domingo, 5 de octubre de 2014

I. Vayamos por el NUNCA MÁS al "sistema financiero mundial sustentado en la valorización especulativa y el delito asociado a la compra venta de armas, la trata de personas o drogas, etc." y participemos en la Semana de Acción Global contra la Deuda, del 8 al 15 de octubre

El Congreso argentino creará Comisión bicameral 
para investigar la Deuda:
¿Iniciativa auspiciosa o un nuevo saludo por la galería?

Junto al gran número de organizaciones y movimientos populares argentinos que desde hace dos meses nos venimos articulando en la Asamblea por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda y por la Defensa del Patrimonio Nacional y los Bienes Comunes (de aquí en más laAsamblea), desde Diálogo 2000 – Jubileo Sur Argentina rechazamos por la indignante y contradictoria “Ley de Pago Soberano”, aprobada por el Congreso Nacional el pasado 10 de septiembre.[1]

Entre sus despropósitos, resaltamos en particular la declaración de “interés público” el pago de una deuda que sabemos ilegítima y fraudulenta, mientras la misma ley además crea una Comisión parlamentaria con el fin declarado de investigar sus irregularidades.
Sin duda alguna, la decisión de la bancada oficialista de Senadores de incorporar a la redacción de citada ley, la creación de una Comisión Bicameral Permanente de Investigación del Origen y Seguimiento de la Gestión y del Pago de la Deuda Exterior de la Nación, fue tan trasnochada como los detalles que presenta la misma. Entre ellos, amén de la flagrante contradicción entre disponer como si fuese “soberano”, el pago de una deuda cuyas “irregularidades” sólo después plantea investigar, la incoherencia de una “Comisión Permanente” que hará su “Informe Final” sobre casi 40 años de endeudamiento público en apenas 180 días. 

No sería descabellado llegar rápidamente a la conclusión de que ni el Congreso, ni el gobierno, tiene intención alguna de investigar a fondo la deuda que brega tanto por pagar.  Sobre todo, sabiendo que es el mismo Congreso, y el mismo gobierno, que como sus antecesores, han sistemáticamente negado cualquier posibilidad de investigar los orígenes, evolución, usos y consecuencias de la deuda que sin embargo, reconoce como ilegítima.
Sabiendo que la ley además incorpora el pretexto de investigar la operación política-financiera de los llamados “fondos buitre”, cuesta creer que en el actual escenario político-económico, pudiera producir esta nueva Comisión, algún resultado verosímil y útil para la defensa de los derechos del pueblo argentino, su patrimonio nacional y bienes comunes.  De hecho, cabe la duda si el Congreso se animará mismo a establecer la Comisión y dotarla del poder y los recursos necesarios para cumplir con la ley que acaban de aprobar. 

Sin embargo,  no podemos perder de vista que la decisión que refleja el texto de la Ley 26.984, en lo que respecto a la creación de la Comisión Investigadora Parlamentaria (CIP), es una primera e importante respuesta oficial a los reclamos de más de 30 años de lucha popular por no pagar una deuda que no debemos. 
Luego del intento inicial del Presidente Alfonsín y su primer Ministro de Economía Bernardo Grinspún, de separar la deuda ilegítima de la potencialmente legítima – iniciativa interrumpida por orden del FMI -, constituye un reconocimiento de parte del poder político de nuestro país del hecho que resolver el problema de la ilegitimidad de la deuda es central a la defensa de la patria y la recuperación de nuestra soberanía. Que las injustas e inaceptables pretensiones y acciones de los llamados “fondos buitre”, constituyen apenas un emergente más del injusto e inaceptable sistema de endeudamiento que desde los tiempos de la dictadura, ejerce y profundiza su dominación y saqueo sobre nuestro pueblo y país.
Sobre todo, considerando que mucho más allá de lo que buscan aquellos “buitres malos” – los que no aceptaron ingresar a la “fiesta de los pagos seriales”, o lo que años antes, prefirieron llevar su tajo en forma de bonos con tasas de interés usurarias y condiciones esclavizantes y no en patrimonio concreto durante la “fiesta de las privatizaciones” - la misma deuda continua creciendo y se sigue obligando al pueblo a servirla con un costo humano y de bienes comunes violatorio de todos nuestros derechos.
No está en nuestro poder, descifrar las estrategias con las cuales el oficialismo buscará encausar, o no, el trabajo de la CIP. Ciertamente las circunstancias y antecedentes de la decisión nos obligan, en el mejor de los casos, a un sano grado de escepticismo. Sin embargo, creemos que la decisión parlamentaria nos pone ante un escenario de lucha nuevo.  Nos plantea el desafío de poner en movimiento lo que sabemos y lo que pensamos al respecto de la ilegitimidad y la ilicitud de la deuda pública, sus impactos y consecuencias para nuestro pueblo y país y, por sobre todo, las alternativas que sin lugar a dudas existen para detener este sistema de dependencia y dominación y lograr que sean reparadas las deudas sociales, ecológicas, históricas y democráticas que el mismo sigue generando y profundizando.

Al respecto, nuestro objetivo debe ser no sólo influenciar el trabajo y los resultados de la CIP y poder responder con fuerza a sus previsibles deficiencias, sino además y prioritariamente, aprovechar las circunstancias para ampliar y fortalecer la movilización  social y política por el no pago de lo que no debemos, la sanción de los responsables de los crímenes y violaciones cometidos por el sistema de endeudamiento y la restitución y reparación de lo que hemos sido obligados a pagar indebidamente. Por sobre todo, el objetivo de avanzar iniciativas y medidas concretas para revertir la sangría de la deuda con el convencimiento de que Hacer Patria significa, entre otras cosas hoy, no pagar deuda ilegítima y no sólo declararlo de interés público sino lograr el pago de la única deuda cierta – la deuda con el pueblo y la naturaleza: Memoria, Verdad y Justicia.

Por lo que proponemos responder desde nuestra Asamblea, buscando la misma contundencia de aquel CONADEP de hace 30 años, y del ¡NUNCA MÁS! que contribuyó a consolidar.
1-    Proponemos entonces crear una COMISIÓN NACIONAL SOBRE LA DEUDA PÚBLICA (CONADEP II), o bien una COMISIÓN SOCIAL INVESTIGADORA DE LA DEUDA PÚBLICA (COSIDEP), que desde la amplitud y la diversidad de nuestro pueblo “acreedor”, junto además a personas portadoras de experiencia y/o reconocimiento público que puedan respaldar nuestra lucha, puede dar voz y fuerza a nuestra participación como sociedad, en relación a los objetivos propuestos para la CIP y más allá. Referentes de diversos sectores de la población y regiones del país cuyos derechos han sido violentados por acción del sistema de endeudamiento; referentes de los derechos humanos, de la ética y los valores; conocedores del derecho, de la economía, de la historia; referentes no identificad@s con la deuda y luchador@s reconocid@s del no pago; tal vez referentes desde otros países vecinos, que viven la misma problemática de la Deuda y han avanzado de diversas maneras en su combate. Un conjunto cuya voz podrá llegar más allá de nuestra Asamblea, avanzando en la sistematización, actualización y devolución a nuestra sociedad así como también a la CIP y demás estamentos institucionales, de una nueva mirada e iniciativas de acción frente a la Ilegitimidad e Ilegalidad de la Deuda y sus implicancias para el Patrimonio Nacional y nuestros Bienes Comunes.

2-    La misma tendrá la tarea de conformarse rápidamente y estructurar sus objetivos, alcances y metodología, a fin no solo de organizar su propio trabajo sino además, poder plantear ante la naciente CIP – y/o en su defecto el propio Congreso y gobierno – las expectativas, criterios y metodología que se consideren pertinentes.  Teniendo presente el plazo (¿inicial?) de 180 días, que nos lleve no tan casualmente, a vísperas del próximo 24 de marzo. La Asamblea tendría que asegurar el apoyo necesario para el trabajo efectivo de la Comisión Social de Auditoría, a partir del establecimiento de un conjunto de equipos de trabajo sobre los diversos ejes que la misma pueda identificar como prioritarios.

3-    Al respecto, hay dos aspectos que revisten particular importancia. Primero, el de superar la limitación aparente con respecto al objeto de investigación de la Comisión Parlamentaria, que no debe ceñirse a la deuda externa pública sino incluir la totalidad de la deuda pública al encontrarse indivisiblemente relacionadas sus diversas componentes (externa, interna, nacional, provincial y municipal, contingente, etc). Y segundo, la ausencia de referencia explícita, en la ley aprobada, a la necesaria investigación de los usos, impactos y consecuencias no sólo económico-financieras, sino sociales, ecológicas, culturales, de género, democráticas, etc. de la deuda generada y el sistema de deuda en su conjunto. 

4-    Asimismo, la Comisión “nuestra” tendrá la tarea de enorme relevancia de profundizar y proyectar, hacia la sociedad como también la CIP, los criterios de “irregularidad” con los cuales evaluamos y condenamos las deudas generadas. Evidentemente no compartimos una mirada exclusivamente jurídico-positivista, sino la posibilidad de ensanchar las bases de comprensión de la “ilegitimidad” de la deuda, amén de sus muchos tramos netamente ilícitos.  Faltará sumar desde las diversas ramas del derecho, incluyendo pero tampoco limitado al derecho internacional público y privado, el derecho de los derechos humanos, el campo aún incipiente del derecho de la naturaleza, el derecho al agua, los derechos laborales, de las mujeres,  de las niñas y niños, etc., así como también desde otras disciplinas y perspectivas como puedan ser la filosofía, la ética, una lectura multicultural de las deudas, etc. Central en este sentido será también la necesaria refutación del discurso hegemónico que vira hacia el planteo que “la deuda es ilegítima, pero ya no hay nada que hacer al respecto”,  y la más tradicional “hay que honrar las deudas.”

5-    La Comisión Social Investigadora tendrá además la tarea de jerarquizar, visibilizar y respaldar a quienes entendemos como los verdaderos acreedores – fortaleciendo la lucha por el NO PAGO, SANCIÓN y REPARACIONES en relación a los conflictos, demandas y luchas sectoriales y contribuyendo en la construcción de nuevas articulaciones y coordinaciones entre sí.  A través de la integración misma de referentes de los diversos sectores “acreedores” – como sean, entre otros, las personas jubiladas y pensionadas, la juventud, trabajadores, las mujeres, estudiantes, la población villera y/o sin techo, pueblos originarios, comunidades afectadas por la minería, la expansión de la frontera sojera transgénica, la energía fósil, las megarepresas y otros exponentes centrales del modelo productivo generado mediante la dominación de la deuda – así como la eventual realización de Audiencias públicas regionales y sectoriales, una creativa y sostenida iniciativa comunicacional y otros mecanismos para recabar y devolver, sus denuncias, pruebas, testimonios y propuestas.

6-    Aprender de y compartir con los movimientos frente a la deuda en nuestra América, el Sur y el mundo entero. Desde la Argentina, y a partir de las décadas de lucha por el NO pago de lo que NO debemos, es mucho lo que se ha aportado al fortalecimiento y continuidad en el tiempo, de los movimientos en toda la región y el mundo. La existencia hoy de redes y programas como Jubileo Sur, el Programa de Deuda Ilegítima de la Federación Luterana Mundial, la Campaña Sur-Norte sobre Deuda Ilegítima, la Red de Auditorías Ciudadanas de la Deuda, el Comité por la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo, etc., son resultado y testimonio de lo mismo.  

Hoy en día, desde muchos rincones del planeta se mira con gran expectativa, la reacción de los movimientos populares argentinos ante la situación de endeudamiento que continúa oprimiendo y saqueando y el intento de algunos de reducirlo a un conflicto con los llamados fondos buitre. Mientras sin duda hay quienes han comprado el discurso oficial – y ven en el gobierno argentino a un gran luchador contra la injusticia de los fondos buitre, el FMI, la deuda en sí – hay muchos más dispuestos a seguirnos acompañando y respaldando, contribuyendo desde sus propias experiencias y logros en el fortalecimiento mutuo de nuestras luchas. Sin ir más lejos, la propia Semana de Acción Global contra la Deuda, del 8 al 15 de octubre, pueda ser una valiosa caja de resonancia de nuestras demandas y propuestas.
Las propuestas aquí esbozadas son una primera aproximación para la consideración de la Asamblea.  Su intención es contribuir a nuestro debate y toma de decisiones, y no para la difusión más amplia en este momento o forma. 

-Beverly Keene, por Diálogo 2000 – Jubileo Sur Argentina
Buenos Aires, 25 de septiembre 2014

[1] Ver  la ley 26.984, así como también el pronunciamiento previo de la Asamblea al respecto.
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UAC Unión de Asambleas Ciudadanas Contra el Saqueo y la Contaminación
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