En
busca de recursos genuinos
1 de agosto de 2020
Por Eduardo Lucita.
El paso del tiempo no es ocioso, si se
lanza una idea o acción concreta posible y luego con el correr de los días no
se la pone en práctica o no se la impulsa no solo se diluye sino que genera
desilusión y frustración entre los sectores sociales interesados. Así ha pasado
con la expropiación/intervención de Vicentin; así con la deuda pública del
Estado nacional, que propuesta tras propuesta suman nuevas y mayores
concesiones a los bonistas; así pasó con el informe del BCRA sobre el
endeudamiento y la fuga de capitales bajo el gobierno Macri, que despertó esperanzas
y quedó reducido a un «paper» académico. Así está pasando con el impuesto a las
grandes fortunas, que se lo lanzó para atender los problemas de financiamiento
provocados por la pandemia, incluso se dejaron transcender cifras del número de
personas a gravar y estimaciones de la posible recaudación. Sin embargo el
proyecto no ha ingresado al parlamento.Un panorama general
La economía nacional atraviesa una crisis de proporciones inéditas en que los problemas estructurales que arrastra hace décadas se han fusionado con los provocados por
No es solo un problema argentino. Frente a la parálisis económica que el Covid-19 impuso a la economía global, los más diversos gobiernos han recurrido a estímulos fiscales y monetarios cuya magnitud no tiene precedentes. En EEUU, el gobierno ha dispuesto volcar recursos para respaldar el empleo y a las pequeñas empresas, mientras que la FED está inyectando liquidez al mercado, en conjunto suman 8,5 billones de dólares, mientras que en
¿Dónde hay un mango?
Tal vez parafraseando aquella ranchera popularizada en los años treinta por Tita Merello, hoy podríamos tararear «Dónde hay recursos Viejo Gómez». Es que esta discusión está también instalada en otras latitudes. Más aún cuando en no pocos países, también entre nosotros, se ha instalado la necesidad de implantar como política de Estado permanente una renta básica universal, que opere como un piso mínimo de ingresos frente a la esperable caída del empleo, de los salarios y el incremento de la pobreza y la indigencia.
En la UE diversos sectores sociales y políticos están discutiendo sobre la necesidad de imponer una tasa Covid. El paquete aprobado por
Pues bien, el impuesto a las grandes fortunas es hoy una fuente alternativa, indispensable para atender las necesidades sanitarias y sociales provocadas por
Aún así, este impuesto extraordinario -pensado por única vez pero que en mi opinión debiera ser bianual, ya que la economía recién comenzaría su recuperación en el 2022- sería un avance, un primer paso en la indispensable reformulación progresista de la política tributaria en el país. En lo inmediato debiera ser complementado con una contribución extraordinaria de la banca y de los llamados unicornios nacionales -Mercado Libre, Despegar, Globant, OLX y Autho, empresas de base tecnológica cuyo valor de mercado supera los 1.000 millones de dólares-, los grandes ganadores de los últimos tiempos.
Contradicciones
Sin embargo, mientras se posterga sin fecha el ingreso del proyecto al Congreso, el gobierno ha ingresado un proyecto de amplia moratoria, mientras comienza a hablarse de un nuevo blanqueo que alcanzaría a grandes empresas y capitales fuera del circuito productivo. Estas iniciativas desdibujan totalmente las investigaciones que llevaba adelante la AFIP sobre evasión impositiva.
En
paralelo está circulando una declaración suscripta por referentes de los
derechos humanos, intelectuales, dirigentes sociales, sindicales y políticos,
que al momento de concluir este artículo ya es acompañada por cientos de
firmas, que enfatiza que «el impuesto a las grandes fortunas debe aprobarse ya,
transformándose en una ley que contribuya a poner en práctica la redistribución
del ingreso».
Eduardo Lucita, integrante del
colectivo EDI (Economistas de Izquierda).
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