Una política que exige construir consensos
4
de febrero de 2015
Han transcurrido 20 años sin lograr justicia por los atentados a
la AMIA y la embajada de Israel, entre los muchos crímenes impunes de estos 31
años de gobierno constitucional. Ahora se suma la muerte del fiscal Alberto
Nisman, a cuyos familiares acompañamos en su dolor. Es un hecho que nos
estremece como sociedad y es imperioso su pronto esclarecimiento. Hay que
desandar la impunidad y el encubrimiento que ensombrecen nuestra vida y futuro
como nación.
Según diversas fuentes, durante estos años la investigación de la masacre AMIA evidencia
el alineamiento del fiscal Nisman y otros con las instrucciones dictadas por la
embajada de EE.UU. para centrar la acusación sobre Irán. La causa, como la
denuncia más reciente, ha quedado moldeada por las disputas entre facciones de
los servicios cuyo principal responsable se alineaba con intereses extranjeros,
notablemente de EE.UU. e Israel.
Por eso, junto a familiares de las víctimas y otras
organizaciones, seguiremos reclamando la apertura de los archivos de los
servicios y la creación de una Comisión de Investigación Independiente del
atentado contra la AMIA.
Sólo así podrá superarse el fracaso, y avanzar hacia la
verdad y la justicia acerca del atentado y sus ocultadores.
El proyecto de ley presentado por Apemia, en junio de 2014, debe
tratarse con prioridad en la próxima sesión parlamentaria.
Hasta ahora, el gobierno nacional ha reaccionado planteando la
disolución de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) y la creación de un nuevo
organismo subordinado a los poderes democráticos. Sin duda, poner los servicios
de inteligencia al servicio y bajo el control del pueblo es una deuda
largamente pendiente.
Pero ello debe ser el resultado de un amplio debate ciudadano y
la construcción de consensos enfocando a fondo la política de Inteligencia.
Pretender saldar el debate en 30 días, sobre todo después de años de inacción,
no nos llevará al “nunca más” buscado.
Cambiar, además de su nombre, el paradigma bajo el cual se
realizan tareas de inteligencia no será fácil. Si los servicios pudieron
acumular tanto poder, es porque a muchos les convino que así sea. Pero si no
están al servicio del pueblo, no deben existir.
Asimismo implica esclarecer y poner fin al papel del jefe del
Ejército, César Milani, desarticular la dotación de personal civil de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas, desmantelar la orgánica del cuerpo de
informaciones de la Policía Federal Argentina y redefinir los
objetivos y la manera en que el Estado recolecta y protege los datos personales
de la ciudadanía.
Precisa fortalecer la transparencia y democracia en todas las
instituciones estatales, incluido el Poder Judicial.
La democracia y los derechos humanos no se regalan, se
construyen con la participación ciudadana. Ése es el sentido de la marcha
amplia convocada para el 4 de febrero. Tengamos presente que sobre la impunidad
no es posible construir la democracia.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Presidente del Servicio Paz y Justicia
Fuente:
http://www.adolfoperezesquivel.org/?tag=afi
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