Ojos para la Paz
Argentina está en el
punto de mira. Con motivo de la muerte (suicidio o asesinato) del Fiscal
Nisman (que investigaba el caso AMIA, un atentado ocurrido veinte años
antes), la totalidad de los medios
supuestamente de comunicación arremeten contra el gobierno argentino, en un
intento claro de promover un golpe de estado más o menos encubierto. Hemos llegado a un punto en
el que las noticias sobre Argentina solo tienen como objetivo tratar de
implicar al gobierno en un asesinato. Nisman era un hombre que trabajaba
para la embajada de los Estados Unidos, como han revelado los papeles de
WikiLeaks, codo a codo con el Mossad, que han pretendido desde el primer
momento de implicar a Iran en el atentado. Sin embargo poco
importa ya, al parecer, la investigación cuando el objetivo es
hacer caer al gobierno argentino, al igual que sucede con Venezuela. En
este documentadísimo artículo de investigación nuestra compañera Stella
Calloni nos desvela el desarrollo de los acontecimientos, las tramas que se
mueven en torno al caso Nisman, y a su amparo, y el objetivo final
de hacer caer al legítimo gobierno argentino.
SON TRES PARTES
ARGENTINA EN LA MIRA
GOLPISMO ENCUBIERTO DE MANO EXTERNA
Por Stella Calloni
Parte 1
Buenos Aires. _ El pasado 18 de enero el fiscal Alberto Nisman al frente dela Unidad Especial que investigaba la causa sobre el
cruento atentado contra la mutual judía AMIA (18-6-1994) fue encontrado muerto
con un disparo en la cabeza, en el baño de su departamento y con todas las
puertas de su casa cerradas por dentro. Cuatro días antes había presentado una
denuncia, sin prueba alguna, mal redactada, con serias contradicciones acusando
a la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, al canciller Héctor Timerman y
otras personas de intentar encubrir a funcionarios iraníes acusados ,sin
pruebas- de ser culpables del atentado. En días se había puesto en marcha
un golpe encubierto de mano externa.
Buenos Aires. _ El pasado 18 de enero el fiscal Alberto Nisman al frente de
El fiscal había
sido colocado al frente de la investigación en 2004, después de diez largos años, cuando se cerró el
más escandaloso e irregular juicio de la historia, sin lograr encontrar a los
culpables del atentado, que dejó 85
muertos y centenares de heridos. Este hecho aparece como un eslabón más de un
golpe en desarrollo, en el que participan un sector de la justicia, la
oposición, los medios masivos de
comunicación y la CIA y el Mossad de Estados Unidos e Israel respectivamente.
Para entender esto
hay que entender de qué se trata el caso AMIA, y conocer precisamente las
graves irregularidades cometidas por haber entregado en los años 90 la
investigación a los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes , que
operaron conjuntamente con el grupo de la Secretaría de Inteligencia de Estado
(SIDE).
INVESTIGACION BAJO
CONTROL EXTERNO
El cruento atentado conmovió al país; el juez que quedó a cargo de
la investigación en julio de ese año fue Juan José Galeano quien comenzó su
actuación bajo una presión muy evidente.
La inteligencia israelí –que envió sus hombres a “colaborar” en
las primeras horas del hecho- y la CIA estadounidense, en sólo 24 horas después
del atentado acusaron a la
República de Irán y a Hezbollah de Líbano, sin pruebas.
Sin haber iniciado la investigación ofrecieron un “testigo”
importante a Galeano, quien viajó a Venezuela, para entrevistarlo.
Se llamaba Manoucher Moatamer y se presentó como un exfuncionario
iraní, que había huido de su país y acusaba al gobierno de Irán de ser
responsable del atentado, sin ninguna prueba. Sus dichos erráticos, al poco
tiempo se cayeron. Es decir que habían “vendido” un testigo falso.
Moatamer, se había ido de Irán con su familia en 1993. Falta saber
cómo llegó a Venezuela en 1994, terminando al final en Los Angeles, como
“testigo protegido de la
CIA".
La causa de Galeano siguió navegando en un mar de irregularidades,
pero aún en 1997 fue a ver
nuevamente a Moatamer a Estados Unidos, pero nada agregó a su testimonio
anterior. En 2008 finalmente este confesó que había mentido para obtener la
visa a Estados Unidos.
En 1998, nuevamente la CIA y el Mossad ofrecieron otro presunto
“testigo” en este caso radicado en Alemania Abolghasem Mesbahi, llamado
"el testigo C". Mesbahi había sido desplazado en 1989 de algunas
tareas menores para la
inteligencia iraní, sospechado como agente doble. Se dedicó a la actividad
privada y realizó una serie de estafas, tras lo cual se fue a Alemania donde se
radicó desde 1996.
En ese tiempo acusó a Irán de cada uno de los “atentados
terroristas” que no se esclarecían en el mundo -lo que siempre sucede con los
atentados de falsa bandera-como el Lockerbie y otros.
El testigo C que ganó fama por el misterio que rodeaba su nombre
vio una nueva oportunidad acusando a Irán, con la anuencia de los servicios
alemanes, estadounidenses e israelíes de la voladura de la AMIA.
Sin pruebas
contó su versión en
Alemania ante un juez del lugar y el argentino Juan José Galeano, que viajó a
ese país en 1998.
“Mesbahi declaró cinco veces bajo juramento en la causa y en los
puntos esenciales dio 5 versiones distintas y contradictorias de estos, que no
podrían servir nunca como prueba. Sólo dichos y palabras, y por supuesto,
conjeturas y deducciones de “inteligencia”, resume el abogado Juan Gabriel Labaké, en su
libro “Amia Embajada ¿Verdad o mentira?”.
Este abogado, por cierto no oficialista, viajó a Teherán, a Europa
y Estados Unidos, reuniendo datos entrevistándose con fuentes importantes, y
finalmente llegó a la conclusión de no existían pruebas contra Irán en el
juicio de AMIA tanto bajo la dirección de Galeano, como bajo la del Fiscal Nisman ,
quien sólo refritó los expedientes de su predecesor, le dio cierto orden pero
acusando, como ordenaron Washington y Tel Aviv, siempre a Irán.
El periodista Gerth Porter de The Nation, escribió en una nota el
16 de mayo de 2010, que el embajador de Estados Unidos en Argentina en el momento del atentado a la AMIA, James Cheek le dijo en una entrevista
“que yo sepa no hay ninguna evidencia real de la participación iraní. Nunca
probaron nada”.
Lo extraño es que cuando Nisman acusa a Irán en 2006 ya se sabía que ambos testigos no eran
creíbles, y la justicia británica había devuelto por falta de pruebas un pedido
de extradición del exembajador iraní en Argentina Haadi Soleimanpour. El
diplomático iraní estaba haciendo un curso en Londres cuando lo detuvieron en
2003 hasta que llegara el exhorto de extradición.
Debieron soltarlo en 2004 y pagar una indemnización de 189 mil
libras esterlinas.
También Interpol devolvió un primer pedido de Alerta Roja, por
falta de pruebas y el segundo pedido en 2013 y que está hasta estos días, por
especial pedido del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el canciller
Héctor Timerman, tampoco tiene aún el fundamento de las pruebas que el juez
Rodolfo Canicoba Corral le pidió a Nisman que investigara. Ahora se sabe que Nisman
no había cumplido con reunir pruebas, sino simples deducciones de inteligencia
que no sirven a la justicia ni a la verdad.
El juicio primero de la AMIA debió ser cerrado por escándalos e
irregularidades graves, una de las cuales consistió en que el juez Galeano, con
apoyo del entonces presidente de la Delegación de Asociaciones
Israelitas-Argentinas (DAIA), Rubén Berajas, pagó 400 mil dólares a un
reducidor de autos robados Carlos Telledín para que acusara a diplomáticos
iraníes y a policías de la provincia de Buenos Aires.
Estos últimos estuvieron
cinco años detenidos y debieron ser liberados por absoluta falta de pruebas,
sin vinculaciones con la
causa. Así escandalosamente terminó ese juicio.
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Parte 2
Buenos Aires._ La
enmarañada red de falsedades y mentiras, presiones e intereses que eran los
expedientes de la Causa del cruento atentado contra la mutual judía AMIA obligó
a terminar con el juicio en el año 2004 y
el entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007) exhortó a la justicia a
avanzar, profundizando en la causa hacia la verdad.
Se creó entonces la Unidad Especial de la Causa AMIA , que
quedaría por decisión de la Procuraduría en manos del fiscal Alberto Nisman, lo
que sorprendió ya que también había sido parte del fracaso del juicio iniciado
en julio de 1994 y cerrado diez años después, sin haber logrado nada.
EL CASO NISMAN
Nisman había comenzado en 1997 su camino hacia la actual fiscalía,
en Morón provincia de Buenos Aires. En su historia hay un caso que marcó su
camino y fue la investigación sobre el destino de Iván Ruiz y José Díaz, dos de
los participantes en el fracasado ataque al cuartel de la Tablada en enero de
1989, dirigido por el exjefe guerrillero Enrique Gorriarán Melo, durante el
gobierno democrático de Raúl Alfonsín.
Ambos detenidos después del cruento enfrentamiento que dejó
varios muertos y heridos, fueron vistos por última vez brutalmente torturados y
llevados por militares y policías en un automóvil Ford Falcon.
Hasta ahora están desaparecidos, pero Nisman y un juez que lo puso
a cargo de la investigación apoyaron la versión oficial del Ejército de que
“habían muerto en combate” a pesar de las evidencias de su desaparición forzada.
En julio de 1997, el Procurador General Nicolás Becerra lo convocó
para sumarse a los fiscales que investigaban el atentado contra la mutual judía
AMIA, José Barbaccia y Eamon Mullen, por pedido expreso de ambos.
De acuerdo a Infojus Noticias de Argentina “el equipo de Nisman,
Barbaccia y Mullen trabajó hasta el juicio oral, pero no terminó bien. Durante
ese juicio por la llamada “conexión local”, muchos testigos dijeron que ellos y
el juez Juan José Galeano habían cometido una serie de irregularidades, que se
comprobaron.
Al final del debate, el Tribunal Oral absolvió al
delincuente Carlos Telleldín, a quien el propio juez entregó 400 mil dólares
para acusar a funcionarios iraníes y a policías, con el visto bueno de Rubén
Berajas entonces presidente de la poderosa Delegación
de Asociaciones Israelistas Argentinas(DAIA).
En los fundamentos del fallo se acusó a Galeano –que terminó
destituido y procesado- a su equipo y a los fiscales Mullen y Barbaccia,
también procesados.
“En el juicio oral quedó demostrado que no se investigó
absolutamente nada” en la
Causa AMIA , afirmó a Infojus Noticias el abogado Juan Carlos
García Dietze, defensor de Ariel Nizcaner, quien fue absuelto de haber
participado en la adulteración de la camioneta Traffic ,
que supuestamente fuera usada en el atentado.
“Siempre hubo un tema parádojico: Barbaccia y Mullen
quedaron imputados, y Nisman siguió
a cargo. Es extraño”, reflexionó García Dietze.
En 2004, Nisman ya a cargo de Unidad Especial para concentrar
todas las investigaciones vinculadas al atentado, se acerca a un hombre clave
de la entonces
Secretaría de Inteligencia del Estado, la antigua SIDE , Antonio
Stiusso, alias Jaime. Este había sido desplazado de la causa AMIA como parte
de las irregularidades del juicio, pero con Nisman recuperó un lugar de
importancia. Ambos trabajaban con la CIA y el Mossad.
NISMAN Y LA
EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS
Durante diez
largos años los expedientes
que investigaba Nisman siguieron incorporando “informes basados en deducciones
y armados” , sin prueba real, imposibles de comprobar que proveía la CIA y el
Mossad, al igual que hicieron al proveer los falsos testigos.
En 2010, cuando se publicaron en Argentina una serie de cables
secretos referidos al caso AMIA, del Departamento de Estado de Estados Unidos
revelados por Wikileaks, quedó
en evidencia que el fiscal Nisman
anticipaba las medidas que iba a tomar en esta causa a diplomáticos de esa
embajada.
Estos “descubrimientos” no dieron lugar a tomar una medida clave,
la de separar al fiscal de esta causa ya que no se puede ser ”juez y parte”
como sucedía en su relación de subordinación a Estados Unidos e Israel.
La pista iraní no lograba reunir pruebas concretas pero sin duda
favorecía a los intereses geopolíticos de ambos países, que continúan
intentando invadir Irán
enlazando esta situación con el anunciado plan imperial de un
Oriente Medio Ampliado, que significó invasiones y ocupaciones coloniales de
varios países en esa región en el siglo XXI, jamás la inteligencia
estadounidense o israelí debieron haber participado, monitoreado y “armado” la causa AMIA.
En un despacho del 22 de mayo del año 2008, desde la sede
diplomática estadounidense en Buenos Aires se especificaba: “Los Oficiales de
nuestra Oficina Legal le han recomendado al Fiscal Alberto Nisman que se
concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”.
Eso fue precisamente cuando el juez federal Ariel Lijo ordenó la
detención e indagatoria del expresidente Carlos Menem, de su hermano Munir –ya
fallecido–, del entonces titular de la SIDE Hugo Anzorreguy ,
y otros como el magistrado Juan José Galeano y del excomisario Jorge Palacios,
por encubrir el atentado.
Nisman no había informado de esa medida a la embajada
estadounidense como lo hacía normalmente. Otros cables de Wikileaks demostraron
que el fiscal de la causa
AMIA se había disculpado con los oficiales norteamericanos
por no haber anticipado los pedidos de detención. Hay varios cables referidos
al tema, publicados por el periodista Guillermo O'Donell.
Ya en 2013 Memoria Activa y Familiares y Amigos de las Víctimas
del atentado de julio de 1994 se pronunciaban por un alejamiento de Nisman de la causa AMIA. En
noviembre de 2013, en una carta abierta al fiscal, los familiares respaldaron
el Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán y cuestionaron “la falta
de compromiso de Nisman” y la ”inacción en la causa”, por considerarlo
“funcional a los intereses de los que siempre nos quieren alejar de la verdad”.
El Memorando de Entendimiento con Irán, es un verdadero documento
de política exterior que podía sentar precedentes en la resolución de conflictos
sin salida, como era el caso AMIA. Se trataba de que los jueces de la causa AMIA pudieran ir
a Teherán a indagar, ante la presencia de una Comisión de personalidades reconocidas y
neutrales, a los altos funcionarios iraníes acusados -sin pruebas- del
atentado. Por primera vez se podría saber la verdad, fuera la que fuera.
Al cumplirse 20 años del atentado el 19 de julio del 2014,
los familiares de las víctimas no sólo reclamaron una vez más el
esclarecimiento del hecho sino que solicitaron formalmente que se apartara a
Nisman del caso por “haber mostrado su total incapacidad para investigar en
esta causa”, como denunció entonces Diana Malamud de Memoria Activa.
Irán siempre ofreció su cooperación, pero la CIA y el Mossad rechazaban toda
posibilidad. Ningún país soberano en el mundo iba a entregar a un grupo de
funcionarios acusados sin presentar las pruebas necesarias a la justicia de
terceros países. Incluso
surgió de Irán una propuesta de crear una Comisión mixta, argentina-iraní para
investigar el tema AMIA.
En Irán no existe extradición y por eso el gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner trató de hallar un camino, que fue rechazado
incomprensiblemente por el gobierno de Israel.
La DAIA y la AMIA que habían apoyado en principio el Memorando
debieron plegarse al mandato israelí. La oposición argentina rápidamente se
alió a este rechazo y surgieron jueces que declaraban la inconstitucionalidad
de la ley, lo que era una aberración jurídica.
Irán quedó a la expectativa frente a esta situación. Lo que nadie
sabía es que en base a falsas denuncias convertirían este tema, en una maniobra
golpista contra el gobierno de Fernández de Kirchner el que más trabajó a favor
de la verdad, como se puede constatar en los esfuerzos ante la ONU y en el
propio memorando.
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Parte
3
Buenos Aires._ El 12 de enero de 2015, en plena Feria Judicial, e
interrumpiendo un viaje que lo había llevado a recorrer Europa, para festejar
el cumpleaños 15 de una de sus hijas, el fiscal Alberto Nisman al frente de la
investigación sobre el atentado contra la mutual judía AMIA decidió regresar
imprevistamente a Argentina, según él mismo comunicó a las amistades más
allegadas en un mensaje de WhatsUp.
Sólo un día después de llegar a Buenos Aires anunció que iba a
presentar una denuncia contra la Presidenta de la Nación, el Canciller, el
diputado Andrés Larroque, dirigente del movimiento juvenil La Cámpora y contra
dos dirigentes sociales Luis D´Élía y Fernando Esteche, por el intento de
presunto encubrimiento de los iraníes acusados, mediante un pacto secreto con
Irán por “intercambios comerciales”, que nunca existió.
TRAMA DE GUERRA SUCIA
El 18 de enero fue encontrado muerto, como se conoce, en su
departamento y la rigurosa investigación fiscal continúa, para no dejar ningún
espacio de duda en su conclusión final.
De inmediato la dirigencia opositora salió a respaldarlo, porque
esta noticia les permitía montar un ataque brutal contra el gobierno en un año
electoral.
Prometía Nisman dar a conocer escuchas telefónicas (ilegales hasta
ahora) para justificar su acusación y el 19 de enero iba a hablar de su
denuncia ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados,
citado por la oposición, aunque iba a asistir también el oficialismo, que pedía
hacer público este evento, y no cerrado.
Las escuchas trasmitidas ilegalmente por un canal de TV opositor
de conversaciones entre dirigentes sociales y una persona de la comunidad
islámica jamás podrían ser pruebas de nada. Pero el 19 su muerte conmocionaba
al país y atrajo la atención también fuera de Argentina.
En las declaraciones ante la fiscalía, de la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo
Salgado, quien estaba en Barcelona con otra de las hijas del matrimonio, señala
que este la llamó el 12 de
enero desde el Aeropuerto de Barajas en Madrid para decirle que debía regresar
urgente a Buenos Aires porque su madre se iba a operar de un brazo y que luego
iba a volver a Europa para continuar su viaje.
Arroyo Salgado dice haber discutido porque se negó a que Nisman
regresara con su hija a Buenos Aires y convinieron en que la dejaba en el
aeropuerto para que su madre llegara a recogerla desde Barcelona.
Se agrega a esto que la propia madre de Nisman, Sara Garfunkel
declaró en la causa que ella ya se había operado del brazo antes. Nisman había
mentido a su familia en un regreso muy apresurado.
Por eso la pregunta es quien lo llamó tan urgentemente para
presentar una denuncia sólo dos días después de su regreso, nada menos que
contra la Presidenta.
La fiscal que ahora investiga su muerte, Viviana Fein, a
todas luces bajo intensa presión, dijo que el occiso ya había sacado el pasaje
de regreso para el día 12 desde el 31 de diciembre. Esto abre entonces una
interrogante: ¿Por qué envió un mensaje de WhatsUp a sus amigos más cercanos,
según transmitió la propia prensa opositora antes que la fiscal revelara la
compra anticipada del boleto, de que tenía que regresar de forma intempestiva?
O ¿Era una trama ya urdida antes de mano?
La incriminación fue la noticia bomba de comienzos de un año
electoral y la diputada derechista Patricia Bullrich de Unión Por
Todos-Propuesta Republicana (PRO), organizó rápidamente que Nisman explicara la
denuncia a una Comisión del Congreso.
Bullrich, quien habló varias veces con el fiscal antes de su
muerte, está ligada a fundaciones estadounidenses en Argentina y de la misma
manera la
diputada Laura Alonso , destacadas ambas por apoyar a los
sectores más fundamentalistas de Estados Unidos contra Cuba, Venezuela,
Argentina o cualquiera de los países claves en la integración latinoamericana.
El domingo 18 de enero por la tarde el fiscal Nisman fue encontrado sin
vida, por su madre -llamada por dos custodios ante la falta de respuesta de
este. El departamento estaba cerrado por dentro, incluyendo la puerta de
servicio, que tiene dos cerrojos; el de arriba que podía abrir la madre, pero
el de abajo tenía una llave trabada por dentro y debieron llamar al cerrajero
para que la abriera.
El cuerpo de Nisman obstaculizaba abrir la puerta del baño. Tenía
un disparo en la cabeza, una pistola y un casquillo de bala calibre 22 estaban
en el piso a su lado. Una imagen desoladora. Tenía 51 años y los primeros
resultados de la autopsia realizada por reconocidos
forenses con presencia de expertos peritos, determinó que “no habían
intervenido terceros”.
Toda la información, incluyendo
lo que se conoció después, mencionaba un disparo sólo a poco más de un centímetro de la sien
derecha, lo que llevaba a pensar en un suicidio. La muerte se caracterizó como
“dudosa” hasta que se terminen las pericias, algunas repetidas para que no
queden dudas.
Desde Bolivia el presidente Evo Morales definió certeramente esta
situación: le pusieron una emboscada a la presidenta argentina, dijo al
denunciar los sucesos.
Es de un simplismo aterrador pensar que a un gobierno a cuya
Presidenta se acusa sin
prueba alguna, con una denuncia tan deficiente que nadie cree fue redactada por
el fiscal, podría convenirle la trágica muerte de este, después de presentar
una denuncia en su contra.
La oposición política local, que ya armó varios escenarios golpistas
en el país se tomó el hecho como una bandera para acusar al gobierno. Los medios de comunicación y especialmente el grupo
Clarín, que se niega a cumplir con la Ley de Medios Audiovisuales, que debe
terminar con los nefastos monopolios mediáticos, comenzaron a especular
confundiendo a la población, cautiva de ese enorme poder desinformador.
Es tal la intoxicación informativa que nadie sabe distinguir entre
el informe de la fiscalía investigadora y los “juicios paralelos” que se
escenifican en TV.
Fue el Gobierno el que insistió que la reunión en el Congreso
fuera pública, es decir que todo el mundo pudiera ver lo que se iba a debatir
allí, lo que curiosamente la oposición rechazaba. Los legisladores del
oficialismo desde el primer momento que Bullrich convocó la audiencia especial,
afirmaron que concurrirían para interrogar profundamente al fiscal con la
determinación de llegar al fondo del asunto. La muerte del procurador se lo
impidió.
La muerte de Nisman está siendo utilizada de una manera perversa por
los medios de comunicación
opositores, y por toda la red de desinformación mundial, al servicio del poder
hegemónico, intentando responsabilizar al Gobierno, en una de las campañas más
duras que se recuerde.
El golpismo encubierto está siendo desarrollado por un sector del
Poder Judicial, una estructura decadente que nunca se democratizó, los medios de comunicación masiva, la oposición y la
acción de los servicios de inteligencia locales que fueron desplazados por el
Ejecutivo y venían desde la pasada dictadura y antes de ésta. Pero
indudablemente por Estados Unidos y también Israel.
El estado israelí publicó en Estados Unidos un comunicado breve en
la mañana del 19 de enero de 2015 sobre “la trágica circunstancia” de la muerte
de Nisman, término que se utiliza
para describir un suicidio y el mismo día el Secretario General de la DAIA,
Jorge Knoblovits, dijo a los medios
argentinos -como está registrado- que “creían que era un suicidio” y que esa
entidad estaba preocupada por el destino de la causa. ¿Por qué luego cambiaron
de rumbo?
Siguiendo el lineamiento del Estado israelí exhortaban a continuar
con la causa -como si alguien hubiera mencionado abandonarla- y además a llevar
a la justicia a los culpables del hecho y continuar con lo que estaba actuando Nisman.
Es decir -y esto no puede perderse de vista– mantener la acusación contra Irán,
lo que significa continuar en el cerrado círculo que comenzó en julio de 1994
con pistas y testigos falsos. ¿Qué hay en las sombras de esta causa?
EN LA
ESCENA DEL CRIMEN
El colaborador cercano del fiscal fallecido, Diego Lagomarsino,
“experto en Informática”, contratado por Nisman con un salario inusualmente
altísimo fue a ver al fiscal, el sábado 17 de enero. Él mismo se presentó
espontáneamente a la justicia para decir que le había llevado un arma vieja, la
pistola calibre 22 con que luego se “suicidó” el fiscal.
Primero dijo que le pidió la pistola para defenderse, pero en
realidad concurrió dos veces al edificio donde vivía el fiscal supuestamente
seguro y altamente vigilado como se ofrecía a los compradores de departamentos
en el lugar. De la última visita en la noche no hay registros de salida. La investigadora Fein
dijo que según lo registrado Lagomarsino salió el domingo en la mañana, o sea
al día siguiente de la muerta de Nisman.
La denuncia publicada íntegra el día 20 de enero, es absolutamente
una pieza sin valor jurídico, por su redacción, sus contradicciones, y la falta
de pruebas. Las escuchas telefónica ilegales, que un canal de TV opositor dio a
conocer también violando toda norma, no agregan nada, al contrario, resultan
hasta pueriles. Reconocidos juristas señalan que aunque todo lo que se dice
fuera cierto no constituye delito porque nada de eso se realizó.
El curioso -y desconocido en el medio- periodista colaborador en
la web del Buenos Aires Herald, Damián
Pachter quien en la noche del 18 de enero dio la primicia por Twitter que se
había encontrado muerto al fiscal Nisman sin avisar a su medio, decidió irse
del país argumentando “miedo”. Primero sacó un boleto de ida y vuelta a
Uruguay, pero de pronto apareció en Tel Aviv.
Pero lo extraño es que sale hacia Uruguay y sigue hasta Israel,
donde dice que pidió refugio. Luego se sabe que Pachter es argentino–israelí, y
viajó con su pasaporte de Israel ¿Porqué pidió asilo, si era ciudadano israelí
y estuvo tres años en el ejército de ese país? Lagomarsino también gestionaba
la actualización de su pasaporte, para lo cual concurrió a las oficinas
pertinentes el propio día 12 cuando Nisman hizo pública su imputación.
Inmediatamente tras la muerte del fiscal, las autoridades le retuvieron el
documento y se le prohibió salir del país.
La sospecha sobre Pachter aumentó cuando dio entrevistas a medios europeos hablando de la persecución de
periodistas en Argentina, donde los medios
opositores publican notas insultantes contra la Presidenta y otros
funcionarios, sin ningún problema.
Otro dato importante a registrar. El fiscal Nisman utilizaba un
automóvil de alta gama, un Audi, de un yerno de uno de los denunciados como
encubridor local en el caso AMIA, Hugo Anzorreguy, el exjefe de la SIDE en el
momento de la voladura de la
AMIA. Y además ligado al exagente de la CIA Frank Holder ,
de oscura historia en
Centroamericana que -como tantos exagentes de otros países manejan agencias de
seguridad locales.
En Estados Unidos, los sectores más recalcitrantes como el
republicano Marcos Rubio, Bob Menéndez y otros acusan a la Presidenta y al
Gobierno sin prueba alguna, lo cual es una amenaza y una presión sobre la
justicia local, la misma que ejercen los medios
masivos de comunicación argentinos, que de diversas formas advierten a fiscales
y jueces, que esta causa como la de la AMIA tienen que tener los “culpables”
que ellos determinen. Los llamados de esos legisladores, además, evidencian su
conexión con la derecha argentina.
Quieren una destitución aparentemente “institucional” del
Gobierno, un golpe blando, pero con muertes. No quieren la verdad.
Además de golpear a Argentina en el mismo momento en que se
acrecienta el golpismo en Venezuela contra el presidente Nicolás Maduro,
intentan debilitar a los organismos de unidad e integración que se consolidan
en América Latina.
Si algo faltaba al
terminar esta serie, se conoció que el presidente José “Pepe” Mujica de Uruguay
desmintió la versión de que un diplomático de la embajada de Irán en Montevideo
fuese expulsado dos semanas antes por estar vinculado a la colocación de un
aparente artefacto explosivo en las inmediaciones de la embajada israelí en esa
ciudad. Esa versión la publicó el diario israelí Haaretz y la levantaron varios
medios en el
mundo.
Queda entonces la pregunta que puede tener una
rápida respuesta:¿Qué están preparando los expertos en atentados de falsa
bandera en nuestros
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