lunes, 13 de mayo de 2019

"Nosotros, los científicos, médicos, representantes de organizaciones medio ambientales, y otros, abajo firmantes de ( ) países, pedimos con urgencia que se paralice el despliegue de la red inalámbrica 5G (quinta generación), incluida la red 5G de los satélites espaciales".

Prensa Unión de Asambleas de Comunidades Informa
13 de Mayo  de 2019

A la ONU, a la OMS, a la UE, al Consejo de Europa y a los gobiernos de todas las naciones
Nosotros, los científicos, médicos, representantes de organizaciones medio ambientales, y otros, abajo firmantes de ( ) países, pedimos con urgencia que se paralice el despliegue de la red inalámbrica 5G (quinta generación), incluida la red 5G de los satélites espaciales. La implantación del 5G incrementará masivamente la exposición a la radiación de radiofrecuencia (RF) de las telecomunicaciones acumulandose a la ya existente con las actuales redes 2G, 3G y 4G. La radiación de radiofrecuencias ha demostrado ser perjudicial para los seres humanos y el medio ambiente. El despliegue del 5G constituye un experimento sobre la humanidad y el medio ambiente que bajo el prisma del derecho internacional puede definirse como un crimen contra la humanidad.
Resumen ejecutivo
Las empresas de telecomunicaciones mundiales, con el apoyo de los gobiernos, se están preparando para desplegar la red inalámbrica de quinta generación (5G) en los próximos dos años. Esto se hace para ofrecer lo que se presenta como un cambio social sin precedentes a escala mundial. Tendremos hogares "inteligentes", negocios "inteligentes", autopistas "inteligentes", ciudades "inteligentes" y autos sin conductor. Prácticamente todo lo que poseamos y adquiramos, desde refrigeradores a lavadoras hasta cartones de leche, cepillos para el cabello y pañales para bebés, tendrán antenas y microchips y se conectarán de manera inalámbrica a Internet. Todos los habitantes del planeta tendrán acceso instantáneo desde cualquier lugar a comunicaciones inalámbricas de muy alta velocidad y baja latencia, incluso desde selvas, en medio del océano o en la Antártida.
Lo que no se reconoce abiertamente es que esto también tendrá como resultado un cambio medio ambiental sin precedentes a escala mundial. Es imprevisible la densidad de los transmisores de radiofrecuencia que serán necesarios. Además de millones de nuevas estaciones base 5G en la Tierra y de 20.000 nuevos satélites en el espacio, 200 mil millones de objetos en transmisión, según las estimaciones, formarán parte del “Internet de las cosas” para 2020, y un billón de objetos unos años más tarde. El 5G comercial a frecuencias más bajas y velocidades más lentas se ha desplegado ya en Qatar, Finlandia y Estonia a mediados de 2018. El lanzamiento de 5G a frecuencias extremadamente altas (ondas milimétricas) se prevé para finales de 2018.
A pesar de la existencia de una negación generalizada, la evidencia de que la radiación de radiofrecuencia (RF) es perjudicial para la vida es abrumadora. La evidencia clínica acumulada de personas enfermas, la evidencia experimental de daños al ADN, a las células y a los sistemas y órganos en una amplia variedad de plantas y animales, y la evidencia epidemiológica de que las principales enfermedades de la civilización moderna—cáncer, enfermedades cardíacas y  diabetes—son en gran parte causadas por la contaminación electromagnética, dispone de una base científica de más de 10.000 estudios contrastados.
Si los planes de la industria de la telecomunicación para la red 5G se materializan, ninguna persona, ningún animal, ave, insecto ni planta en la Tierra podrá evitar la exposición, 24 horas al día, 365 días al año, a los nuevos niveles de radiación de radiofrecuencias, que serán decenas o cientos de veces mayores que los que existen hoy en día, sin posibilidad de escapar en ninguna parte del planeta. Los planes de la red 5G amenazan con provocar efectos graves e irreversibles en los seres humanos y daños permanentes a todos los ecosistemas de la Tierra.
Se deben tomar medidas inmediatas para proteger a la humanidad y al medio ambiente, de acuerdo con los imperativos éticos y los acuerdos internacionales.
(Nota: las referencias se proporcionan como hipervínculos y notas al final).
La red 5G tendrá como resultado un aumento masivo de la exposición ineludible e involuntaria a la radiación inalámbrica
5G basado en tierra
Para transmitir la enorme cantidad de datos requeridos por el Internet de las Cosas, la tecnología 5G, cuando esté completamente desplegada, usará ondas milimétricas, que se transmiten deficientemente a través de los materiales sólidos. Esto requerirá que cada operador instale estaciones base cada 100 metros1 en todas las áreas urbanas del mundo. A diferencia de las generaciones anteriores de tecnología inalámbrica, en las que una sola antena transmite en un área amplia, las estaciones base 5G y los dispositivos 5G tendrán múltiples antenas dispuestas en "matrices en fase"2,3 que trabajarán juntas para emitir haces enfocados, dirigibles y similares a rayos láser que se rastrean entre sí.
Cada teléfono 5G tendrá docenas de diminutas antenas, todas trabajando juntas para rastrear y apuntar un rayo estrechamente enfocado a la torre celular más cercana. La Comisión Federal de Comunicaciones de EE. UU. (FCC) ha adoptado reglas4 que permiten que la potencia efectiva de esos rayos sea de hasta 20 vatios, diez veces más potente que los niveles permitidos en los teléfonos actuales.
Cada estación base 5G tendrá cientos o miles de antenas que apuntarán a múltiples haces de tipo láser simultáneamente en todos los teléfonos celulares y dispositivos de usuario de su área de servicio. Esta tecnología se denomina "salida múltiple entrada múltiple" o MIMO. Las reglas de la FCC permiten que la potencia radiada efectiva de los haces de una estación base 5G sea de hasta 30.000 vatios por 100 MHz de espectro2, o 300.000 vatios por GHz de espectro, decenas o cientos de veces más potentes que los niveles permitidos para las actuales estaciones base.
5G basado en el espacio
Al menos cinco empresas5 proponen proporcionar 5G desde el espacio a partir de un combinado de 20.000 satélites en la órbita terrestre baja y media, que cubrirá la Tierra con potentes rayos, enfocados y dirigibles. Cada satélite emitirá ondas milimétricas con una potencia radiada efectiva de hasta cinco millones de vatios6 desde miles de antenas dispuestas en una matriz en fase. Aunque la energía que llegue al suelo desde los satélites será menor que la de las antenas terrestres, irradiará las áreas de la Tierra a las que no llegan otros transmisores y será adicional a las transmisiones 5G terrestres de miles de millones de objetos. Aún más importante, los satélites estarán ubicados en la magnetosfera terrestre, lo que ejercerá una influencia significativa sobre las propiedades eléctricas de la atmósfera. La alteración del entorno electromagnético terrestre puede ser una amenaza aún mayor para la vida que la radiación de las antenas terrestres (ver más abajo).
Los efectos nocivos de la radiación de radiofrecuencia ya están comprobados
Incluso antes de que se propusiera la red 5G, docenas de peticiones y declaraciones7 firmadas por científicos internacionales, incluyendo la Declaración de Friburgo, firmada por más de 3.000 médicos, pedían el cese de la expansión de la tecnología inalámbrica y una moratoria en las nuevas estaciones base.8
En 2015, 215 científicos de 41 países comunicaron su alarma a las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS).9 Afirmaban que "numerosas publicaciones científicas recientes habían demostrado que los campos electromagnéticos (EMF) afectaban a organismos vivos a niveles muy inferiores a los fijados por la mayoría de las directrices internacionales y nacionales". Más de 10.000 estudios científicos contrastados demuestran daños a la salud humana por radiación de RF.10,11 Los efectos incluyen:

Alteración del ritmo cardiaco12
Expresión de genes alterados13
Alteración del metabolismo14
Alteración en el desarrollo de células madre15
Cánceres16
Enfermedades cardiovasculares17
Deterioro cognitivo18
Daños en el ADN19

Impactos en el bienestar general20
Aumento de radicales libres21
Déficits de aprendizaje y memoria22
Alteraciones en la función y calidad de los espermatozoides23
Abortos involuntarios24
Daños neurológicos25
Obesidad y diabetes26
Estrés oxidativo27

Los efectos en los niños incluyen autismo28, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) 29,30 y asma.31
Los daños van mucho más allá de los seres humanos, ya que hay abundante evidencia de daños a plantas y vida silvestre32,33 y a animales de laboratorio, que incluyen:

Hormigas34
Aves35,36
Bosques37
Ranas38
Moscas de la fruta39
Abejas de miel40
Insectos41
Mamíferos42
Ratones43,44
Plantas45

Llamamiento internacional para detener la implantación de la red 5G en la Tierra y en el espacio
Ratas46 Árboles47
También se han registrado efectos microbiológicos48 perjudiciales.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS concluyó en 2011 que la radiación de radiofrecuencias de 30 kHz a 300 GHz es posiblemente cancerígeno para los seres humanos (Grupo 2B).49 Sin embargo, evidencia reciente, incluidos los últimos estudios sobre el uso del teléfono celular y el riesgo de tumores cerebrales, indican que la radiación de radiofrecuencias ha demostrado ser cancerígeno para el ser humano50 y ahora debe clasificarse como un "carcinógeno del Grupo 1", junto con el humo del tabaco y el amianto.
La mayoría de las señales inalámbricas contemporáneas están moduladas por pulsos. El daño lo causan tanto las ondas portadoras de alta frecuencia como las pulsaciones de baja frecuencia.51
Debería prohibirse el despliegue de los satélites 5G
La Tierra, la ionosfera y la atmósfera inferior forman el circuito eléctrico global52 en el que vivimos. Está bien establecido que los ritmos biológicos (en humanos,53,54 aves,55 hámsteres,56 y arañas57,58) están controlados por el entorno electromagnético natural de la Tierra y que el bienestar de todos los organismos depende de la estabilidad de este ambiente, incluyendo las propiedades eléctricas de la atmósfera.59,60,61,62 Cherry, en un documento innovador,63 explicó la importancia de las resonancias de Schumann64 y por qué las perturbaciones ionosféricas pueden alterar la presión sanguínea y la melatonina y causar "cáncer en el aparato reproductor, enfermedades cardíacas y neurológicas y muerte".
Estos elementos de nuestro entorno electromagnético ya han sido alterados por la radiación de las líneas eléctricas. La radiación armónica de las líneas eléctricas65 alcanza la ionosfera y magnetosfera de la Tierra, donde se amplifica mediante interacciones onda- partícula.66,67 En 1985, el Dr. Robert O. Becker advirtió que la radiación armónica de la línea de energía ya había cambiado la estructura de la magnetosfera, y que la continua expansión de este efecto "amenaza la viabilidad de toda la vida en la Tierra".68 La ubicación de decenas de miles de satélites directamente en la ionosfera y la magnetosfera, emitiendo señales moduladas a millones de vatios y millones de frecuencias, es probable que altere nuestro entorno electromagnético más allá de nuestra capacidad de adaptación.69
El monitoreo informal ya ha proporcionado evidencia que indica efectos graves en seres humanos y animales de los aproximadamente 100 satélites que han brindado servicio telefónico 2G y 3G en una órbita baja desde 1998. Tales efectos no pueden entenderse si solo se consideran los bajos niveles de radiación en el suelo. Se deben tener en cuenta los conocimientos de otras disciplinas científicas, incluidas la física atmosférica y la acupuntura.70,71,72,73 Agregar 20.000 satélites 5G contaminará aún más el circuito eléctrico global74,75 y podría alterar las resonancias de Schumann,76 con las que ha evolucionado toda la vida en la Tierra. Los efectos serán universales y pueden ser profundamente dañinos.

La red 5G es cualitativamente y cuantitativamente diferente de la red 4G
La idea de que toleraremos decenas o cientos de veces más radiación a longitudes de onda milimétricas se basa en modelos defectuosos del cuerpo humano que lo consideran como una cubierta llena de un líquido homogéneo.77,78 La suposición de que las ondas milimétricas no penetran más allá de la piel ignora por completo los nervios,79 los vasos sanguíneos80,81 y otras estructuras conductoras de la electricidad que pueden transportar corrientes inducidas por la radiación hacia el interior del cuerpo.82,83,84 Otro error potencialmente más grave es que las matrices en fase no son antenas ordinarias. Cuando un campo electromagnético ordinario ingresa en el cuerpo, hace que las cargas se muevan y las corrientes fluyan. Pero cuando pulsos electromagnéticos extremadamente cortos entran en el cuerpo, sucede algo más: las cargas en movimiento se convierten en pequeñas antenas que reirradian el campo electromagnético y lo envían más profundamente al cuerpo. Estas ondas irradiadas se denominan precursores de Brillouin.85 Se vuelven significativas cuando la potencia o la fase de las ondas cambia con la rapidez suficiente.86 La red 5G cumplirá probablemente ambos criterios.
Además, la penetración superficial en sí misma plantea un peligro único para los ojos y para el órgano más grande del cuerpo, la piel, así como para las criaturas muy pequeñas. Recientemente se han publicado estudios contrastados, que predicen quemaduras térmicas en la piel87 en seres humanos a partir de radiación 5G y absorción resonante por insectos,88 de hasta 100 veces más en las longitudes de onda milimétricas comparadas con las longitudes de onda actualmente en uso. Dado que las poblaciones de insectos voladores han disminuido en un 75-80 por ciento desde 1989, incluso en áreas naturales protegidas,89 la radiación 5G podría tener efectos catastróficos en las poblaciones de insectos de todo el mundo. Un estudio de 1986 de Om Gandhi advirtió que las ondas milimétricas son fuertemente absorbidas por la córnea del ojo, y que la ropa ordinaria, que es de un grosor milimétrico, aumenta la absorción de energía por la piel mediante un efecto tipo resonancia.90 Russell (2018) revisa los efectos conocidos de las ondas milimétricas en la piel, los ojos (incluidas las cataratas), la frecuencia cardíaca, el sistema inmune y el ADN.
Los reguladores han excluido deliberadamente la evidencia científica de los perjuicios
Hasta ahora, los interesados en el despliegue del 5G han sido la industria y los gobiernos, mientras que han sido excluidos respecto del mismo científicos reconocidos internacionalmente en el ámbito de las ondas electromagnéticas que han documentado efectos biológicos en humanos, animales, insectos y plantas, y efectos alarmantes en la salud y el medio ambiente en miles de estudios contrastados. El motivo de que las actuales pautas de seguridad sean inadecuadas son los conflictos de intereses de los organismos de normalización "debido a sus relaciones con las compañías de telecomunicaciones o eléctricas socavan la imparcialidad que debe regir la regulación de los Estándares de Exposición Pública de las radiaciones no ionizantes".91 El Profesor Emérito Martin L. Pall expone en detalle en su revisión de la literatura los conflictos de interés, y las listas de estudios importantes que han sido excluidos.92
La hipótesis térmica es

obsoleta: se necesitan nuevos estándares de seguridad

Las pautas de seguridad actuales se basan en la hipótesis obsoleta de que el calentamiento es el único efecto dañino de los CEM. Como han declarado Markov y Grigoriev, "Los estándares actuales no consideran la contaminación real del medio ambiente con radiación no ionizante".93 Cientos de científicos, incluidos muchos firmantes de esta petición, han demostrado que se producen muchos tipos diferentes de enfermedades y lesiones agudas y crónicas son causadas sin calentamiento ("efecto no térmico") a partir de niveles de radiación muy por debajo de las directrices internacionales.9 Los efectos biológicos se producen incluso a niveles de potencia cercanos a cero. Los efectos que se han encontrado en 0,02 picowatts (billonésimas de vatio) por centímetro cuadrado o menos incluyen estructura genética alterada en E. coli94 y en ratas,95 EEG alterado en seres humanos,96 estimulación del crecimiento en plantas de judías,97 y estimulación de la ovulación en pollos.98
Para protegerse contra los efectos no térmicos, se debe considerar la duración de la exposición. La red 5G expondrá a todo el mundo a muchas más transmisiones de forma simultánea y continuada, día y noche sin interrupción. Se necesitan nuevos estándares de seguridad y estos deben basarse en la exposición acumulativa y no solo en los niveles de potencia, sino también en la frecuencia, ancho de banda, modulación, forma de onda, ancho de pulso y otras propiedades que son biológicamente importantes. Las antenas deben estar confinadas en ubicaciones específicas identificadas públicamente. Para proteger a las personas, las antenas deben estar ubicadas lejos de donde vive y trabaja la gente, y deben excluirse de los lugares por los que camina la gente. Para proteger la vida silvestre, deben ser excluidas de los santuarios naturales y estrictamente minimizadas en áreas remotas. Para proteger toda forma de vida, los satélites de comunicaciones comerciales deben estar limitados en número y prohibidos en órbitas terrestres bajas y medianas. Las matrices en fase deben estar prohibidas en la Tierra y en el espacio.
La radiofrecuencia tiene efectos agudos y crónicos
La radiación de radiofrecuencias tiene efectos tanto inmediatos como a largo plazo. El cáncer y las enfermedades cardíacas son ejemplo de efectos a largo plazo. La alteración del ritmo cardíaco99 y los cambios en la función cerebral (EEG)100 son ejemplo de efectos inmediatos. El síndrome que en la antigua Unión Soviética se denominó enfermedad de las radiofrecuencias101 y que hoy en día se denomina mundialmente hipersensibilidad electromagnética (EHS)102 puede ser agudo o crónico. El profesor Dr. Karl Hecht

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