lunes, 16 de febrero de 2015

Recordemos noviembre-diciembre de 2014: en ocho de los doce juzgados federales de CABA se aceleran causas sobre corrupción de la Presidenta, parte de su gabinete, su familia, sus amigos y socios.

El Gobierno argentino cargó hoy contra el Poder Judicial y llegó a hablar de "golpismo activo" por el allanamiento de una empresa que gestiona un hotel de lujo de una sociedad participada por la presidenta, Cristina Fernández, tras presuntas irregularidades denunciadas por la oposición. 
Agencia EFE |21 de noviembre de 2014


El Gobierno argentino cargó hoy contra el Poder Judicial y llegó a hablar de "golpismo activo" por el allanamiento de una empresa que gestiona un hotel de lujo de una sociedad participada por la presidenta, Cristina Fernández, tras presuntas irregularidades denunciadas por la oposición.

"Significa un ataque despiadado del Poder Judicial, una estrategia de golpismo activo del Poder Judicial, un ataque sistemático al Gobierno nacional, por denuncias falsas sin ningún tipo de entidad", aseguró hoy el jefe de Gabinete del Gobierno, Jorge Capitanich, durante su rueda de prensa diaria.
El funcionario se refirió así al allanamiento realizado este jueves por orden del juez Claudio Bonadío en la sede en Buenos Aires de la empresa Hotesur SA, gestora del lujoso hotel patagónico Alto Calafate (en la sureña provincia de Santa Cruz), de la cual la presidenta argentina es accionista.
"No hace falta allanamiento. Los requerimientos judiciales se pueden hacer por solicitud formal", afirmó hoy Capitanich, quien defendió que las operaciones de la sociedad se ajustan a la legalidad y que Hotesur no adeuda entrega de documentos.
El allanamiento se realizó a raíz de una denuncia presentada por la diputada opositora Margarita Stolbizer, quien acusa a Fernández y a otros altos cargos del Gobierno, como el ministro de Justicia, Julio Alak, de cometer presuntos delitos de violación de los deberes de funcionario público y de abuso de autoridad en la gestión de la empresa.
Stolbizer asegura que el Hotel Alto Calafate, un establecimiento de lujo situado en la villa turística de El Calafate, podría ser un alojamiento "fantasma" usado en su momento por el matrimonio Kirchner para hacer negocios irregulares junto al empresario Lázaro Baez, investigado por la Justicia.
"Todos sabemos que la actividad hotelera es una de las actividades que se utilizan para el lavado de dinero, el delito a través del cual se encubren dineros mal habidos", dijo hoy Stolbizer en declaraciones a radio Mitre.
Para el jefe de Gabinete se trata de "una clara persecución política de hostigamiento de carácter judicial y forma parte de un golpismo activo del Poder Judicial, en aras de una estrategia política".
En la denuncia, Stolbizer afirma que la sociedad adeuda la entrega de sus balances desde 2011 y la declaración jurada ante la Inspección General de la Justicia (IGJ), encargada de fiscalizar las sociedades comerciales.
"Lo más grave es que Hotesur ha presentado claramente toda la documentación respaldatoria", subrayó Capitanich, quien detalló que la presentación ante la IGJ se encuentra "en análisis, junto con otras 47.373 sociedades", en el marco de un proceso de "reempadronamiento de sociedades comerciales".
Además, Stolbizer denuncia también irregularidades en las declaraciones patrimoniales de Fernández.
"Presenté el análisis de documentación pública. Empecé con la declaración de la presidenta y ahí declara que tiene una participación accionara de 9 millones (de pesos, un millón de dólares aproximadamente) en Hotesur y una deuda de 4 millones ante la misma empresa (algo menos de medio millón de dólares). Entonces ella es deudora y acreedora de sí misma", sostuvo Stolbizer.
"Hotesur forma parte de las sociedades activas. No se necesita ningún allanamiento judicial porque la operatoria de la empresa es clara y transparente", defendió por su parte el jefe de Gabinete.
No se trata del primer enfrentamiento entre la Justicia y el Gobierno de Cristina Fernández, que ha criticado de forma directa al Poder Judicial en numerosas ocasiones por distintos conflictos, como el enfrentamiento con el grupo Clarín por la constitucionalidad de la Ley de medios o la lucha contra el narcotráfico.
Durante un acto a principios de octubre en el que anunció la promulgación del nuevo Código Civil y Comercial, la propia presidenta cargó contra la Justicia penal al asegurar que "no logra cubrir expectativas mínimas de celeridad y eficiencia". EFE
Fuente: http://www.caracol.com.co/noticias/economia/gobierno-acusa-a-justicia-de-quotgolpismoquot-por-investigar-empresa-de-fernandez/20141121/nota/2518458.aspx

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Los hoteles de Cristina y la corrupción de toda la casta política
25 de noviembre de 2014

La investigación judicial sobre el hotel de los Kirchner vuelve a poner el foco sobre las sospechas de negocios y enriquecimiento de la familia presidencial. La “corpo” y la oposición hacen campaña pero otras investigaciones apuntan a los negocios de Macri, el “narcosocialismo” en Santa Fe y el paraíso country en el Tigre de Massa. Toda la casta política se enriquece con la función pública y la corrupción es parte de la naturaleza de este sistema.


La investigación judicial sobre el hotel de los Kirchner en Santa Cruz, Hotesur-Alto Calafate, vuelve a poner el foco sobre las sospechas de negocios y enriquecimiento de la familia presidencial. El gobierno acusó el golpe y fue el mismo Jefe de Gabinete quien salió a defender el origen y manejo de los intereses patrimoniales de Cristina Kirchner. Jorge Capitanich pegó duro y acusó de “golpismo activo” a la justicia. El juez Bonadío, protagonista de la denuncia, sería un aliado de Sergio Massa del Frente Renovador. En medio de un panorama donde todos los actores de la política nacional se preparan para las elecciones de 2015 quienes en realidad tomaron la posta fueron el grupo Clarín y el diario La Nación. A falta de una oposición que levante cabeza y donde lo único que sobresale es el escándalo de Elisa Carrió que pegó el portazo de UNEN para irse con Macri, la “corpo” transformó la acusación en un escándalo mediático.
El problema no estaría solo en la falta de presentación de balances contables por parte de Hotesur SA sino en la relación de la familia Kirchner con el clan Báez, denuncia en la que viene insistiendo el periodista estrella de Clarín, Jorge Lanata. Hotesur SA es acusada de formar parte de una operación de lavado de dinero, realizado a partir del alquiler de hoteles a contratistas de obras públicas, organizado por el empresario amigo de los Kirchner, Lázaro Báez. La sociedad que hoy está en la mira de la justicia controla Alto Calafate, el hotel cuyas habitaciones habría alquilado Austral Construcciones durante años a precios que, según denuncian los medios, duplicarían los de mercado.
La “corpo” se ha convertido en una especialista a la hora de denunciar la corrupción de la década kirchnerista. Esta vez, como se entusiasman los editorialistas de La Nación, la acusación parece haber llegado hasta la misma presidenta. El escándalo promete seguir con cruces de uno y otro lado. Pero lo que nadie dice es que esa corrupción es característica de todos los gobiernos que responden a los intereses de los empresarios. Así lo fue bajo la gestión de Carlos Menem, no sólo por su meteórico enriquecimiento personal sino porque entre los innumerables actos de corrupción por los que fue acusado su gobierno figura el de la voladura de Fabricaciones Militares de Río Tercero para ocultar las pruebas que involucraban a su gobierno en el tráfico de armas. Otro tanto podría decirse del gobierno de la Alianza. Durante la presidencia de Fernando De la Rúa de un día para otro quedó desenmascarada la venalidad de los diputados y senadores que a propuesta de Antonio Flamarique (ministro de Trabajo de ese entonces) aceptaron ser coimeados para votar una reforma laboral antiobrera.
La existencia de corrupción y enriquecimiento descarado de los políticos no se debe a un problema “moral” de tal o cual gobierno. La “corpo” y la oposición hoy hacen campaña, pero otras investigaciones apuntan a los eternos negocios del clan Macri, el “narcosocialismo” en Santa Fe o el paraíso en el Tigre de Massa donde, como denunciaron a La Izquierda Diario los pobladores de la zona, los barrios obreros se inundan pero los countries, propiedad de empresas relacionadas con el poder político, son fortalezas sitiadas por muros de concreto.
Toda la casta política se enriquece con la función pública. Los diputados y funcionarios tienen ingresos de entre 50 y 70 mil pesos mensuales (“en blanco” sin contar con los beneficios extras), 10 veces del promedio de ingresos de una familia trabajadora en la Argentina, y muchos acumulan patrimonios descomunales. Como el de la familia Kirchner, que aumentó de $ 7 a $ 82 millones en una década. La corrupción es parte de la naturaleza de un sistema que tiene nombre y apellido, el sistema capitalista, que tiene como fin garantizar la explotación de una minoría sobre las grandes mayorías. Para que esto sea posible no sólo cuenta con el poder armado del Estado sino de un grupo “especial” de personas que garantiza la administración de los intereses de la clase dominante. La casta política, mientras hace sus negocios, trabaja a su vez para mantener el statu quo del poder de las grandes empresas, bancos y terratenientes que se llevan la parte del león de las ganancias extraídas al pueblo trabajador. Ese es el papel de los funcionarios y de los legisladores. La burguesía se asegura la existencia de ese grupo corrompiéndolos a través de puestos bien pagos desde donde estrechan su relación con los empresarios, copiando y compartiendo su forma de vida.
El caso Hotesur no sólo es una muestra de la corrupción de la camarilla kirchnerista al mejor estilo noventista sino también de la continuidad de la casta política y judicial del menemismo en el tablero político. Bonadio fue secretario de Carlos Corach (ministro de Interior de Menem), quien a su vez descubrió las bondades del proyecto “nacional y popular” de la mano del también ex menemista, Daniel Scioli, a quien hoy asesora políticamente. Jorge Lanata, el denunciador de la "corpo" que en los ’90 había sacado a luz la corrupción menemista es hoy un defensor a ultranza de un juez menemista. Las vueltas de la historia nos enfrenta a la casta política que hundió al país en los ‘90 reciclada gracias al kirchnerismo o a la "corpo" que le da cobijo a todos los caídos del redil oficial en su guerra contra Cristina.
Cada vez que surgen este tipo de denuncias desde la oposición surgen medidas como la de conformar una “CONADEP de la corrupción” como propuso la UCR. Difícil que entre “lobos” puedan controlarse. La complicidad de la casta judicial, los empresarios y la casta política se nutre de lazos profundos.

La revocabilidad de los legisladores y los funcionarios por parte de los electores es una medida mínima elemental para minar las bases de esa casta que utiliza la política y los puestos públicos como plataforma de negocios para enriquecerse. Un paso adelante sería, además, el de promover la elección directa de los jueces así como su revocabilidad. Todas las alternativas políticas de la burguesía argentina, se nutren de corruptos y son paraguas de políticos noventistas. El Frente de Izquierda por el contrario levanta este programa y en marzo de este año a través del diputado nacional Nicolás del Caño el FIT presentó un proyecto de ley para que todo legislador y todo funcionario político no pueda percibir más de lo que gana un/a docente. Lo mismo hizo Christian Castillo en la legislatura bonaerense y anteriormente lo había hecho el diputado neuquino del PTS en el FIT, Raúl Godoy.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Los-hoteles-de-Cristina-y-la-corrupcion-de-toda-la-casta-politica
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A la sombra de tramas ocultas
21 de diciembre de 2014

por mariano spezzapria
Twitter: @mnspezzapria
En la era del marketing, las fotos políticas no suelen tener más significado que la imagen en sí misma. En ellas se puede ver, la mayoría de las veces, a dirigentes sonrientes que hacen un culto del personalismo y que postergan el mensaje que pretenden transmitir a la sociedad. Pero para ser justos, hay que decir también que días atrás se registró una fotografía que rompió el molde y dejó atrás esas carencias porque constituyó un gesto de madurez de contenido democrático.
En efecto, tres de las principales fuerzas políticas del país se unieron para manifestar su rechazo a la designación de un secretario al frente del juzgado federal de La Plata, que es estratégico en cuanto a su competencia electoral en la provincia de Buenos Aires. Y lo hicieron pese a que en algunos casos tienen intereses de posicionamiento contrapuestos de cara a los comicios de 2015, como la UCR, el Frente Renovador y el PRO, que se unieron ante una maniobra del kirchnerismo.
dudas y advertencia
El encuentro ocurrió en la Cámara de Diputados y reunió a Ernesto Sanz, Sergio Massa, Julio Cobos, Gabriela Michetti, Gerardo Morales y otros legisladores de oposición entremezclados con un mismo objetivo, que fue advertir a los argentinos –y especialmente a los bonaerenses- que el oficialismo puede amañar el proceso electoral en el distrito que cuenta nada menos que con el 40% del padrón a nivel nacional. Claro que el Gobierno enseguida salió a negar esa acusación.
Pero el mojón ya estaba colocado, como un símbolo de que el sistema político está comenzando a elaborar anticuerpos. La contracara de esta situación se presentó ante los ojos del país con la trama oscura que se pudo observar -al menos en parte- detrás de los cambios ordenados por Cristina Kirchner en la Secretaría de Inteligencia, cuya conducción ya no tenía la confianza de la Presidenta pero no está claro si se le pueden atribuir todas las falencias que divulgó el oficialismo.
Por caso, que el “pingüino” Héctor Icazuriaga no lograba controlar a los agentes experimentados, o que su segundo Francisco Larcher tenía más contacto que los aconsejables con sectores de oposición. Más bien, la jefa de Estado parece haberles pasado factura por la avanzada de jueces y fiscales contra funcionarios del Gobierno y sobre ella misma, sin que se accionaran los frenos que suelen pisar los espías en los tribunales de Comodoro Py a la hora de proteger a la Casa Rosada.
No obstante, la bomba se detonó con una entrevista que de manera totalmente inusual ofreció el jefe de Operaciones de la SI, Antonio “Jaime” Stiusso, a la revista Noticias. Allí, denunció de manera confusa haber recibido “amenazas” de muerte. Pero su exposición le jugó en contra y la primera medida del nuevo jefe político del área, Oscar Parrilli, fue aceptarle la renuncia. Se trata de un espía que abonó en su momento la “línea iraní” en la investigación del atentado a la AMIA.
Y que el año pasado había sufrido un duro golpe cuando uno de sus agentes de confianza, Pedro Viale –alias El Lauchón- fue muerto a balazos en un operativo del Grupo Halcón de la Policía bonaerense, por el cual se encuentran procesados diez uniformados por el delito de “homicidio agravado”. Durante más de 40 años de servicio, Stiusso acumuló tanto poder que algunos lo llegaron a considerar el jefe de hecho de la inteligencia criolla, con amplio margen de maniobra.
Curiosamente, el día que se conocieron los sorpresivos cambios en el organismo, estaba presenciando una declaración indagatoria en Comodoro Py, la sede de los tribunales federales de Retiro en donde los espías se sienten como en su casa y deambulan a plena luz del día. Es que allí se sustancias las causas que más incomodan a los funcionarios, por cierto que no solamente a los actuales, como bien lo saben María Julia Alsogaray o incluso el ex presidente Carlos Menem.
El riojano supo tener buenos vínculos con lo que en su momento se llamó la SIDE, a tal punto que creyó a ciegas en una encuesta que le entregó un agente del organismo y que lo daba ganador en primera vuelta en las elecciones de 2003. Claro que se trató de una operación política que Menem compró y que, en definitiva, le terminó abriendo las puertas de la Rosada a Néstor Kirchner, por obra y gracia de Eduardo Duhalde. Pero eso es algo que el oficialismo mejor prefiere olvidar.

ENFRENTAMIENTO
Las urgencias son tantas que ahora el kirchnerismo está metido de cabeza en el enfrentamiento con los magistrados federales. “Algunos jueces no querrán perder el poder arbitrario que tienen”, disparó Raúl Eugenio Zaffaroni, quien se encuentra a días de dejar la Corte para convertirse en un predicador de la palabra oficial en el Poder Judicial. Pero sabe que el clima político es adverso, a juzgar por los aplausos que se llevó el juez Claudio Bonadío en una reciente cena de camaradería.
Entonces las miradas del kirchnerismo apuntan sobre Ricardo Lorenzetti, el titular del máximo tribunal que acaba de dar su visto bueno para la apertura de una filial del Centro de Información Judicial (CIJ) –en los hechos una agencia de noticias sectorial no controlada por el Gobierno- en Comodoro Py, donde se presume que los fallos por venir no serán del agrado de la Casa Rosada. Una grajea de muestra fue en la semana la imputación a Sergio Berni por enriquecimiento ilícito. (…) Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20141221/A-sombra-tramas-ocultas-opinion3.htm

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