domingo, 15 de febrero de 2015

Comprobamos cómo se desvía el eje de debate desde la lectura maniquea y se contribuye a la continuidad e incluso profundización del sistema de desposesión total que ambos bandos no ponen en cuestión y coinciden en limitarse al uso del caso Nisman.

La oposición se suma a la marcha del 18 de febrero
Del Congreso a la Plaza de Mayo
8 de febrero de 2015
Por Guido Carelli Lynch
Referentes de todo el arco político opositor ya comprometieron su presencia en la "marcha del silencio", la manifestación convocada por fiscales para homenajear a Alberto Nisman a un mes de su muerte.
Elisa Carrió, Julio Cobos, Ernesto Sanz y Hermes Binner son hasta ahora los cuatro presidenciables que confirmaron que participarán de la convocatoria.
Sergio Massa y Mauricio Macri también quieren mostrarse cerca del reclamo de los fiscales, aunque todavía no tienen claro de qué manera participarán. "Es una marcha de la gente, no de la política. No se puede manchar de color partidario una marcha del conjunto de la sociedad. Veremos cuál es la mejor forma de estar presentes, si con una declaración, con una delegación o con mi familia al final de la marcha, sin robar cámara. Veo a algunos dirigentes que hacen carroña sobre los deseos de verdad y justicia de la gente", señaló el líder del Frente Renovador a Clarín. Ayer, desde Mar del Plata, se sumó al reclamo de los fiscales. "Ojalá salgamos todos a la calle en silencio para que no haya más impunidad en la Argentina", dijo.
Cerca del Jefe de Gobierno todavía no tomaron una determinación, pero en su gabinete más de una voz asegura que asistirá. Mientras tanto diferentes referentes del PRO, como los diputados Laura Alonso y Federico Sturzenegger y Patricia Bullrich ratificaron que serán de la partida.
No son pocos los políticos que están prestando sus órganos de comunicación para difundir la convocatoria. Los fiscales -confían- tienen miedo y pidieron apoyo y presencia.
Algunos síntomas de la política se traducen a la convocatoria. La diferencia de criterios en el radicalismo es una de ellas. Mientras Ernesto Sanz señaló "en nombre de la UCR" que asistiría a la marcha en "respaldo de los fiscales independientes", Julio Cobos se mostró más dubitativo. "Generalmente no participo en marchas porque -como político- soy parte del problema. En este caso, voy a concurrir, porque entiendo que es un homenaje a Alberto Nisman", señaló.
Carrió, como es habitual, fue categórica. "Hay que acompañar a la marcha de silencio, porque ahora matan", fustigó. La jefa de la Coalición Cívica no consulta sus decisiones con su flamante socio Macri, igual que la denuncia por encubrimiento contra la Presidenta y Héctor Timerman. "Es parte de respetar las identidades", dicen en el PRO.Jorge Altamira, del Frente de Izquierda tomará una resolución mañana, tras una asamblea partidaria. En tanto, Graciela Ocaña y Daniel Amoroso, de Confianza Pública, confirmaron su presencia.

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“Y a ellos les dejamos el silencio”
12 de febrero de 2015

 

Cristina Kirchner hizo esa alusión cuando habló a los militantes que se juntaron en el patio de la Casa Rosada. En tanto, un grupo de académicos e intelectuales repudió lo que consideró el uso político de la marcha.
Fue la única, velada alusión que hizo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la marcha del 18 de febrero: “Nosotros nos quedamos con el canto, con la alegría, con ese grito de ‘viva la patria’, y a ellos les dejamos el silencio. Siempre les gustó el silencio. ¿Saben por qué? Es porque no tienen nada que decir o porque realmente no pueden decir lo que piensan”. En tanto, un grupo de académicos, intelectuales, periodistas, artistas y miembros del Poder Judicial difundieron una carta en las redes sociales en donde cuestionaron la convocatoria a la marcha. Los intelectuales repudiaron lo que consideraron una “parodia democraticista de un pequeño grupo de fiscales” y denunciaron que se está haciendo un “uso político” de la muerte de Nisman.
La Presidenta no habló de la marcha durante el mensaje que se transmitió por la cadena nacional. Sólo hizo esa mención en un discurso posterior, ante la multitud de militantes que la vivaban en el patio interior de la Casa Rosada. “A ellos les dejamos el silencio”, tituló. “Somos el amor por la patria, el amor por el otro –afirmó la mandataria– Dejemos que los demás tengan odio. El odio termina enfermando. El odio, el agravio, la calumnia se los dejamos a ellos.”
La carta de los intelectuales, en tanto, tiene cientos de firmas. Entre otros, de los escritores Tununa Mercado, Noé Jitrik y Pacho O’Donnell, Eduardo Aliverti, el semiólogo Oscar Steimberg, los sociólogos Juan Pegoraro, Luis Alberto Quevedo, Mario Margulis y Fortunato Mallimaci, y el secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, el economista Abraham Gack, Dora Barrancos, Osvaldo Bayer, Rubén Dri, Mauricio Kartun y Villanueva Cosse, el actor Fabio “Mosquito” Sancinetto. Además firmaron la carta un grupo de integrantes de la Defensoría General porteña, la Asociación Argentina de Actores y el coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres Eduardo de la Serna.
Entre los convocantes, están el escritor Mempo Giardinelli y el presidente de Argentores, Roberto “Tito” Cossa, quien manifestó la “preocupación de los firmantes, pero que es generalizada, por la ofensiva de algunos sectores que están buscando voltear al Gobierno, o que llegue al final muy debilitado”. “Somos muchos los argentinos que no estamos de acuerdo, por lo que estamos alerta por esta avanzada golpista que se nota y está clara. Nosotros vamos a resistir, cada uno desde su lugar, para que eso no ocurra.” Cossa destacó que siguen llegando adhesiones.
La carta indica que quienes la firman están “en favor del estricto cumplimiento de la Constitución y por la salud de la Democracia, el saneamiento profundo de la Justicia, el respeto irrestricto de los Derechos Humanos y el imperio de la Paz en la República y en contra de toda forma de violencia. Incluso la aparentemente sutil y subliminal, como la que se incita desde el terrorismo periodístico disimulado, la financiera, la empresaria y/o cualquier otra”.
Los firmantes repudian “todo intento de desestabilización institucional, exigen que se cumplan las leyes, todas, sin chicanas ni cautelares como las que es costumbre político-judicial disponer en beneficio de los poderosos, sean personas o grupos empresariales”.
Sobre la marcha del 18 de febrero, remarcan que se trata de una “parodia democraticista de un pequeño grupo de fiscales, desprestigiados casi todos, apadrinados por los medios hegemónicos en la convocatoria a una marcha a todas luces sectaria y provocadora”. Repudiaron también “el siempre renovado oportunismo de dirigentes políticos capaces de todo tipo de inconductas y servilismos a gobiernos extranjeros, y a irritantes violencias verbales”.
La República Argentina necesita seguir trabajando en paz, para avanzar aún más en las conquistas sociales y laborales ya logradas, la inclusión social, la defensa del patrimonio público, la independencia económica y la soberanía política que la ciudadanía ha recuperado después de la crisis terminal de 2001 y 2002”, sostiene la carta.
Los firmantes exigen “una investigación seria y honesta sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman; la designación de una Corte Suprema de Justicia completa, como manda la ley; una transformación democrática y profunda de las estructuras de inteligencia”. Y concluyen: “No a la mentira y el uso político de la muerte de Nisman. No al golpe ‘suave’. Más democracia, Más Justicia”.

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