Hoy estamos frente a una tarea
histórica:
la desmercantilización de la sociedad
10 de junio de 2015
Por Vinculación Puente
Alto (Rebelión)
En los ámbitos de la crisis del sistema educacional y la
emergencia de la movilización social, se abre hoy una oportunidad inédita en
Chile. No sucedió en las movilizaciones por los “raspapases” (pasas escolares
para el transporte público) del 2001, ni en la movilización de los pingüinos de
2006, ni en las multitudinarias movilizaciones por educación gratuita y de
calidad de 2011. Pero hoy, 2014, la posibilidad de encontrarse, organizarse y
movilizarse en conjunto entre Estudiantes y Profesores está ante nosotras y
nosotros.
Las antidemocráticas y anticientíficas
propuestas del Gobierno, tanto respecto a la Reforma Educacional
como al Proyecto de Ley para el Desarrollo Profesional Docente, genera no sólo
la oportunidad sino la necesidad de que el movimiento estudiantil y el de los
trabajadores de la educación converjan en la demanda por una transformación
estructural del sistema educacional en Chile.
Esta transformación no sólo transporta la demanda de un proyecto,
de una meta radicalmente distinta ─un sistema educacional
gratuito, de calidad y democrático─, sino a
procedimientos radicalmente novedosos: no ya hecho entre cuadro paredes, en
comisiones conformadas por tecnócratas gubernamentales, sino desde los actores
mismos, profesoras, profesores y estudiantes; no ya desde instituciones cooptadas y
clientelizadas, sino a partir de una profundización del trabajo de base.
Además, la potencia de la demanda por educación gratuita, de
calidad y democrática, conlleva el horizonte transformador de la sociedad: la
desmercantilización no sólo en el ámbito de la educación, sino también en la
salud, la previsión social, el transporte público, la vivienda, el arte y la
cultura.
Todo esto contrasta con un sistema económico,
político y social antidemocrático, privatizador, elitista, que se basa en la
explotación y el endeudamiento; el descrédito y deslegitimidad de la “clase
política”, su deterioro generalizado; los escándalos de corrupción y
enriquecimiento ilícito; la bancarrota moral de las instituciones como el Parlamento,
los Partidos Políticos, el Gobierno y las Fuerzas Armadas; gracias a los
múltiples casos que ejemplifican este deterioro: Penta, Soquimich, Caval,
Luksic, Angelini, Aguas Andinas, Martelli, Peñailillo y la campaña de Bachelet,
Municipalidades y el negocio de la basura, las colusiones de las Farmacias, la
Ley de Pesca, las sanciones internacionales por la violación a los derechos
humanos en las comunidades mapuche, los criminales y represivos protocolos de
las Fuerzas Armadas, el entramado de relaciones entre sectores políticos y
sectores del gran empresariado, etc., etc.
Sin embargo, esta situación de bifurcación entre, por un lado, un
horizonte social transformador, democrático, antimercantilista, y por otro, unastatus
quo neoliberal, pone al descubierto
una profunda asimetrías de poder entre los actores de cambio y los
continuadores del modelo, entre el pueblo trabajadores y las elites
explotadoras, entre los movimientos sociales y las instituciones, entre las
organizaciones de izquierda y los partidos neoliberales (modernizadores como la Nueva Mayoría o
conservadores como la Alianza).
Hoy estamos frente a una tarea histórica: la
desmercantilización de la
sociedad. Pero esta tarea y oportunidad que se nos presenta,
sólo podrán ser realizadas a partir de la convergencia de todas las demandas,
movilizaciones y actores, y la ruptura con la clase política, sus instituciones
y su proyecto. El movimiento estudiantil y de trabajadores de la educación
deben mostrar el camino de esta convergencia. Y las organizaciones de izquierda
han de profundizar la convergencia hacia la multisectorialidad, junto a los
trabajadores (profesionales, obreros, técnicos y de servicio, artistas, etc.) y
pobladores (vecinas, vecinos, organizaciones comunitarias, jubilados, etc.).
ESTUDIANTES
Las y los estudiantes secundarios hoy
desarrollan, nuevamente, organización y movilización, no sólo para expresar su
malestar sino para hacer frente a la lógica de mercado del sistema educacional
chileno. Pero también para proponer un nuevo sistema educacional,
participativo, comunitario, democrático, basado en los derechos, y creado para
el desarrollo y el fortalecimiento de las comunidades.
La lógica de mercado, fundamento ideológico de
la Nueva Mayoría
(La Concertación + PCCh) y de la Alianza, se extiende a todos los niveles de
nuestra vida: en la salud, la previsión social, el transporte público, el
trabajo, la cultura y la
educación. Cuando los jóvenes deben decidir si seguir una
formación profesional o técnica, muchas veces no son sus intereses ni los
intereses de la comunidad los que los hacen decidir, sino cómo ganar más dinero
para hacer frente a una vida de gastos y endeudamientos. Y muchos ni siquiera
realizarán estudios, porque deberán enfrentar el mundo del mercado debido a la pobreza
o endeudamiento de sus familias, o porque ellos mismos son madres y padres
jóvenes.
La educación profesional o técnica debe ser un
derecho para todas y todos, y optar por una u otra debe basarse en los
intereses de las personas y sus comunidades. Por eso deben ser completamente
gratuitas.
Además, así como la educación, deben ser
gratuitos la salud, la previsión social y el transporte público. De esta forma
se comienza a desmercantilizar la vida.
Esta es la transformación más profunda que se
encuentra en el proyecto de las y los estudiantes secundarios y universitarios.
Y este gran objetivo histórico sólo podrá realizarse por medio de la
organización, movilización y de la lucha, puesto que tanto la Nueva Mayoría como
la Alianza tienen como fundamento el mercado y la privatización.
Y así la Reforma a la Educación impulsada por
el Gobierno y limitada a los intereses de la Derecha y de los Grandes
Empresarios, sigue reproduciendo la lógica del mercado y la lógica
privatizadora. Esto se refleja incluso en los curriculum educativos, creados
por unos pocos y para los intereses de esos pocos.
Por eso los secundarios vuelven nuevamente a
las calles y a las tomas de los liceos y las escuelas, organizados y
movilizados, porque transportan la convicción de no sólo construir un nuevo
sistema educativo, sino un nuevo sistema social.
Han aprendido de las anteriores experiencias,
del 2001 y 2006, donde los Gobiernos de la Concertación cooptaron a ciertos
dirigentes o los pusieron en comisiones tecnocráticas que no hacen sido dividir
las demandas y volcarlas a un lenguaje de seudoexpertos; y de 2011 aprendieron
que este modelo no permite ninguna transformación, ninguna reforma, y por lo
tanto la ruptura con la mercantilización es inevitable, y que la organización y
la movilización no puede esperar la articulación de los Liceos Emblemáticos,
sino que debe profundizarse en las Periferias e incorporar un lenguaje popular
y de clase.
PROFESORES
El 20 de abril, el Gobierno, por medio de la propia Presidenta ,
y por supuesto sin participación de los principales actores, presentó su
Proyecto de Ley para un Sistema de Desarrollo Profesional Docente. Nuevamente
se subestiman a las profesoras y profesores y se pone todo en manos de
tecnócratas ministeriales o privados.
Lo que se denomina como Carrera Docente son
las leyes laborales que regulan el trabajo de las y los profesores, que reciben
un trato específico debido a la función estratégica que cumplen para la
formación de ciudadanas y ciudadanos, naciones y Estados. La formación, la
incorporación al mundo del trabajo, el desarrollo de la profesión, horarios,
vacaciones, enfermedades laborales, las capacitaciones y la jubilación, son los
elementos que constituyen la Carrera Docente.
La propuesta del Gobierno reproduce la lógica
individual del trabajo de las y los profesores, siguiendo el modelo de
Asignación Variable por Desempeño Individual (AVDI) ya existente. Como este
modelo tiene recursos limitados, los docentes tendrán que seguir compitiendo
individualmente entre sí para acceder a mejores beneficios. Se reproduce
entonces las lógicas de la competencia y el individualismo, del capital. Todo
esto va contra una lógica de trabajo colectivo, comunitario, de convivencia y
colaboración, que es la base de toda pedagogía, aprendizaje y educación.
Además, el proyecto sigue fortaleciendo el agobio laboral, que no permite a las
y los profesores de nuestro país desarrollar una vida social y cultural
comunitaria, llevándolos de las salas de clase a sus hogares donde siguen
planificando y preparando clases.
La coyuntura que genera el Proyecto de Ley
para un Sistema de Desarrollo Profesional Docente presentado por el Gobierno,
podría determinar el desarrollo de la profesión docente los próximos 12, 16 o
hasta 20 años. De ahí la importancia de la organización y movilización de los
trabajadores de la educación.
El Colegio de Profesores no puede sino adoptar
una postura de representación de su gremio, pero existe siempre el riesgo
(corroborado en experiencias anteriores), de ceder ante las presiones del
Gobierno, sobre todo ahora donde el Presidente del Colegio de Profesores es
Militante del Partido Comunista, conglomerado que ha demostrado su compromiso
con la Reforma de la
Nueva Mayoría.
Por esta razón es que en las distintas zonas
donde las profesoras y profesores se han organizado y movilizado, ha surgido un
intento por superar las lógicas de los dirigentes y potenciar el trabajo de
base y la toma de decisiones colectivas.
Un elemento cardinal consiste en la toma de
conciencia por parte de las profesoras y profesores en que deben superar la
lógica gremialista y avanzar en la convergencia con los estudiantes, además de
integrar a toda la comunidad escolar, incluyendo a los apoderados. Si esto no
sucede, se perderá la oportunidad de transformar el Proyecto de Ley para un
Sistema de Desarrollo Profesional Docente –que debe ser completamente retirado
como propuesta─ y la Reforma de la Educación.
NO MÁS REPRESIÓN
Las marchas estudiantiles y de los
trabajadores de la educación vuelven a exponer la ilegitimidad de los
procedimientos de la Policía, especialmente de Fuerzas Especiales: violencia
desmedida, infiltrados, tecnología de combate (lanza aguas con tóxicos,
lacrimógenas, escudos y macanas utilizados de forma directa contra las
personas).
El grave atentado contra Rodrigo Avilés, que
le provocó un tec cerrado con riesgo vital, en una situación a la que muchos nos
arriesgamos en cada marcha, mostró no sólo la violencia y criminalidad de los
protocolos, sino la hipocresía con la que reaccionó la institución de
carabineros. El golpe de un efectivo de Fuerzas Especiales que arremetió con el
escudo contra Paulina Estay fue otro ejemplo de la violencia criminal.
La conciencia fascista de un joven de
Valparaíso que disparó y asesinó a dos estudiantes movilizados, Diego Guzmán y
Exequiel Borvarán, puso al descubierto el rol de los medios
de comunicación tradicionales, en manos del Gran Empresariado, quienes
promueven y reproducen la intolerancia, el individualismo, el miedo, abogando
contra las movilizaciones y la transformación social para mantener el orden
mercantilista y privatizador.
Por otro lado, las sanciones, remociones y
dadas de bajas, siempre se limitan a las acciones personales de los
“efectivos”, cuando en realidad son políticas de Estado; políticas represivas
que provienen del periodo Dictatorial y que los gobiernos de la Concertación,
La Alianza y la Nueva Mayoría
─puesto que su “democracia” se fundamenta en los pactos con la
Dictadura─, no han modificado; y de hecho han profundizado a las Fuerzas
Armadas como organismos represores y defensores de los intereses privados,
invirtiendo grandes recursos económicos y tecnológicos, además de mantener sistemas
de inteligencia orientados no a la seguridad sino a la represión.
Por todo esto, las movilizaciones, marchas,
velatones, no sólo honran a Rodrigo Avilés, Paulina Estay, Diego Guzmán y
Exequiel Borvarán (y todos los actos agredidos o asesinados en otras ocasiones
como Matías Catrileo en 2008, Jaime Mendoza Collio en 2009, Manuel Gutiérrez el
2011), sino que abogan por la transformación de las Fuerzas Armadas y la
Policía, que abandonen sus protocolos criminales y represores, su clasismo
donde los pobres sólo puedes ser suboficiales y los ricos oficiales, su
sometimiento a los intereses del Gran Empresariado.
21 DE MAYO
La del 21 de Mayo fue una Cuenta Publica
timorata, mediocre, con pocos anuncios importantes, un balance conservador.
Todo esto porque, por un lado, el Gobierno sabe del rechazo, descontento y
cuestionamiento por parte de los actores sociales, hacia sus reformas
limitadas, mezquinas y poco democráticas, y por otro lado, no se quiere
enfurecer al Gran Empresariado, del que es en el fondo representante y al que
se encuentra sometido…
Se hacen anuncios grandilocuentes, como el de
un “proceso constituyente”, que rápidamente se limita su alcance y profundidad,
poniendo trabas institucionales y el beneplácito de los Grandes Empresarios y
la Derecha; y que en el fondo sólo promueve el oportunismo de los intelectuales
de la Nueva Mayoría
y de los dirigentes del PCCh.
Se asume los retrasos de las mejoras de la
infraestructura de la salud, pero se silencia que estas pasarán por mayor
privatización y externalización.
Se asegura que la Reforma Tributaria
no la pagara la “clase media”, pero no se dice que fue hecha en un acuerdo
entre la
Democracia Cristiana y el Gran Empresariado, y a la medida de
éste último.
Se anuncia mayor inversión en “seguridad”
cuando eso significa mayor represión, especialmente en las comunidades
organizadas, y no se prevé en ningún caso el cuestionamiento a los protocolos
criminales. Y así, en contraste a las movilizaciones y expresiones contra la
corrupción, la criminalización, la represión, las demandas de los estudiantes y
trabajadores, la policía reprime con golpes, carros lanza aguas, lacrimógenas e
infiltrándose en las marchas.
El Gobierno y su “vocera”, Bachelet,
nuevamente se subordinan al Gran Empresariado y sus llamados a los “acuerdos
políticos amplios”, que no son sino los acuerdos entre La Alianza y la Nueva Mayoría para
mantener la gobernabilidad y sanear los agrietamientos del modelo neoliberal.
CAMBIO DE GABINETE
El vacío de 72 horas de un gabinete
ministerial fue expresión de las tensiones al interior del Gobierno, entre
“modernizadores” y “conservadores”, entre quienes quieren limitar con más
profundidad las Reformas y quienes quieren sanear el resquebrajamiento del
modelo neoliberal…
Además, no hay que subestimar el gestó
comunicación del anuncio de cambio de gabinete en el Canal de Televisión de
Luksic, principal promotor del Gobierno de la Nueva Mayoría.
Los bacheletistas fueron sacados del Gabinete
(e incluso del Gobierno: Peñailillo, Elizalde y Arenas), y en su lugar pusieron
a derechistas Demócratas Cristianos o a neoliberales del PPD, como Rodrigo
Valdés en el Ministerio de Hacienda.
Ya la Reforma Tributaria ,
se “cocinó” entre los Grandes Empresarios y la Democracia Cristiana
(en la misma casa de Andrés Zaldívar ─hoy cuestionado
por sus boletas a Aguas Andinas por un mundo de 150 millones de pesos). Y ahora
se hará lo mismo al poner en el Ministerio del Trabajo a otra Demócrata Cristiana,
Ximena Rincón, para hacer una Reforma Laboral a medida de los Grandes Empresarios.
Este Gobierno, como todos los Gobiernos de la
Concertación, limitarán sus propuestas: lo mismo que con la Reforma Tributaria ,
lo harán con la
Reforma Laboral , Educacional y el Proceso Constituyente.
EL DUOPOLIO
La mezquindad y vergonzosa pelea entre la Nueva Mayoría y la
Alianza, para ver quién sale más desacreditado entre los casos Penta y
Soquimich, Caval y Martelli, La Ley de Pesca, Peñailillo y Novoa, la campaña de
Bachelet o las empresas de Piñera, no hacen sino ocultar de que se tratan de un
duopolio, un “bloque en el poder”, cuyo proyecto consiste en limitar la
democracia, mantener el neoliberalismo y la dispersión de las clases
trabajadoras y populares.
Asimismo, el problema del financiamiento de la
política, evasión tributaria, fraudes al fisco, soborno y corrupción,
responsabilidad penal de parlamentarios, el “asalto” a los cargos públicos, no
es sino la superficie de la relación entre Política y Negocio, entre Políticos
y Grandes Empresarios, entre el Estado capitalista y los Intereses Privados.
En resumen, en Chile gobiernan dos
conglomerados neoliberales, uno conservador (La Alianza) y otro limitadamente
reformista (La Nueva
Mayoría ) o ni siquiera reformista sino preocupada por
mantener el sistema y la gobernabilidad, para lo cual tendrá que generar
cambios y reparar grietas, engañando al pueblo y conteniendo sus demandas.
EL PCCH
El Partido Comunista ya es parte leal y
disciplinada de la
Nueva Mayoría. Además del Sernam, donde tienen una Ministra
(Claudia Pascual), se agrega un nuevo Ministerio, el de Desarrollo Social, con
Marcos Barraza; y la División de Organizaciones Sociales (DOS) del Ministerio
Secretaría General de Gobierno, a cargo ahora de Camilo Ballesteros.
Con esto, el PC maneja importantes recursos y
opera directamente en organizaciones sociales, desde donde puede cumplir la
tarea por la que ingresó al Gobierno: contener las movilizaciones y generar
apoyo social al Gobierno.
En las organizaciones estudiantiles
(secundarias y universitarias) se verá desplegarse a las Juventudes Comunistas;
así mismo en el Colegio de Profesores y en la CUT, los miembros del Partido
Comunista intentarán asumir liderazgos.
UNIDAD, ORGANIZACIÓN Y MOVILIZACIÓN
La pérdida de legitimidad del gobierno, del
sistema político, del mercado, de los Grandes Empresarios, de las
transnacionales, de las Fuerzas Armadas, de los Medios de Comunicación,
contrasta, por un lado, con el ánimo transformador que proviene de los
movimientos sociales, estudiantiles, medioambientales, de trabajadores, y por
otro, con la asimetría de poder entre el campo popular, disperso y debilitado,
y la clase política y el Gran Empresariado.
Estos últimos meses ha quedado claro que donde
hay intereses económicos, hay acuerdos políticos, en torno a las mineras, el
agua, los bosques, la energía, el transporte, las carreteras, la salud, las
isapres…
Por estas razones, la asimetría de poder y la generalidad de la
mercantilización, el campo popular debe avanzar en paralelo, llevando las
demandas de crítica a las reformas, crítica al gobierno y al sistema, a la
propuesta de un nuevo sistema que supere la lógica del mercado; y para esto se
debe fortalecer la identidad de clase trabajadora y popular (mujeres y hombres
profesionales, obreros, técnicos, intelectuales, pobladores, estudiantes,
etc.); profundizar la organización y la movilización; superar la dispersión de
las organizaciones de izquierda; hacer converger las distintas demandas:
educación, salud, previsión social, transporte público, vivienda, protección
del medio ambiente.
El pasado Primero de Mayo, la izquierda dio muestra de profundas
coincidencias y de voluntad de unidad, generando una marcha “alternativa” a los
sectores oficialistas, cuya convocatoria sino superó al menos igualó a la de la CUT. Estas
convergencias, en la organización y la movilización, deben ir avanzando y
replicándose no sólo en las convocatorias nacionales, sino también locales,
territoriales.
O habrá ruptura o habrá continuidad, porque cambios profundos no
pueden realizarse en al actual modelo neoliberal y con la actual democracia
limitada.
Puente Alto, Junio, 2015.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199805
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