Con ritmos dispares,
una región en crisis
31 de octubre de 2015
31 de octubre de 2015
Por Esteban Mercatante (La
Izquierda Diario )
Cercano a concluir el 2015, la región se acerca a terminar el año
con la primera contracción regional registrada desde la crisis de 2009. Señales
de un fin de ciclo que no hacen distinciones.
A comienzos de este mes, el documento
difundido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la reunión en Lima de
comienzos de este mes, volvió a corregir a la baja las proyecciones para la región. Según los
pronósticos allí difundidos, América Latina y el Caribe concluirá este año con
una contracción de 0,3 %. Se trata de la primer caída en el producto de la
región desde 2009, cuando golpeó de lleno el hundimiento del comercio global
generado por el crash de Wall Street de septiembre de 2008.
Entre los países más golpeados se encuentra
Brasil. Se espera una contracción de 3 % para este año, y de 1 % para 2016. Aún
peores son los pronósticos de Venezuela: 10 % de contracción en 2015, y 6 % en
2016. En el caso de la Argentina, este año pronostica un magro crecimiento de
0,4 %, y en 2016 una caída de 0,7 %.
La situación no golpea de forma similar a
todos los países. En América del Sur, varios países tienen pronósticos de
crecimiento arriba de 2 % para este año y el siguiente: Chile, Colombia, Perú,
Bolivia, Uruguay, y Paraguay. Lo mismo ocurre con México, mientras que América
Central y El Caribe promediarán tasas de 3,5 %.
En los casos de México y de América Central
pesa favorablemente la mayor vinculación con lo que ocurre en la economía de
los EE.UU., que crecerá este año 2,6 % y en 2016 2,8 % según el FMI. México
está recibiendo además considerables inversiones de multinacionales en el
sector automotriz, que lo vienen transformando en plataforma para abastecer a
los EE.UU.
Los dispares ritmos se vinculan a las distintas maneras en que
está golpeando en América Latina el nuevo momento de la crisis mundial, marcado
por la desaceleración del crecimiento económico de China, y la caída de los
precios de las commodities. Como observa Eduardo Molina en su contribución para la revista Ideas de Izquierda nº 24 de octubre,
“la crisis económica mundial está transmitiéndose a la región a través de tres
canales principales: la inestabilidad de la débil recuperación norteamericana,
por lo que ejerce escasa tracción sobre América latina; la desaceleración que
sufre China, y con ello, la menor demanda y baja de precios de las materias
primas que exporta la región (por lo que estos bienes también pierden interés
para la especulación financiera en los ’mercados a futuro’)”. A esto se suma
“la valorización del dólar frente a otras divisas, que encarece en términos
relativos las exportaciones regionales”.
Esta nueva situación, encuentra a los regímenes de la región ante
la evidencia de que la supuesta “oportunidad histórica” que traía el superciclo
de las commodities ha sido otra promesa incumplida, tanto para los
autodenomicados “gobiernos progresistas”, que evidencian en casi todos los
casos signos de un irreversible fin de ciclo, como para los que mantuvieron políticas
más amigables al capital extranjero, como son los países que se asociaron al
Acuerdo del Trans-Pacífico (que analizaremos en el próximo número de Ideas de Izquierda). Volviendo a Molina: “El
importante crecimiento de la década anterior, que permitió un aumento de un 80
% del PBI latinoamericano, disminución de la pobreza y miseria extremas y del
desempleo, además de acceso al consumo de franjas ampliadas de la población trabajadora,
no ha significado verdadero ‘desarrollo’, ni ‘despegue’. Con la crisis quedan
expuestos la persistencia del atraso y dependencia históricos del capitalismo
en América latina. […] no se transformó la ubicación regional subordinada en el mercado
mundial, ratificándose su condición básica como proveedora de materias primas,
mercado secundario y fuente de rentas monopólicas y valorización financiera. Más bien se
profundizó el sesgo primario-exportador y extractivista, el rezago industrial y
la dependencia del capital extranjero, sin poder revertir pese a esto la
pérdida sostenida de peso relativo de América Latina en el comercio mundial”.
En el nuevo panorama, aún con mayores márgenes
de maniobra por que los precios de los commodities todavía están en algunos
casos por encima de sus mínimos históricos, y por el endeudamiento, la
implementación de políticas de austeridad, el retorno de la discusión sobre
“reformas estructurales”, y la búsqueda de profundizar la integración comercial
participando de los planes impulsados por el imperialismo, son parte del
consenso que las burguesía de los países latinoamericanos quieren imponer para
atravesar la crisis. Un
plan que golpea de lleno contra las condiciones de los trabajadores y los
sectores populares.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=205116
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