domingo, 8 de diciembre de 2019

"Todes sabemos: el capitalismo nos lleva siempre a la crisis. En el capitalismo dependiente esas crisis son más profundas, más intensas, y -en general- acompañadas de las recetas del Fondo (o de sus aplausos y elogios, como en el capitalismo-andino en Bolivia). No debe sorprendernos: la crisis capitalista viene a reorganizar las relaciones de explotación. El recorte de los gastos públicos en programas sociales y subsidios a nuestro consumo (nunca en el pago de la deuda) busca reducir el costo de nuestras vidas para el capital. Nuestras resistencias enfrentan el ajuste en el Estado y en el territorio, en nuestros lugares de vida y trabajo (fábricas, oficinas, escuelas, barrios, familias y comunidades)".

La alternativa de la hora es

liberación popular o FMI

17 de octubre de 2019

Por Mariano Féliz 

En Ecuador, el pueblo se levanta contra el ajuste propuesto por el Fondo Monetario Internacional. En Haití toma las calles para expulsarlo junto al imperialismo y sus aliades. Mientras tanto, en Argentina, Bolivia y Uruguay esperamos que las urnas decidan nuestro futuro próximo. ¿Se prepara una nueva tregua, o comienza un nuevo ciclo de luchas por la emancipación?
I
El FMI es un asiduo visitante. Dice venir para auxiliar a un enfermo, nuestras economías infestadas por el virus del populismo. Con un recetario igual para todos los casos, viene y se va, pero sus intervenciones siempre nos dejan maltreches, peor que antes. A lo sumo crean las condiciones para un renovado ciclo de explotación y destrucción de nuestras vidas. Si su ajuste “sale bien”, habrán caído los salarios, aumentado la precariedad laboral y la expropiación del trabajo no remunerado, y la seguridad jurídica estará garantizada para la expoliación capitalista y patriarcal de cuerpos, saberes y territorios.
Pero claro está, el programa del Fondo no puede salir bien. O al menos, su éxito está supeditado a la resistencia popular, o a su ausencia. En las economía dependientes hay pueblos atentos, capaces de enfrentar la voluntad de poder del gran capital imperialista. En estas economías, la mercantilización de la vida, la enajenación de nuestro tiempo vital, no ha logrado congelar la lucha de clases. Ella se presenta periódicamente para configurar un límite al proyecto del trabajo muerto, del capital y sus ejércitos. Siempre hay muertes, pues el capitalismo mata; pero en la lucha nacen millones.
En estos momentos en América Latina hay pueblos alzados contra los programas del FMI. En Haití, las calles están colmadas de pueblo exigiendo el fin de la ocupación de la MINUSTAH y el ajuste del FMI. En Ecuador, el “traidor” de Lenin pretende seguir a pie juntillas el plan acordado y el pueblo ha decidido decir ¡Basta! ¿”Traidor”? Qué palabra inapropiada, que sólo califica al “delfín” de Correa sin explicar nada.
El ajuste de Lenin M. en Ecuador viene a poner en evidencia lo que todes sabemos: el capitalismo nos lleva siempre a la crisis. En el capitalismo dependiente esas crisis son más profundas, más intensas, y -en general- acompañadas de las recetas del Fondo (o de sus aplausos y elogios, como en el capitalismo-andino en Bolivia).
No debe sorprendernos: la crisis capitalista viene a reorganizar las relaciones de explotación. El recorte de los gastos públicos en programas sociales y subsidios a nuestro consumo (nunca en el pago de la deuda) busca reducir el costo de nuestras vidas para el capital. Nuestras resistencias enfrentan el ajuste en el Estado y en el territorio, en nuestros lugares de vida y trabajo (fábricas, oficinas, escuelas, barrios, familias y comunidades).

Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/la-alternativa-de-la-hora-es-liberacion-popular-o-fmi

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