Tras las rejas: una mirada a la realidad
de
las cárceles argentinas
30 de abril de 2014
30 de abril de 2014
En
el marco del debate por una futura reforma del Código Penal, los llamados
“linchamientos”, los reclamos por seguridad y el grito social que pide más
encierro y más castigo, referentes del ámbito penal analizaron la situación en las cárceles, la justicia penal y los
problemas del servicio penitenciario.
Por La Revancha.
“Un Estado punitivo”
Según Alicia
Daroqui, socióloga
especializada en cárceles y Derechos Humanos, hay que preguntarse “qué Estado se fue construyendo: un
Estado punitivo”. Daroqui se
remonta a fines del siglo XX, al desembarco del neoliberalismo y la reforma de
Estado promovida por el expresidente Menem: “la
fuerzas de seguridad y el servicio penitenciario, no solo no redujeron el
personal como en salud, educación, sino que lo aumentaron”. Lo mismo ocurrió con la justicia
penal, que según la especialista “ha
crecido enormemente”. Esto se
puede expresar en números: según Daroqui, “en
el año 2000, la Provincia de Buenos Aires tenía 32 cárceles, hoy tiene 55. La
Argentina tenía en esa época 22.000 presos, hoy tenemos 63.000” .
Sobre la composición
de la población carcelaria, Francisco
Mugnolo, Procurador
Penitenciario de la Nación, estima que “el
98% de los pobres son pobres, en las cárceles están los pobres”. Esto se vincula fuertemente con el
fenómeno de criminalización de la pobreza. Lejos del mandato constitucional, según
el cual las cárceles están para seguridad de los presos y para la
resocialización, el Procurador sostiene que “las
cárceles te transforman, es una forma de contención de la represión social, y
la cárcel, al no cumplir la función de rehabilitación, perfecciona en el
delito”.
Según Ayelén
Stroker, militante
de Comunicación por la
Libertad, la mayor parte de
la gente privada de su libertad actualmente es parte de quienes "menos posibilidades de
inserción tienen en lo concreto”. Este
sector más desaventajado “representa
el 80% de la población (carcelaria),
de la cual más o menos el 70% está en situación de procesados”.Ayelén indica que
luego de años en prisión, “cuando
les dictaminan condena, en algunos casos terminan inocentes”. Estas personas quedan con antecedentes
de privación de libertad y, según Stroker, “conseguir
trabajo resulta inaccesible y más si vivís en un contexto de vulnerabilidad
social, un contexto mucho más complejo en el plano productivo”. Además, señala un fenómeno de
continuidad entre el afuera y el adentro: “afuera
tenés gatillo fácil, trata, persecución a los pibes para que vendan drogas para
la poli, y después continúa adentro la misma lógica de rentabilidad del
servicio”.
Los principales
problemas en la cárcel: la violencia, la militarización y la impunidad judicial.
Francisco Mugnolo,
Procurador, señala algunos de los aspectos “ultranegativos
que tiene la cárcel: la sobrepoblación, los traslados permanentes, el
alejamiento que tienen las personas privadas de libertad (de sus lugares de origen)”. Sin embargo, resalta que “lo más emblemático del interior de
las cárceles, es la violencia institucional. Hay mucho disciplinamiento a
través de la
violencia. También está la corrupción y el narcotráfico”.
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Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article7638
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