Desde Somos Monte
repudiamos los hechos de discriminación y violencia racista que se están
registrando durante esta cuarentena hacia las comunidades y personas
pertenecientes a los Pueblos Originarios del Chaco en diferentes lugares y situaciones.
Así como en esta pandemia se ha despertado en la gente un renovado sentido de
comunidad y espíritu de fraternidad, algunos sectores siguen con sus lógicas de
odio y división que parecieran haberse reforzado en este tiempo, aprovechando
el miedo colectivo, para lanzar acusaciones o incluso justificar actos
violentos. Ejemplo de ello son los episodios ocurridos en Resistencia con
relación a la comunidad
Qom y en el Sauzalito con relación a la comunidad Wichí ,
donde personas fueron víctimas de discriminación y violencia.
Esto nos obliga a
no minimizar el asunto y expresar nuestro firme repudio hacia estos actos de
intolerancia, por parte de otros sectores de la sociedad civil y también por
parte de entes estatales. En el caso de la zona del impenetrable, se acusa a un
grupo de Wichís como violentos, cuando en realidad es la violencia histórica y
generalizada hacia ellos la que hace que deban levantar una vez más su voz para
defender su derecho a la vida que nadie parece respetar. Ni siquiera el mismo
Estado en su deber. Es más, el mismo Estado es el que sigue permitiendo y no
frena la circulación de camiones y de extracción de árboles nativos del monte
en esta situación de pandemia y por lo tanto poniendo en riesgo la salud de
toda la población de la zona; en forma directa a los trabajadores más
desprotegidos de lo que implica toda la cadena forestal - a partir de que se
mantenga activa la ruta que conecta directamente la zona de foco de contagio
con la zona del impenetrable. Repetimos, es acaso el desmonte una actividad de
las llamadas “esenciales”? A todos y todas se nos ha complicado la vida
cotidiana con el aislamiento…pero cuanto más a quienes en muchos casos no
cuentan con la misma asistencia sanitaria ni garantía de otros derechos
esenciales? como acceso al agua, una vivienda acorde a una vida saludable, o
sustento económico fijo entre otras cosas. Desde la indignación que generan
estos actos, nos preguntamos si acaso la violencia, el maltrato, abuso,
discriminación no es un germen tan peligroso o más aún que el virus que hoy nos
mantiene aislados.
Hacemos un llamado de atención a los medios de comunicación,
a que sean más cuidadosos y rigurosos en el modo en que tratan este tipo de
temas, ya que denotan falta de investigación profesional, lo cual muchas veces
fomenta el odio y la discriminación. Instamos a las instituciones,
grupos y a cada persona, a redoblar los esfuerzos en pos de un mundo más justo,
más sano y libre del racismo, donde verdaderamente podamos sentir que es una
patria que se construye en libertad, cuidado y respeto en la diversidad.
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