miércoles, 15 de abril de 2015

III. “Vayamos por un Frente Político y Social de las organizaciones en lucha con una agenda de intervención política común, nacido de las batallas cotidianas de la clase trabajadora y el pueblo, construido de forma unitaria y con generosidad política, que nos permita levantar –en todos los terrenos- una alternativa política de masas de carácter anticapitalista, antiimperialista y de claro horizonte socialista”.

Declaración
Definiciones estratégicas de 
Izquierda Revolucionaria
1 de abril de 2015

 

1-Nuestra organización surge como síntesis de las experiencias de distintos destacamentos precedentes. Entendiendo que no existe en nuestro país un partido que exprese al conjunto de la izquierda revolucionaria, nuestra organización se propone aportar a un proceso de confluencia con otros destacamentos y con miles de trabajadores y trabajadoras y luchadores y luchadoras populares comprometidos con la causa revolucionaria de la clase trabajadora y el conjunto de los oprimidos, para la conformación de un partido revolucionario de los trabajadores y el pueblo.
2-Luchamos contra el capitalismo, porque es un sistema social basado en la explotación y la alienación del hombre y la mujer, en el cual la clase capitalista es dueña de los medios de producción, mientras que la clase trabajadora se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir. En esta sociedad, son los capitalistas, como clase dominante, quienes controlan el aparato del Estado y el poder político, sosteniendo la explotación de la clase trabajadora y la opresión de amplias capas del pueblo, impidiendo el desarrollo de una sociedad igualitaria y solidaria.

3-Bregamos por la revolución socialista. Nuestra lucha es por la toma del poder para conquistar el poder político de la clase trabajadora y el pueblo. Esto es, la conformación de una organización estatal transitoria y de nuevo tipo, basada en organismos de poder obrero y popular, para la edificación del socialismo, como fundamento para avanzar en una perspectiva comunista, de abolición de las clases sociales y extinción del Estado. Esos organismos no pueden construirse dentro de los marcos del estado capitalista. Junto al cambio en las estructuras económico-sociales para acabar con la explotación, apostamos a la construcción de una nueva subjetividad socialista, centrada en la solidaridad y el compañerismo, de hombres y mujeres nuevos.

4-Simultáneamente, como parte integral de la revolución socialista, en un país como el nuestro, sometido a la dependencia de las grandes potencias, nuestra perspectiva estratégica asume la lucha contra la injerencia y opresión imperialista de todos aquellos que someten a nuestro país a condiciones indignas por medio de los más variados recursos económicos, políticos, culturales y militares. En este sentido, nos pronunciamos tajantemente por el carácter permanente e ininterrumpido del proceso revolucionario, que integra en una misma lucha las demandas inmediatas insatisfechas de explotados y oprimidos, con la lucha antiimperialista y con el combate por el socialismo.

5-Señalamos que, además de la explotación capitalista sobre la clase trabajadora se desarrollan, toda una serie de opresiones a las que combatimos de conjunto. Por eso en nuestra lucha contra el capitalismo asumimos la lucha contra el patriarcado, contra los regímenes racistas y cualquier otra forma de opresión.

6-Sostenemos que el sujeto central de nuestra revolución es la clase trabajadora. Esta clase es la única creadora de la riqueza social, la base fundamental de las relaciones económico-sociales en el capitalismo. Y es además, una fuerza ampliamente mayoritaria en nuestro país, conformada por obreros y obreras industriales y de servicios que están en el corazón de la producción y el desarrollo capitalista argentino, junto a trabajadores y trabajadoras asalariados, empleados, docentes, estatales, peones rurales, entre otros. Esta clase es, en suma, el actor más capaz y dinámico que puede dirigir la lucha revolucionaria de los explotados y oprimidos para el triunfo de la revolución socialista.

7-Nos pronunciamos por la defensa intransigente de la independencia política de la clase trabajadora frente a la burguesía, rechazando los proyectos de conciliación de clases, ya sea en sus variantes reformistas o populistas. Afirmamos también, que las transformaciones revolucionarias no pueden realizarse por medio de simples modificaciones paulatinas, sino que requieren de una lucha a fondo por el poder. Por eso nos delimitamos frente a quienes, incluso en nombre del socialismo, promueven la vía del cambio gradual, pacífico, de convivencia con la burguesía, y señalamos que para el triunfo de la revolución socialista será necesario luchar contra la burguesía y sus distintos mecanismos de dominio (políticos, ideológicos, militares) apelando a todas las formas de lucha que permitan abrir el paso a la conquista del poder, movilizando toda la energía de nuestro pueblo trabajador.

8-Nuestra organización reconoce a los trabajadores y trabajadoras como una clase internacional cuya liberación definitiva solo será posible derrotando al capitalismo a escala global. Consideramos a la revolución en Argentina como un capítulo necesario de ese proceso al que las y los militantes socialistas en nuestro país debemos abocar todos nuestros esfuerzos, al tiempo que practicamos la solidaridad internacional y promovemos la integración orgánica entre revolucionarios de distintas partes del mundo. En esta perspectiva, destacamos la importancia que tiene para nuestra lucha el intercambio y coordinación con experiencias y organizaciones revolucionarias de América Latina, considerando que somos parte de un mismo continente con factores culturales, historia y enemigos comunes que nos hermanan de un modo más estrecho.

9-Nuestra organización procura aportar a la tradición de lucha de los trabajadores y trabajadoras con una sana vocación de síntesis, y con el objetivo prioritario de forjar una alternativa revolucionaria de la clase trabajadora de acuerdo a los desafíos actuales que impone la lucha de clases. Reivindica la tradición del marxismo revolucionario que ubica en las figuras de Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir I. Lenin, León Trotsky y Ernesto Che Guevara a sus mayores exponentes, abrevando también en los aportes de otros valiosos revolucionarios. Destacamos los aportes de Antonio Gramsci y Rosa Luxemburgo; y en nuestro continente las contribuciones José Carlos Mariátegui y Julio Antonio Mella. Asimismo afirmamos que la expresión más importante del marxismo revolucionario en el cono sur la encarnaron el Partido Revolucionario de los Trabajadores de Argentina dirigido por Mario Roberto Santucho, y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile encabezado por Miguel Enríquez.

10-En virtud de nuestra asunción consecuente de la lucha antipatriarcal, hacemos propia la tradición del feminismo revolucionario en pos de una sociedad en donde las relaciones entre las personas sean fraternales, solidarias e igualitarias.

11-Recuperamos las lecciones de las distintas revoluciones socialistas que plantearon por primera vez en la historia la posibilidad de comenzar a construir una sociedad dirigida por los trabajadores, como fueron la revolución rusa, la revolución china, la primer revolución socialista de nuestro continente protagonizada por el pueblo cubano, y la revolución vietnamita que implicó la humillante derrota del imperialismo yanqui. Recuperamos, a su vez, la experiencia de muchos otros intentos revolucionarios de la clase obrera y el pueblo, como el primer intento de poder de los trabajadores expresado en la comuna de Paris, la primer oleada revolucionaria de la primera pos guerra y la heroica guerra civil y revolución española. Partiendo de la defensa de la autodeterminación de los pueblos, destacamos el ejemplo de las guerras de liberación nacional entre las que resaltan la de Argelia y otros países de África y Asia, así como el de la triunfante revolución nicaragüenese y la frustrada revolución salvadoreña. Y recuperamos también todas las grandes batallas de la clase obrera y el pueblo que abonan la experiencia revolucionaria, como fueron las luchas de la década del 60 con los hitos del Mayo Francés, la Primavera de Praga, el Otoño Caliente italiano, o la movilización revolucionaria que protagonizó el pueblo de Chile junto a otros pueblos del Cono Sur.

12-Asimismo reivindicamos todas las experiencias de lucha protagonizadas por la clase obrera y el pueblo a lo largo de la historia de nuestro país. Reivindicamos las luchas de los pueblos originarios de Nuestra América, las gestas de los obreros masacrados en la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde, a los fusilados en José León Suárez, a los protagonistas de la resistencia peronista, los programas de La Falda y Huerta Grande, del Cordobazo, del Viborazo, de la experiencia de los sindicatos clasistas Sitrac y Sitram, del sindicalismo de liberación y su máxima figura Agustín Tosco, de la CGT de los Argentinos, del Villazo, las Coordinadoras Interfabriles del '75, a los fusilados de Trelew y a todos los hombres y mujeres que integraron las organizaciones revolucionarias de los ´70. Del mismo modo, rescatamos la lucha de los organismos de Derechos Humanos y su denuncia del terrorismo de estado y el plan económico de la última dictadura cívico-militar, la resistencia de trabajadores y trabajadoras tanto ocupados como desocupados y de la juventud a la ofensiva antipopular de los años ´90 en Cutral-Co, Plaza Huincul, Tartagal, Gral. Mosconi y en la rebelión popular de diciembre de 2001; a Carlos "Petete" Almirón, Darío Santillán, Maximiliano Kosteki, Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra y a todos los caídos en la lucha popular a manos de la represión.

13-Nuestra organización pretende aportar a la construcción de un partido revolucionario, expresión de la clase trabajadora y el pueblo, formado por aquellos hijos e hijas del pueblo trabajador que adhieran de forma militante a la causa de la revolución socialista, que promueva la conformación de cuadros políticos, y asuma todos los retos que plantea la lucha de clases. Que sea capaz de llevar a cada momento la táctica más adecuada para el avance de la revolución, desde la más amplia intervención de masas, hasta la firme disposición combativa, y que se proponga jugar un rol de dirección en la revolución socialista en nuestro país apostando a conquistar ante las masas un rol de vanguardia.

14-Destacamos que es estratégico forjar una alianza obrera-popular con hegemonía de la clase trabajadora y construir una herramienta política y social que la exprese. Toda revolución triunfante fue posible gracias a una poderosa fuerza social revolucionaria compuesta por diversos sectores sociales explotados u oprimidos. Los partidos revolucionarios que comprendieron la necesidad de resolver el problema de la hegemonía obrera, como dirección de las demás clases o grupos sociales explotados, lo hicieron bajo alguna u otra forma de frente. Es por eso que asumimos como de carácter estratégico la definición de construir una herramienta política y social de este tipo necesaria para que la clase obrera pueda dirigir, con su partido a la cabeza, al conjunto del pueblo explotado para la conquista de un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

Fuente: http://izquierda-revolucionaria.org/articulo/400/definiciones-estrategicas-de-izquierda-revolucionaria/

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