Congreso Nacional Extraordinario de la Organización del Pueblo y los
Trabajadores (OPT)
"Impulsar una fuerza política organizada de
la clase
trabajadora y el pueblo"
28 de abril de 2016
Por Edgard Sánchez (Rebelión)
Hemos realizado este Congreso Nacional Extraordinario de la OPT
(1) para llevar a la práctica los resolutivos del I Congreso Ordinario
celebrado a fines del 2014 que propuso reformar y actualizar los documentos
básicos de la organización. Con todo y la importancia de largo plazo que tiene la reforma de estos
documentos, que sustentan la existencia misma de la organización, no sería
suficiente si no aprovecháramos la reunión nacional para analizar y discutir
sobre la situación política actual y las propuestas y posiciones que debemos
impulsar y llevar al seno de la lucha de clases. Este es el objetivo de este
informe político que busca abrir el debate y reflexión sobre la situación
actual, nuestras tareas y apuntar algunos elementos estratégicos que nos
orientan o deberían orientarnos.
De entrada hay que decir que reivindicamos los
aspectos medulares de la
Resolución Política del I Congreso Nacional Ordinario de la
OPT celebrado a fines del 2014 que, como ahí mismo se señala, ante la ausencia
en esa ocasión de un debate sobre los documentos básicos se convirtió en una
resolución central de definiciones y orientación políticas no solo para la coyuntura. Por lo
mismo, algunos temas y tesis desarrolladas en esa resolución, que conservan su
vigencia y actualidad, no las volvemos a abordar en aras de la economía del
desarrollo y exposición de este informe. Ustedes pueden reconocer esos temas ya
abordados en la Resolución del 2014 sobre las que no insistiremos, pero que
tienen que ver con el análisis de la explicación del desarrollo del capitalismo
en México, la subordinación al imperialismo, la crisis global actual del
capitalismo, calificada como crisis civilizatoria, diversos aspectos y sectores
participantes en la lucha de clases en México, nuestras posiciones ante la
destrucción ambiental que provoca el capitalismo, la opresión y discriminación
contra las mujeres y nuestras posiciones frente al feminicidio y la violencia
general contra las mujeres, así como con respecto a la diversidad sexual y
nuestro compromiso solidario con los derechos de los pueblos originarios,
nuestro desarrollo de una posición ecosocialista y varios temas más. No
abundaremos ahora sobre varios de esos aspectos para tratar de resumir nuestro
análisis de la situación actual, sobre todo en el terreno político, nuestras
tareas y algunos apuntes sobre definiciones de tipo estratégico.
La situación actual
El pasado Congreso examinó la gravedad de
todas las reformas neoliberales impuestas por el gobierno de Peña Nieto y los
partidos del Pacto por México(2). Parecía, hasta el primer semestre de 2014,
que las reformas neoliberales se imponían sin una respuesta contundente de
oposición del pueblo y los trabajadores. La impresión de unanimidad o
aceptación salía especialmente del Congreso de la Unión donde ningún partido se
opuso consecuentemente a la ofensiva neoliberal que llevó, finalmente, a
modificar lo esencial de la Constitución heredada del Constituyente de 1917.
Ciertamente hubo resistencias y oposiciones a cada reforma neoliberal en la
calle y caminos con la movilización, pero por separado, sectorialmente y sin
una oposición política unificada contra el régimen político, ya que la ofensiva
e imposición se realizaba desde todo el aparato del Estado, Ejecutivo y
Judicial y un Legislativo dominado por el PRI por medio del Pacto por México
como en los tiempos en que el PRI sólo tenía mayoría absoluta.
La imagen de unanimidad que el régimen
pretendía mostrar y supuesta pasividad ante su política (la prensa imperialista
presentaba a EPN como "salvador" de México) se rompió definitivamente
después de la agresión en Iguala a los estudiantes de Ayotzinapa y la
desaparición de 43 compañeros. El movimiento en solidaridad con Ayotzinapa que
reclamó sobre los 43 que "vivos los llevaron, vivos los queremos" y
que ante las maniobras del régimen de querer focalizar el conflicto como responsabilidad
local de un presidente municipal perredista corrupto y de un gobernador
príista-perredista que fueron encarcelado y defenestrado respectivamente no
desvió al movimiento ni aceptó la interlocución de un supuesto nuevo gobernador
de "izquierda", sino que el movimiento respondió diciendo claramente
"Fue el Estado". Y de ahí pasó, en medio de gigantescas
movilizaciones en todas las capitales del país y similar respaldo
internacional, a demandar "Fuera Peña".
Este movimiento detonó una crisis de legitimidad del sistema
político electoral, así como del sistema de justicia como nunca antes se había
visto.
El gobierno, el conjunto del régimen político, quiso superar la
crisis de legitimidad y política por medio de las elecciones de junio del 2015,
incluso contando con la colaboración entusiasta de nuevos partidos, como
Morena, que llamaban a centrar todo el descontento en el voto. El objetivo era
institucionalizar la protesta que exigía ya la salida de Peña y señalaba la
responsabilidad de la crisis en el Estado, sustituyendo o aislando la protesta
más radical que se expresaba por fuera de los canales institucionales por la
asistencia a las urnas a votar entre diferentes partidos que no representaban
ninguna alternativa frente a la crisis.
Lograr canalizar el descontento hacia la institucionalidad
electoral era la condición para buscar aislar al movimiento solidario de
Ayotzinapa y poder desatar la represión que se le dificultaba descargar cuando
los ojos del mundo estaban en los crímenes del Estado cometidos en Iguala. Así,
inmediatamente después de las elecciones, desataron brutal represión contra los
maestros, especialmente de Oaxaca, persiguiendo, encarcelando y ahora
despidiendo a cientos de trabajadores de la educación. El
objetivo de desviar la protesta hacia la vía institucional fue evidente en
Oaxaca donde la semana previa a las elecciones anunciaron que se suspendía la
reforma educativa y el lunes después de las elecciones dijeron que se
reiniciaba la misma!...pero acompañada con las amenazas y represión para
imponer la llamada evaluación educativa.
La crisis de legitimidad y política del
sistema político electoral, como ya analizamos en su momento, no se superó ni
con las elecciones de junio del 2015. Inmediatamente después que el gobierno,
el INE (Intsituto Nacional Electoral que sustituye al IFE) y todos los partidos
institucionales celebraban que supuestamente habían derrotado a la abstención y
el voto nulo, empezaron a sacar los trapos sucios denunciando las trampas que
se habían hecho entre ellos y cómo habían manipulado la abstención, habían
inventado votos en casillas zapato y cómo partidos como el Verde violaron
sistemáticamente la ley sin que le pasara nada, mas que pagando multas. El
desprestigio y falta de credibilidad en las instituciones político electorales,
especialmente los partidos reconocidos actualmente aumentó como nunca y
mantiene la crisis de legitimidad.
Esta crisis de legitimidad se profundiza con
los escándalos de corrupción cotidianos que se descubren desde la casa Blanca de EPN y
las respectivas mansiones de sus colaboradores cercanos, el tren rápido a
Querétaro, el nuevo avión presidencial, la participación en las offshore
denunciadas por los Papeles de Panamá, entre muchas más y que se refleja en el
hecho de que según las encuestas correspondientes Peña Nieto es el Presidente
más impopular de los tiempos recientes.
Otro intento de salir de la crisis de legitimidad del sistema
político en México es la
Reforma Política de la Ciudad de México decidida en el
Congreso de la Unión por los partidos del Pacto por México. La antigua demanda
democrática de la izquierda mexicana de un nuevo Estado de Anáhuac ha sido
adulterada y manoseada por los partidos del Pacto por México para darse una
sobre representación por medio de diputados constituyentes designados que
elaboren la
nueva Constitución. El partido Morena dice que el esquema de
conformación de la Constituyente de la CDMX (Ciudad de México) sobre representa
a los partidos del Pacto por México en detrimento de Morena. Pero en realidad
esa sobre representación no es solo con respecto a Morena, sino con respecto a
los movimientos sociales, las luchas de resistencia, otra izquierda sin
registro e incluso movimientos por derechos humanos o contra los megaproyectos
y las desarrolladoras y las políticas de privatización de Mancera, que no están
representados políticamente por ninguno de los partidos, ni por el PRD ni por
Morena. Se dice frecuentemente que la CDMX es de izquierda. Es cierto, pero eso
no quiere decir que toda esa izquierda, que se viene construyendo especialmente
desde el 68, esté acuerpada exclusivamente en el PRD y/o Morena. La izquierda
en la CDMX, cuya influencia se expresa también en el terreno de las ideas y de
la cultura, va más allá del PRD y/o Morena (suponiendo que sean de izquierda).
Lo que ocurre es que desde 1997, especialmente el PRD ha ejercido el chantaje
del "mal menor" diciendo que la única opción frente al PRI son ellos
mismos y que ellos son "la única izquierda". Ahora que es evidente la
capitulación del PRD ante el PRI, Morena dice que no, que ellos son la
verdadera izquierda y repiten el chantaje de que supuestamente no hay más
izquierda que ellos como cuando AMLO insultaba el año pasado a la CNTE de
Oaxaca o al SME aquí mismo, diciendo que por no llamar a votar por ellos,
supuestamente se le hacía el juego al PRI.
No quieren entender que hay otra izquierda
fuera de sus marcos y que está presente en los movimientos de resistencia y
lucha contra el neoliberalismo y que también puede organizarse políticamente en
forma autónoma e independiente como hacemos desde la OPT.
El desprestigio e ilegitimidad de los partidos
institucionales también se reflejará en las elecciones de la Constituyente en
junio próximo. Nosotros en consecuencia sumaremos esfuerzos con otros movimientos
y sectores en lucha por una Constituyente paralela que sea popular e inclusiva
y que no estará representada en la Constituyente oficial.
En el marco de la crisis del sistema político electoral y
especialmente del desprestigio del actual sistema de partidos, asumimos que es
central mantener la independencia política de la OPT con respecto a cualquiera
de los partidos institucionales, aunque se digan de izquierda. Hemos intentado,
para dar voz a los trabajadores y sus luchas, utilizar la figura de candidaturas
independientes para ejercer este derecho defendiendo al mismo tiempo nuestra
independencia con respecto a los demás partidos. Así apoyamos la pre
candidatura de Toñita, una trabajadora de Ciudad Juárez, pero sobre todo el de
postular una candidatura de la OPT como independiente para la elección de la
Constituyente de la CDMX.
Las restricciones y exceso de requisitos (y de firmas de
apoyo) así como nuestra inexperiencia en este terreno a la vez que la necesidad
de rápidamente consensar internamente lanzar la candidatura dieron como
resultado que no pudimos registrar la pre candidatura. De todos modos la
experiencia es útil para ubicar nuestra posición en futuras coyunturas
electorales, en forma relevante la del 2018. Aunque nuestro proyecto requiere la
proyección de la OPT como un referente político de la clase trabajadora, mas
que la figura individual de “candidatos independientes”, el recurso de esta
figura en las actuales circunstancias, mientras no haya un cambio en las reglas
del actual restrictivo y antidemocrático sistema electoral, debe tomarse en
cuenta para futuras experiencias y la necesidad de dar voz a los trabajadores
en lucha y romper el chantaje de los partidos que llaman a votar por el “mal
menor”.
La ofensiva neoliberal en el marco de la
crisis económica actual
La crisis política y crisis de legitimidad del
régimen no impide o inhibe la continuación de la política neoliberal que es
impuesta por la fuerza, incluso policiaca o militar, como se muestra claramente
en el caso de la llamada reforma educativa y por ejemplo la evaluación
educativa que se hace bajo la vigilancia policiaca y con despidos a quienes se
niegan a participar. El neoliberalismo, en realidad es profundamente
antidemocrático y junto con sus medidas económicas privatizadoras van
eliminando derechos democráticos y sociales previamente conquistados.
Imponiendo prácticamente un estado de excepción, policiaco militar para
asegurar sus políticas privatizadoras.
De todos modos, las reformas neoliberales que
van imponiendo están ocurriendo en el marco de la crisis económica actual que
frecuentemente modifican los alcances de los logros que querían realizar.
Ejemplo claro de ello es que inmediatamente después de que imponen la joya de
la corona de todas las reformas, es decir la reforma energética, empieza la
caída de los precios del petróleo que impactará también en los procesos de
licitación abiertos con la
reforma. En concordancia con otras economías periféricas, la
mexicana se está viendo particularmente afectada por la caída internacional de
los precios de materias primas; destacadamente el petróleo, pero también
minerales, semillas, alimentos. Todo lo cual, como ha resultado evidente, y a
pesar de declaraciones "tranquilizantes" de parte de Luis Videgaray o
del propio Agustín Carstens (3), han significado una reducción del ingreso de
divisas extranjeras (dólares) al país. Este hecho, junto con la apreciación
mundial del dólar (también explicada por la crisis de la Unión Europea y en
consecuencia del euro), han depreciado al peso frente a la moneda
estadounidense en casi un 30%. Esto, aunque no ha generado una inflación
generalizada, sí ha significado un incremento notable en los productos de
primera necesidad y de consumo popular y acompañado del estancamiento
sistemático de los salarios en el país, el incremento del trabajo informal y la
precariedad en general, producen una degradación creciente de las condiciones
de vida del pueblo trabajador en el país.
En este marco, la firma del TPP, por parte de
México y los países de la Cuenca del Pacífico que, en el fondo, busca generar
un espacio de contención económica para proteger los intereses estadounidenses
ante una expansión de la influencia china en Latinoamérica, no hace sino
profundizar la dependencia productiva, comercial y financiera de México para
con los Estados Unidos. Limitando, más, las posibilidades de una mejora general
de la economía, sin una ruptura política que la preceda.
Si bien ésta es una tendencia de las últimas
décadas, en las recientes semanas y hacia el futuro inmediato, ésta puede
agudizarse dramáticamente. La caída en los ingresos públicos provenientes del
petróleo (tanto por la privatización en curso del sector, como de la caída
internacional de precios), pone sobre la mesa el problema de los recortes al
gasto público en educación, salud, servicios públicos, despido de trabajadores,
etc.
Por otro lado, al incrementarse, finalmente,
las tasas de interés desde la Reserva Federal de Estados Unidos si bien por
ahora poco significativas, anuncian una nueva tendencia en cuanto a la gestión
de la deuda externa se refiere, prefigurando, en no mucho tiempo una nueva
crisis de la deuda latinoamericana. No hay que olvidar en este terreno la
dimensión del problema de la deuda en la crisis de países europeos como Grecia.
Es en el marco de esta crisis económica, en la
continuación destructiva de conquistas y derechos sociales y democráticos por
parte del neoliberalismo, junto con la crisis y desprestigio de los partidos
tradicionales que en varios países del mundo se presenta un auge de corrientes
y organizaciones de extrema derecha en algunos casos con cierta influencia
social y de masas. No es solamente el auge de corrientes fascistas en países
europeos, sino en general de fuerzas de derecha incluso de corte
fundamentalista y religioso. La respuesta de los Estados, como los de la Unión Europea , está
siendo el fortalecimiento de medidas de represión, de control policial y en
general de limitación de derechos democráticos, incluso abiertamente de estados
de excepción como es el estado de emergencia impuesto en Francia.
Si bien en América Latina el desarrollo de
fuerzas de derecha no toma la forma europea o de países del Oriente Medio, hay
también un auge en la actividad y ofensiva de la derecha, aunque en este caso
directamente ligadas al imperialismo yanqui que aprovechan las dificultades
(sobre todo por la caída de los precios del petróleo) y las limitaciones de
diversos gobiernos progresistas en la región, como lo muestra ejemplarmente el
caso de Brasil, aunque no sea el único.
En este marco, también el fracaso y
contradicciones de las reformas neoliberales impuestas en México empiezan a
mostrarse rápidamente. El ejemplo más dramático y criminal es el incendio y
explosiones ocurridas en Pajaritos, en realidad no directamente en Pemex, sino
en una de las compañías beneficiadas con la privatización ansiosa de rápidas
ganancias aun en detrimento de medidas de seguridad industriales y
mantenimiento que ha costado ya decenas de vidas especialmente de trabajadores
de estas compañías.
La lógica de pérdida de derechos, de empleos,
de estabilidad laboral y ahora se ve incluso de vidas en lo inmediato, pretende
continuarse no solo con las reformas energéticas y educativa, sino con las
siguientes como la de salud.
En la resistencia a esta política criminal
nuevamente destaca la diferencia de perspectiva emprendida por el SME, con la
de direcciones sindicales en las empresas que les ha llegado la hora como el
caso de los petroleros o del SUTERM (Sindicato Único de Trabajadores
Electricistas de la
República Mexicana afiliado corporativamente al PRI). Si no
hay resistencia, el futuro de destrucción de la fuerza sindical es una historia
conocida como lo mostraron en su momento sindicatos charrificados como el
ferrocarrilero.
La crisis de derechos humanos y la barbarie
capitalista
En paralelo con la crisis de legitimidad
política del régimen, la violencia generalizada en el país junto a la
militarización impuesta desde la "guerra contra el narcotráfico" de
Calderón y continuada por Peña, han evidenciado lo que ya internacionalmente se
conoce como la crisis de derechos humanos en México. Una crisis por las
dimensiones masivas, sociales, en que se expresa esta violencia y al mismo
tiempo por la impunidad con que ocurren estas violaciones a derechos humanos
con la evidente complicidad del Estado, como claramente denunció el movimiento
solidario con Ayotzinapa al decir "Fue el Estado".
Fue el Estado quiere decir que no se trata de
"excesos" de algún cuerpo policiaco o militar, sino de una política
de Estado; quiere decir que la violencia desatada no es simplemente obra de
sicarios y mentes perversas, sino resultado de la política de privatizaciones
impuesta por el neoliberalismo y de una guerra entre grupos burgueses por el
control del negocio de la droga en que la vida humana y los derechos humanos no
valen en la búsqueda de mayores ganancias y menos si las víctimas son gente
pobre que es considerada como desechable. Todo en medio de un proceso de
desmantelamiento de las instituciones estatales y responsabilidades sociales
del Estado en beneficio de intereses privados que permiten por tanto el
control, hasta territorial, por parte de grupos criminales ligados a diversos
niveles del aparato estatal.
La violencia desatada incluye una amplia gama
de violaciones a derechos humanos que se refleja en decenas de miles de
desaparecidos (que se suman a los desparecidos políticos de la primera época
del PRI), también decenas de miles de ejecuciones extrajudiciales en el marco
de la supuesta guerra contra el narcotráfico, asesinatos y extorsiones sin fin
a miles de migrantes de paso por México hacia Estados Unidos, la trata de
personas para trabajo esclavizado con las bandas de narcotraficantes o para la
explotación sexual de mujeres, el feminicidio una ola creciente de violencia
extrema contra las mujeres ya extendida por todo el país, la tortura, una
práctica generalizada como lo han denunciado los órganos correspondientes de la
ONU con el enojo del gobierno mexicano.
Ya decíamos en la Resolución Política de fines del 2014, que hay
que evitar la naturalización de la violencia. Este domingo 24 tenemos una importante
respuesta del movimiento de mujeres contra esta naturalización de la violencia
con decenas de marchas en todo el país gritando "nos queremos vivas"
y contra la violencia machista que, incluso en el caso de la CDMX pasará frente
a este Congreso proveniente del Estado de México y a la que no solamente hay
que saludar sino incorporarnos al terminar los trabajos del Congreso
Extraordinario.
Hay que evitar la naturalización de la violencia; aceptarla como
normal, acostumbrarse a vivir en la barbarie sanguinaria. Esto implica,
necesariamente, la lucha política contra este sistema. Sin lucha política,
ganan la batalla el miedo y la ruptura de los lazos de solidaridad entre los
trabajadores y los ciudadanos, con lo que se produce el que todos sospechemos
de todos.
A esa violencia desmedida, es necesario sumar
otra particularmente inaceptable: la oleada de violencia contra las mujeres, una violencia
diversa (intrafamiliar, laboral, sexual) pero sobre todo feminicida. De hecho,
la imposición del neoliberalismo se pudo dar por medio de la alianza entre las
fuerzas liberales y las más conservadoras, en la defensa abierta de un
capitalismo que tenía como tarea desmantelar los derechos y libertades
conquistadas a lo largo del siglo XX (la educación pública y la herencia del
Estado laico, por ejemplo) para que el capital circulara más libremente
aumentando sus ganancias. Como reacción a las luchas y victorias de las mujeres
impulsadas por el feminismo, en los sexenios neoliberales del PRI y del PAN (y
ahora del Pacto por México) se ha reforzado una sociedad patriarcal y misógina
que alimenta una terrible ola de violencia contra las mujeres de nuestro país.
Nuevamente tenemos que acordar sumarnos a la
lucha contra el feminicidio y por la declaratoria de alerta de violencia de
género prácticamente ya en todo el país El apoyo también al movimiento
organizado de las propias mujeres en forma autónoma contra esta violencia.
El paradigmático caso de Ayotzinapa deja
claras lecciones sobre la situación a la que nos enfrentamos
Las investigaciones de la GIEI no solamente
desmontaron la falsedad de la "verdad histórica" del gobierno
mexicano sobre lo ocurrido en Iguala el 26-27 de septiembre de 2014. Las
investigaciones llegaron hasta la puerta de la institución que -ahí sí- el
gobierno mexicano no permite trasponer: el ejército.
En paralelo se ha comprobado la
responsabilidad del ejército en casos como los de Tlatlaya o el reciente de la
tortura videograbada a una mujer en Ajuchitán del Progreso, Guerrero, o antes
en el caso de la desaparición de Jehtro en Morelos. ¿Son casos
"aislados" como dice el General Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional ?
O lo que es evidente: una política desarrollada por el ejército violatoria de
los derechos humanos en forma persistente y agudizada desde que oficialmente se
incorporó al ejército a labores policiacas con el pretexto de la "guerra
contra el narcotráfico"
La investigación del GIEI (el grupo independiente
de expertos propuesto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos)
sobre Ayotzinapa apunta claramente a señalar la responsabilidad del ejército en
la desaparición de los 43. Es lo mismo que ocurrió en los años 70 y 80s con la
mayoría de los desaparecidos políticos -y especialmente en Guerrero como señaló
la Comisión de la Verdad- en que es el ejército quien tiene la responsabilidad
de las desapariciones y su confinamiento en campos militares. La legítima
demanda de la presentación con vida de los 43, su liberación de las cárceles
del ejército, apunta al mismo tiempo en la perspectiva política que el respeto
pleno a los derechos humanos en el país implica también la salida de este
régimen sostenido por la corrupción, la violencia, la militarización y la
impunidad.
En esta misma lógica están promoviendo
reformas para legalizar lo ilegal, como la “Ley Atenco ” o las
facultades para que el Ejecutivo suspenda derechos. Se habla de un giro
autoritario, pero en realidad es la misma dinámica que los neoliberales han
impuesto en que al mismo tiempo que van abandonando responsabilidades sociales
y privatizando para “adelgazar” al Estado, como ellos dicen, al mismo tiempo
fortalecen el carácter represivo del Estado, en la vía de un Estado policiaco,
cancelando derechos democráticos.
Se anuncia la inminente legalización de la mariguana lo que
supuestamente alejaría la violencia desatada por el tráfico ilegal y la
criminalización del uso y consumo en algunas circunstancias. Es una lógica que
se está imponiendo internacionalmente, donde incluso voceros imperialistas
reconocen el fracaso de la “guerra contra el narcotráfico”. Si realmente
ocurriera esto a corto plazo, se evidenciará que la militarización, el control,
las restricciones a derechos que trajo la supuesta “guerra contra el
narcotráfico” se quedarán con su verdadero propósito: el control social.
Pese a todo lo anterior infinidad de luchas y
protestas continúan expresándose, mostrando que la resistencia continúa. Toma
múltiples formas y destinos. Destaca, por supuesto, la continuada resistencia
del magisterio democrático contra la reforma laboral llamada reforma educativa,
desde la CNTE (4) pero también desde otros y diversos contingentes del
magisterio. Es también el resurgimiento de la lucha en el Instituto Politécnico Nacional. O la
resistencia que se inicia contra la reforma a la salud. O el regreso y
reivindicación del derecho de huelga por diversos sectores de trabajadores.
Incluso si las huelgas se declaran inexistentes éstas se han realizado y algunas
pese a la declaración de inexistencia han conseguido parte de sus demandas.
Destaca el caso de la huelga en Lázaro Cárdenas, en textiles en Cuernavaca,
protestas o paros incluso en maquiladoras, entre otras.
El problema sigue siendo el mismo, que las resistencias
marchan en paralelo y en momentos diversos, sin que podamos articular un gran
movimiento social unitario que plantee el problema político de la lucha contra
el régimen de la oligarquía neoliberal.
Si esta lógica de las resistencias actuales y todas
las expresiones de la crisis (sin mencionar la ambiental que ya desarrollamos
en el pasado congreso como parte de una crisis civilizatoria) muestran que no
hay salida parcial o plena si no es con el cambio de régimen se plantea
entonces el que además del apoyo e impulso a las demandas de resistencia de
cada caso poder unir todas en la perspectiva de la lucha por el poder, por el
cambio de régimen. Es esta necesidad que plantea el debate sobre la estrategia,
sobre varias cuestiones estratégicas para la lucha política.
Abriendo el debate estratégico
Es paradójico que en el momento en que la
crisis de las instituciones político electorales es mayor y la evidencia de la
corrupción, la subordinación a los intereses del poder por la vía del dinero,
por tanto la falta de neutralidad y funcionamiento democrático así como la
actualización permanente de formas fraudulentas de instituciones electorales
como el INE, haya quien insista en que el único camino para lograr cambiar la
situación del país sea por medio del voto. No es cierto que los cambios
sociales se logran exclusivamente por la vía institucional, por medio del voto.
Especialmente cuando el sistema electoral mismo está totalmente corrompido y no
es garantía del respeto a derechos democráticos de todos. Incluso para lograr
cambios democráticos, como el voto o el reconocimiento de otros partidos, la
experiencia muestra que se han logrado no votando por el “mal menor” sino
incluso no votando, rechazando la participación en un sistema electoral viciado
de origen. Si estas formas de protesta logran modificar la relación de fuerzas
sociales y políticas en un sentido democrático los cambios pueden lograrse aun
sin ceñirse exclusivamente a las vías institucionales o al chantaje de los
partidos que llaman al “voto útil”, una expresión del “mal menor”. López Obrador insiste
en que la única opción para lograr un cambio es votando por Morena y que la
única otra opción es la lucha armada. Esta disyuntiva es falsa y es solamente
un recurso de propaganda electoral. Las opciones son diferentes. La que ellos
están proponiendo es una vía institucionalista exclusiva en el momento de
decadencia de las instituciones electorales en que, como en el 2015, la
participación ayuda a re estabilizar la situación política por los canales
institucionales. Nuestra perspectiva es diferente pues se apoya en la
perspectiva de la movilización política de masas y sus formas de lucha y
resistencia, incluidas tácticas de desobediencia civil (desde la abstención o
el boicot electoral hasta la huelga de pagos) No es que somos abstencionistas
por principio. Eso corresponde a una decisión táctica para cada momento. Pero
si no somos abstencionistas tampoco somos obsesivos en la participación
electoral o institucional. Por eso la OPT es construida como un partido para la
lucha y no como un partido exclusivo para la participación electoral.
Y no se trata de una discusión abstracta sobre formas de lucha. La
experiencia nos ha dado ya ejemplos sobre lo que decimos. La lucha del SME es
el mejor ejemplo. Y nuevamente hacemos el reconocimiento del triunfo político
que ha logrado en relación la reinserción laboral. AMLO dijo en 2015 que si
votas por ellos revertirían las reformas neoliberales. Ahora lo repite para el
2018 o para las elecciones en Oaxaca en relación a la reforma educativa. Morena
ya tiene representación en la Cámara de Diputados y no pueden revertir las
reformas neoliberales porque no es suficiente votar por ellos o que cuenten con
un cierto número de diputados. En cambio el SME en su lucha no se circunscribió
a votar o participar electoralmente. Centró su esfuerzo en la resistencia y en
la lucha organizada, en la movilización de muchas formas (huelgas de hambre,
marchas, plantones, protestas, etc) ha promovido también la organización de los
usuarios y el no pago de las injustas tarifas eléctricas. Finalmente en un
marco político muy desfavorable por la imposición de las reformas neoliberales,
especialmente la energética, ha logrado un acuerdo político que permite la
reinserción laboral. Este acuerdo, con todo y sus dificultades y limitaciones,
no se habría logrado si se hubiera ceñido, como Morena propone hoy a otros
movimientos, limitarse a votar y esperar a que te resuelvan la demanda por esa
única y exclusiva vía.
La lección es clara también en términos de lo
que dice la vieja consigna: sólo la lucha paga. Y esta es parte de la dimensión
clave de la
resistencia. La resistencia es una opción de dignidad, pero
no es sólo un símbolo, es la vía para posiblemente ganar. Las condiciones
pueden ser muy desfavorables en algún caso y quizá la resistencia no gana, pero
si no se resiste, si no se lucha, la derrota es segura. Porque la resistencia
implica la autorganización para defenderse y luchar y no esperar a que una
entidad externa te haga el favor de resolverte el problema. Por eso formas de
lucha de la resistencia, como el boicot o la desobediencia civil, o la
experiencia de policías comunitarias, no son necesariamente marginales,
sectarias o ultras, si incluyen la componente de autorganización de sectores
amplios, masivos, en la lucha.
Autorganización pero también unidad en la lucha. Pero no confundimos la necesidad de la unidad en la lucha con
los llamados a la unidad que busca subordinar a otra fuerza política. Esa no es
unidad y es un recurso para manipular y hablar y administrar a un movimiento.
La unidad en la lucha requiere el respeto a la autonomía e identidad de todos.
La lucha sectorial contra el neoliberalismo
en realidad es una lucha política y para ello se requiere partido político de
la clase trabajadora, independiente por tanto de los partidos burgueses. A cada movimiento de
lucha y resistencia con cierta dimensión, tarde o temprano se le plantea el
problema. El ejemplo más reciente es el de los compañeros del magisterio en
Oaxaca. Tomaron una importante resolución en la sección 22 diciendo que no
apoyarán a los partidos del Pacto por México. Pero la situación actual encierra
en un callejón si la resolución lleva al llamado voto de castigo contra los
partidos del Pacto por México, pues implica de todos modos votar pero por otro
partido institucional, en este caso Morena. Objetivamente el problema plantea
que no hay alternativa en el arco iris de partidos institucionales, actualmente
reconocidos. Se requiere una fuerza política partidaria propia de la clase
trabajadora. Un partido de la clase trabajadora como queremos construir a la
OPT.
Este momento de recapitulación que significa
el Congreso Extraordinario de la OPT y las condiciones de las luchas de
resistencia hoy en día confrontadas a la ofensiva neoliberal de los partidos
del Pacto por México, subordinados al PRI, y la crisis del actual sistema de
partidos es un buen momento para hacer un nuevo llamado, como el que hizo el
compañero Martín Esparza en octubre de 2010, para unirse al esfuerzo en la
construcción de un partido de la clase trabajadora y de los movimiento en
lucha. Con respeto a las otras experiencias de lucha y de organización pero
haciendo un fraternal llamado a todos los que en su lucha ya se confrontan con
reconocer la ausencia de este instrumento político de clase.
Porque, como decimos, la construcción de la
OPT como partido de la clase trabajadora es un objetivo estratégico. La OPT
como referencia de la clase trabajadora y de una propuesta de izquierda
socialista no institucional. Aquí está la originalidad de la OPT, su carácter
de clase, su definición de clase. Distinto a cualquiera de los partidos
institucionales, incluso de los que se dicen de izquierda.
Manteniendo su independencia política, la OPT,
busca construir un fuerte movimiento popular que sea una referencia política
alternativa ante el poder de la burguesía oligárquica y de los partidos del
Pacto por México e institucionales, para impulsar en la lucha un nuevo bloque
social alternativo al de los neoliberales.
La combinación y unidad de todas estas experiencias de lucha y
resistencia debe apuntar a la conformación de un bloque de fuerzas sociales y
políticas alternativo al del poder oligárquico para finalmente sustituirlo en
el poder. Lograr la conformación de ese bloque social alternativo es claramente
una perspectiva política y de poder. Es la vía para lograr el poder para los
trabajadores, para un gobierno propio de la clase trabajadora y el pueblo.
Por eso es que al mismo tiempo se requiere la
existencia, crecimiento y posicionamiento de un partido del pueblo trabajador
-tal como queremos sea la OPT- para que apunte en esa dirección. Y por eso
también es que la construcción de ese partido de los trabajadores es en sí
mismo una necesidad estratégica. No podrá conformarse un bloque social
alternativo al del poder burgués neoliberal de la oligarquía, si no existe en
el impulso al bloque alternativo una fuerza política organizada de la clase
trabajadora y el pueblo, con una definida postura no sólo antineoliberal, sino claramente
anticapitalista.
Convertir a esta fuerza en el referente
político proletario frente a los otros actores políticos es necesario para
asegurar la conformación del bloque alternativo. Por eso también es estratégica
una referencia organizada de la clase trabajadora en lucha y resistencia como
es la Nueva Central
de Trabajadores que eleve el peso obrero en la circunstancia actual, pero con
independencia política y libre de los controles corporativos del priísmo y sus
charros sindicales.
La lucha por el poder que incluye el fin del
sistema político actual y nuevas reglas de participación política institucional
hoy dominadas por el dinero y la corrupción, así como el carácter excluyente de
organizaciones y partidos representativos de la mayoría del pueblo trabajador y
de sus luchas. En realidad, todas las luchas actuales de resistencia no tienen
mayores posibilidades de éxito sino en la politización de su reclamo para
converger con la perspectiva del poder, de la salida del régimen actual.
Algunas tareas
1.- Apoyar la huelga y luchas decisivas del
magisterio de estas semanas, especialmente las convocatorias a paro el 15 o 16
de mayo.
2.- Apoyar la movilización del día 26 por
Ayotznapa.
3.- Apoyar y sumar más fuerzas a la iniciativa
de la Nueva Central
de Trabajadores y del SME para la movilización del 1 de Mayo.
4.- Profundizar la lucha de la ANUE para que
en el marco de la solución política conseguida por el SME, avanzar a su triunfo
por la vía del "borrón y cuenta nueva", una tarifa social justa así
como el impulso a la iniciativa de convertir el acceso a la energía eléctrica
como derecho humano.
5.- Impulsar y participar en la iniciativa de
una Asamblea Constituyente alternativa a la oficial que sea popular e
incluyente.
6.- Avanzar en la propuesta, planteada incluso
en la inauguración de este Congreso, de una alianza de la OPT con la NCT y el
SME en la vía de conformación de un amplio movimiento político en la lucha
contra el poder oligárquico.
7.- Hacer un nuevo llamado a la construcción
de la OPT como partido de la clase trabajadora y el pueblo en el marco de la
crisis, descomposición y degeneración de los partidos y fuerzas políticas
institucionales, invitando a nuevas fuerzas sociales y políticas, así como
movimientos en lucha, como se hizo en octubre del 2010 desde el mitin del SME
en el Estadio Azteca en la voz del compañero Martín Esparza..
8.- Encargar al Consejo Nacional de la OPT la
definición de una posición frente a los procesos electorales del 2017 y 2018
que asegure la independencia política de la OPT y su no subordinación a ningún
partido institucional y que fortalezca, más bien, procesos de organización
popular.
9.- Encargar igualmente al Consejo Nacional
las decisiones necesarias para contar con un sistema de comunicación y difusión
de nuestras ideas y propuestas, así como un sistema de educación y formación
política de cuadros.
* Militante del Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT), informe presentado a nombre de la CEN de la OPT en el
Congreso Extraordinario de la OPT celebrado el 23 y 24 de abril de 2016.
Notas
1.- La Organización Política
del Pueblo y los Trabajadores (OPT) surgió a iniciativa de la dirección del
Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) como parte de la lucha que inició
contra la disolución de la Compañía de Luz y Fuerza. En octubre de 2009, el
gobierno de Felipe Calderón liquidó la Compañía de Luz y Fuerza del Centro ,
con el doble propósito de avanzar en la privatización energética y la
destrucción del SME, sindicato que tiene 100 años y que está colocado a la
cabeza de las luchas de resistencia y que ha sido siempre independiente del
PRI. El SME se opuso a la liquidación de la Compañía de Luz y se negó a aceptar
la liquidación económica que se ofrecía a los trabajadores despedidos. Empezó
así una larga lucha de resistencia –que continúa hasta la fecha- en que la
mitad de los 40 mil trabajadores despedidos no aceptan la liquidación. En
octubre de 2010 en un gran mitin celebrado por el SME en el Estadio Azteca ,
Martin Esparza, secretario general del SME, planteó que siendo la lucha en que
están inmersos contra la oligarquía neoliberal una lucha política y no solo
gremial, se requería además del sindicato, una organización política. Así es
que convocó a la formación de esta nueva organización sobre la base de los
electricistas en resistencia. En agosto de 2011 se realzó el congreso de
fundación de la nueva organización que adoptó el nombre de OPT. A la
convocatoria de los líderes del SME concurrieron militantes de varias
corrientes y organizaciones de la izquierda socialista, entre ellos el PRT. El
23 y 24 de abril se realizó el Congreso Extraordinario de la OPT para reformar
y actualizar los documentos básicos de la organización (Principios, Programa y
Estatutos). Adicionalmente se incluyó un de análisis de la situación política y
perspectivas que es el motivo del presente informe.
2.- El Pacto por México es el acuerdo
establecido en diciembre del 2012, cuando tomó posesión como Presidente de la
República, Enrique Peña Nieto. Es un acuerdo entre todos los partidos
institucionales, alrededor del PRI y de Peña Nieto. El eje del Pacto es el PRI,
el PAN y el PRD. El Pacto reconoce a Peña Nieto como Presidente, pues estaba
ampliamente cuestionado por nuevas prácticas fraudulentas del voto. Al mismo
tiempo compromete a los partidos del Pacto a apoyar las reformas neoliberales
que se proponía Peña. Así entre 2012 y 2014, Peña hizo aprobar en el Congreso
de la Unión las reformas laboral, educativa, fiscal y sobre todo la energética
que permite la privatización del petróleo y la electricidad. No
tuvo oposición en el Congreso . Al mismo tiempo que se firmaba el Pacto por
México, Andrés Manuel López Obrador rompe con el PRD y llama a formar y
legalizar su nuevo partido MORENA. En el 2013 se dio el periodo de registro de
nuevos partidos y MORENA consiguió el reconocimiento legal. La OPT, recién
organizada, intentó también obtener el registro legal en una campaña nacional
pero no lo pudo conseguir al no lograr superar los excesivos requisitos de
afiliación en asamblea con fiscales del IFE (Instituto Federal Electoral)
presentes.
(3) Luis Videgaray, secretario de Hacienda del
gobierno de Peña Nieto. Agustín Cartnes, Presidente del Banco de México.
(4)
La CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) la principal
corriente sindical de oposición a la dirección burocrática y subordinada al PRI
del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación). La CNTE dirige o
tiene presencia decisiva en varias secciones estatales del sindicato como la de Oaxaca , Michoacán,
Guerrero y Chiapas. Hay otras corrientes sindicales de oposición aunque no
dirigen secciones estatales y la oposición está creciendo por la imposición de la llamada Reforma Educativa
a la que se subordina la dirección del SNTE.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211674
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