Declaración
Definiciones estratégicas de
Izquierda Revolucionaria
1 de abril de 2015
1 de abril de 2015
1-Nuestra
organización surge como síntesis de las experiencias de distintos destacamentos
precedentes. Entendiendo que no existe en nuestro país un partido que exprese
al conjunto de la izquierda revolucionaria, nuestra organización se propone
aportar a un proceso de confluencia con otros destacamentos y con miles de
trabajadores y trabajadoras y luchadores y luchadoras populares comprometidos
con la causa revolucionaria de la clase trabajadora y el conjunto de los
oprimidos, para la conformación de un partido revolucionario de los
trabajadores y el pueblo.
2-Luchamos
contra el capitalismo, porque es un sistema social basado en la explotación y
la alienación del hombre y la mujer, en el cual la clase capitalista es dueña
de los medios de producción,
mientras que la clase trabajadora se ve obligada a vender su fuerza de trabajo
para poder subsistir. En esta sociedad, son los capitalistas, como clase
dominante, quienes controlan el aparato del Estado y el poder político,
sosteniendo la explotación de la clase trabajadora y la opresión de amplias
capas del pueblo, impidiendo el desarrollo de una sociedad igualitaria y
solidaria.
3-Bregamos
por la revolución socialista. Nuestra lucha es por la toma del poder para
conquistar el poder político de la clase trabajadora y el pueblo. Esto es, la
conformación de una organización estatal transitoria y de nuevo tipo, basada en
organismos de poder obrero y popular, para la edificación del socialismo, como
fundamento para avanzar en una perspectiva comunista, de abolición de las
clases sociales y extinción del Estado. Esos organismos no pueden construirse
dentro de los marcos del estado capitalista. Junto al cambio en las estructuras
económico-sociales para acabar con la explotación, apostamos a la construcción
de una nueva subjetividad socialista, centrada en la solidaridad y el
compañerismo, de hombres y mujeres nuevos.
4-Simultáneamente,
como parte integral de la revolución socialista, en un país como el nuestro,
sometido a la dependencia de las grandes potencias, nuestra perspectiva
estratégica asume la lucha contra la injerencia y opresión imperialista de
todos aquellos que someten a nuestro país a condiciones indignas por medio de
los más variados recursos económicos, políticos, culturales y militares. En
este sentido, nos pronunciamos tajantemente por el carácter permanente e
ininterrumpido del proceso revolucionario, que integra en una misma lucha las
demandas inmediatas insatisfechas de explotados y oprimidos, con la lucha
antiimperialista y con el combate por el socialismo.
5-Señalamos
que, además de la explotación capitalista sobre la clase trabajadora se
desarrollan, toda una serie de opresiones a las que combatimos de conjunto. Por
eso en nuestra lucha contra el capitalismo asumimos la lucha contra el
patriarcado, contra los regímenes racistas y cualquier otra forma de opresión.
6-Sostenemos
que el sujeto central de nuestra revolución es la clase trabajadora. Esta clase
es la única creadora de la riqueza social, la base fundamental de las
relaciones económico-sociales en el capitalismo. Y es además, una fuerza
ampliamente mayoritaria en nuestro país, conformada por obreros y obreras
industriales y de servicios que están en el corazón de la producción y el
desarrollo capitalista argentino, junto a trabajadores y trabajadoras
asalariados, empleados, docentes, estatales, peones rurales, entre otros. Esta
clase es, en suma, el actor más capaz y dinámico que puede dirigir la lucha
revolucionaria de los explotados y oprimidos para el triunfo de la revolución
socialista.
7-Nos
pronunciamos por la defensa intransigente de la independencia política de la
clase trabajadora frente a la burguesía, rechazando los proyectos de
conciliación de clases, ya sea en sus variantes reformistas o populistas.
Afirmamos también, que las transformaciones revolucionarias no pueden
realizarse por medio de simples modificaciones paulatinas, sino que requieren
de una lucha a fondo por el poder. Por eso nos delimitamos frente a quienes,
incluso en nombre del socialismo, promueven la vía del cambio gradual,
pacífico, de convivencia con la burguesía, y señalamos que para el triunfo de
la revolución socialista será necesario luchar contra la burguesía y sus
distintos mecanismos de dominio (políticos, ideológicos, militares) apelando a
todas las formas de lucha que permitan abrir el paso a la conquista del poder,
movilizando toda la energía de nuestro pueblo trabajador.
8-Nuestra
organización reconoce a los trabajadores y trabajadoras como una clase internacional
cuya liberación definitiva solo será posible derrotando al capitalismo a escala
global. Consideramos a la revolución en Argentina como un capítulo necesario de
ese proceso al que las y los militantes socialistas en nuestro país debemos
abocar todos nuestros esfuerzos, al tiempo que practicamos la solidaridad
internacional y promovemos la integración orgánica entre revolucionarios de
distintas partes del mundo. En esta perspectiva, destacamos la importancia que
tiene para nuestra lucha el intercambio y coordinación con experiencias y
organizaciones revolucionarias de América Latina, considerando que somos parte
de un mismo continente con factores culturales, historia y enemigos comunes que
nos hermanan de un modo más estrecho.
9-Nuestra
organización procura aportar a la tradición de lucha de los trabajadores y
trabajadoras con una sana vocación de síntesis, y con el objetivo prioritario
de forjar una alternativa revolucionaria de la clase trabajadora de acuerdo a
los desafíos actuales que impone la lucha de clases. Reivindica la tradición
del marxismo revolucionario que ubica en las figuras de Carlos Marx, Federico
Engels, Vladimir I. Lenin, León Trotsky y Ernesto Che Guevara a sus mayores
exponentes, abrevando también en los aportes de otros valiosos revolucionarios.
Destacamos los aportes de Antonio Gramsci y Rosa Luxemburgo; y en nuestro
continente las contribuciones José Carlos Mariátegui y Julio Antonio Mella.
Asimismo afirmamos que la expresión más importante del marxismo revolucionario
en el cono sur la encarnaron el Partido Revolucionario de los Trabajadores de
Argentina dirigido por Mario Roberto Santucho, y el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria de Chile encabezado por Miguel Enríquez.
10-En
virtud de nuestra asunción consecuente de la lucha antipatriarcal, hacemos
propia la tradición del feminismo revolucionario en pos de una sociedad en
donde las relaciones entre las personas sean fraternales, solidarias e
igualitarias.
11-Recuperamos
las lecciones de las distintas revoluciones socialistas que plantearon por
primera vez en la historia la posibilidad de comenzar a construir una sociedad
dirigida por los trabajadores, como fueron la revolución rusa, la revolución
china, la primer revolución socialista de nuestro continente protagonizada por
el pueblo cubano, y la revolución vietnamita que implicó la humillante derrota
del imperialismo yanqui. Recuperamos, a su vez, la experiencia de muchos otros
intentos revolucionarios de la clase obrera y el pueblo, como el primer intento
de poder de los trabajadores expresado en la comuna de Paris, la primer oleada
revolucionaria de la primera pos guerra y la heroica guerra civil y revolución
española. Partiendo de la defensa de la autodeterminación de los pueblos,
destacamos el ejemplo de las guerras de liberación nacional entre las que
resaltan la de Argelia
y otros países de África y Asia, así como el de la triunfante revolución
nicaragüenese y la frustrada revolución salvadoreña. Y recuperamos también
todas las grandes batallas de la clase obrera y el pueblo que abonan la
experiencia revolucionaria, como fueron las luchas de la década del 60 con los
hitos del Mayo Francés, la Primavera de Praga, el Otoño Caliente italiano, o la
movilización revolucionaria que protagonizó el pueblo de Chile junto a otros
pueblos del Cono Sur.
12-Asimismo
reivindicamos todas las experiencias de lucha protagonizadas por la clase
obrera y el pueblo a lo largo de la historia de nuestro país. Reivindicamos las
luchas de los pueblos originarios de Nuestra América, las gestas de los obreros
masacrados en la Semana
Trágica y la Patagonia Rebelde , a los fusilados en José León
Suárez, a los protagonistas de la resistencia peronista, los programas de La
Falda y Huerta Grande, del Cordobazo, del Viborazo, de la experiencia de los
sindicatos clasistas Sitrac y Sitram, del sindicalismo de liberación y su
máxima figura Agustín Tosco, de la CGT de los Argentinos, del Villazo, las
Coordinadoras Interfabriles del '75,
a los fusilados de Trelew y a todos los hombres y
mujeres que integraron las organizaciones revolucionarias de los ´70. Del mismo
modo, rescatamos la lucha de los organismos de Derechos Humanos y su denuncia
del terrorismo de estado y el plan económico de la última dictadura
cívico-militar, la resistencia de trabajadores y trabajadoras tanto ocupados
como desocupados y de la juventud a la ofensiva antipopular de los años ´90 en
Cutral-Co, Plaza Huincul, Tartagal, Gral. Mosconi y en la rebelión popular de
diciembre de 2001; a Carlos "Petete" Almirón, Darío Santillán, Maxi miliano Kosteki, Carlos Fuentealba, Mariano
Ferreyra y a todos los caídos en la lucha popular a manos de la represión.
13-Nuestra
organización pretende aportar a la construcción de un partido revolucionario,
expresión de la clase trabajadora y el pueblo, formado por aquellos hijos e
hijas del pueblo trabajador que adhieran de forma militante a la causa de la
revolución socialista, que promueva la conformación de cuadros políticos, y
asuma todos los retos que plantea la lucha de clases. Que sea capaz de llevar a
cada momento la táctica más adecuada para el avance de la revolución, desde la
más amplia intervención de masas, hasta la firme disposición combativa, y que
se proponga jugar un rol de dirección en la revolución socialista en nuestro
país apostando a conquistar ante las masas un rol de vanguardia.
14-Destacamos
que es estratégico forjar una alianza obrera-popular con hegemonía de la clase
trabajadora y construir una herramienta política y social que la exprese. Toda
revolución triunfante fue posible gracias a una poderosa fuerza social
revolucionaria compuesta por diversos sectores sociales explotados u oprimidos.
Los partidos revolucionarios que comprendieron la necesidad de resolver el
problema de la hegemonía obrera, como dirección de las demás clases o grupos sociales
explotados, lo hicieron bajo alguna u otra forma de frente. Es por eso que
asumimos como de carácter estratégico la definición de construir una
herramienta política y social de este tipo necesaria para que la clase obrera
pueda dirigir, con su partido a la cabeza, al conjunto del pueblo explotado
para la conquista de un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Fuente:
http://izquierda-revolucionaria.org/articulo/400/definiciones-estrategicas-de-izquierda-revolucionaria/
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