”. Fue la primera vez que vi una película donde el ejército de los Estados Unidos era evidenciado como una máquina de asesinar. Y el amor, una de las situaciones de producción de verdad, entre el soldado y una mujer blanca secuestrada por los “pieles rojas”, invirtió la racionalidad oficial que colocaba a los buenos y a los malos en espacios fijos. Los malos no eran malos, apenas defendían sus territorios, su comida, sus comunidades. Los buenos no solamente no eran tan buenos, sino que eran invasores, depredadores, asesinos. Revisionismo histórico que le dicen. La cultura represora construye en forma constante un relato clasista para evadir su culpabilidad.
La teoría de los demonios, de la cual siempre dije que estaba de acuerdo en que había dos teorías: el terrorismo de estado y la propia teoría, tiene su saga. Un demonio es el enemigo invisible, el ejército de bichos inmundos. Esa bola con antenas cuya misión secreta es la extinción de la especie humana. Dentro de estos demonios, están los vectores del virus. La sopa de murciélago. La pregunta es cómo llegó el murciélago a ser sopa, pero una teoría no puede estar en todo.
El otro enemigo es el que viola
Como en la película “Soldadito azul” es necesario invertir
La cuarentena
en una mirada reduccionista es necesaria. En una mirada amplificada, también es
necesaria, pero no es suficiente. En la cultura represora, cuando la limosna es
grande hasta el santo desconfía. Y prefiero desconfiar en la subordinación sin
pensamiento crítico. Con 40% de población sin trabajo formal y más del 10% en
indigencia, el aislamiento social, aunque sea obligatorio, forma parte del
alucinatorio político social. A pesar de la endemia y epidemias estacionales
del dengue, nunca hubo campañas serias para erradicar a otro enemigo: el
maldito mosquito que se llama Aedes aegypti, nombre que revela sus oscuros
designios. La lógica militar que inauguró Berni, que aunque sea médico es
secretario de seguridad, no de salud pública, le ha ganado la pulseada a la
lógica sanitaria.
La necesaria visita del presidente
al Malbrán no debe ocultar
que el discurso de la seguridad entendida como “cyber control” está legitimada
no sólo desde el gobierno, lo que es grave, sino desde los controlados, lo que
es el zaguán del suicidio colectivo.Las políticas genocidas de un Trump o un Bolsonaro, están enmarcadas, como en toda guerra, como daños calculados. Es posible que sean más brutos que buenos administradores, pero nadie podrá convencerme de que a los fascistas del voto les importan las masacres propias y ajenas. Todo medicamento eficaz tiene efectos secundarios. La cuarentena, que no es vacuna, sino que se inscribe en lo que denomina “atención primaria en salud”, haciendo eje en la prevención, lo que es bueno, tiene efectos secundarios que no están en la superficie de los discursos, y no sólo de los oficiales. El aislamiento social, mucho más si es obligatorio, implica daño psicológico. Daño no es lo mismo que patología. Pero si no es atendido, empieza a parecerse.
Todo tipo de abstinencia implica sobrecarga mental y corporal. Las abstinencias amputan la trama vincular. Y los vínculos son uno de los registros de lo psíquico. Intento bajar a tierra: la abstinencia sexual, afectiva, de placeres libremente deseados, en el mediano y largo plazo explotará. Pero la crueldad de la cultura represora ya sabe que casi el 50% de la población ya sobrevivía en esa abstinencia. El dilema será cuando los clase medieros y los garcas y pitucos también empiecen a sufrir abstinencias. Por ejemplo: de ganancias. Poderoso caballero es don dinero, escribía el talento de Miguel Quevedo y Villegas. No se agota el tema con Paolo Rocca. ¿Por qué Alfredo Coto no va preso por romper la cuarentena?
Un funcionario expone a los piadosamente llamados adultos mayores a la crueldad de la amarga espera, se diluye en los laberintos de
La
cuarentena planteada como vacuna
del “quedate en tu casa”, tiene un fuerte acento en la salvación individual. Y
el infierno serán los otros sin barbijo. Los daños culturales que la pandemia
dejará por décadas, serán análogos a los del acta patriótica. En ese momento,
que obviamente ya será tarde, algunos se darán cuenta que fue una cuarentena de
papel. La inmensa mayoría cambiará “el
silencio es salud” por “el
aislamiento es salud”.
Los enemigos visibles e invisibles siempre
llevaron el péndulo de la historia hacia el infrarrojo reaccionario. Por eso
han definido al covid19 como ejército y le han declarado
Fuente: http://pelotadetrapo.org.ar/la-cuarentena-de-papel.html
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