jueves, 5 de diciembre de 2019

Debemos ver "a su determinante efecto en la profundización del extractivismo en el país, la impronta que deja China en la intensificación de la dependencia y la subordinación extranjera, la carencia de información transparente sobre acuerdos y operaciones, los casos de corrupción que impregnaron los convenios chinovenezolanos, los notorios impactos ambientales, y en sobre los derechos humanos, especialmente de los pueblos indígenas".

Relación China-Venezuela, colapso económico, extractivismo
y derechos humanos
4 de diciembre de 2019
Por Observatorio de Ecología Política de Venezuela
Fundación Rosa Luxemburgo


La emergencia de China como una potencia de escala global configura nuevos escenarios geopolíticos de enorme importancia. Estos procesos de conflicto y transformación global están generando impactos considerables a nivel económico, social, ambiental, político y cultural, que conviene evaluar con más detalle. Los cambios experimentados en América Latina y el Caribe en las últimas décadas tienen ya la impronta china y es fundamental comprender cómo y por qué estas relaciones se han desarrollado de esta manera, en pro de reflexionar sobre el qué hacer para procurar mayor bienestar para nuestros pueblos.
Estas preguntas parecen aún más vitales para Venezuela, sumida tal vez en la peor crisis de su historia republicana. China ha desarrollado con este país probablemente la relación bilateral más estrecha que tiene en toda América Latina, lo que supone que su nivel de incidencia en el proceso de auge y colapso venezolano merece también ser escrutado. El presente informe tiene este objetivo.
Aunque numerosos artículos se encuentran en la web, pocos trabajos de mayor alcance han sido publicados sobre la relación China-Venezuela. Así, el informe “Relación China-Venezuela en cuestión: colapso económico, extractivismo y derechos humanos” presenta un análisis integrado de dicho nexo, evaluando no sólo el ámbito económico y político, sino también las dimensiones socio-territorial, étnica, ambiental y de derechos humanos.
En este sentido, el trabajo se inspira por un lado, en la articulación entre la economía política, la ecología política y el enfoque de derechos humanos; y por el otro, intenta evidenciar los diferentes actores impactados por esta relación, que van desde aquellos provenientes de la esfera gubernamental, hasta los pueblos indígenas.
El informe presenta una perspectiva crítica de esta relación bilateral. Aunque con enfoques y énfasis diferentes, los autores coinciden en un balance negativo de la misma, debido a su determinante efecto en la profundización del extractivismo en el país, la impronta que deja China en la intensificación de la dependencia y la subordinación extranjera, la carencia de información transparente sobre acuerdos y operaciones, los casos de corrupción que impregnaron los convenios chinovenezolanos, los notorios impactos ambientales, y en sobre los derechos humanos, especialmente de los pueblos indígenas.
Presentaremos las contribuciones de tres autores y una autora, quienes ofrecen un análisis de la relación China-Venezuela desde la economía política (los dos primeros capítulos de Sutherland y Teran Mantovani), así como un examen de la actuación de las empresas chinas, en conjunto con el Gobierno venezolano, su vinculación a proyectos como el Arco Minero del Orinoco y su impacto en pueblos originarios (los dos últimos capítulos de Aguilar y Moncada).
En el texto de Manuel Sutherland se examinan los mecanismos económicos ejecutados en los convenios y acuerdos de Venezuela con China, que para el autor están profundamente determinados por los intereses geopolíticos de ambos países. Se evalúa, por ejemplo, el rol de los préstamos chinos y cómo este tipo de instrumentos han acrecentado la dependencia con el país asiático y se han orientado hacia la exacción de recursos naturales sin ningún miramiento ambiental.
Por otro lado, Sutherland afirma que los negocios con China fueron particularmente ominosos y lesivos para el erario público, y que existe una estrecha relación entre la enorme pobreza en la que se encuentra el país en la actualidad y las formas corruptas en las que se desarrollaron esos acuerdos bilaterales.
Seguidamente, el artículo de Emiliano Teran Mantovani evalúa críticamente el accionar chino en Venezuela, cotejándolo con los patrones de relacionamiento y operación que el país asiático tiene, fundamentalmente en el Sur Global.
El autor señala el rol clave de China en la profundización de los males del rentismo/extractivismo y de la condición de dependencia del país, que ocurre precisamente en el periodo de auge y bonanza, por lo que resalta la conexión desarrollismo-endeudamiento y su relación con la posterior crisis que va a surgir. Teran Mantovani también indica que, a partir de la crisis, se da un segundo proceso en el cual se genera la conexión endeudamiento-ajuste, y China juega un papel determinante en los procesos de neoliberalización de la llamada ‘Revolución Bolivariana’.
El texto de Vladimir Aguilar propone entender cómo la política de China hacia Venezuela ha transitado de la cooperación comercial al extractivismo, lo cual se evidencia con en el proyecto Arco Minero del Orinoco (AMO), en donde los chinos han sido los principales promotores e inversores. Aguilar señala cómo en los contratos de exploración y explotación otorgados a China en el AMO, no hay implícitos estudios de impactos socioculturales y ambientales ni se llevan adelante las respectivas consultas a pueblos indígenas. Esto, afirma el autor, determina la conculcación de los derechos humanos, en particular de los llamados derechos emergentes como son el de los pueblos y comunidades originarias, junto a los derechos de la naturaleza.
Finalmente, Alicia Moncada ofrece un estudio de caso en el cual se analiza cómo las organizaciones indígenas (como la COIAM) resistieron al Convenio China-Venezuela y sus proyectos mineros, y cómo estas fueron confrontadas con poderosos mecanismos de cooptación, para poder llevar adelante dichos proyectos. Moncada señala que el rol de China ante la violación de los derechos de los pueblos indígenas ha sido precisamente el de sostén y cómplice del silenciamiento y cooptación gubernamental de los sectores críticos de sus organizaciones. En este sentido, el país asiático es, por acción u omisión, partícipe de la violación de derechos humanos producto del impulso de sus proyectos.
Esperamos que el informe pueda aportar elementos que contribuyan no sólo a la reflexión crítica sobre las diversas formas de relacionamiento internacional que lleva adelante la República Bolivariana de Venezuela, sino también a la denuncia de la violación de derechos humanos que ocurren en nuestra nación, sea impulsada por empresas extranjeras, empresas empresas públicas o la combinación de ambas.
Descargue el informe: “Relación China-Venezuela en cuestión: colapso económico, extractivismo y derechos humanos” 
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=263116


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