Dos candidatos para
la
continuidad del mismo poder económico
12 de noviembre de 2015
12 de noviembre de 2015
La segunda vuelta electoral tiene integrada la propuesta discursiva de dos modelos en pugna. Luis Laferriere (*) realizó, en el programa Piedra Libre de La Colectiva, una lectura sobre donde nos deja el kirchnerismo y qué tienen de diferente ambos candidatos como para representar ciertamente esos dos modelos. El resultado ha sido una reflexión abarcativa del proceso que cierra Cristina Fernández y perspectivas preocupantes en muchos sentidos, gane quien gane. La entrevista fue compartida en la emisión de Enredando las Mañanas del martes 10 de noviembre.
Por RNMA
El Profesor de Economía y
Periodismo Económico, en la Universidad Nacional de Entre Ríos, comenzó con
un repaso a grandes rasgos de acontecimientos económicos de este último cuarto
de siglo. “Es un análisis que venimos haciendo desde hace un tiempo de que acá
ha habido un proceso de destrucción de un viejo modelo que tuvo vigencia en Argentina
y que después de una larga crisis fue borrado del mapa por el menemismo y
fueron sentándose las bases de un nuevo modelo que se va a desplegar con mucha
fuerza después de la crisis del 2002. Es un modelo al que llamo neocolonial,
extractivista, depredador que fue impulsado por las corporaciones. Fueron
armando las bases en la segunda mitad de los ’90, con Menem, y lo único que le
faltaba después del fin de la convertibilidad era una brusca caída del salario
real como para que el modelo se despliegue. Ese despliegue significa, por un
lado, mantener la prioridad del Estado de cumplir a rajatabla con los pagos de
una deuda que es inexistente, fraudulenta, odiosa, que no debimos pagar y que
pagamos más de diez veces y cada vez debemos más. Por otro lado, ese modelo se
asienta en los pilares económicos que son los agronegocios, la megaminería, el
fracking y la industria automotriz. Es decir, todo impulsado por corporaciones
extranjeras. Y la democracia ha sido puesta al servicio de ese modelo. Se inició
con una fuerte resistencia después de la crisis del 2001-2002 y la tarea
política del partido en el gobierno fue, en parte, lograr el orden, la
gobernabilidad y generar nuevamente ciertas expectativas en este sistema. Es
decir que fue muy útil, yo diría, para frenar las movilizaciones, las luchas y
ya le llegó el fin del ciclo. El poder económico ahora necesita recambios más
confiables y creo que fue preparando el terreno para que ese recambio garantice
la continuidad del modelo este asentado en candidatos que son absoluta e
incondicionalmente servidores de esos intereses. Creo que han logrado mucho en
cuanto a que han generado cierta expectativa en el sentido que nos hacen creer
que vamos a elegir nosotros quien va a representar al pueblo argentino en una democracia
y resulta que de lo que en realidad se trata, es de la opción que nos da el
poder. En ese sentido creo que no hay grandes diferencias en cuanto a los
proyectos que están en danza, más allá de que en estos últimos días aparecen
promesas desmedidas y seguramente falsas de los dos candidatos. Digo desmedidas
y falsas porque ninguno de los dos candidatos ha cuestionado absolutamente nada
de las bases de sustentación de este modelo. Lo único que se discute son las
cuestiones formales de cómo lo vamos a administrar mejor para que el modelo
pueda seguir funcionando. En ese caso hubo un intento, creo que uno de los
últimos manotazos de ahogado, de la fuerza política que fue gobernando y que
garantizó el despliegue de este modelo - el kirchnerismo – al que ya le llegó
el fin de ciclo. Por más que se quiera aferrar no le alcanza, a pesar de que ha
hecho, fundamentalmente en los últimos tiempos, desastres desde el punto de
vista de entregar todo para tratar de llegar con más oxígeno al fin del
gobierno, pero lo ha hecho de una manera totalmente irresponsable. De todas
formas las críticas que recibe del otro sector, de la “oposición”, entre
comillas, tampoco tienen demasiado sustento”.
En este punto, Laferriere se
detiene sobre el rol del Estado en estos años, un rol atribuido a garantizar
derechos populares pero que, a la luz de las reflexiones anteriores, parecen
más orientados a garantizar o desplegar, tal como explica el economista, un
modelo de saqueo y contaminación: “...en este modelo al que llamo neocolonial,
extractivista y depredador hubo dos etapas. Una etapa más gloriosa, si se
quiere llamar así, porque han sacado pecho diciendo que crecimos muchísimo pero
fue un crecimiento que se asentó sobre ciertos motores que se fueron agotando.
Se partió de una caída brutal del salario que en la medida que se recuperaba la
actividad y la ocupación se recuperó parte de esa caída en el marco de un
contexto externo que era absolutamente favorable por precios extraordinarios
que se sostuvieron en el tiempo y permitieron que entraran divisas y recursos
al Estado. Pero eso ayudó a tapar dos cosas esenciales: una estructura
económica que se basa en muy pocos sectores que son competitivos porque son
depredación de recursos naturales y destrucción de otros sectores. Por lo tanto
se trata de un modelo que no genera empleo genuino y que ese déficit ha sido
cubierto por mayor empleo público en los tres niveles y por subsidios
clientelares. Somos millones de personas las que dependemos de los ingresos del
Estado y ya lo que dejaba la renta de la soja y algo más de lo que se saca de
otros bienes naturales no alcanza para sostener este modelo. Ante la falta de
decisión de hacer un cambio en serio, mantener esto requiere en el marco del
capitalismo, hacer un ajuste”.
Con respecto a los candidatos
específicamente Luis Laferriere entiende que ambos son los elegidos por el
establishment y aporta a modo de ejemplo información sobre el estado de las
reservas del Banco Central: “Se llega al cambio de gobierno casi sin reservas
en el Banco Central. Este hecho pone de manifiesto esto que digo, de que son
los dos candidatos del establishment, porque en otra situación, si hubiera
posibilidades de un recambio en serio, de un gobierno que fuera a cuestionar
algo de este modelo, la debilidad se vería muy clara en los grandes medios de comunicación. Se llega con un Banco
Central cuyas reservas netas no son las reservas brutas de las que se habla, de
más o menos 26.000 millones de dólares. Dentro de esas reservas hay montos que
no son divisas disponibles. Hay 11.000 millones que son yuanes, en equivalente
en dólares, pero son yuanes que están depositados en la cuenta de Hong Kong y
no pueden salir a frenar ninguna corrida del dólar. También hay 8.700 millones
que son depósitos de privados que están ahí, tampoco son del gobierno y 2.100
millones que ha depositado el gobierno por pago a los acreedores que todavía no
los han retirado. Entonces, si uno saca eso, las reservas netas son de
alrededor de 5.000 millones, pero hay unos 2.400 millones en oro o sea que
líquido hay alrededor de 2.500 millones de los que en los últimos días parece
se han liquidado varios. Entonces, si hay una corrida - como se señala que se
puede dejar libre el mercado de divisas - es decir que el circulante en pesos
que existe hoy fuera hacia la compra de dólares, eso sería absolutamente
insostenible. Esto llevaría a un tipo de cambio de más de 250 pesos el dólar.
Entonces uno se pregunta ¿por qué se sostiene si es tan débil? Porque
cualquiera de los dos candidatos que tenemos son candidatos del establishment y
el establishment lo que necesita es estabilidad y garantizar la continuidad”.
Ante esta caracterización, las
perspectivas no son para nada auspiciosas. Según explica “la salida de esta
situación, seguramente, ha de venir por una nueva y gran oleada de
endeudamiento. Los dólares en el mundo abundan, lo que pasa es que van a venir
con una serie de condicionamientos y una brutal entrega de los recursos que
todavía le quedan al país. Es preocupante, yo creo, el panorama en ese sentido,
que cualquiera de los dos candidatos, están dispuestos a pagar lo que sea, a
arreglar con los fondos buitre, que es lo único que dejó de pagar el gobierno
porque pagó hasta de más, primero con Repsol, después en los acuerdos con el
CIADI, con el Club de París, con tal de volver a lo que llaman mercado de
capitales o sea volver a un nuevo ciclo de endeudamiento. Es decir que la
transición no sería tan brusca, por lo menos no con un ajuste inmediato tan
fuerte, pero a costa de hipotecar absolutamente el futuro. Estamos ante una
deuda que ha crecido enormemente desde que estalló la convertibilidad, según
datos oficiales más de 300.000 millones de dólares, y no hemos tenido
posibilidades de salir a endeudarnos. Imagínense si ahora se abre el camino
para el endeudamiento. El panorama es grave y es grave también por la
desinformación que hay y porque muchas veces la sociedad un poco narcotizada
por un modelo consumista que promueve un compre como sea, se despreocupa de las
consecuencias futuras, como en épocas anteriores en los que hemos tenido estos
periodos así de estar encandilados con los espejitos de colores”.
(*) Luis Laferriere es Profesor
Titular de Economía y Periodismo Económico en la Facultad de Ciencias de la
Educación y director del Programa de Extensión “Por una nueva economía, humana
y sustentable” de la
Universidad Nacional de Entre Ríos.
Fuente:
http://www.anred.org/spip.php?article11025
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