Trelew: rebeliones,
memoria y utopía
22 de agosto de 2020
Por Sergio Nicanoff
Esta introducción
contiene un relato de la fuga y la masacre, reconstrucción que entendemos
necesaria para las nuevas generaciones. Los puntos sobre los significados y la
comuna de Trelew buscan abrir un debate sobre los aspectos de esas jornadas
que, según creemos, tienen mucho para dialogar con los proyectos emancipadores
de nuestro presente.La masacre
A los gritos, en el medio de la noche, las voces de los marinos de
La Fuga
Más de 200 presxspolíticxs, militantes de las organizaciones armadas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) toman
A las 18:30 del 15 de Agosto comienza
Tras indecisiones, discusiones y dudas en el seno de
Los significados de Trelew
El contexto es
sin duda de alta radicalización, tanto a nivel internacional como local. Desde
el golpe de 1955 que derriba al segundo gobierno de Perón se abre una crisis de
hegemonía. Quienes detentan el poder económico y represivo dominan pero no
dirigen. No pueden construir consenso. El escenario del Cordobazo en 1969 abre
las puertas a una insubordinación social creciente que hace retroceder a
regañadientes a una dictadura que, con Onganía, había imaginado perpetuarse en
el poder por décadas. Se trata de una crisis orgánica que involucra todos los
planos de la realidad, el político, social, cultural, económico. En el campo de
la rebelión se multiplican diversas organizaciones armadas cuyo grado de
inserción social comienza a crecer claramente. Pero aunque representan uno de
los sectores más dinámicos de la conflictividad el arco social de la protesta
es mucho más amplio y diverso, algo que se perderá de vista para distintos
actores dada la centralidad de la guerrilla. Crecientes
franjas de la sociedad prestaban oídos a las interpelaciones de corrientes
obreras combativas y clasistas. En las grandes fábricas irrumpían agrupaciones
de base que le disputaban al capital el control de la producción en el
epicentro neurálgico de su reproducción. Dentro de la iglesia el Movimiento de
Sacerdotes por el Tercer Mundo daba a luz una corriente cristian a
que recogía las banderas de renovación del Concilio Vaticano II pero las
redireccionaba hacia una crítica hacia el sistema capitalista. En las
facultades múltiples agrupaciones estudiantiles y coordinadoras de distinto
tipo confrontaban en todos los planos con el gobierno y las autoridades puestas
por la dictadura. El
proceso de agitación social no sólo llegaba a las ciudades sino que impactaba
en el campesinado originando las Ligas Agrarias. En el plano cultural emergía
una contracultura que surcaba todos los ámbitos abarcando la música, la
literatura, el cine, la plástica, pasando por la vestimenta y nuevas formas de
relacionarse y de entender el sexo. Desde lugares y concepciones diferentes
existía sin embargo una cierta sensibilidad, un lenguaje, una percepción
que generaba un campo simbólico compartido o al menos con puntos de
contacto común.
Aunque aún reducidos en su desarrollo se
estructuraban grupos feministas y de disidencia sexual a la vez que la
militancia de muchas compañeras hacía entrar en crisis acendradas pautas de
sociabilidad y de relación que se negaban a retirarse, resistencia que incluía
a miembrxs de las propias organizaciones revolucionarias. Decenas de
intelectuales se apuraban a definirse, comprometerse y muchxs de ellxs se
acercaban a las organizaciones armadas. La protesta incluía levantamientos
sociales en distintos lugares del país que evidenciaban que se trataba de un
torrente impugnador que no se detenía ante la posibilidad de la violencia y sus
prácticas discurrían por canales no institucionalizados. La confrontación
directa, contra lo que pretendieron instalar décadas después versiones de
derecha pero también muchas supuestamente “progresistas”, no era un fenómeno
que se reducía a la juventud de clase media. Eso no implicaba necesariamente la
adhesión directa a la guerrilla pero sí la comprensión de diversas franjas de
trabajadorxs hacia la violencia de lxs de abajo.Todo ese proceso era, en términos históricos, embrionario. Requería tiempos de consolidación, maduración y reconocimiento de su diversidad. El poder no daría espacio para eso. Lanusse lanza el denominado Gran Acuerdo Nacional (GAN). Su estrategia consistía en admitir el llamado a elecciones y el retorno de la democracia parlamentaria. La contrapartida era que los participantes debían condenar públicamente las acciones de los sectores más radicales de la protesta social, específicamente las organizaciones armadas y el clasismo. El objetivo era conseguir el aislamiento social de esos actores para proceder luego a su exterminio, en particular de
La crisis de dominación sólo podía zanjarse con la integración del peronismo y el caudillo al esquema del GAN. Perón rompe las negociaciones y las hace públicas. Se niega a cuestionar, en ese momento, a las que comienza a denominar “formaciones especiales” del movimiento. En Julio de 1972, poco tiempo antes de la masacre de Trelew, Lanusse lanza nuevas condiciones electorales: no podía ser candidato quien estuviera afuera del país antes del 25 de Agosto. Al proscribir en los hechos la candidatura de Perón suponía que si en un hipotético ballotage se unían todos los partidos antiperonistas el candidato que representara al peronismo, sin el magnetismo de Perón, podría ser derrotado. La fuga golpeaba sus planes y dejaba en un lugar de debilidad a
Una posibilidad, no concretada, que surge en la Patagonia es la unidad de las organizaciones revolucionarias armadas. El grado de solidaridad, comunión y respeto al que llegan lxs miembros de las tres organizaciones en esas jornadas es, a todas luces, muy alto. Sin embargo no se puede magnificar ese proceso. Las diferentes caracterizaciones sobre el peronismo y la participación en el movimiento es un parteaguas. En la misma cárcel hay un proceso de discusión y unidad paralelo entre los miembros detenidos de las FAR y Montoneros, incluso cuando lo mismo aún no sucedía con esa intensidad fuera del penal. De esa discusión surge un documento “El balido deRawson” que es uno de los primeros pasos hacia lo que será la futura unificación. Además, hay organizaciones que se niegan a participar, como Descamisados, en la fuga –ya vimos la reticencia de la conducción de Montoneros fuera de la cárcel aunque se muestran más flexibles –y otras como las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) o las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL) ni siquiera son invitadas a esa discusión. Esto por mencionar algunos espacios. No existía la posibilidad de convergencia profunda y duradera de todas las organizaciones armadas, ni siquiera de las más relevantes, en ese contexto.
Otro elemento a tener en cuenta, como ya mencionamos, es que, el arco de la rebelión excedía a las propias orgánicas armadas, aunque sus integrantes no lo percibieran así. Un episodio en Rawson marca algo de eso. El ya legendario líder sindical de Luz y Fuerza de Córdoba, Agustín Tosco, se encontraba detenido hacía tiempo en Rawson. Osatinsky y Santucho lo invitan a unirse a
La comuna de Trelew
La región aún estaba por parir uno de los episodios más potentes de insubordinación y autoorganización de la protesta social. El alojamiento de los militantes revolucionarios en el penal de Rawson perseguía el objetivo de su aislamiento social. Por el contrario, con la llegada permanente de abogados y familiares, centenares de vecinxs de la zona toman contacto con las historias de vida de lxspresxs. Por sus allegadxs leen las cartas que escribían y conocen los motivos que lxs habían llevado a ejercer la violencia revolucionaria. La demonización que el poder realizaba sobre lxs detenidxs se rompe en pedazos. El autoritarismo de la dictadura y diversos conflictos que recorren la Patagonia completan un proceso de politización que expresará toda su potencia poco después de
Después
de la matanza, un 11 de Octubre, tropas del V cuerpo de ejército copan la
ciudad de Trelew y multiplican allanamientos, detenciones, amenazas y golpes.
Buscan generar terror en la
población. Lo mismo sucede en ese momento en Rawson y en
Puerto Madryn. 16 habitantes de esas ciudades serán trasladadxs a la cárcel de
Villa Devoto y permanecerán en calidad de rehenes de la dictadura. Pero el
intento de paralizar las almas y los cuerpos de la población ya no era posible.
Una asamblea multitudinaria en el Teatro Español, pronto rebautizado como Casa
del Pueblo, se declara permanente y convoca a la huelga general. Ese será el
epicentro de la
pueblada. Como un vendaval que arrastra todo a su paso las
decisiones colectivas obligan a temerosos y remisos a definirse. Los
indiferentes ya no tienen espacio para serlo. Otros se ven obligados a mostrar
sus verdaderos rostros. Entre ellos, los dirigentes de la CGT que rechazan la
huelga general que, sin embargo, logra un 90% de acatamiento. Quienes nunca
habían participado en una marcha, en una asamblea, en una protesta, en días
aprenden a armar volantes, pancartas, a organizar comida para cientos,
limpieza, difusión y movilizaciones. A transformarse en oradoras/es impensados.
A inventar consignas, canciones, poemas. A enfrentar al poder y vencer al
miedo. A imaginar lo imposible en las largas noches en vela. Es una comuna que
tiene la enorme sensación de poder que se genera cuando miles de puertas se abren
al romperse la “normalidad” y desde lo colectivo se reinventa lo cotidiano.
La
dictadura ya no puede sostener las detenciones. De a poco, a regañadientes, por
tandas, van liberando a lxs detenidxs. Son recibidxs cada unx en la Casa del
Pueblo ante una multitud llena de orgullo por lo que ha podido llevar a cabo.
La mano de María Antonia Berger escribió con su propia sangre, cuando creía que moría en esa celda: LOMJE (Libres o muertos jamás esclavos) como un mensaje de cara a los que vendrían. A la distancia establecida por el paso del tiempo, desde Contrahegemonía queremos recoger ese mensaje, convidarlo, repensarlo, reinventarlo. Volver a leerlo y repetirlo, colectivamente, una y otra vez.
Sergio Nicanoff, integrante del Colectivo de Comunicación Contrahegemoníaweb
Fuentes
Anguita Eduardo Y Caparrós Martín, La
Voluntad Tomo I , Buenos Aires, Grupo
Editorial Norma, 1997.
Chavez Gonzalo Leonidas y Lewinger Jorge Omar, Los del 73. Memoria Montonera,
Buenos Aires, De la Campana, 1998.
Martinéz, Tomas Eloy, La pasión según Trelew, Buenos Aires, Planeta, 1997.
Urondo, Francisco, La
Patria Fusilada , Buenos Aires, Crisis, 1973.
Foto: Colección
Diario Jornada Archivo Provincial de la Memoria del Chubut
El contenido del dossierJunto a la introducción ofrecemos un trabajo del historiador y docente de Chubut, Gonzalo Pérez Álvarez, que desarrolla exhaustivamente la etapa internacional y local en la que se produce la masacre.
Desde la producción política y el arte acercamos los links de trabajos emblemáticos sobre Trelew, imprescindibles para conocer en profundidad la fuga, la masacre y la reacción popular en la región.
Desde la provincia de Chubut Daniel Root nos acerca dos entrevistas inéditas. Por un lado un reportaje a Hilda Fredes, compañera de Elvio Ángel Bel, uno de los detenidos en Octubre de 1972 –y posteriormente desaparecido por la última dictadura- por haber ejercido la solidaridad con los/as detenidos/as de Rawson. Por otro un reportaje a René Rivera Guerrero, trabajador del Centro Cultural por la Memoria, que funciona en el viejo aeropuerto de Trelew.
Luis Hesell analiza el contexto y los significados de
Agregamos el link al Diario del Juicio a los fusiladores, testimonio clave para confirmar el carácter de embrión del terrorismo de Estado de la masacre así como la incansable lucha para condenar a los culpables.
Desde la literatura acercamos el cuento de Sergio Olguín “Clarisa o la historia de una señorita” centrado en la relación entre Clarisa Lea Place y Ana María Villareal “de Santucho”, “La Sayo”, con Mario Santucho. El máximo referente del ERP mantuvo una relación con Clarisa. Santucho estaba casado con “la Sayo”. La relación fue muy cuestionada en el partido que consideraba a la pareja monogámica y la estabilidad matrimonial como valores en sí mismos. Finalmente, Santucho retomó su relación con Ana María Villareal “de Santucho” sin pagar mayores costos mientras que Clarisa debió cargar con varios estigmas. Ambas murieron asesinadas en Trelew. El cuento de Olguín ficcionaliza la historia.
Agregamos estudios sobre las tres organizaciones que participaron de la fuga, a modo de pantallazo sobre su recorrido e historia, de la mano de Esteban Campos sobre Montoneros, Mora González Canosa sobre las FAR y Hernán Ouviña sobre el PRT-ERP.
Completamos así un recorrido desde lugares y sentidos muy diversos a un jalón de nuestra historia que nos continúa interpelando.
Fuente: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2020/08/22/trelew-rebeliones-memoria-y-utopia/
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