“El TLC Mercosur-Unión
Europea implicará un mayor saqueo de nuestros bienes comunes”
26 de octubre de 2015
Por Agustín Bontempo y Gerardo Szalkowicz
A pocos días de cumplirse 10 años del NO al
ALCA, los gobiernos del Mercosur (a excepción de Venezuela) avanzan en las
negociaciones para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea. Julio
Gambina, profesor de economía política e integrante del Comité Directivo del
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), analiza las consecuencias
que tendrá para los países suramericanos.
En esta entrevista con el programa “Al sur del
Río Bravo” que se trasmite por Radionauta FM, Gambina asegura que la firma del
acuerdo va a exacerbar la dependencia económica. También sostiene que “los que
se benefician son claramente las corporaciones transnacionales” y que los
“trabajadores y trabajadoras serán los principales afectados”.
-¿Cuáles son los puntos centrales del Tratado de
Libre Comercio que vienen negociando los países del Mercosur con la Unión Europea ?
¿Quiénes serán los principales favorecidos?
-Este TLC es una vieja aspiración, en primer
lugar de la Unión
Europea , como parte del capitalismo desarrollado que intenta
fortalecer relaciones con distintos países del mundo para favorecer la
liberalización del comercio, de la circulación de capital, de mercancías, de
servicios. Un tema que venía fuertemente desarrollado desde las negociaciones
por el ALCA entre Latinoamérica y Estados Unidos y que también se vincula con
el recientemente firmado Acuerdo Transpacífico conocido como TPP.
Hay una intencionalidad de los países
capitalistas desarrollados por lograr acuerdos llamados comerciales que van
sobre el tema de inversiones, de patentes, sobre el conjunto de los aspectos
económicos, para generar negocios que favorezcan la apertura de las economías.
Y en ese marco, obviamente tienen ventajas de competitividad los capitales más
concentrados, que precisamente no están en los países del Mercosur sino en los
países europeos, especialmente los más desarrollados. Se busca entonces esas
ventajas para favorecer la colocación de sus productos y disputar, vía
inversiones externas, procesos de privatizaciones, proceso de enajenación del
capital público e incluso del capital privado. La lógica es que los capitales de
los países desarrollados puedan desplazar de cierta posición de dominación o
hegemónica que puedan tener algunas empresas medianas o grandes en los países
de la región. Los
que se benefician son claramente las corporaciones transnacionales de allá y de
acá.
Digamos que también es de interés en estas
negociaciones los propios capitales más concentrados de los países de la
región, del Mercosur en este caso. Hay que considerar que en los últimos años,
las llamadas translatinas, grandes empresas -brasileñas principalmente- han
generado una expansión de su presencia en América Latina y necesitan
consolidarse con expansión a otros lugares del mundo. Por lo tanto, también les
interesa recibir un trato preferencial por parte de la Unión Europea.
Entonces, no sólo grandes empresas de Europa
están interesadas en la liberalización de nuestros pises. También grandes
empresas que tienen origen y actúan en nuestros países están interesadas en
ganar mercados e incluso competir en licitaciones públicas en los piases capitalistas
desarrollados. Digamos que la gran atracción es para los grandes capitales
transnacionales, tengan el origen que tengan. Y es por los Estados, tanto los
europeos como latinoamericanos, protagonizan este debate en representación de
esos grandes capitales.
Pero en la medida en que se generalizan los
proceso de apertura y liberalización de las economías, se deterioran las
potencialidades del capital público en nuestros países, se deteriora la
capacidad de disputa de ingresos de los trabajadores y hay un serio peligro de
que avance el proceso de saqueo sobre los bienes comunes, que es una de las
características del modelo económico, productivo y de desarrollo de estos
tiempos en nuestros países.
¿Cuáles serán las consecuencias especialmente
para el pueblo trabajador en nuestros países?
-La firma de estos acuerdos potencian y
profundizan la inserción subordinada del capitalismo local en el capitalismo
mundial. Exacerba la dependencia económica. Y, como consecuencia, el efecto
principal está sobre los trabajadores o los que viven de ingresos fijos en
primer lugar, porque todo proceso de liberalización de la economía requiere
disminución de salarios y, por ende, los trabajadores y trabajadoras serán los
principales afectados. Y todos aquellos sectores del empresariado que ligan su
perspectiva económica a la capacidad de compra de los salarios y los sectores
de ingresos fijos.
También se van ver perjudicados aquellos
pequeños y medianos, tanto industriales, comerciantes, productores, que están
asociados a la evolución del mercado interno de nuestros países. Y no hay
ninguna duda de que la liberalización de la economía supone potenciar el modelo
extractivista, de saqueo de los bienes comunes y, como tal, afecta a las
poblaciones que están asentadas en los territorios que son objeto del saqueo.
Con lo cual no sólo hay consecuencias económicas para la mayoría de la
población, sino que afecta a la propia dimensión cultural por el tipo de patrón
de consumo que genera este fenómeno de la libre competencia dominada por las
transnacionales. Con lo cual, la mayoría de la población aparece afectada por
este tipo de negociaciones.
-Se están por cumplir 10 años del NO al ALCA.
¿Qué líneas de similitud encontrás entre aquella iniciativa de dominación
impulsada por Estados Unidos y este TLC con la Unión Europea ?
-Hay grandes similitudes porque esencialmente
ambos apuntan a la liberalización de la economía. La diferencia está en que la dinámica
de resistencia popular al ALCA fue lo que hizo derrumbar hace 10 años aquel
tratado de libre comercio. Pero EE.UU. le ha encontrado la vuelta y ha ido por
tratados bilaterales. Digamos que el ALCA no murió en su esencia y EE.UU. ha
sacado mucha ventaja en ese aspecto. Creo que la diferencia entonces es el
nivel de resistencia popular que se generó hacia el 2005 con el proceso de
cambio político en la región nuestroamericana. Y ahora el desafío está en poner
en evidencia el tema y generar una batalla ideológica, política y cultural para
que el tema aparezca y el movimiento popular no baje la guardia de la
peligrosidad que tienen estos proyectos de libre comercio, aunque tengan menos
visibilidad que el que empujó EE.UU. hace 10 años.
Fuente:
http://www.marcha.org.ar/el-tlc-mercosur-union-europea-implicara-un-mayor-saqueo-de-nuestros-bienes-comunes/
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