Si queremos enfriar el planeta,
el fracking debe ser
prohibido
30 de noviembre de 2015
Pronunciamiento de la Alianza
Latinoamericana Frente al Fracking, ante la COP 21
El reto de la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco
de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es lograr el compromiso efectivo
de los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a
un nivel acorde con los derechos y oportunidades de las presentes y futuras
generaciones y la conservación del ambiente. Lo anterior requiere de
políticas y acciones a nivel nacional congruentes con los compromisos asumidos
a nivel internacional en materia de cambio climático, de derechos humanos y
respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El fracking para la
extracción de hidrocarburos no convencionales es contrario a dichos compromisos
y aumentaría los impactos del cambio climático, por lo cual debe
prohibirse.
Durante el ciclo de extracción, procesamiento,
almacenamiento, traslado y distribución de los hidrocarburos no convencionales
(HNC), se libera metano que es 87 veces más activo como gas de efecto
invernadero que el dióxido de carbono en un margen temporal de 20 años, lo que
provoca mayor calentamiento global, cuando lo que debemos hacer es tomar
medidas urgentes para su reducción. Debido a las emisiones fugitivas de metano,
“en un periodo de 20 años, la huella de gases de efecto invernadero del gas
natural de lutitas es peor que la del carbón o la del petróleo”.
De continuar moviéndonos bajo la misma concepción de
desarrollo basada en la explotación de combustibles fósiles, sin tener en
cuenta los derechos y necesidades de las comunidades, será imposible conservar
un planeta que no comprometa los bienes naturales y el bienestar de las
generaciones presentes y futuras. Los HNC extraídos vía fracking no
deben ser considerados como energías de transición ni energías más limpias
ya que la emisión de GEI es muy alta, así como los daños y riesgos que generan
para el ambiente y la salud de las personas.
Consideramos que la experiencia de la aplicación del fracking
para la extracción de hidrocarburos no convencionales en Latinoamérica puede
servir como insumo para la discusión global. A pesar de las
particularidades con las que esta técnica ha avanzado en el continente, en
lugares como México, Colombia, Chile, Bolivia y Argentina existen una serie de
rasgos comunes.
El fracking está avanzando a ciegas en América
Latina. En primer
lugar, en las comunidades afectadas por esta técnica no se han respetado
derechos humanos fundamentales como: la consulta y el consentimiento previo,
libre e informado, el derecho a la participación y control social y el derecho
a la
información. Los Estados de la región tampoco han aplicado el
principio precautorio con el fin de prohibir esta actividad, considerando
los riesgos graves que genera en la salud de las personas y el ambiente, y la
incertidumbre sobre el alcance y magnitud de los daños que puede ocasionar. Es
grave también la modificación de legislaciones nacionales en función de las
demandas corporativas, para abrirle la puerta a la explotación de hidrocarburos
no convencionales utilizando fracking. La reforma energética mexicana
(2013) y la nueva ley de hidrocarburos argentina (2014) son ejemplos claros de
ello.
El fracking en la región se ha desarrollado sin que
existan estudios integrales y de largo plazo sobre los riesgos y daños que esta
técnica causa en la salud de las personas y el ambiente. Con la excepción de
México, los países de la región carecen de estudios propios de reservas de
hidrocarburos no convencionales, que puedan verificar las cifras estimadas por
la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos.
En el continente, el fracking ha avanzado sobre
comunidades indígenas, campesinas, barrios urbanos e incluso Áreas Naturales
Protegidas. Esto ha ocasionado el desplazamiento de personas, así como de
actividades productivas como la ganadería y agricultura, cuya convivencia con
esta técnica es imposible. En paralelo, se multiplican las denuncias y daños
ocasionados por incendios, derrames, explosiones, acaparamiento de agua,
contaminación de agua, aire y tierra por desechos tóxicos, pérdidas de
sustancias radioactivas en los pozos, así como por el mal manejo de las aguas
de retorno.
En Latinoamérica ha crecido el rechazo al fracking. Prueba de esto son las redes
nacionales e internacionales de oposición a esta técnica, así como los más de
50 municipios y comunidades que han prohibido el fracking en sus territorios en
Argentina, México, Brasil y Uruguay o la suspensión de operaciones de fracking
en Brasil y Argentina a partir de acciones judiciales.
Los Estados deben asumir compromisos frente al fracking
En el marco de la COP de París, urgimos a los Estados
Parte de la
Convención Marco sobre Cambio Climático a la:
–Firma de un acuerdo vinculante que reduzca eficaz y
oportunamente los Gases de Efecto Invernadero a niveles compatibles con los
derechos y oportunidades de las presentes y futuras generaciones y la
conservación del ambiente.
–Aplicación del principio precautorio como
imperativo legal y ético de acción para encarar situaciones de alto riesgo en
un marco de incertidumbre científica, en este caso prohibiendo el fracking
en los países donde se han iniciado estas actividades o existe interés en
realizarlas.
–Realización de estudios científicos objetivos e
independientes sobre los impactos y riesgos del fracking en la
salud, el medio ambiente y los procesos productivos, con un horizonte de largo
plazo, para garantizar los derechos de las presentes y futuras generaciones.
Donde se confirmen impactos, los Estados deben garantizar que las empresas se
responsabilicen de los daños ocasionados y, prioritariamente, de la
restauración de los ambientes afectados aún en el caso de que su contrato ya
haya terminado.
-Fortalecer una política de diversificación energética y
de reducción-racionalización del consumo de energía, que contemple el impulso a las
energías renovables y desincentive la extracción de combustibles fósiles,
siempre atendiendo los principios y derechos relacionados con la transparencia,
la participación y el consentimiento previo, libre e informado.
Desde la Alianza
Latinoamericana Frente al Fracking alertamos de los riesgos y
los daños severos que puede causar la exploración y explotación de HNC en los
territorios y poblaciones de nuestros países. El fracking es una técnica
experimental y ni gobiernos ni empresas deben realizar experimentos de alto
riesgo con la vida, la salud de las personas ni el ambiente.
Fuente: http://www.opsur.org.ar/blog/2015/11/30/si-queremos-enfriar-el-planeta-el-fracking-debe-ser-prohibido/
Oilwatch Lationamérica expresa su solidaridad y respaldo
con los pobladores del municipio de Valparaíso – Caquetá, que realizan
desde hace varias semanas un plantón permanente y pacífico para impedir la
realización de un proyecto petrolero de la empresa china con sede en Reino
Unido, Emerald Energy, en la vereda La Curbinata núcleo Florida de Valparaíso.
Los hechos:
Desde el pasado 4 de mayo, pobladores del municipio de
Valparaíso se encuentra en movilización y plantón para impedir el avance de la
exploración y explotación petrolera en el Bloque El Nogal, en inmediaciones del
Río Pescado y de un área comunitaria conformada por humedales, por parte de la empresa Emerald Energy.
El proyecto afectaría cuatro municipios y tiene una extensión de 239 mil
hectáreas
Las comunidades locales, que son población que han
retornado a la zona luego de haber sufrido desplazamiento producto del
conflicto armado, se encuentra preocupadas por las graves afectaciones al
territorio amazónico que tiene la extracción petrolera y el desplazamiento que
pueda generar en el futuro, y consideran que de realizarse la misma,
representaría una revictimización, incumpliendo la Ley 1448/11 (ley de víctimas
y de restitución de tierras) que garantiza condiciones para el retorno y
restitución de tierras a las víctimas del conflicto armado.
En otras regiones del departamento del Caquetá ya se han
realizado actividades petroleras y los problemas sociales, el desplazamiento,
la contaminación ambiental son muy graves, de ahí la preocupación de los
pobladores locales.
Emerald Energy ha sido denunciada por comunidades de los
municipios de Garzón y Gigante por las afectaciones que ha provocado sobre los
ecosistemas de alta montaña y sus repercusiones sobre las aguas.
El proyecto se realizaría en una zona de una gran
importancia ambiental, rica en biodiversidad y donde aún subsisten especies en
vías en extinción como el cedro, Cedrela odorata L, reportada como vulnerable
en la lista roja de especies de la UICN, y otras especies endémicas que también
se encuentran en vías de extinción. El Caquetá es un departamento amazónico
donde nacen gran parte de los ríos que conforman la Cuenca del Amazonas.
El proyecto no cuenta con licencia social, dado que 29
veredas de Valparaiso afectadas por el proyecto no están de acuerdo con el
desarrollo del mismo.
Por todo lo anterior Oilwatch Latinoamérica manifiesta:
– Su respaldo a las Comisiones por la Vida y el Agua
(Organización social del Sur del Departamento del Caqueta, que lidera la
defensa del agua y el territorio frente al extractivismo minero – energético),
las comunidades Valparaíso y Morelia del departamento de Caquetá que se oponen
al avance de la frontera petrolera en su región.
Exhortamos:
– Al Estado colombiano que implementen medidas
cautelares que garanticen la protección de los derechos colectivos y
ambientales de los pobladores locales y los derechos de la naturaleza en esa
zona.
– A la Defensoría Regional del Pueblo que brinde
acompañamiento a las comunidades y que sea garante de los derechos humanos y
colectivos de las comunidades campesinas.
– A la Asamblea Departamental
que formule una Ordenanza departamental y a los municipios afectados, para la
protección de la
“Callicebus Caquetensis ” como especie endémica y en vía de
extinción y del cedro, Cedrela odorata L, además de los humedales y demás
especies vulnerables.
– Al gobierno colombiano, a la Agencia Nacional
de Hidrocarburos y al Ministerio de Minas y Energía, la suspensión y cierre del
Bloque El Nogal y declarar esa zona LIBRE DE PETROLEO, haciendo de esta manera
un aporte al problema global del calentamiento global.
Oilwatch Lationamérica, junio 24 de 2015 Buenos
Aires, Argentina
Fuente: http://www.opsur.org.ar/blog/2015/06/25/apoyo-a-la-lucha-campesina-en-caqueta-colombia/
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