La
"uberización",
oro por cuentas de
vidrio
25 de diciembre de 2019
Por Rafael Mayoral
El Salto
La Fundación
del Español Urgente (Fundéu) realiza anualmente un certamen para elegir la
palabra del año. En 2017 una de las palabras finalistas fue
"uberización" pero la vencedora entonces fue "aporofobia".
Las palabras que elegimos no son inocentes y el modo en que las escuchamos en
los medios de comunicación y según en qué contextos, menos todavía. De tal
forma que el concepto de uberización de la economía se nos quiere presentar
como una suerte de discurso que ofrece oro por cuentas de vidrio dando a
entender que la innovación tiene como resultado inevitable la uberización.
Esto es solo la punta de un
iceberg de eufemismos que no permite ver lo que realmente subyace: un nuevo modelo
económico basado en la precariedad como forma de vida y en la elusión fiscal
como mecanismo de saqueo. Llaman economía colaborativa a arrebatar los derechos
más básicos a la gente y llaman innovación tecnológica a estrategias
planificadas para la constitución de monopolios en sectores económicos
estratégicos, con especial afectación a los servicios públicos.
El proceso de
uberización de la economía tiene un componente de ingeniería económica, social
y política de determinadas fracciones del capital financiero que se considera
por encima de cualquier soberanía o jurisdicción. En primer lugar, la
uberización tiene como elemento definitorio la elusión fiscal con matriz en
paraísos fiscales. La elusión facilita la desvinculación de estas corporaciones
de la sociedad donde realiza su actividad económica y, por lo tanto, de la
obligación de contribuir al bienestar de la población por medio de servicios
públicos pagados con una política impositiva progresiva, propia de los estados
democráticos. Un modelo de capitalismo financiero depredador y extractivo para
los que la justicia fiscal es percibida como un adversario a batir. Uber hizo
famoso el “Sandwich holandés” puente con las Islas Bermudas, Cabify situó su
matriz en Delaware bajo la excusa de que era la única fórmula que le permitía
captar capital, dos ejemplos entre muchos.
En segundo lugar la
precariedad como forma de vida, se despliega en el ámbito de la producción y Los procesos de uberización establecen como objetivo el control del territorio como un elemento central, intentando generar políticas de monopolio en sectores estratégicos: el transporte es un sector estratégico al igual que
El nuevo modelo de fondos buitre hace de palanca para garantizar el aumento desorbitado de los precios del alquiler que es un elemento clave para poder vivir y fundamental en la existencia de las personas. Los buitres encontraron el terreno abonado en las relaciones contractuales precarias. Los fondos están cartelizando el mercado inmobiliario con la adquisición a precio de saldo de las viviendas resultado del rescate bancario y los recortes. Las SOCIMI fueron creadas como sociedades de inversión inmobiliaria para los grandes inversores financieros con un atractivo fundamental: pagan un impuesto de sociedades del cero por ciento.
En tercer lugar, la uberización ataca a la soberanía popular y al principio de legalidad. Ataca la normativa laboral, sindical, fiscal, y de consumidores. Se trata de un modelo económico que no se realiza respetando la legalidad si no con el objetivo de superarla por la vía de los hechos.
La utilización del concepto de uberización tiene relación con ese modelo que pretendía imponer ‘uber pop’. Un particular sin dar de alta en la seguridad social realiza un servicio bajo la dirección operativa de la empresa multinacional que oferta el servicio, lo contrata imponiendo sus condiciones y ocultando el mecanismo de establecimiento de precios y desvinculándose de la responsabilidad sobre la prestación del servicio y recibiendo la cuantía de la totalidad del servicio en su sucursal en Holanda. Es decir, sin pagar impuestos, sin responsabilidad laboral, sin responsabilidad en materia de consumidores
No pensemos que la industria o el campo van a estar excluidos de este modelo económico y que está solo pensado para los jóvenes que reparten en bicicleta, estaríamos muy equivocados. Ese modelo de relaciones laborales basado en el contrato de cero horas que está en el Reino Unido es punta de lanza del mismo modelo económico.
No hay piedra filosofal que nos haga encontrar una solución a este proceso, sino que precisamente de lo que se trata es de implementar dinámicas complejas que sean capaces de aunar fórmulas clásicas de lucha del movimiento obrero, con nuevas fórmulas de lucha capaces de adaptarse a este proceso de externalización de la producción y los servicios que desvincula del centro de trabajo a la gente y que cambia el centro de trabajo por el conjunto del territorio.
La lucha popular por el territorio puede establecer nexos de conexión entre la esfera de la producción (precariedad laboral), con la esfera de reproducción de la vida (servicios públicos, vivienda, casas de apuestas, etc). Al mismo tiempo debemos entenderlo en el marco de la defensa de las mínimas conquistas democráticas que han ido desarrollando los pueblos durante los últimos 200 años. Se trata de defender la capacidad de los pueblos de autogobernarse bajo el principio de la soberanía popular y de imponer ley y jurisdicción para las actividades que se despliegan en su territorio (sistema fiscal bajo principios de progresividad, caja de la seguridad social, legislación laboral, legislación de protección de los consumidores, protección ambiental o la seguridad vial, entre otros.
Del mismo modo que hay que reconocer el derecho a la libertad sindical de la gente trabajadora como un elemento central de construcción democrática, es necesario poner encima de la mesa el derecho que tiene la población para establecer relaciones de negociación colectiva con aquellos que son responsables del acceso a necesidades vitales como puede ser
Para terminar,
hay una lógica fundamental que es necesario articular para responder a la
uberización que es, en resumidas cuentas, la imposición del darwinismo social
de la individualización, la del “yo no necesito a nadie para resolver el
futuro”. Pues la lógica inversa; la de la fraternidad y la sororidad popular
como herramientas de construcción política para una nueva institucionalidad que
nos permita hacer frente a esos grandes monopolios y entender que, o salimos
juntas por medio de procesos colectivos, o nos van a pasar por encima.
Entendiendo, además, que esto es una batalla en el ámbito de lo económico, lo
social, lo político y lo cultural. Hay quien dice que la ultraderecha va a
intentar penetrar en los sectores populares por medio de políticas sociales. No
estoy de acuerdo. Va a intentar imponer la cultura de las élites en los
sectores populares, a plantear que por qué un trabajador no puede trabajar por
debajo del salario mínimo, va a intentar plantear que por qué los trabajadores
no pueden renunciar individualmente a sus derechos. Eso es de lo que estamos
hablando, de la recuperación de un modelo que es autoritario en lo político, lo
social y lo económico y lo hemos visto claramente en los últimos tiempos en el
planteamiento de Bolsonaro, de VOX y de Orban que no dejan de ser el
planteamiento de Pinochet, versión 2.0.
Rafael Mayoral. Secretario de Sociedad Civil y Movimiento Popular
de Podemos y diputado de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados.
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