"Tenemos un Ministro buscando 15.000 millones de dólares para
pagarle a los buitres y
hay cuantiosas necesidades insatisfechas que la
sociedad necesita resolver".
16 de abril de 2016
Entrevista
a Julio Gambina, Doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias
Sociales de la UBA, profesor de Economía Política,
analiza
acontecimientos relevantes sobre la situación política y económica en
Argentina.
Por Mario Hernández
para ANRed
M.H.: Quiero empezar por un tema que fue motivo de una
preocupación muy especial de tu parte, la decisión del Congreso Nacional de
constituir una Bicameral que iba a investigar la deuda. Después nos
encontramos con este tema de la
Ley Buitre , con la posibilidad inclusive de que continúe la
litigiosidad contra nuestro país a pesar del acuerdo y con que estos fondos
buitres han obtenido una renta de entre el 400 y el 1000%. ¿Cuál es tu análisis
de todo esto?
J.G.: Lo más grave del tema es que
estamos conversando esto mientras que el Ministro de Economía argentino, Prat
Gay, está de gira por EE. UU. y Europa intentando conseguir U$S 15.000 millones
de deuda pública argentina, de esa cifra U$S 12.500 millones es lo que autoriza
el Parlamento para pagar a los holdouts, es decir, los acreedores que no
entraron en el canje de deuda 2005/2010.
Por lo tanto, sobran otros 2.500 millones de dólares que imagino que el gobierno usará para distintos destinos, sea para cubrir el déficit fiscal, comercial o para orientarlo a alguno de los proyectos que el Poder Ejecutivo está planteando en este tiempo. Recordemos que no solo el Parlamento lo aprobó en ambas Cámaras, a pesar de que el macrismo no tiene mayoría ni en Diputados ni en Senadores, lo que supone el acompañamiento de sectores de la oposición, fundamentalmente el PJ, del kirchnerismo, que avalaron el proyecto del macrismo para “cerrar” el tema con los acreedores externos que habían demandado a la Argentina en la justicia estadounidense, algunos otros que se acogieron a la sentencia del Juez Griesa y otros que no habían recurrido a la justicia pero que el gobierno argentino los ha salido a buscar.
Por lo tanto, sobran otros 2.500 millones de dólares que imagino que el gobierno usará para distintos destinos, sea para cubrir el déficit fiscal, comercial o para orientarlo a alguno de los proyectos que el Poder Ejecutivo está planteando en este tiempo. Recordemos que no solo el Parlamento lo aprobó en ambas Cámaras, a pesar de que el macrismo no tiene mayoría ni en Diputados ni en Senadores, lo que supone el acompañamiento de sectores de la oposición, fundamentalmente el PJ, del kirchnerismo, que avalaron el proyecto del macrismo para “cerrar” el tema con los acreedores externos que habían demandado a la Argentina en la justicia estadounidense, algunos otros que se acogieron a la sentencia del Juez Griesa y otros que no habían recurrido a la justicia pero que el gobierno argentino los ha salido a buscar.
La noticia de esta semana es que un poco más del 90% de los
acreedores que todavía no habían entrado al canje, que explica el default por
la cesación de pagos en Argentina, habría acordado. Lo digo en potencial
“habría acordado” porque esta semana va a haber una segunda instancia de la
justicia estadounidense para definir si se levanta el embargo que hay sobre los
pagos que Argentina depositó en bancos estadounidenses en los últimos dos años.
Hace dos años que Argentina no está pagando a los tenedores de títulos que
ingresaron a los canjes de deuda y que tienen bonos con legislación
estadounidense. Argentina es un riguroso pagador, ha pagado, pero como esos
recursos fueron inhibidos de llegar a las cuentas de cada uno de los
acreedores, están depositados en bancos estadounidenses.
Esta es una semana clave donde esos fondos pueden ser
desbloqueados y finalmente llegar a las cuentas de los llamados “hold in”, que
son los acreedores que ingresaron a los canjes de deuda. El tema es bastante
complejo, como bien señalabas, con estos pagos que Argentina está intentando
hacer ahora hay acuerdo, pero debería instrumentarse el pago, lo que debería
suceder en cortísimo plazo.
Hay rentabilidades del 400 al 1000% y eso motiva a otros acreedores que entraron en canjes de deuda y que están muy lejos de esa rentabilidad, estén haciendo sus cálculos y viendo si es posible demandar ala Argentina. Con lo
cual es muy probable que haya litigiosidad a futuro, en tanto y en cuanto no
terminen de cerrar con el 100% de los acreedores que hacen al default argentino
no cierren en este acuerdo. Hasta ahora se habla de más de un 90%, quiere decir
que hay un remanente con el que no hay acuerdo. Es un tema que no termina de
resolverse y habrá que ver si todos aquellos acreedores que han cobrado de
parte de la Argentina mucho menos de lo que ahora se les ofrece a los fondos
buitre, que por propia definición son grandes especuladores del sistema
financiero mundial y lo que muestra que no sólo la deuda
es una estafa al conjunto del pueblo argentino, sino que además algunos
acreedores que entraron al canje pueden considerar que ellos han sido
estafados. Es decir que hay múltiples estafas.
Hay rentabilidades del 400 al 1000% y eso motiva a otros acreedores que entraron en canjes de deuda y que están muy lejos de esa rentabilidad, estén haciendo sus cálculos y viendo si es posible demandar a
Es dramático, esto es el orden
capitalista contemporáneo, vinculado a la especulación, al delito, a las
ganancias desmesuradas sobre la base del hambre del pueblo argentino. Hoy tenemos un despliegue de iniciativas de protesta muy grande,
no nos alcanza para plantear las protestas. Hay, por mencionar lo más visible,
un paro nacional convocado por ATE para la semana que viene acompañado por
varios gremios estatales, una jornada nacional de lucha que plantea la Central
de Trabajadores Argentinos (CTA).
La convocatoria de las centrales sindicales para el 29 de abril
asociado a una demanda que encabeza todas las demás que es la emergencia
ocupacional en Argentina, esto es una novedad porque hasta hace poco las
centrales sindicales la bandera que levantaban era la del impuesto a las
ganancias, aumentar el mínimo no imponible, etc. Ahora la demanda principal es
la emergencia ocupacional. Las cinco dirigencias sindicales más importantes
estuvieron en el Senado hacen muy pocos días reclamando un programa mínimo
donde a la cabeza estaba este tema. Sigue el tema del impuesto a las ganancias
pero se incorpora el 82% móvil para los jubilados, la convocatoria al Consejo
del salario, el empleo y la productividad para discutir en términos generales.
Hoy tenemos un Ministro de Economía que está buscando 15.000
millones de dólares de deuda en el exterior, pero para pagar deuda vieja, no se
está pensando en usar algo de ese dinero para morigerar las difíciles
condiciones del funcionamiento de la economía argentina actual. Entre los
problemas que preocupan al amplio sector asalariado, el principal es la
inflación, hay consultoras que hablan de una inflación entre un 6 y 8,5% para
abril.
M.H.: El tema de la inflación ha desplazado la preocupación
ciudadana sobre la corrupción que encabezaba todas las encuestas anteriores.
J.G.: Porque afecta a la mayoría de
la población que vive de ingresos fijos. Cualquiera que va a consumir algo, en
el almacén, la verdulería, la carnicería se encuentra con crecimientos de precios
espectaculares.
M.H.: Leyendo hoy Ámbito Financiero, encuentro que en sus páginas
interiores levanta una información de la reunión plenaria del Consejo Federal
del Trabajo que se realizó en San Juan, donde estuvo el Secretario Sabor. Allí,
el Ministro de Trabajo de La Pampa señaló que las provincias tienen sus
economías prácticamente paradas.
J.G.: Claro, estamos hablando de la
inflación pero quizás lo más preocupante es el rumbo recesivo de la economía
argentina y combinar estancamiento con inflación es la suma de los problemas
del conjunto de la
sociedad. No hay un horizonte de crecimiento de la economía,
se ve decrecimiento, estancamiento, tendencia recesiva. Por lo tanto, las
expectativas que había generado en alguna parte de la sociedad el cambio de
gobierno, se empiezan a derrumbar al recorrer el conjunto del país, porque las
economías regionales no repuntan ni siquiera por la tradicional evolución del
agro, mucho menos el sector industrial, por lo tanto, se presenta un cuadro
económico complicado. El estancamiento y la inflación, “estanflación”, es el
horizonte que aparece y es muy preocupante.
Hay crisis política en la Argentina
M.H.: Volviendo al tema de la deuda, el gobierno presentó un
escenario en los días previos, dijeron “o resolvemos el tema con los buitres o
vamos a tener que hacer un ajuste brutal”. O sea, deuda o ajuste.
J.G.: Y lo que tenemos es deuda y ajuste. Son fenómenos discursivos. El gobierno ha ganado las elecciones con un determinado mensaje.
Una parte muy importante de la sociedad ha votado por el macrismo sin ser
macrista, sin ser liberales ni pro empresas. Por eso desde el primer día
señalamos que hay crisis política en la Argentina. Uno
puede pensar que el voto genuino al macrismo es de un 25%, del mismo modo que
una cifra parecida fue la del voto genuino por el kirchnerismo. En el medio hay
un 50% de votantes que votaron en contra de Macri y de Cristina Kirchner. Esa
es una expresión de crisis política. Creo que ahora el
macrismo intenta transformar ese apoyo electoral en consenso institucional
político, a la política de corte neoliberal y eso está poniendo en tensión a la
Argentina porque se están generalizando los conflictos de diverso tipo.
La semana pasada ocurrió el primer boicot a los
supermercados, hace mucho tiempo que en nuestro país no había iniciativas
novedosas como ésta, impulsadas desde una central de trabajadores como es la
CTA, con organizaciones de consumidores y otras organizaciones sociales que no
solo plantean reivindicaciones de trabajadores, sino que plantean
reivindicaciones del conjunto de la sociedad. Incluso
muchos sobrestimaron la medida porque “la gente no compra un jueves” como fue
el 7 de abril, pero va y compra al día siguiente. Sin embargo, los
supermercados hicieron ofertas cuantiosas, hasta del 80% en algunos productos
para atraer compradores.
A los grandes capitales no le sirven las grandes protestas y las protestas ayudan a que la sociedad empiece a tomar conciencia de que se puede luchar. Digo esto porque hay muchos argumentos que sostienen que “son los primeros meses de gobierno”, se insiste con “van recién 4 meses”, pero también ya van cuatro meses y en ese tiempo el nivel de inflación va a andar por un 20%, lo que proyecta una inflación anual del 40% si es que logran bajar los índices actuales, porque si en cuatro meses llegás al 20% y si tienen éxito en seguir apretando y cerrando la economía lo que van a lograr es que los precios bajen por asfixia de la sociedad, pero igual la baja no va a ser menor a un nivel cercano al 40%.
A los grandes capitales no le sirven las grandes protestas y las protestas ayudan a que la sociedad empiece a tomar conciencia de que se puede luchar. Digo esto porque hay muchos argumentos que sostienen que “son los primeros meses de gobierno”, se insiste con “van recién 4 meses”, pero también ya van cuatro meses y en ese tiempo el nivel de inflación va a andar por un 20%, lo que proyecta una inflación anual del 40% si es que logran bajar los índices actuales, porque si en cuatro meses llegás al 20% y si tienen éxito en seguir apretando y cerrando la economía lo que van a lograr es que los precios bajen por asfixia de la sociedad, pero igual la baja no va a ser menor a un nivel cercano al 40%.
M.H.: Dentro de este panorama, ¿cambia algo la presencia de
Cristina?
J.G.: Lo que está mostrando es cierta
capacidad de movilización de un núcleo de manifestantes convocados por un grupo
de organizaciones adherentes muy importantes y la verdad es que hasta ahora la
ex presidenta no ha dicho ni una palabra, solo ha hecho una manifestación de
cierta capacidad de convocatoria. Habrá que ver si esa convocatoria solo está
asociada al tema de la demanda judicial que tiene que enfrentar o si está
asociada a un proyecto político de más largo aliento. Hay seguidores de
Cristina que han instalado la consigna “Volveremos”, el problema es que
necesitamos en el movimiento popular hacer un balance de lo que representaron
doce años de gobierno kirchnerista. Muchos sugieren dejar la corrupción de lado
y ver las transformaciones que hizo el kirchnerismo. Ese es el problema, hay
que hacer un balance de la corrupción por un lado, que fue facilitada en este
tiempo histórico y al mismo tiempo por la consolidación de un modelo productivo
que favoreció la sojización, la minería a cielo abierto, el aliento al fracking
y la explotación de los hidrocarburos no convencionales, el carácter de la
Argentina como pagador serial y la búsqueda, sobre todo, en los últimos tiempos
del gobierno kirchnerista de alianzas con transnacionales de la producción, las
finanzas y los servicios.
La Argentina necesita hacer un balance desde la crisis de
2001 hasta la actualidad y en mi opinión lo que termina de confirmarse es que
en 2001 se hizo evidente una crisis política que hoy continúa, de otra manera,
bajo otras formas, y que la exigencia sigue siendo la necesidad de la aparición
de un proyecto político de carácter alternativo que contenga multiplicidad de
experiencias que existen en Argentina, de transformación social, económica y
política y de una cultura de construcción de nueva organicidad, en empresas y
fábricas recuperadas, por hablar de economía, en muchas cooperativas de
trabajo. Así como iniciativas que se han desplegado exitosamente en contra del
modelo productivo.
En una reunión hace pocos días, recordábamos la lucha del
pueblo riojano en Famatina que hoy se expresa en la lucha de los jachaleros en
San Juan que están denunciando lo que representa la contaminación de los ríos
de esa provincia.
El gran problema de América Latina es no haber construido
sujetos económicos conscientes para el cambio
M.H.: ¿El progresismo conduce necesariamente a derrotas y
desastres sociales?
J.G.: No necesariamente, habría que
ver a qué le llamamos progresismo. Los progresismos hay que verlos en contexto
histórico, uno puede considerar que el gobierno de la Unidad Popular en
Chile en los `70 era progresismo, pero era otro momento histórico, en el que
Vietnam le estaba ganando a Estados Unidos. Había un clima diferente. Después
hay que ver la ofensiva neoliberal desarrollista con las dictaduras militares
en los ´70 en el Cono Sur, en los ´80 con Thatcher y Reagan, y en ese contexto
los progresismos que aparecieron en América Latina a comienzos del siglo XXI
generaron mucha expectativa de cambio.
Entonces, el problema no es “progresismo sí o no”, sino cuál
fue el rumbo que asumieron los movimientos sociales y populares que fueron los
que generaron las condiciones de cambio político en nuestra América. En
realidad lo que se frenó es la capacidad de cambio, que no alcanzaba con el
cambio político, que se requería de un cambio económico, ir a fondo del cambio
de estructura, de las relaciones sociales de producción, en cambiar la ecuación
de beneficiarios y perjudicados.
Eso es lo que no se hizo en términos generales, porque hay
matices entre los distintos países. Podríamos pensar por qué perdura la
situación de Bolivia. Bolivia tiene en su haber el haber reorientado la renta
petrolera, lo que motiva en sí mismo una discusión, fue un tema muy fuerte y
duro que es lo que explica el “éxito” relativo de la experiencia boliviana. En
el caso venezolano el tema también es clave, pero asociado a la baja de los
precios del petróleo y no haber podido avanzar en la diversificación productiva
es lo que pone en observación el proceso.
Creo que el gran problema de América Latina es no haber construido sujetos económicos conscientes para el cambio. Haber reorientado la economía de nuestra América en otro sentido. Por ejemplo, en el 2007 se anunció el Banco del Sur y estamos en 2016 y el Banco del Sur nunca estuvo cerca de materializarse e incluso de intervenir en el financiamiento de un proyecto de desarrollo alternativo enla
región. América Latina se entusiasmó con el No al ALCA en
2005, y entre 2005 y 2010 generó un conjunto de iniciativas de integración
alternativas como Petroamérica, por ejemplo.
Creo que el gran problema de América Latina es no haber construido sujetos económicos conscientes para el cambio. Haber reorientado la economía de nuestra América en otro sentido. Por ejemplo, en el 2007 se anunció el Banco del Sur y estamos en 2016 y el Banco del Sur nunca estuvo cerca de materializarse e incluso de intervenir en el financiamiento de un proyecto de desarrollo alternativo en
M.H.: Hoy es 12 de abril en un nuevo aniversario del fallido golpe
contra Hugo Chávez. ¿Creés que la ausencia de Chávez influyó sobre esta no
concreción de estos proyectos?
J.G.: Debería contestar que sí,
porque las personas intervienen, influyen los liderazgos. Pero cuando Chávez
estaba muy enfermo y alguna gente me preguntaba qué iba a pasar después, yo
contestaba que apuesto a los procesos colectivos y sociales de masas y que el
tema no pasa por si Chávez hubiera vivido dos, tres o diez años más, sino que
los procesos son sociales, lo que la sociedad es capaz de hacer, lo que el
movimiento popular es capaz de gestar.
Creo que venimos de un atraso cultural histórico muy fuerte. Lo que el Che Guevara sostenía, “crear el hombre nuevo” es muy difícil porque tenés que hacerlo bajo la opresión de la ofensiva del capital que se viene desarrollando en los últimos 40 años.
Hacer una revolución en su sentido más profundo, requiere una transformación cultural muy fuerte. Hubiese sido mejor que Chávez continuara viviendo, era el líder indiscutido del proceso venezolano, había tomado la posta del liderazgo de los procesos revolucionarios en América Latina luego del de Cuba, de Fidel Castro; pero creo que la genuinidad de los procesos está en lo que seamos capaces de construir desde los pueblos.
Creo que venimos de un atraso cultural histórico muy fuerte. Lo que el Che Guevara sostenía, “crear el hombre nuevo” es muy difícil porque tenés que hacerlo bajo la opresión de la ofensiva del capital que se viene desarrollando en los últimos 40 años.
Hacer una revolución en su sentido más profundo, requiere una transformación cultural muy fuerte. Hubiese sido mejor que Chávez continuara viviendo, era el líder indiscutido del proceso venezolano, había tomado la posta del liderazgo de los procesos revolucionarios en América Latina luego del de Cuba, de Fidel Castro; pero creo que la genuinidad de los procesos está en lo que seamos capaces de construir desde los pueblos.
En Argentina tendríamos que preguntarnos cómo fue que con la
tremenda protesta que tuvimos en 2001, con las batallas enormes que dimos en aquel
tiempo histórico, no fuimos capaces de construir como movimiento popular, como
movimiento social, proyectos alternativos e incluso liderazgos.
Cuando uno mira la masiva marcha del 24 de marzo pasado, poblada de mucha juventud, se ve que hay memoria, pero lo que no hay es un proyecto político que contenga esa capacidad de protesta, de movilización, de disposición a la organización de una parte muy importante de la sociedad argentina, especialmente de los más jóvenes.
Por eso creo que hay que reflexionar mucho sobre esto de la crisis política. No reiterar viejas consignas, pensar mucho lo que ocurre, ser muy generosos en los procesos de articulación de la unidad del movimiento popular.
Creo que hoy hay nuevos procesos de fragmentación en el movimiento popular argentino que no conducen a buen puerto y que lo peor que puede pasar ahora es que surjan grupos que se auto designen y lideren un proceso de cambio, porque esto tiene que ser generado desde una dinámica de importante densidad social movilizada y consciente contra el orden capitalista, que es retomar el comienzo de nuestra conversación, tenemos un ministro buscando 15.000 millones de dólares y hay cuantiosas necesidades insatisfechas que la sociedad necesita resolver.
Cuando uno mira la masiva marcha del 24 de marzo pasado, poblada de mucha juventud, se ve que hay memoria, pero lo que no hay es un proyecto político que contenga esa capacidad de protesta, de movilización, de disposición a la organización de una parte muy importante de la sociedad argentina, especialmente de los más jóvenes.
Por eso creo que hay que reflexionar mucho sobre esto de la crisis política. No reiterar viejas consignas, pensar mucho lo que ocurre, ser muy generosos en los procesos de articulación de la unidad del movimiento popular.
Creo que hoy hay nuevos procesos de fragmentación en el movimiento popular argentino que no conducen a buen puerto y que lo peor que puede pasar ahora es que surjan grupos que se auto designen y lideren un proceso de cambio, porque esto tiene que ser generado desde una dinámica de importante densidad social movilizada y consciente contra el orden capitalista, que es retomar el comienzo de nuestra conversación, tenemos un ministro buscando 15.000 millones de dólares y hay cuantiosas necesidades insatisfechas que la sociedad necesita resolver.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article11820
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