lunes, 9 de diciembre de 2019

"Hace tiempo el sistema democrático, tal cual como lo conocemos dejó de ser representativo y eficaz. Y sino, levantemos un poco más la cabeza y miremos en rededor. La resistencia y la dignidad siguen teniendo nombre y apellido. Es la de cada uno de los ciudadanos que siguen dispuestos a salir de su estado de confort a confrontar el modelo. Pero fundamentalmente lleva la identidad de los más jóvenes, esos que se dicen hijos del No a la Mina que hoy toman la palabra y proponen las acciones. Un legado que, volvamos a decir todo, tiene su origen en nuestros Pueblos Originarios. Es decir, los que ya no tienen más que perder.

Chubut: tras la crisis del shock, la embestida minera

En una asamblea del año 2002 entre los vecinos de Esquel un ex juez, activo militante del No a la Mina, sentenció entre la muchedumbre: “Sabemos que esto ha comenzado pero desconocemos cuándo terminará”, y arriesgó “esto puede no tener fin”. Algunos miramos incrédulos, otros extrañados, casi sin comprender, otros dejaron pasar el dictamen casi como inadvertido, como una de las tantas que se manifestaban en medio de la catarsis popular que cobijaban las asambleas. Exactamente 18 años después vuelve otra embestida del lobby minero, una más, con la intención de clavar sus garras sobre el suelo chubutense. Y esto será así mientras el sistema capitalista siga siendo el reino de estos pantanos, en el que todos tenemos metidos los pies y cada vez se nos hace más difícil retirar.

 Por Pablo Fernando Quintana.

El año 2002/2003 fue crítico por la inmediatez con la que el modelo intentó avanzar con un proyecto que era desconocido para la región y porque la complejidad que atravesaba el país era de una crisis extrema. Muchos vecinos excluidos del sistema, sin trabajo. Sin embargo la resistencia fue la primera respuesta. “Al menos sin minera puedo ir a pescar, con la minera ya ni eso”, confesó un parroquiano expulsado del sistema productivo por entonces.
Pero hubo otras acometidas, varias. Como en el año 2011 cuando de la mano del empleado minero Ricardo Bustos, disfrazado de periodista, intentó colocar a la minería como una de las producciones de la región. Sin embargo la resistencia fue más fuerte. Es que el escenario socioeconómico era más estable.
Dice Naomi Klein en la doctrina del shock que la estrategia consiste en “esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las “reformas” sean permanentes”. ¿Alguien puede dudar que todo lo vivido este año en Chubut con los trabajadores en permanente trance producto de la medidas, represión y tragedias (hubo dos trabajadores muertas en medio del conflicto), no tienen nada que ver con este desenlace?
El desgaste de los trabajadores fue notorio. En el caso de los docentes, volvieron al aula sin siquiera haber logrado una sola conquista. (Alguno por allí hasta había esgrimido el alejamiento del superministro Federico Massoni como un botín. Hoy volvió con otros honores). Los gremios fueron bajando la guardia en medio del alineamiento político. Era necesario también preparar una transición gubernamental más amigable.
La figura de Mariano Arcioni en su rol como gobernador, cargo al que llegó de la mano del dasnevismo hoy sostenido por el Frente de Todos, es sólo un fantoche dispuesto a ser el fusible necesario para avanzar con el modelo. Es que el sistema capitalista es imposible que continúe sin la explotación de los bienes naturales. Aunque algunos ahora nos hablen del anarcocapitalismo como si el capitalismo fuera la fuente de la juventud. No en vano, digamos todo, Alberto Fernández ya en su campaña electoral habló de la necesidad de profundizar el modelo minero. El que avisa no traiciona.
No hay cabos sueltos. Todo tiene su por qué y nada es casual. Ayer sentados en el asfalto de las calles céntricas de Esquel en acto de protesta por el rango ministerial que finalmente le dieron a la actividad minera en contra de la voluntad del pueblo de Chubut, un vecino reflexionaba: “pensar que hubo algo estratégico como generar el caos para terminar aplicando la minería sería darles demasiados atributos” a una dirigencia política que, en general, es pobre, inepta y torpe. Pero claro, en ese caso sería creer que los partidos políticos gobiernan en términos efectivos y que las corporaciones económicas sólo están para sus negocios.
Hace tiempo el sistema democrático, tal cual como lo conocemos dejó de ser representativo y eficaz. Y sino, levantemos un poco más la cabeza y miremos en rededor.
La resistencia y la dignidad siguen teniendo nombre y apellido. Es la de cada uno de los ciudadanos que siguen dispuestos a salir de su estado de confort a confrontar el modelo. Pero fundamentalmente lleva la identidad de los más jóvenes, esos que se dicen hijos del No a la Mina que hoy toman la palabra y proponen las acciones. Un legado que, volvamos a decir todo, tiene su origen en nuestros Pueblos Originarios. Es decir, los que ya no tienen más que perder.
Fuente: https://www.anred.org/2019/12/09/chubut-tras-la-crisis-del-shock-la-embestida-minera/

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