sábado, 9 de noviembre de 2019

Sepamos: “no hay forma de evitar los efectos de este modelo. Solo cambiarlo por otro que sea amigable con la naturaleza y con la vida. Las Buenas Prácticas Agropecuarias o Agrícolas son solo una estrategia de las corporaciones agroindustriales con la complicidad de los gobiernos, para lograr consenso social, confundir a la población y seguir ganando dinero para un sector concentrado del capital agroindustrial, financiero y especulador, en detrimento de la salud y el bienestar de un pueblo”.

Buenas Prácticas….

¿para el agronegocio?

17 de octubre de 2019

Durante el día miércoles 16, la Legislatura de Córdoba le dio carácter de Ley a lo que era el Programa de Buenas Prácticas Agrícolas. Distintas voces vienen expresándose respecto a esta iniciativa que, como acostumbra a suceder cuando de cuestiones ambientales se trata, desconoció la participación ciudadana en el debate referido al tema. En esta nota retomamos algunas de las expresiones que se suman a gritar por un reclamo popular: ¡paren de fumigarnos! ¡la única buena práctica es no usar agrotóxicos!
Darío Ávila, abogado ambientalista había informado el pasado martes 15, es decir un día antes de que la Legislatura cordobesa definiera como ley al proyecto sobre Buenas Prácticas Agropecuarias (BPAs), que habían presentado una petición formal al Presidente Provisional de la Legislatura para que la suspensión, prórroga o exclusión del orden del día al tratamiento de este proyecto del Gobierno de Córdoba, abordado a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
El principal motivo de esta solicitud, tal como lo describe Ávila en una publicación en sus redes sociales, se fundaba en el hecho de que no se había habilitado la instancia de “participación ciudadana” y por tanto el reclamo consiste en que puedan intervenir con sus voces y experiencias en el debate de este proyecto, aquellxs actorxs sociales involucradxs, damnificadxs o afectadxs, universidades públicas, agrónomxs, investigadorxs, biólogxs, asambleas de vecinxs, ONG, entre otros. Desde el Ministerio señalado aseguraban que el propósito es ofrecer un marco legal que respalde esta iniciativa sin precedentes en Argentina y que será “de vanguardia en todo el territorio nacional e internacional”.  Pero, una vez más, el gobierno pasó por alto los reclamos populares.
El Programa de BPAs ya existe en Córdoba desde hace dos años, productorxs y empresarixs inscriptxs (recordamos que tiene carácter voluntario), reciben un beneficio económico por hacer “bien las cosas”. En su artículo n° 2 el proyecto de ley se expresa en las intenciones de “generar un cambio cultural en el sistema productivo”. Desde las organizaciones, vecinxs autoconvocados, asambleas ambientalistas y abogados especialistas en la temática, sostienen que el modelo no hará otra cosa que seguir perpetuando al agronegocio, poniendo en riesgo la salud y vida de las personas en mano de las fumigaciones.
Darío Ávila expresó a través de una publicación que, con esta ley se legaliza el sistema de envenenamiento masivo, cuestionado en todo el mundo.
Desde la Multisectorial contra la ley Monsanto Bayer, expresaron su enérgico rechazo ante esta propuesta, justificándose en una postura que advierte de la necesidad de transformación del modelo agroalimentario, entendiendo que la agricultura debe alejarse de las premisas del agronegocio y su imposición de transgénicos y agrotóxicos. Uno de los primeros puntos en su repudio, recae en lo mencionado anteriormente, el proyecto se trató a puertas cerradas, sin la participación de todxs lxs ciudadanxs y espacios que podrían haber aportado su opinión al respecto.Desde este espacio, afirman que lo que se aprobó consolida el modelo agroindustrial avalado por las corporaciones, ya que considera que el uso racional de los agrotóxicos garantiza la sostenibilidad ambiental.
Al respecto, sostienen que distintos Organismos de Derechos Humanos vienen manifestando la necesidad de revisar el sistema de agricultura dominante en Argentina e iniciar un proceso de transformación real en donde se prioricen los derechos humanos, por sobre los intereses económicos del agronegocio. “Su aprobación implica consentir el uso de agrotóxicos y transgénicos, desconociendo todos los efectos perjudiciales que han ocasionado y siguen ocasionando a la salud, al ambiente y la diversidad biológica y genética”, aseguran en su pronunciamiento. Y agregan: “No existe buena práctica agrícola alguna que conlleve el uso de cultivos transgénicos y agrotóxicos”.
Por otra parte, un vecino de Dique Chico alzó su voz con una explicación cuando se encontraban fuera de la Legislatura en repudio de este proyecto. Este material fue difundido por la Asamblea en Defensa del Ambiente Córdoba Capital. En este relato, el vecino manifiesta que dicen presente en la Legislatura para repudiar este proyecto, “la ley de Buenas Prácticas Agrícolas, es decir, pasar el programa que tenía la provincia, la cual permitía a los productores agropecuarios aplicar a través de fumigaciones, tanto terrestres como áreas, productos de clase 3, 4, como son el glifosato, la atrazina, el 2,4 D, entre otros herbicidas a 0 metros de las casas”, afirma.
“En este momento quieren hacer ley esas recomendaciones que hace el agronegocio a la producción agrícola, es decir, establecer como ley que te puedan fumigar a 0 metros de tu casa, con productos como el glifosato entre otros herbicidas”, refiere.
Ante la pregunta acerca de cómo influye esto en las localidades, el vecino de Dique Chico, indica que no influye en tanto siga vigente la ley de fitosanitario, “no influye en las zonas de resguardo y en las resoluciones u ordenanzas que tienen las comunas y pueblos hacia el tejido que tiene cada uno”, responde. Agrega que, de cualquier manera, el proyecto “legitima más las buenas prácticas agrícolas, transformándolas en ley, van a ser política de Estado, con sus presupuestos, habilitar estas prácticas que ellos la llaman buenas y que nosotros decimos que no existen las buenas practicas agrícolas, existen las producciones con agrotóxicos y sin agrotóxicos”.

Para acceder al debate completo: (…) Leer

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