Deuda
Pública: pagar sin revisar la factura
28 de marzo de 2016
28 de marzo de 2016
La deuda pública es la raíz de la mayoría de las problemáticas y uno de los grandes obstáculos que impiden el desarrollo del país. Hasta ahora ningún gobierno democrático investigó esa gran estafa, que obliga al Estado a dilapidar miles de millones de dólares a costa del sacrificio del pueblo. El acuerdo con los Fondos Buitres continúa el frustrado camino de pagar una deuda denunciada como ilegítima por Alejandro Olmos, y ratificada como tal por el fallo del juez Ballesteros en el año 2000. Opinión |
Por Guillermo Alamino para ANRed.
El presidente Mauricio Macri
no ha innovado en las estrategias históricamente ejecutadas para “resolver” el
flagelo de la deuda. En
este sentido, las recetas vuelven a repetirse como en administraciones
anteriores: endeudarnos para pagar, obtener el beneplácito del sistema
financiero y entrar nuevamente al mercado de capitales. Es el mismo camino del
pago al FMI y los canjes del 2005 y 2010. El fracaso puede evidenciarse
fácilmente: en 2004 la deuda pública era de 180 mil millones de dólares, mientras
que en el año 2015 con todas las reestructuraciones incluidas era de 240 mil
millones de dólares, según datos del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas
de la Nación. Los
compromisos del Estado tuvieron un aumento significativo, y los datos demuestran
que la llamada política de desendeudamiento K no fue más que un relato.
Precisamente la deuda fue
creada para no ser pagada, porque el objetivo primordial de su existencia es
ser una herramienta de los organismos financieros para condicionar a los Estados.
Sin embargo encubren esos fines disfrazándolos de programas o ayudas, que
tendrían como objetivo promover el desarrollo de los pueblos. Durante el kirchnerismo se destinó 190 mil millones de dólares en
deuda y todavía el país está hipotecado. ¿Cuantos hospitales, industrias,
créditos podrían haberse concretado con ese dinero? De esta manera, la
Declaración final de la Conferencia Internacional sobre Deuda, Bienes
Comunes y Dominación afirma que “la deuda pública ha constituido un poderoso
instrumento utilizado por el capital transnacional para reforzar el
colonialismo en la esfera económica, política y cultural; así como para
disponer de las vidas, territorios y bienes naturales de los pueblos y países
que quedan bajo su dominio”.
Es necesario tener en cuenta el
fallo del juez Ballesteros y realizar una auditoría pública de la deuda, en
procura de alcanzar la verdadera independencia económica. Primero hay que
revisar la factura y luego pagar. Es inadmisible que el gobierno acate
ciegamente una resolución de un tribunal extranjero e ignore las decisiones
judiciales de nuestra nación. Las afirmaciones que indican que si la Argentina
no cumple con los acreedores se cae al precipicio son incorrectas, ya que
Ecuador investigó sus empréstitos y, gracias a esto, tiene que pagar sólo el
30% sin padecer ningún tipo de consecuencia. Pensar desde nuestro país y
teniendo en cuenta el interés nacional nos conducirá a salir del neocoloniaje,
y lograr la tan ansiada justicia social.
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