Declaración
del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional
5 de noviembre de 2015
¿Por quién votamos el 22 de noviembre?
Como resultado de las elecciones del 25 de octubre, sólo dos
candidatos han quedado con posibilidades para ser elegidos presidente: Daniel
Scioli y Mauricio Macri.
La necesidad de tomar una decisión ha fomentado las discusiones en los lugares de trabajo o estudio, en nuestros barrios, en los facebooks, en nuestras propias familias, rompiendo la apatía que caracterizó a la primera vuelta. Basta prender la televisión para advertir cómo politiqueros de pésimos antecedentes, periodistas comprados que simulan ser independientes y opinólogos de distinto pelaje han invadido la pantalla no sólo para decirnos lo que tenemos que hacer, sino para llenarnos de reproches y culpas si no les hacemos caso.
La necesidad de tomar una decisión ha fomentado las discusiones en los lugares de trabajo o estudio, en nuestros barrios, en los facebooks, en nuestras propias familias, rompiendo la apatía que caracterizó a la primera vuelta. Basta prender la televisión para advertir cómo politiqueros de pésimos antecedentes, periodistas comprados que simulan ser independientes y opinólogos de distinto pelaje han invadido la pantalla no sólo para decirnos lo que tenemos que hacer, sino para llenarnos de reproches y culpas si no les hacemos caso.
Humildemente intentaremos aportar a este debate, empezando por un
reconocimiento y una autocrítica. El hecho de que dos viejos conocidos de la
política argentina y pésimos gobernantes sean las únicas opciones para elegir
presidente representa una derrota popular, hemos sido incapaces de llevar a
esta instancia a candidatos que defiendan nuestros intereses.
También, evidencia el fracaso del proyecto kirchnerista que se
mostró muy astuto para capitalizar el vacío de poder que dejó la rebelión
popular de 2001, pero que después de 12 años de gobierno se ha revelado como
inútil para sustentar el proyecto alternativo de soberanía nacional y justicia
social que tanto proclamó. El regreso del consenso mayoritario hacia propuestas
políticas regresivas, el renacimiento en la oposición y el propio justicialismo
de los muertos vivos neoliberales que parecían sepultados hace 15 años, son la
constatación de ese fracaso.
Se desperdició un ciclo económico favorable donde los fabulosos
ingresos por las exportaciones aportaban recursos que hubieran podido servir
para financiar iniciativas que promovieran el cambio de la matriz productiva,
la ruptura de las estructuras heredadas del neoliberalismo y promover el
empoderamiento popular.
Decimos que las candidaturas de Macri y Scioli son nefastas porque los conocimos gobernando Macri es intendente Buenos Aires hace 8 años, y sus principales preocupaciones han sido embellecer la ciudad de los ricos con obras públicas que generan abundantes ingresos a sus contratistas amigos. Por otro lado se ha despreocupado de las zonas de la ciudad donde viven los más pobres. No ha construido viviendas populares, ni atendido a los hospitales y la educación pública.
Decimos que las candidaturas de Macri y Scioli son nefastas porque los conocimos gobernando Macri es intendente Buenos Aires hace 8 años, y sus principales preocupaciones han sido embellecer la ciudad de los ricos con obras públicas que generan abundantes ingresos a sus contratistas amigos. Por otro lado se ha despreocupado de las zonas de la ciudad donde viven los más pobres. No ha construido viviendas populares, ni atendido a los hospitales y la educación pública.
Scioli gobierna la provincia de Buenos Aires desde hace 8 años y
su gestión se ha caracterizado por su excelente relación con los empresarios,
el vaciamiento de los programas sociales y la desatención de la salud y la
educación pública. Interrumpió las políticas de saneamiento de la policía y
-ratificando el rumbo que convirtió a la bonaerense en una de las fuerzas más
corruptas del mundo- propuso combatir la inseguridad incorporando diez mil
nuevos policías.
En resumen, tenemos dos candidatos que se parecen mucho por su
aparición en la política de la mano del menemismo en los ‘90, su condición de
empresarios, más preocupados por sus negocios particulares y los de su clase
que por el bien común, y porque además tienen protección mediática de los
grandes monopolios de comunicación. Sus negociados nunca aparecen en los
principales diarios y canales de Televisión, que los protegen manifestando
preferencias.
Tableros de ajedrez
Hilando muy fino se advierte que tienen algunas diferencias, que
“no son lo mismo”; que expresan proyectos de dominación con matices diferentes.
Pero la política popular no se construye en tableros de ajedrez donde fuerzas
políticas sin ninguna incidencia efectiva imaginan estrategias defensivas, sino
en la construcción cotidiana de acumulaciones de fuerzas basadas en la
organización popular de base que permitan intervenir, resistir y generar transformaciones
concretas. Desde el FPDS-CN hemos tratado de aportar a esa resistencia en
marcos de unidad con otras organizaciones, poniéndole el cuerpo a las campañas
contra todas formas de violencia, desde agrupamientos de trabajadorxs como el
Encuentro Sindical Combativo, Rompiendo Cadenas y la Corriente Nacional
Docente Enriqueta Lucero, en redes de medios
alternativos y derechos humanos, en polos de izquierda y apoyos a diversas
expresiones político electorales de las izquierdas. Junto al pueblo movilizado y
desde esas expresiones unitarias nos proponemos resistir e impedir que después
de 22 de noviembre, el consenso ajustador que unifica al conjunto de las clases
dominantes pueda avanzar sobre nuestras conquistas.
¿Debemos elegir al menos malo?
En la memoria de nuestro pueblo están presentes otras
oportunidades en que fuera presionado para elegir al menos malo. En 1989 hubo
que elegir entre el radical Eduardo Angeloz que amenazaba tachar con un lápiz
rojo las política sociales y el justicialista Carlos Menem que prometía la
revolución productiva y el salariazo, pero venía precedido de pésimos
antecedentes. Diez años después forzaban a elegir entre el caudillo mafioso
Eduardo Duhalde y el radical oligarca, Fernando de la Rua. Y cada vez que se
apoyaba un candidato “menos malo” nos fue mal. Después venían los
arrepentimientos.
Scioli y Macri acuerdan con los pagos al CIADI o al Club de París,
que se debe negociar con los holdouts, los acuerdos con Chevron y Shell, con el
grupo Eskenazi, la megamineria, la no aprobación de la ley de glaciares, los
negocios con Monsanto, el no cumplimiento con la ley de bosques, las
represiones y judicializaciones a los trabajadores, a los pueblos originarios,
las escuchas telefónicas de Macri, el proyecto X y la infiltración de los
servicios en las organizaciones sociales y los partidos de izquierda, defender
a Milani, la ley antiterrorista, bajar la edad de imputabilidad de los menores,
etc.
El Frente popular Darío Santillán-Corriente Nacional es una fuerza
política, que es parte de los esfuerzos unitarios que luchan por liberación y
cambio social, por una sociedad nueva sin explotadores ni explotados, sin
discriminación ni dominaciones patriarcales, con soberanía nacional y dispuesta
a defender la vida, empezando por el planeta que habitamos y esto nos obliga a
expresarnos en este momento de la Argentina, siguiendo la línea consecuente de
nuestros pasos cotidianos, aunque a algunos les resulte antipático.
Esa es nuestra responsabilidad y lo que permitirá construir un
diálogo hacia delante con aquellxs que nos acompañarán en nuestra opción de no
votar a los malos candidatos, pero también, con aquellos que con la mejor
intención pretendan elegir al “menos malo”.
No votamos a nuestros verdugos
Porque no somos indiferentes frente a la amenaza planteada contra
las conquistas alcanzadas por nuestro pueblo elegimos luchar y no votar a los
verdugos. Y esa será también, nuestra contribución a la unidad de los pueblos
latinoamericanos que luchan por cambios sociales, a los que pretenderemos apoyar
creciendo en nuestro propio país en lucha y organización popular, construyendo
una alternativa política de liberación que aportará importantes trazos de
senderos anticapitalistas, rescatando y actualizando los sueños de
emancipación, proyectándolos hacia el futuro.
Se vienen tiempos de resistencia ante los avances contra nuestros
derechos que traerán los gobiernos de Macri o Scioli., en sus versiones más
apresuradas, o más lentas y estables. En condiciones desfavorables por el
incremento represivo, tendremos que enfrentar la reducción de las políticas
sociales, la baja de los salarios que traerán las devaluaciones, el aumento de
las tarifas, las políticas desreguladoras que benefician al capital y la
continuidad de la agresión ambiental y el despojo que promueve el modelo
extractivo agro-minero. Para afrontar esas luchas vamos a necesitar rescatar
nuestra mejor solidaridad y disposición de escucharnos, apelar a nuestra
creatividad e imaginación, construir la mayor unidad popular posible.
Desde el camino de nuestras ideas y nuestras prácticas cotidianas,
como Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional sabemos que hay una
parte del electorado que supone que junto al kirchnerismo se pueden crear
condiciones para la transformación social o que no apoyarlo le hace el juego a la derecha. Pero
nosotros entendemos que tanto Scioli como Macri son candidatos que expresan las
exigencias del capital, en un contexto de crecientes dificultades económicas
del capitalismo argentino y en Nuestra América, ninguno de los dos candidatos
expresan ni siquiera en forma muy parcial los intereses de las grandes
mayorías. Por ello con humildad y firmeza, manifestamos que el 22 de noviembre
no votaremos ni a Scioli ni a Macri.
Votaremos en blanco en este balotaje, porque NI SCIOLI NI MACRI
SON ALTERNATIVAS PARA EL PUEBLO, ambos son representantes del ajuste que se
viene.
“Defenderemos en la calle todas y cada una de las conquistas del
pueblo. Elegimos luchar y seguir creando poder popular”
Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional. 2 de noviembre
de 2015
Fuente: http://www.dariovive.org/?p=7678
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