Ganadería
industrial y soya transgénica queman la Amazonia
2 de septiembre de 2019
Por Silvia Ribeiro
Esta serie de incendios están directamente ligados al avance del
agronegocio
Cerca de 79 mil incendios en la Amazonia, principalmente en Brasil,
Bolivia e importantes áreas de Paraguay, han avanzado por semanas, quemando más
de un millón de hectáreas de bosque tropical y arrasando territorios indígenas,
muchos de los cuales habían sido invadidos legal o ilegalmente por la
ganadería, la agricultura industrial y la minería. Hay un millón
500 mil habitantes de comunidades indígenas que están amenazados o ya sufriendo
los impactos de esta grave crisis que está devastando amplias regiones
amazónicas, su fauna, flora y diversidad biológica única.
El fuego se expande siguiendo la ruta de las trasnacionales de ganadería
y agronegocios. Se talan y queman bosques para abrir espacio a la soya
transgénica de Bayer-Monsanto y a la cría de ganado para JBS, la mayor
trasnacional de producción industrial de carnes a escala global, que tiene una
negra trayectoria de diversas violaciones legales, entre otras, por comerciar
ganado criado con la deforestación del Amazonas.
La Vía Campesina Brasil declaró que
esta serie de incendios están directamente ligados al avance del agronegocio, y
por los enormes daños que provoca a comunidades y naturaleza debe considerarse
un crimen contra la humanidad (https://lahaine.org/aG9v).
Entre el 10 y 11 de agosto, que fue declarado Día del fuego por los hacendados
de la región que queman el bosque para sembrar soya transgénica y pastura, los
incendios aumentaron 300 por ciento. Denunció también que imágenes satelitales
muestran un avance no visto desde la década de 1980 de la minería ilegal en
territorios indígenas, que ha sido estimulada por el gobierno. ( https://tinyurl.com/y3rq9d4j )
En efecto, no se trata de factores climáticos o mala suerte: hay causas y
actores concretos. El principal motor de la tragedia es la siembra de monocultivos
y de pasturas para ganadería a gran escala y la deforestación que causan.
Brasil es el primer exportador mundial de soya transgénica, con extensas zonas
en las áreas incendiadas y aledañas, en su amplia mayoría su destino es para
forraje de cerdos, pollos y vacas en confinamiento, principalmente en Europa y
China.
Pero ni los monocultivos de soya (u otros) ni la ganadería industrial son
necesarias para alimentar a la población mundial (https://tinyurl.com/yxv3dz8s). Son
solamente negocio de trasnacionales con grupos económicos que se han asegurado
políticas muy favorables de producción y exportación desde el Sur global,
acompañadas de diversos estímulos para aumentar adrede el consumo de cárnicos
en muchas partes del mundo. Esto, pese a que tanto los monocultivos
agroindustriales como la ganadería intensiva están entre los factores más altos
de emisiones de gases que producen el cambio climático. Y eso, sin contar el
aumento de emisiones de carbono que significan los incendios ahora en curso.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien llegó al gobierno apoyado
por la llamada bancada ruralista de ese país (latifundistas, sembradores de
monocultivos de caña, soya, maíz y grandes ganaderos), ha manifestado repetidamente
que conservar la Amazonia es un desperdicio de recursos que pueden ser
aprovechados por esas y otras industrias, como mineras, hidroeléctricas y
petroleras. A todas ha facilitado avanzar en esa región, con una mezcla de
legalización de despojos, desmantelamiento de medidas de protección y saboteo
de la fiscalización ambiental.
Para ocultar los síntomas del desastre que se avizoraba, a principios de
agosto de este año, Bolsonaro despidió de su cargo a Ricardo Galvão, director
del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), por informar que la
deforestación en la Amazonaa aumentó a un ritmo alarmante y mucho mayor que el
año anterior. Bolsonaro negó que esto fuera verdad y poco después, cuando ya no
pudo negar la crisis de incendios en la Amazonia, lanzó burdas mentiras, como
que el fuego era causado por organizaciones ambientalistas para acosarlo. Como
si los incendios no fueran causados por la misma gente que alentó y cobija.
Si el fuego sigue propagándose –advirtió la Coordinadora de Organizaciones
Indígenas de la
Cuenca Amazónica –, no solamente están en peligro los
habitantes de 350 pueblos indígenas que habitan el Amazonas, también serían
afectados 6.7 millones de kilómetros cuadrados de bosques, 44 mil especies de
plantas, 2 mil 200 especies de animales, 2 mil 500 especies de peces de agua
dulce y de 17 a
20 por ciento del total del agua dulce del planeta, además de que la pérdida de
follaje de este ecosistema representa hasta 10 por ciento de las emisiones de
carbono global. (https://tinyurl.com/yxasfvd4)
Una investigación de la organización Trase , con The Guardian y Repórter
Brasil (2 de julio 2019), evidenció que JBS vende, a sabiendas, ganado criado
en áreas devastadas de la Amazonia (https://tinyurl.com/y4yxtfhn).
Seguramente alimenta otras instalaciones de ganado con soya que también viene
de la
Amazonia. Bayer-Monsanto enfrenta más de 18 mil juicios en
Estados Unidos por causar cáncer a ese número de víctimas, a sabiendas de los
efectos cancerígenos del glifosato, agrotóxico usado para la siembra de
transgénicos. Tal como plantea La Vía Campesina , se trata de crímenes contra la
humanidad, en Amazonia y más allá.
* Investigadora del Grupo ETC. La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2019/08/31/economia/023a1eco
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2019/09/02/ganaderia-industrial-y-soya-transgenica-queman-la-amazonia/
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