José
Carlos Mariátegui,
Amauta
de nuestra América
21 de abril de 2020
Por Cristóbal León Campos (Rebelión)
A través de un “Boletín Extraordinario”, Con esas notas comenzaba el largo proceso de revaloración que continua hasta la fecha sobre la vida y obra del Amauta peruano, precursor del marxismo crítico y revolucionario de nuestra América, cuya praxis rompió los linderos ortodoxos impuestos desde el eurocentrismo y trazó una nueva ruta de análisis heterodoxo y descolonizadora que puso nueva luz sobre la formulación del proyecto socialista basándose en las raíces profundas de la realidad nacional de su país y del continente americano, cuestionado-dialogando sin reparo o claudicación frente al imperialismo estadounidense, las oligarquías burguesas de la región y los sectores de la izquierda reformista. Mariátegui traspasó los caminos de la interpretación hasta llegar al centro neurálgico de la opresión, para así idear, el socialismo indoamericano como el sendero por el cual andar para consagrar la emancipación de los pueblos latinoamericanos.
II
Su vida fue marcada desde los siete años al sufrir un accidente que lo dejará lisiado y le obligara a pasar largos periodos en reposo, circunstancia que aprovecho para hacer de la necesidad virtud, poniendo en marcha un largo proceso de estudio autodidacta que le llevó a desarrollar un conocimiento particular de la realidad de su país. Mariátegui había nacido el 14 de junio de 1894, en Moquegua, al sur del Perú. A los quince años comenzó a trabajar como periodista, acercándose directamente a los acontecimientos que para las primeras décadas del siglo XX sacudían a Perú y al mundo (Primera Guerra Mundial, Revolución Rusa, movimientos obreros), publicó sus primeros artículos y crónicas bajo el seudónimo de Juan Croniqueur y se vinculó con sectores intelectuales y políticos que nutrirían su espíritu, hasta que por el desarrollo de su pensamiento y el análisis constante de las condiciones de vida, se adhirió al socialismo y comenzó su militancia revolucionaria a favor de la clase obrera y los oprimidos, siendo exiliado a Europa en donde terminaría de nutriese de ideas revolucionarias como las de Antonio Gramsci y los clásicos del marxismo (Marx, Engels, Lenin), pudiendo observar la grandeza del movimiento revolucionario obrero italiano.
Es durante su exilio que la distancia le permite desarrollar un pensamiento específico para la realidad peruana y latinoamericana, por lo que su regreso fundaría
III
Mariátegui dio continuidad al marxismo latinoamericano y contribuyó a catapultarlo, concibiéndolo como “creación heroica”, rompiendo con las interpretaciones de manual ortodoxas que se realizaban y que por su carácter irreflexivo no alcanzaban a encontrar las rutas para la emancipación, ni calco ni copia indicaba el Amauta de nuestra América, quien, además, dijera en su obra La escena contemporánea: “La revolución que era para los pobres no sólo la conquista del pan, sino también la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de todas las complacencias del espíritu”. Una especie de proclama que iba más allá de la sola idea de restructuración económica postulada por algunos sectores revisionistas, el marxismo de Mariátegui es la constante renovación interpretativa de la realidad concreta partiendo de esa misma realidad a transformar.
En 1928 fundó el Partido Socialista Peruano y publicó su célebre obra Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, en donde plasmó su propuesta de proyecto socialista y el camino que consideraba para la revolución, haciendo hincapié, de la necesidad imperante de reconocer el problema indio como uno de los ejes centrales para la emancipación del colonialismo aún vigente y para la edificación de la nueva sociedad, siendo este libro, el ensayo inaugural del marxismo latinoamericano vigente hasta
IV
La época que vivió Mariátegui estaba ya marcaba por la ambición del imperialismo estadounidense y por la ambición de las viejas potencias europeas por recuperar sus dominios sobre nuestra América, la clarividencia de su pensamiento le permitió advertir en un reportaje publicado en
Mariátegui mencionó en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana que “todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico-social, son otros tantos estériles ejercicios teoréticos – y a veces sólo verbales –, condenados a un absoluto descrédito”, una argumentación absolutamente vigente y que las últimas décadas de reclamos indígenas y grandes movilizaciones reivindicativas, dan la razón al planteamiento expuesto, pues hasta que no se asuman como parte de la lucha de clases de manera absoluta las necesidades indígenas a lo largo de Latinoamérica, se seguirá dando vueltas en la espiral contradictoria que nos aleja de la liberación plena. Los grandes latifundios aún existentes y el permanente despojo de la tierra y el territorio son la muestra de la naturaleza del sistema capitalista a la que hay que anteponer la enseñanza del marxismo latinoamericano que deja de concebir al problema indígena meramente como una cuestión étnica o moral y la ubica en el contexto histórico y actual de los problemas económicos, sociales y políticos.
V
En el pensamiento de Mariátegui tiene continuidad el antiimperialismo y anticolonialismo natural del ideario latinoamericano, que, desde Simón Bolívar, Francisco Bilbao y José Martí, advertían la necesidad de la segunda y definitiva independencia de los países de nuestra América, junto a esta corriente vigente de pensamiento, el Amauta se acercó a la reivindicación de la mujer, indagó en varios escritos la lucha por la igualdad sexual, las relaciones entre opresión femenina, sexualidad y poder, así como otros aspectos que lo llevaron a plantear que el educador hombre debe ser despatriarcalizado por ser continuador de la opresión de la mujer, reconociendo la profundidad revolucionaria del pensamiento feminista, al igual que hace notar la necesidad especifica del análisis de la cuestión indígena, lo hace con la situación de la mujer, siendo de los primeros marxista latinoamericanos en acercarse ha estas posiciones.
Ahora
que ha cumplido noventa años de su partida física, la vida y obra de José
Carlos Mariátegui, espera nuevas lecturas para este siglo XXI, la vigencia de
sus postulados entorno del socialismo indoamericano y sus aportaciones útiles
para las luchas actuales y venideras, están en la profundidad de su análisis
que reconoce la particularidad de la realidad sin perder el hilo general del
capitalismo global. Mariátegui vive en la necesidad de generar a partir de la
crítica una renovación del marxismo revolucionario de nuestra América.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo
Disyuntivas
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