Opiniones cruzadas por las declaraciones de
Cristina Kirchner sobre las energías renovables
5 de febrero de 2015
Su discurso ante empresarios chinos desató la
polémica en el sector. La mayoría de los referentes del sector cuestionaron su
posicionamiento en defensa de los hidrocarburos y de la energía atómica. ¿No es
momento de comenzar con el desarrollo de las fuentes alternativas? Todas las
voces en esta nota.
Cristina Fernández de Kirchner, la presidente de
Argentina, brindó un discurso en Pekín, China, ante representantes de compañías
de todos los rubros, las de mayor peso en el mundo, a los fines de tentarlos
para atraer inversiones. El objetivo de máxima era consolidar el financiamiento
para las dos mega represas hidroeléctricas de Santa Cruz, Carlos Néstor
Kirchner y Jorge Cepernic, que permitirían agregar al sistema 1.740 MW de
potencia instalada; también para otra planta nuclear y Vaca Muerta, el
yacimiento de hidrocarburos no convencionales.
Fue en este contexto que la principal mandataria
expuso su visión sobre las energías alternativas: “es muy cool hablar de las energías alternativas
renovables. Todos estamos con ellas. Estamos haciendo inversiones en un parque
eólico, pero también como empresarios y dirigentes del Estado sabemos que la
energía fósil va a ser durante los próximos 30, 40 o 50 años el gran motor que
alimente la industria y los automóviles”.
“Mientras
tanto tenemos que tomar las decisiones estratégicas para tener las energías que
vayan sustituyendo esa energía fósil“, disparó. “Junto con la hidroeléctrica y la eólica, la energía nuclear para
nosotros también es uno de los puntales en la sustitución de esa energía
contaminante”, dijo
Cristina.
Paso siguiente, comparó: “De hecho, si uno compara los costos de la generación eléctrica en
Francia, con la generación energética en Italia, tenemos que
Francia tiene un 40 ó un 50 por ciento de costo energético menor que su
vecino de Italia, y eso es en virtud del gran de desarrollo nuclear que han
alcanzado”.
Este posicionamiento, generó diversas reacciones
por parte de los promotores de una matriz diversa y limpia. Por su parte, Gustavo Gil, máximo referente en la materia
del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), manifestó: “es lamentable pensar que un horizonte de 30 o 40 años
en materia de planificación energética se considere un plazo tan lejano que no
merece la atención de hoy. Ese error es muy probable esté gestado por algunos
mal intencionados que lucran con el estado actual de las cosas, y que incapaces
de aceptar lo ineludible de la transición, sostienen que las renovables solo
son un capricho de europeos cool”.
El experimentado Ing. René
Galiano, también dio su punto de vista: “Es muy fácil poner como ejemplo a Francia, con sus 60
centrales atómicas, que tienen sumamente preocupada a su población, pero no
habla de Alemania, que está bajando una a una a sus centrales atómicas
reemplazándolas por fuentes renovables. Obviamente que el mundo seguirá
dependiendo del petróleo por 30 años más, pero ¿en qué proporción cuando para
esa época seamos alrededor de 9000 millones de habitantes? Una cosa es clara,
están aceptando a regañadientes la diversificación de la matriz energética en
base a la inclusión del inmenso potencial en renovables que tiene el país.
Francamente lamentable”.
Sin emitir juicio de valor, Guillermo Malinow, Ingeniero y miembro
del Consejo Directivo del Comité Argentino de Presas explicó los motivos de la
asociación con China para proyectos de energía hidroeléctrica: “China tiene 50.000 plantas y produce el 19 por ciento
de la energía hidroeléctrica mundial, ya en el año 2010 la potencia hidráulica
instalada alcanzaba los 220.000 MW y producía una energía media anual de
690.000 GWh/año. Para el año 2020 prevén alcanzar una potencia hidráulica
instalada de 300.000 MW. Con esto quiero decir que China es un país con una
gran experiencia en la materia y se la respeta mucho en el plano internacional”.
Pablo Bertinat, referente
del Observatorio de Energía y Sustentabilidad, docente de la Universidad
Tecnológica Nacional, máster en sistemas humanos ambientales e ingeniero
eléctrico, analizó las declaraciones de Cristina Kirchner, desde una óptica
social: “vivimos en la región una fiebre
extractivista, agronegocios sojeros, minería depredadora e hidrocarburos, un
combo necesario para sostener el modo de acumulación capitalista extremadamente
depredador e inequitativo. Quienes apostamos a los gobiernos progresistas en
toda la región apostamos a que estos gobiernos pudieran desafiar un futuro
determinado por la fatalidad histórica”.
Siguiendo la idea, planteó: “existe otra posibilidad para el desarrollo de la
región y el país, pero para ello hay que desafiar el futuro y construir algo
diferente a lo que conocemos. Esto significa rediscutir el modelo productivo y
consecuentemente el modelo energético. ¿Es de imaginar por ejemplo que nuestro
país debe tener dentro de dos décadas una industria automotriz más fuerte o más
débil? ¿Qué sectores de la economía deben activarse y cuales desactivarse? Es
imposible pensar en un modelo menos depredador si no avanzamos en usar menos
materia y energía”.
“En el
sector energético el futuro se construye todos los días. Más allá de que haya
una muy tibia apuesta por el sector eólico sería bueno que el gobierno haga el
ejercicio de revisar los montos invertidos en hidrocarburos y nuclear versus
renovables. Allí quedaría muy claro porque el futuro para el gobierno y muchos
otros sectores tecnocráticos es fósil”, señaló Bertinat.
Por último, el especialista concluyó: “hoy los hidrocarburos son el pasado, el futuro se
encuentra en la eficiencia y las fuentes renovables de energía acompañando un
modelo productivo menos intensivo en energía pero mucho más equitativo”.
Nicolás Brown, referente de la
actividad, fue también crítico de la posición de Cristina: “las renovables no son cool; son una solución genuina
al problema de la energía desde el punto de vista económico, socio-político y
ambiental. Hablar de energías renovables es “políticamente correcto”
porque invertir en renovables es lo correcto“.
Y agregó: “Cristina menciona
a la nuclear como una opción económica, cuando todos los costos de construcción
de Atucha II fueron enormes, las renovables resultan mucho más económicas… y la
menciona como energía “limpia”, considerando los efectos de la contaminación
por gases de efecto invernadero, pero sin considerar el impacto de la
contaminación nuclear”.
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