Argentina
Cosecha soja, siembra
inundación
29 de abril de 2016
Por Página 12
El monte nativo absorbe 300 litros de agua de lluvia por hora. Una
pastura convencional (donde hay ganado) 100 litros . Y un campo
con soja apenas 30 litros
por hora. Una investigación del INTA explica que el cambio del uso del suelo es
un factor fundamental para explicar por qué las inundaciones son cada vez más
frecuentes y graves. “No estamos de acuerdo en que los excesos hídricos se
deban a la falta de obras ni al exceso de lluvias, sino más bien a cuestiones
asociadas al extractivismo de la agricultura de hoy y principalmente a la generalización
de la agricultura en las últimas dos décadas”, afirma Nicolás Bertram,
investigador del INTA Marcos Juárez (Córdoba). También apunta a las
responsabilidades del poder económico del agronegocio.
Misiones sufrió una gran inundación en 2014. A inicios de 2015 fue
el turno de Córdoba y de Santiago del Estero. El segundo semestre las sufrieron
el Litoral y Buenos Aires. Este año fue el turno de Santa Fe, Entre Ríos,
Chaco, Corrientes, Córdoba y noroeste bonaerense. “Fue un tsumani que vino del
cielo”, había dicho en 2015 el entonces gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. En línea similar,
responsabilizando a la naturaleza, argumentaron otros mandatarios.
Nicolás Bertram, ingeniero agrónomo del INTA
Marcos Juárez, estudia desde hace 10 años los “excesos hídricos”. Su trabajo
académico fue titulado “Ascenso de napas en la región pampeana: ¿Incremento de
las precipitaciones o cambios en el uso de la tierra?” (firmado junto con
Sebastián Chiacchiera). Analizaron las lluvias de los últimos 40 años y los
cambios en el modelo agropecuario (sojización y expulsión de ganadería), entre
otras variables.
“El incremento sostenido del componente
freático que se dio en los últimos 40 años en la región pampeana, y que en la
actualidad se acerca demasiado a la superficie, conlleva a un alto riesgo no
sólo en lo que respecta a producciones agrícologanaderas, sino también en
sectores urbanos, pudiendo inundaciones generar en ambas situaciones”, alertaba
el trabajo, presentado en el XXV Congreso Nacional del Agua (Conagua 2015) en
Paraná.
Bertram explica en lenguaje gráfico: “La napa
estaba a 10 metros
de profundidad y hoy está a menos de un metro. Los suelos están saturados, no
pueden absorber más. Es como si antes teníamos una maceta grande y echábamos un
balde de agua. Ahora la maceta es 10 veces más pequeña pero echamos el mismo
balde de agua”.
La investigación explica que se observaron dos
tipos de efectos en el comportamiento de la napa, a corto plazo (asociado a
precipitaciones) y largo plazo (relacionados con los cultivos y el consumo que
generan). Luego del procesamiento de datos (donde confirmaron que las lluvias
se mantuvieron dentro de sus promedios
anuales) aseguran: “A partir de datos históricos se puede observar una relación
directa entre el incremento de los cultivos (de soja principalmente) y el
acercamiento de la napa freática a la superficie”.
El trabajo señala que buena parte de la región
pampeana la napa freática se encuentra a un metro de profundidad (o menos) y
recuerda que 10 millones de hectárea pasaron de la actividad ganadera o mixta a
la puramente agrícola, con preponderancia de la soja. “Millones de hectáreas de
pasturas y pastizales que consumían agua durante los 12 meses del año fueron
cambiadas por cultivos anuales que, en el mejor de los casos lo hacen durante
un tercio o la mitad de ese tiempo, pasando de ansorber anualmente 1.500-2.000 litros a 500-800” , precisa el trabajo como
explicación del ascenso de la napa casi a la superficie.
El trabajo estuvo focalizado en Marcos Juárez,
zona de la Pampa Húmeda
y núcleo sojero. Bertram asegura que la investigación es extrapolable a toda
esa región e incluso a zonas extrapampeanas, como San Luis (donde se crearon
nuevos ríos), Santiago del Estero, y regiones del norte de Santa Fe y Buenos
Aires (zonas que fueron monitoreadas con freatímetros).
Sobre la actual inundación, que afecta a
40.000 personas (11.000 evacuados), el investigador del INTA señala que “llovió
por encima de la media, pero de ninguna manera eso explica la magnitud del
desastre; la clave está en el ascenso de la napa y que se arrasó el monte, que
retenía agua”.
Bertram cuestiona la propuesta de políticos y
empresarios. “Ninguna obra va a solucionar las inundaciones”, afirma. Y llama
la atención sobre los “responsables” de los anegamientos. “Muchos medios de comunicación cuestionan siempre a los
políticos y en parte no está mal, pero esos medios
nunca vinculan la inundación con el poder económico del modelo agropecuario,
desde los Grobocopatel a Monsanto, Bayer, Cargill, Dow y una larga lista. Quizá
porque esas empresas son los anunciantes en esos medios ”.
La investigación también cuestiona el modelo.
“Pese a este escenario, se continúa en una carrera por lograr mayores y más
estables rendimientos de los cultivos agrícolas, en la supuesta búsqueda de
alimentar a un mundo que sigue padeciendo hambre, en donde muchas veces no
existe el tiempo para pensar para quién y qué se está produciendo”, afirma el
trabajo del INTA.
La investigación concluye que “si no se
modifican las rotaciones o el uso de la tierra, no sólo se seguirá
incrementando el nivel freático, sino también la superficie con un alto riesgo
de anegamiento”. Afirma que se pueden encontrar soluciones (incorporación de
pasturas, otros cultivos, mejor manejo de agua), pero debe primar una “mirada
amplia”, interdisciplinaria, donde además de los sectores productivos se tenga
en cuenta los aspectos ambientales y sociales. http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-297922-2016-04-27.html
El avance del modelo
La investigación del INTA recuerda que la
técnica de “siembra directa” (sin labranza) y el uso del “paquete tecnológico”
(transgénico y agrotóxico) ha sido claves en el avance del modelo agropecuario
que impulsó desmontes y ascenso de la napa freática. Precisa que el 80 por
ciento de la región cultivada del país utiliza esa tecnología. Datos oficiales
del Ministerio de Agroindustria confirman el avance transgénico en las últimas
dos décadas en todas las provincias que hoy padecen inundaciones. Entre 1994 y
2014, Buenos Aires aumentó un 460 por ciento la superficie sembrada de soja,
Córdoba incrementó el 331 por ciento y Santa Fe un 133 por ciento. Aunque en
superficie menor, los incrementos fueron desproporcionados en Chaco (aumentó el
430 por ciento el área con soja), en Entre Ríos el incremento fue del 1.270 por
ciento y en Corrientes las hectáreas con soja aumentaron un 10.000 por ciento.
En paralelo, en todas estas provincias aumentaron las hectáreas de bosque
talado.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211733
No hay comentarios:
Publicar un comentario