“No
hay ninguna previsibilidad, la respuesta va a ser siempre instintiva”
26 de octubre de 2014
26 de octubre de 2014
El boom de los no
convencionales y las políticas de seguridad parecen no estar vinculadas a
primera vista, sin embargo, las transformaciones socioeconómicas disparadas por
la fiebre del fracking ponen de relieve la relación. Para
indagar sobre qué hipótesis manejan quienes están a cargo de la seguridad
pública en Neuquén OPSur entrevistó a Darío Kosovsky, abogado
especializado en Derecho Penal, miembro de los institutos Latinoamericano de
Seguridad y Democracia (ILSED) y de Estudios Comparados en Ciencias Penales y
Sociales (INECIP). En la charla calificó el escenario provincial como de
“desgobierno político de la seguridad”, relativizó el impacto de la presencia
del FBI y advirtió el riesgo de que las Fuerzas Armadas, a partir de la
redefinición de sus funciones, y en sintonía con los discursos de nuevas
amenazas promovidos por Estados Unidos, participen de tareas de seguridad
interior.
-En en ámbito de las
políticas de seguridad, ¿el Estado neuquino se anticipa a los cambios que se
están produciendo con el boom de Vaca Muerta?
Yo creo que no hay
ninguna previsibilidad y que la respuesta va a ser siempre instintiva desde la
lógica con que viene funcionando el sistema de seguridad en la provincia, que
es una lógica autoritaria. No va a haber otro tipo de respuesta, de hecho, si
hubiera una concepción de seguridad distinta, esta pregunta se debería estar
haciendo en el Ministerio de Coordinación o en el Gabinete de Seguridad de la
Provincia de Neuquén, y deberían tener centros de gestión de conflictos en
Añelo, por ejemplo. Creo que es tal el desinterés por las consecuencias que
“bueno… cuando vaya alguno, lo cagamos a tiros y listo. Veremos qué pasa”. No
hay una preocupación real. Cuando tu política de seguridad es la de lucha
contra el delito, la única herramienta de gestión del conflicto, los 365 días
del año, las 24 horas, en el territorio, es la policía. Hablar de
la política de seguridad en Neuquén es hablar de la política policial. La
política de seguridad de Neuquén es el desgobierno de la política de seguridad.
¿Qué significa eso? Autonomía policial para la conducción de todos los asuntos
relacionados con lo que se suele llamar cuestión delictiva, el abordaje tiene
un sesgo policial.
Entonces, si me
preguntás sobre la previsión que puede tener el Estado neuquino frente a las
consecuencias que puede generar en materia de seguridad el no convencional, te
diría que son reactivas, con el mismo tono ideológico y con las mismas
prácticas que lo está aplicando en los centros urbanos donde no hay no
convencional directamente, como acá [Neuquén capital]. Es el ABC de la política
de seguridad moderna de derecha: autonomía policial y discurso de
tecnologización de la
seguridad. Mostrar una política eficiente a partir de más
vehículos, más cámaras, más armamento o mejor armamento, mayor impacto sobre la
seguridad subjetiva, sobre la sensación de la gente.
El fenómeno
conflictivo es el robo, hay que predefinirlo como fenómeno: ¿qué es?, ¿dónde se
produce?, ¿cómo?, ¿quiénes son los protagonistas?, ¿cuáles son las dinámicas
que están detrás de ese fenómeno? Porque probablemente, si lo definís como un
fenómeno conflictivo, te encuentres con que la responsabilidad en la dinámica
de ese fenómeno está en el Estado. Porque los que cometen el hecho que la gente
siente y sufre con violencia, en general, no roban para sí, sino que roban para
un circuito: son cadenas organizadas y responden a regularidades. Si me choreo
una notebook no es para escribir en Word sino para revenderla en un circuito
ilegal, y atrás de un circuito ilegal seguramente hay un peaje institucional a
una agencia del Estado. Además tengo que definir dónde ocurre eso, con qué
intensidad, conocer las historias de los protagonistas. Eso es entender el
fenómeno. Si yo defino el fenómeno así y no solamente como robo, puedo hacer un
abordaje desde la cadena más gruesa. Si tu visión es de fenómeno tenés que
explicarme qué querés conseguir y cómo lo dinamizaste, si mejoraste o
empeoraste las consecuencias que produce. Con el discurso del combate al delito
no tenés que dar ninguna explicación, lo reduje o lo aumenté; si lo reduje soy
bueno, si lo aumenté no soy bueno.
-En medio del acuerdo
Chevron-YPF el FBI dictó cursos en la provincia. ¿Qué le puede aportar el FBI a
una política de seguridad como la neuquina?
Lo del FBI es como un
fetiche, un ícono de la política derechista en materia de seguridad. Lo cual,
para mí, es equivocado atacarlo por ese lado. Está bueno como punta de lanza
para generar una crítica pero FBI sí, FBI no, con Chevron… No soy
conspiracionista, no creo en la tesis de que vinieron en el marco del acuerdo
con Chevron, para meterse en los movimientos sociales. Es probable que se metan
en los movimientos sociales, porque las policías lo hacen desde siempre y lo
van a seguir haciendo, pero para eso no necesitan al FBI. Por ahí soy muy naif,
pero creo que lo del FBI es más una iniciativa del Ministerio Público Fiscal
que tiene esta visión modélica de la Agencia Federal de Investigaciones de EEUU, si
hubiese venido la Policía de Investigaciones de Chile era lo mismo. En términos
de contenido creo que [el FBI] no tiene mucho para aportar, son contextos
totalmente distintos al nuestro, preferiría trabajar con la Policía de
Investigaciones de Chile, porque creo en el modelo policial de agencia de
investigaciones y policía por separado. Por ahí es medio de tecnicismo
contestar así, pero para mí no hay ninguna relación. El FBI no tiene ningún
compromiso con Neuquén, no le importa Neuquén, no le importa Argentina, esa es
mi impresión. Lo que hay es una utilización del Ministerio Público Fiscal
provincial para hacer política comunicacional con el nuevo Ministerio Público y
que se está dando una formación.
Sí creo que es
necesario tener un centro de análisis delictivo y laboratorios forenses, porque
depende desde dónde lo veas. Si fuera Fiscal General o Ministro de Seguridad y
me preguntan: “¿querés tener laboratorio forense?”. Sí, y todos los días andá y
tomá muestras de contaminación ambiental en toda la provincia. Andá y
hacé análisis contables sobre lavado de dinero con los flujos de transacciones
del Banco Provincia, y quiero ver las cuentas de proveedores del Estado, fijate
si hay simulación de licitaciones en las compulsas públicas. Eso es forense
también. Entonces, depende de dónde lo mires. ¿Vos querés tener forenses? Sí,
por supuesto, pero no solamente para analizar homicidios, esa es la visión
tradicional del forense. El tema es que la óptica política que le están dando,
para mí, no es la correcta, y es la que tiende a preservar la impunidad y
apuntalar el control de los sectores populares en el manejo del sistema de
seguridad, pero el problema no es el sistema de centro de laboratorios
forenses, la herramienta es buenísima.
Lo mismo lo del FBI…
debe tener cosas piolas para investigar, por ejemplo, el lavado de dinero. La
Policía de Investigaciones de Chile tiene para hacer análisis de mercados
delictivos. Para hacer un abordaje fenomenológico de los conflictos
relacionados con el delito necesitás eso, sino es chamuyo. Trazame una ruta de
lavado de dinero, en dos segundos te perdiste en una transacción blanca, una
transacción gris o una transacción que no existe, necesitas expertos en flujos
financieros y esos están trabajando para las empresas, no están trabajando para
el Estado.
-Cuando el laboratorio
fue presentado en Neuquén el discurso fue este, el de la seguridad ciudadana.
Es que cuando tenés el
discurso de persecución al delito, estás hablando solamente de robos y de
homicidios. Tenemos un problema de configuración política de lo que es un
Ministerio Público Fiscal. Cuando decís que tu política de seguridad es de
lucha contra el delito estás diciendo que tu política es perseguir robos, en
los barrios pobres, persiguiendo morochos, pibes de tales características y que
es lo que te está pidiendo la
gente. Todo lo otro no lo estás diciendo. Hay que hacerse
cargo de los robos violentos, de los homicidios, y hay que gestionarlo bien. El
tema es cómo vinculas todo y si tenés un panorama macro para abordar eso.
-Desde hace tiempo se
ha impuesto en Neuquén la razón petrolera, es decir, garantizar la
explotación de hidrocarburos sobre cualquier otro derecho. Meses atrás el
gobernador Jorge Sapag pidió que se endurezcan las penas a quienes paralicen u
obstaculicen la producción, sea por un reclamo sindical, ambiental, mapuche.
¿Se puede hacer una norma en la cual apunte solamente a la protesta para el
resguardo de la producción petrolera?
La regulación de la
protesta no es un tema que está solamente acá, claramente también va en esa
dirección la regulación nacional. Piensan en la lógica de la Panamericana, pero
también están pensando en esto, están pensando en Santa Cruz. Yo no convalido,
igual, cualquier protesta. ¿Cualquier protesta es legítima? No, siempre es
legítima en la medida que sea representativa, que hayas agotado otras
instancias, que no tengas voz para que sea escuchada de otra manera. Lo que
pasa es que va a depender caso a caso, por eso no hay manera de aislar en un
círculo de ilegitimidad a la protesta social con el recurso natural, sería
ridículo. Por supuesto que lo pueden intentar hacer.
La lógica securitaria
aplicada a los recursos naturales sí es una imposición del discurso de las nuevas
amenazas de Estados Unidos y los gobiernos europeos aliados con EE.UU. Nuevas
amenazas es narcotráfico, trata de personas y terrorismo, y ese discurso
implica el involucramiento de lo militar en la gestión de la seguridad. Argentina
históricamente ha estado fuera de esa línea de involucrar a los militares en la
gestión de la seguridad interior, en democracia, me estoy refiriendo, pero en
este tiempo se ha confundido bastante, tanto con el tema de Gendarmería
[patullando barrios y estaciones de trenes] como con los derribos [de
aviones de presuntos narcotraficantes]. Se está usando el discurso de guerra al
narcotráfico para ceder en triunfos históricos para democratizar el sistema de
seguridad. No me extraña, y es muy afín, el discurso de protección del recurso
natural vinculado con el antiterrorista y con de involucrar a los militares en
la seguridad interior. Porque al ser visto como una nueva amenaza, que
es trasnacional y que puede llegar a haber vínculos entre grupos de diferentes
países -que exceden las capacidades de gestión de las policías-, que pretendan
involucrar a los militares.
De hecho, buena parte
de la redefinición de las funciones de las Fuerzas Armadas está en la
protección de los recursos naturales ante posibles invasiones externas, que es
la redefinición de lo que era la lógica de hipótesis de conflicto que existían
y que este gobierno las derogó. ¿Qué significa esto? No programás más tus
estructuras militares para defenderte frente a una eventual guerra que
hipotetizás con Chile o con quien sea, y no es que te basás en la lógica de la
amenaza, sino que exclusivamente trabajas en una hipótesis defensiva, y se
pensó en términos de integración regional, como continente completo: todos
para uno, uno para todos, y nunca con una hipótesis específica. Y después,
muchos han pensado la misión de las fuerzas armadas como protectora del agua…
que parece bienintencionada, y la del petróleo siempre con intereses negativos
y espurios.
Por eso en el nivel
policial y en los sistemas de seguridad hay una gran discusión sobre la
influencia y el modelo de nuevas amenazas, porque es un modelo también
alineado con la DEA, en materia de narcotráfico. Estas policías precarizadas
han jugado el juego de la colaboración técnica y se han sumido a los intereses
de la DEA en lo que es la lucha contra el narcotráfico, han asumido el discurso
norteamericano completo, que te externalizan el conflicto. “Soy el máximo
consumidor de drogas pero voy y te mato en tu país”, te externalizo los costos,
“el problema son ustedes”.
-Hablamos de las
fuerzas de seguridad del Estado, pero hay otro actor: las agencias de seguridad
privada, que no sólo controlan la circulación en las picadas abiertas por las
empresas petroleras sino que también pretenden regular el tránsito en caminos
vecinales. ¿Estas potestades se las arrogan las agencias de seguridad privada o
el Estado se las transfiere?
Esto es porque hay una
privatización de lo público y también hay un proceso de privatización de la
seguridad pública, que es bobo, en un sentido, porque el propio sistema público
le financia los recursos al sector privado. Los que laburan en una agencia son
milicos fuera del horario de servicio o policías retirados, entonces tenés todo
el proceso formativo, sea malo o bueno, el que es, financiado por el Estado. Un
tipo que financiaste veinte años y que ahora la agencia lo aprovecha, lo paga
barato, para obstaculizar accesos o para amedrentar gente.
El proceso de
privatización de la seguridad, que no es privativo de la cuestión del petróleo
-porque está en los barrios privados, está en calles que se van cerrando, está
en las garitas, está en las cámaras-, es un gran mercado que el Estado tiene
hoy desregulado. No hablo del control solamente y del dejar hacer sino de la
regulación formal, que existe, en términos de legislación en Argentina y en
Neuquén. Lo único que tienen que cumplir las agencias de seguridad para
funcionar es ciertos requisitos formales. Eso no tiene ninguna lógica en
subsidiaridad de la seguridad privada respecto a la pública; no digo que la
elimines a la seguridad privada, pero tiene que ser subsidiaria. La seguridad
es pública, vos podés permitir al privado que preste determinados servicios,
para eso tenés que controlar los servicios que presta. Así como hay una
Superintendencia de Servicios de Salud que autoriza a privados a prestar
servicios de salud, pero los controla y cada vez que no te lo prestan podes
hacer un reclamo, en seguridad, si hay un privado que está cumpliendo mal su
servicio, no tenés a quién reclamarle.
-¿No hay un organismo
regulador?
Sí, la policía… Eso es
parte del desgobierno político de la seguridad, donde le estás permitiendo al
privado que avance sin ninguna regulación. El Estado sólo te pide que seas
mayor de 21 años, que hayas hecho tales cursos y, en los más progresistas, que
no tengas antecedentes en violaciones a derechos humanos. Me río porque es un
requisito que está bien, ¿pero vos crees que eso te hace controlar mejor el
mercado de la seguridad privada? Quedaste progre porque incorporaste el
requisito en la legislación, entonces no podes tener milicos retirados que
figuren en el Nunca Más o en el Archivo de la Memoria; pero eso no dice nada
sobre la dinámica del mercado, no lo estás regulando inteligentemente como
Estado.
Qué debería tener una
política de seguridad que apunte a los fenómenos delictivos. Dentro de un
Ministerio de Seguridad debería tener un área de seguimiento y control de la
seguridad privada, que, además, permita controlar la calidad del servicio,
donde el usuario pueda decir: “X está patrullando este territorio y
amedrentando gente”. Listo, te saco la licencia, te vas del territorio; te engancho
prestando servicios ahí, vas preso. Como cualquier concesión de servicio
administrativo, el Estado lo controla mejor cuando lo regula. Hoy hacen lo que
quieren, el territorio, para ellos, es de ellos, y la policía no los va a
controlar porque los que laburan ahí son compañeros de camada de los mismos que
los van a ir a controlar, o jefes. Es parte del desgobierno político de la
seguridad permitir la privatización securitaria de espacios públicos o de
acceso a espacios públicos.
La entrevista forma
parte de la cobertura Añelo corazón de Vaca Muerta, que tuvo financiamiento
de FRL con fondos del BMZ.
Fuente:
http://www.opsur.org.ar/blog/2014/10/26/no-hay-ninguna-previsibilidad-la-respuesta-va-a-ser-siempre-instintiva/
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