Condena en Estados
Unidos a la firma del glifosato
Ambiente tóxico para
Monsanto
3 de abril de 2019
Por Darío Aranda
Página12
Un jurado de California condenó a Monsanto-Bayer a pagar 80
millones de dólares por haber ocultado los riesgos del Roundup.
Las tabacaleras negaron durante medio siglo que producían cáncer.
Las petroleras rechazaron durante décadas sus responsabilidades en el cambio
climático. La
multinacional Monsanto-Bayer niega desde hace años los
efectos del herbicida Roundup (en base a glifosato), pilar del modelo
transgénico. En sólo ocho meses, tribunales de Estados Unidos condenaron en
tres oportunidades a Monsanto-Bayer por producir cáncer y, en la última
sentencia, se destacó que la multinacional ocultó los riesgos del glifosato. En
Argentina se utilizan más de 200 millones de litros del agrotóxico y, en
Estados Unidos, más de 11.000 juicios esperan sentencia.
El 27 de marzo pasado, un jurado de California condenó a
Monsanto-Bayer a pagar 80 millones de dólares por “negligencia”, al haber
ocultado los riesgos de su herbicida Roundup. La demanda fue presentada por
Edwin Hardeman, un jubilado de la ciudad de Sonoma. Fue la segunda parte del
juicio. En la primera, diez días antes, se había concluido que el agrotóxico
fue un “factor determinante” en el linfoma No Hodgkin (cáncer) que se le diagnosticó
a Hardeman en 2015.
“El jurado responsabilizó a Monsanto por sus 40 años de conducta
delictiva corporativa”, explicaron los abogados del demandante, Jennifer Moore
y Aimee Wagstaff. Las abogadas aportaron pruebas de cómo Monsanto tenía (y
mantiene) una política permanente y planificada para comprar científicos,
medios de comunicación y funcionarios.
El jurado (ante el juez Vince Chhabria) ya había determinado que
el herbicida de Monsanto-Bayer había contribuido al cáncer de Hardeman, que lo
utilizó en su campo durante dos décadas.
La primera condena para Monsanto-Bayer sucedió en agosto de 2018,
también en California. Dewayne Johnson fue indemnizado con 289 millones de
dólares por contraer cáncer en su trabajo como jardinero. En segunda instancia,
el tribunal confirmó la responsabilidad de Monsanto pero redujo el monto a 78
millones de dólares.
Dewayne Johnson y Edwin Hardeman son los primeros de 11.000
juicios que esperan a Monsanto-Bayer en Estados Unidos. La trama judicial es
actualizada en monsantopapers.lavaca.org, único sitio en español que informa de
manera permanente.
“Las pruebas
acumuladas sugieren que Monsanto conocía la existencia de los riesgos asociados
a la exposición al glifosato desde comienzos de la década del Las acciones de Bayer caen ante cada sentencia (descendieron 12 por ciento la semana pasada). Es una incógnita qué pasará si los fallos a favor de Dewayne Johnson y Edwin Hardeman se repiten en cadena. Anabel Pomar, de “Monsanto Papers”, reveló que la consultora británica Jeffries LLC calculó que los juicios pendientes podrían representar alrededor de 680.000 millones de dólares contra Monsanto-Bayer.
En Argentina se aplica glifosato en 28 millones de hectáreas. Los campos de soja, maíz y algodón son rociados con el herbicida. También se utiliza en cítricos, frutales de pepita, vid, yerba mate, girasol, pasturas, pinos y trigo. A partir del avance transgénico, aumentó geométricamente el uso del glifosato. Entre las empresas que comercializan glifosato en Argentina figuran Monsanto-Bayer, Syngenta, Red Surcos, Atanor, Asociación de Cooperativas Argentinas, Nufram, Agrofina, Nidera, DuPont, YPF y Dow.
Los medios que publicitan el agronegocio minimizan u ocultan desde hace décadas las consecuencias de los agrotóxicos. “No hay estudios”, suelen decir. El secretario de Ciencia, Lino Barañao, resumió en 2009 la postura empresaria: “Es como agua con sal”. Ya como funcionario de Cambiemos volvió a defender al glifosato y a las empresas: “Con los antibióticos también hay mal uso y muertes, y nadie se queja”.
La investigación “Antología toxicológica del glifosato”, realizada por Eduardo Rossi de
En 2015,
Los defensores del agronegocio (que tienen negocios vinculados al
agro) implementaron dos estrategias ante la evidencia contra el glifosato:
impulsar las “buenas prácticas agrícolas”, con la ilusoria promesa de disminuir
los riesgos y, por otro lado, intentar reemplazar el glifosato con otros
herbicidas.
Los afectados por el agronegocio (pueblos
fumigados, campesinos, indígenas, asambleístas socioambientales) aclaran que el
problema de fondo no es el glifosato, sino el modelo agropecuario en base a
transgénicos y uso masivo de agrotóxicos.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=254339
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