Las limitaciones del
peronismo burgués
1
Noviembre 2019
Por Alfredo Grande
(APe)
En
el verano setentista, una consigna respondió a las palabras del General: “en su medida y armoniosamente, vamos a armarnos, armarnos hasta los
dientes”. Los combatientes que habían derrotado varias
veces a los padres e hijos pródigos de la “Revolución Argentina ”,
que había pretendido entronizar a Onganía como un faraón implacable, no
toleraban el giro a la derecha fascista que Perón toleró, propició y luego, ya
no pudo controlar. Murió en las vísperas, contrario a lo que el sentido común
dice. Vísperas de la masacre planificada de combatientes, de militantes,
obreros, profesionales, simpatizantes, adversarios, disconformes.
El
tema no es si fueron 30000 o 9000, según la corrección que propone el sistema
métrico criminal de la Graciela Fernández Meijide. La masacre de Ezeiza
quebró, quizá para siempre, los sueños posibles de una patria socialista, de
una patria liberada, de una patria que sepultara los mandatos colonialistas de
los poderes de turno. Algo de esto propone nuestro Himno Nacional, cantado y
traicionado por la canalla genocida. Patria Peronista y Patria Socialista
fueron denominaciones de la lucha de clases. Lucha de clases negada para
garantizar la perpetuidad de la casta hegemónica. Lucha de clases invocada, y
casi nunca en vano, para perforar el fundante represor de la cultura.
La
primera expresión de las limitaciones del peronismo burgués fue escrita el 17
de diciembre de 2015. El artículo se tituló “El
macrismo: etapa superior del kirchnerismo”.
El macrismo fue la expresión del viraje político del kirchnerismo a la derecha. No supieron,
no quisieron o no pudieron planificar una nueva esperanza para el pueblo
trabajador. Daniel “el tranquilo” intentó, pero entre los ataques de los ajenos
y los sabotajes de los propios, arañó el triunfo sin alcanzarlo. Sigo sosteniendo
que “Macri no llegó porque lo votaron, sino que lo votaron porque llegó”. Me
refiero a una llegada política. Y que fue ratificada por que varios y varias
del arco supuestamente opositores, fueron copartícipes necesarios del saqueo.
La desaparición forzada de salarios, jubilaciones, planes sociales, tiene el
nombre piadoso de “inflación”.
Cuando las PASO dieron paso a un acontecimiento,
era el momento para pedir la renuncia inmediata del Presidente. Obviamente,
nuevamente el arco opositor (empresarial, partidocrático, sindical organizado)
sostuvo la necesidad de llegar en tiempo y en forma (lo de forma es una forma
de decir, obviamente) a las elecciones. Consagrada la fórmula del Frente de
Todos (los que están en el Frente ¿se entiende?) nuevamente la espera nada
dulce hasta el 10 de diciembre. Lo llaman transición al derrame perpetuo,
constante y criminal de los recursos para satisfacer las necesidades básicas,
que siguen demasiado insatisfechas.
El
hambre sigue siendo un crimen y el macrismo es apenas el ejecutor actual del
exterminio de la niñez. El
macrismo sobrevivirá, aunque Macri haya perdido. Incluso gracias a eso. Un 40%
de votos consensuado con el arco opositor, fumanchú y houdini, redujo la grieta
electoral. La devaluación de la política habilita a que la denuncia más
seria la haga un experto en informática. Y mientras la denuncia penal avanza,
la evaluación política retrocede.
Propongo
que haya 364 días de la lealtad y un día de la traición. Todo
sería mejor. Porque avise o no avise, la traición también está incrustada en el
inconsciente político occidental y cristian o.
Una denominación benévola de “traición” es “borocotismo”.
La
borocotización anticipó las cabriolas de Sergio “Guasón” Massa. El mismo
Alberto traiciona al no votar en el balotaje a Scioli, pero lo lleva como
estampita para el múltiple stand up llamado debate. Sus diatribas contra la
actual vice presidenta electa cuando era presidenta, son dignas del tutorial de
las traiciones edulcoradas. Como bien señala Carlos S La Rosa, el Alberto fue
elegido no a pesar de su traición, sino justamente por haberlo hecho. (Opinión
9/6/2019) Hace décadas, el “Luche y Vuelve” fue traicionado por la organización
de la “triple A” (alianza argentina anticomunista). Décadas después, Pichetto
le presta su cara careta al ícono de otra traición más que anunciada.
Estas
cosas, y otras muchas, son las limitaciones del peronismo burgués. Al renegar,
repudiar, descalificar la lucha de clases, fomenta el odio de clase. De lo cual
la burguesía se hace cargo sin limitaciones, mientras las clases oprimidas
siguen luchando para erradicar el mandato suicida de amar a los enemigos.
Veo
los ojos de un niño que en el subte me saluda. Mientras la mayoría está en coma
electrónica grado IV, ese niño me extiende una mano. ¿Qué hice yo para que ese
niño esté donde no tiene que estar, esperando de los que nada puede esperar?
Nada. Al menos lo sé. Las palabras no se comen.
Sergio
Uñac, gobernador de San Juan, nos sermonea con un Gran Acuerdo Nacional.
Maldita memoria. Vienen a mí las palabras de Agustín Lanusse: “Gran acuerdo nacional: un partido que debemos jugarlo todos”. El
“todos”, incluso el “todes”, es una potente limitación. Es un ritornelo apenas camuflado de la teoría del derrame. Crecer
para consumir. Consumir para crecer, o sea, endeudamiento razonable. La
obsesión del crecimiento económico es otro de los delirios de la derecha. Hay
defensores del consumidor, pero necesitamos fiscales de los consumidores. Los
supermercadistas deben ser saqueados, porque el que saquea a un saqueador,
también tiene cien años de perdón.
Las limitaciones del peronismo burgués son la
plusvalía que exige el capitalismo. No se trata de combatir al capital, sino de
combatir a la clase capitalismo. Que no solamente no es lo mismo, sino que es
lo contrario. Pertenezco al sector minoritario de la izquierda. Sea
electoral o no lo sea. Pero la rebelión de Chile es también, el regreso de la
heroica gesta de Salvador Allende. No traicionaremos todos los logros del
peronismo. Pero tampoco queremos someternos a sus propias limitaciones.
Postdata:
El macrismo va a ser, ya lo está siendo, una etapa superior en la
distribución de la riqueza para que haya más ricos que antes. Una etapa
superior en desmantelar leyes con potencial de cambio político y social (ley de
medios, ley de salud mental, ley de identidad de género). Paradojalmente, y
para avalar el tema del engaño, la ley anti discriminatoria nunca fue
sancionada durante la década ganada. Los lobos se han probado tantas pieles de
cordero, con modernos adhesivos, que ahora es muy complejo llegar al verdadero
rostro. Y en él mientras tanto, habrá cientos de miles de trabajadores
precarizados, tercerizados, sin contención legal, incluso en el Estado que el
kirchnerismo administró, que tendrán que morar muy al este de cualquier
paraíso. (..) Si tuviéramos el fuerte deseo de responder la pregunta: “que
hicimos nosotros para llegar a esto”, si decidiéramos realizar un análisis
colectivo de la propia implicación, si los dioses de la política recordaran que
son mortales, entonces hasta Macri podría tener algún efecto terapéutico. No es
el kirchnerismo el garante de la lucha contra el macrismo. Lamentablemente, fue
el garante de su triunfo. Pero todos podemos cambiar, mejorar, reconocer
errores, aceptar responsabilidades. (..) Para otras y otros, la lucha continúa
hasta la victoria siempre, porque no se trata de cambiar gobiernos, sino de
arrasar con el modo de producción de bienes y personas que la cultura represora
impone. Por eso lucharemos para que esta “etapa superior” sea derrotada. (Extractos de: “El
macrismo, etapa superior del kirchnerismo”)
https://www.pelotadetrapo.org.ar/2013-09-05-12-30-19/2019/5197-las-limitaciones-del-peronismo-burgu%C3%A9s-2.html
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2019/11/07/argentina-las-limitaciones-del-peronismo-burgues/
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