Nuevos
virus, cerdos y debates urgentes
24 de julio de 2020
Por
Huerquen
"Estamos en medio de una pandemia
mundial con millones de infectados y cientos de miles de muertes; que
sucede superpuesta a la epidemia de fiebre porcina que liquidó la
mitad de la población total de cerdos en China, y estamos encendiendo alarmas
por nuevos virus. Sorprende entonces el entusiasmo de algunos
sectores. ¿Vamos dejar que el capital nos siga arrastrando de crisis en
crisis, de pandemia en pandemia?"
Cualquiera que pretenda comprender por
qué los virus se están volviendo más peligrosos debe investigar el modelo
agro-industrial y, más específicamente, la producción ganadera” plantea Rob Wallace, autor de “Grandes
granjas crean grandes gripes”. Y continúa: “El capital está
encabezando la apropiación de tierras en los últimos bosques primarios y zonas
de cultivo de pequeños propietarios en todo el mundo. Estas inversiones
impulsan la deforestación y conducen a la aparición de enfermedades por
patógenos previamente encerrados, que se extienden a las comunidades locales de
ganado y humanos”. En la pandemia actual, tanto por gobiernos como medios y
comunidad científica, se minimiza el análisis de las causas. El virus
zoonótico, que “saltó” de una especie silvestre acorralada por destrucción
de su ambiente natural y cambios en el clima, ya mató a más de 500.000 personas
en todo el mundo, y está lejos de ser contenido.En este contexto las declaraciones de la Cancillería que encabeza Felipe Solá del avance en el “acuerdo estratégico” con China, que involucra la provisión de carne de cerdos al gigante asiático son preocupantes.
Chanchos Chinos
En agosto de 2018 se declaró
oficialmente el estallido de un fuerte brote de
El brutal
colapso de las poblaciones de cerdos chinos obligó a aumentar las
importaciones de carne para abastecer la demanda interna. El aumento del
PIB per cápita disparó allí el surgimiento de una enorme clase
media que empezó a cambiar su dieta incorporando proteína animal, carne.
Como sabemos, la alimentación es infinitamente más que la ingesta de
nutrientes, y representa el hecho cultural más importante de nuestra
especie. Pero satisfacer las aspiraciones de esas 440 millones de personas
tiene y tendrá impactos en la realidad, sobre todo si se hace con la lógica del
capital de la que habla Wallace.
Sobre llovido mojado: El descubrimiento
de un nuevo virus de influenza porcina que infecta a humanos acaba de
ser anunciado en “el imperio del centro”. Entre 2011 y 2018, se hicieron miles
de hisopados nasales a cerdos de granjas industriales detectando una gran
cantidad de virus (179) y entre ellos uno llamó particularmente la atención:
una cepa de la famosa “gripe porcina” que golpeó con fuerza al mundo en 2009.
Tiene el aséptico nombre de “G4 EA H1N1” y se ha convertido en predominante en
las poblaciones porcinas desde 2016. Al testear a los trabajadores de las
plantas descubrieron que muchos tenían anticuerpos; es decir que
fueron infectados por ese virus. Aunque todavía no contagia de humano a
humano, el hacinamiento de cerdos en granjas industriales es la condición
ideal para nuevas mutaciones.Los autores del estudio indicaron que “los virus G4 tienen todas las características esenciales de un candidato a virus pandémico” y la OMS ya envió equipos para profundizar la pesquisa.
¿Importar pandemias?
El mito de la “Argentina supermercado
del mundo” sigue alimentando espejismos y riesgos. Además de proveer
millones de toneladas de soja transgénica y derivados para que coman
los chanchos, la gula corporativa también moldea nuestros
territorios como proveedores de esa carne que falta en el
oriente. China ya es el destino principal de las exportaciones de carne
Argentina. Delegaciones de funcionarios chinos viajaron para las inspecciones
que a posteriori habilitaron a más de 50 frigoríficos para El 6 de julio la cancillería argentina difundió la comunicación entre Felipe Solá y el ministro de Comercio de
La propia experiencia China y mundial debería hacernos encender alarmas, y ayudarnos a ampliar la mirada.
En todo el
mundo cada brote en enfermedades como la PPA implicó sacrificar enormes
cantidades de animales, lo que llevó a la ruina a pequeños y medianos
productores, y generó mayor concentración en la nueva estructura
productiva. Se estima que en Argentina la agricultura familiar campesina e
indígena produce casi la mitad de la carne de cerdo que se consume en
el país, con formas muy distintas a los feedlot industriales.
En términos
ambientales la ganadería industrial no sólo es responsable de
la destrucción de ambientes naturales, sino también de
enormes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Aunque las
grandes compañías se cuidan de ocultar los datos, GRAIN y IATP estiman que las 20 primeras
corporaciones de carnes y lácteos producen más GEI que Alemania, Canadá,
Australia, Reino Unido o Francia; y que las 5 más grandes del rubro (JBS, Tyson
Foods, Cargill, Dairy Farmers y Fonterra) emiten juntas más que la Shell, Exxon
Mobil, o British Petroleum.
Por último el aspecto
sanitario: estamos en medio de una pandemia mundial con millones de
infectados y cientos de miles de muertes; que sucede superpuesta a la
epidemia de fiebre porcina que liquidó la mitad de la población total de
cerdos en China, y estamos encendiendo alarmas por nuevos virus. Sorprende
entonces el entusiasmo de algunos sectores.¿Vamos dejar que el capital nos siga arrastrando de crisis en crisis, de pandemia en pandemia?
Debates en tiempos de vacas flacas
En estos más de 100 días de
aislamiento la luz no se ha ubicado lo suficiente sobre la producción
industrial de carnes, y más en general sobre el modelo agroalimentario
dominante del que habla Wallace. Esto es gracias a las cortinas de humo
que proveen los multimedios socios del agronegocio, y también por
las especulaciones en torno a la crisis económica actual.En nuestro país la pandemia va dejando un dramático tendal sobre un tejido productivo ya desflecado por la gestión neoliberal de Macri, al tiempo que se renegocia la deuda pública que dejó con los lobos de Wall Street. A los millones de pobres que había, se están agregando nuevos contingentes a los que el Estado asiste en parte, pero no alcanza… Toda esta tensión tiñe cualquier discusión económica, sobre todo alrededor de la generación de divisas que el país necesita. Muchos sectores de adentro y afuera del gobierno, apuestan a la agroindustria para salir del pozo, y aunque la reflexión sobre la soberanía alimentaria ganó mucho espacio en nuestra sociedad también podríamos retroceder merced a esta crisis. Por eso ahora es clave aportar reflexiones de amplio espectro.
Criar cerdos para el afán (acomodado y extranjero) de proteína animal, asumiendo todos los riesgos y externalidades de ello, claramente no es Soberanía Alimentaria. Si es verdad que “el virus no te busca a vos, sino que vos vas a buscar al virus” (Alberto Fernández dixit) es fundamental asumirlo para no comprar llave en mano nuevos desastres.
Frente a la crisis las organizaciones populares están haciendo una cantidad de propuestas muy importante que necesitamos conocer y amplificar: el llamado Plan San Martín, el Ingreso Universal Ciudadano, las Colonias Agrícolas Integrales de Abastecimiento Urbano,
Si de los laberintos se sale por arriba, empecemos a trepar con ellas.
Huerquen, comunicación en colectivo
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Documentos/Nuevos-virus-cerdos-y-debates-urgentes
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