“Comunicado de la Asamblea Río Cuarto
sin agrotóxicos ante los artilugios de las BPA"
El día 28 de octubre del corriente
desde la ASAMBLEA
RÍO CUARTO SIN AGROTÍXICOS
asistimos a la Jornada denominada
“Salud y Buenas Prácticas-Aplicación de fitosanitarios”,
desarrollada en el Aeroclub de Río
Cuarto, promovidas por la Mesa de BPA, Casafe, la Sociedad
Rural, el Ministerio de
agricultura, ganadería y alimentos de la Provincia de Córdoba, INTA, y el
Ministerio de agricultura,
ganadería y pesca de la Nación.
Esta jornada se desarrolló en el
marco de una serie de exposiciones que se vienen
llevando a cabo en todo el país
con dos ejes fundamentales: 1) Que no hay daño a la salud por
la aplicación de agrotóxicos ya
que es muy bajo el índice de intoxicación aguda a causa de
ellos. 2) En virtud del dato
anterior y previa “demostración” en campo de que no hay deriva
mayor a 70 mts, proponen adaptar
todas las legislaciones locales a 100 mts. de resguardo para
fumigaciones terrestres y 200 mts.
para fumigaciones aéreas.
En la primera parte de la jornada
se salió a campo a realizar una fumigación aérea y
otra terrestre, dos compañeros de la ASAMBLEA RIO CUARTO
SIN AGROTÓXICOS junto a
funcionarios fueron veedores a
pedido de los organizadores del evento. Lo que ellos pudieron
observar es que la técnica
utilizada para el registro no mide correctamente la deriva total o
solo un pequeño porcentaje de la
misma, ya que no tiene en cuenta el escurrimiento por agua
y sedimentos que pueden afectar
cuerpos fluviales y llegar a la población; tampoco el
transporte vertical o lixiviación
que puede contaminar las napas o capas freáticas de agua
dulce ni la erosión de lo que
queda en el suelo, ni la evaporación o volatilización del
compuesto al momento de la aplicación. Sólo
tiene en cuenta el movimiento de la gota líquida
que puede ser una fracción pequeña
de lo que realmente deriva y a su vez del tamaño de gota
que pueda detectar la definición
del ojo humano ya que se interpreta con el cambio de color
que genera cualquier líquido en la
tarjeta hidrosensible colocada a distintas distancias.
Además, puede ser una técnica muy
subjetiva porque debido al viento partículas de
polvo y tierra pueden quedar
adheridas a las tarjetas hidrosensibles y confundirse con la gota
medida, por lo tanto depende mucho
de la interpretación del que lo esté mirando. Asimismo,
el tamaño de gotas que se genera
con las pulverizaciones puede tener un mínimo de 5 micras,
imposible de ver para la
definición del ojo humano, por lo tanto un gran número de microgotas
podrían estar impactando en las
tarjetas pero no podríamos detectarlo.
Por otro lado, sólo se estaría
midiendo un pequeño porcentaje que genera la deriva
primaria, es decir la que ocurre
al momento de la aplicación, pero no se tiene en cuenta la
deriva secundaria que es la que se
genera hasta 24 hs. después de la aplicación que puede
generar la revolatilización de los
productos aplicados y movilización por el aire. (Tomasoni
2013) Esto a su vez puede
potenciarse por factores climáticos como por ejemplo la reversión
térmica que genera que los
plaguicidas no suban ni desciendan por lo que queden suspendidos
en las capas bajas de la atmósfera
en contacto con la tierra formando una nube tóxica que se
mantiene estable por mucho más
tiempo aumentando la deriva entre 7 y 8 veces (Leiva, P.
2010). Este proceso ocurre en las
primeras horas de la mañana cuando sale el sol , o al
anochecer y con vientos inferiores
a 7 km/h
(Fritz y col.), 2008) y es algo que no se puede
controlar, pero cobra gran
importancia debido a que explica casos concretos de intoxicación
como el de una familia de Marcos
Juarez, que ocurrió el día siguiente de la aplicación. También
puede visualizarse en los mapas
(Bonaparte 2012) de Barrio Ituzaingó Anexo que muestran el
movimiento de los contaminantes 1
hora después de la aplicación.
En los
días, semanas o meses posteriores a la aplicación puede ocurrir otro fenómeno
denominado deriva terciaria
(Tomasoni 2013) que depende exclusivamente de factores
climáticos y fenómenos
físico-químicos que genera que determinados compuestos deriven en
distancias tan lejanas de su punto
de aplicación como el movimiento de las capas altas de la
atmósfera lo facilite (Jacob
1999). De esta forma un contaminante puede demorar solo dos
semanas en llegar desde Sudamérica
hasta Australia, explicando los casos de plaguicidas
encontrados en Antártida por
ejemplo.
En relación a las condiciones
climáticas se intentó remarcar que se estaban realizando
en las condiciones más
desfavorables, con menor humedad de la adecuada y mayor viento que
lo recomendado, sin embrago bajo
esas condiciones aumenta en gran medida la volatilización
de los compuestos, por lo tanto,
no puede usarse para justificar que bajo esas condiciones la
deriva es baja, ya que lo que se
está midiendo es menor aún. (Tomasoni 2015)
Luego de imponer una visión
sesgada sobre la deriva la jornada siguió con unas
ponencias fraudulentas en las que
los médicos Martín Alonso (1) y Nilda Gait (2), intentaron
minimizar e invisibilizar la
dramática situación sanitaria de la población expuesta a los
agrotóxicos a tal punto de aclamar
las virtudes del uso de los mismos, llegando incluso a
sostener la inocuidad del
glifosato.
Creemos que “el constante
incremento en el uso de agrotóxicos que acompaña este
modelo, que al mismo tiempo extrae
nutrientes y agua de nuestros territorios, no puede
soslayarse al analizar los cambios
en los modos de enfermar y morir de estas comunidades”
(Verzeñassi 2014)
Si bien son innumerables los
estudios que podríamos citar de investigadores
comprometidos (Carrasco UBA,
Aiassa UNRC, Mañas UNRC, Marino UNLP, Ávila UNC,
Verzeññasi UNR, Peruzzo UNLP,
Lucero UNNE, Páramo) o la extensa recopilación bibligráfica
realizada por Eduardo Rossi sobre
los impactos generales del herbicida glifosato activo y
formulado llamada: Antología
toxicológica del glifosato(4) en Naturaleza de derechos, 2015,
queremos resaltar uno reciente
titulado “Valoración de la exposición a plaguicidas en cultivos
extensivos de la Argentina y su
potencial impacto a la salud”(3) debido a que dicho estudio fue
realizado a pedido del Ministerio
de Salud de la Nación y presentado ante la Comisión Nacional
Salud Investiga en mayo de 2015,
dado a conocer luego de un recurso de Habeas Data
interpuesto por la Cooperativa La Vaca.
En el citado estudio coordinado por María del Pilar
Díaz se menciona: “Existen
numerosos estudios que describen la presencia de alteraciones
genotóxicas, mutagénicas e inmunológicas
que pueden expresarse como asociación con
cáncer, déficit neurológicos y
neurocognitivos, de irrupción endócrina, malformaciones
congénitas y problemas de
fertilidad y reproducción”. Además “las poblaciones de
trabajadores agrícolas tienen un mayor
riesgo de enfermedad de Hodgkin, linfoma no Hodgkin,
leucemia, mieloma múltiple y
cáncer de cerebro, estómago y próstata. Desordenes
neurodegenerativos como Párkinson
y Alzheimer también han sido asociados a exposición
ocupacional a plaguicidas”. Como
resultado del estudio se observa que el área pampeana
obtuvo los mayores índices de
exposición a plaguicidas, duplicando el valor promedio del
índice para la región noreste que
obtuvo el segundo lugar, cipermetrina y clorpirifos se asocian
con más mortalidad de cáncer de
mama. Glifosato y clorimurón con cáncer total en varones.
En poblaciones de aplicadores se
encontraron aumentados síntomas generales
cardiorespiratorios, dérmicos y
daño genotóxico. A su vez se establece que los niños de estas
familias se encuentran en un
contexto de alta vulnerabilidad.
Los médicos que expusieron se
jactan de que no hay registros de casos de daño a la
salud porque toman en cuenta sólo
casos de intoxicaciones agudas, las cuales son infrecuentes
y casos en los que los intoxicados
lograron recuperarse sin dejar secuelas. Pero no tienen en
cuenta que la mayoría de las
afecciones a la salud de los plaguicidas son por exposición a
pequeñas dosis de dichas
sustancias en tiempo prolongado.
Existe una extensa bibliografía
que pone en evidencia las falacias que estos
investigadores sostuvieron a lo
largo de toda la Jornada, visibilizando la dramática situación
que sufren las poblaciones a lo
largo de las zonas agrícolas, pero no es el objetivo de dicho
documento desarrollar la misma.
Creemos que es sumamente necesario
desenmascarar y poner en evidencia estas
estrategias viles para hacernos
creer las mentiras del agronegocio, así como denunciar
públicamente a los funcionarios
públicos y médicos que avalan con información científica de
dudoso rigor este tipo de
posicionamientos.
La estrategia de articulación de
todo este mecanismo se cimienta, desarrolla y
proyecta desde la Mesa de “Buenas”
Prácticas Agropecuarias (en adelante BPA). BPA es un
protocolo de medidas lanzado por
las multinacionales para imputar la responsabilidad por
daños en la salud de la población
a causa del mal uso y aplicación de agrotóxicos a los
productores y aplicadores. Si hay
contaminación, muerte, pérdida de biodiversidad y demás, es
culpa exclusivamente de la mala
utilización de los productos por parte de quienes los
manipulan.
En el discurso único que instalan
las BPA, se repite de manera insistente la palabra
sustentabilidad; según Naciones
Unidas sustentabilidad es definida como las “acciones que
estando destinadas a satisfacer
las necesidades presentes, no se realicen de modo que
comprometan la capacidad de futuras
generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.
Bajo esta óptica no satisfacen
necesidades presentes, y por ende no es sustentable acopiar
toneladas de granos en silobolsa
para especular con su precio y dejar que el Mercado de
Chicago le ponga un precio a
nuestra soberanía alimentaria, no es sustentable producir soja
para alimentar cerdos en Asia,
tampoco es sustentable dejar de producir alimentos para
producir maíz transgénico
destinado a los agrocombustibles como el bioetanol, y menos aún lo
es el proceso por el cual el
paquete tecnológico deja nuestro suelo estéril. El suelo es vida,
contiene comunidades completas de
microorganismos, hongos, micro y mezo fauna que
contribuyen a mantener la
estructura y estabilidad del suelo y la materia orgánica, que al
exponerse a los plaguicidas mueren
junto con las malezas. No es sustentable que junto a los
granos que se exportan se vayan
millones de litros de agua y nutrientes. Tampoco que debido
a este paquete tecnológico se
perjudique y deteriore genéticamente la salud de la población
actual y futura, la biodiversidad
y las economías regionales. “Todo lo que le ocurra a la tierra,
le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no
tejió la trama de la vida; él es solo un hilo. Lo
que hace con la trama se lo hace a
sí mismo.” Carta del Jefe Noah Sealth a un presidente
norteamericano (1854).
Si recorremos las definiciones de
BPA, encontramos una visión mercantilista de la vida.
Se habla de productos, de
consumidores, de productores, de explotación, pero no de
biodiversidad, ecosistemas,
ecología, de alimentación sana, de respeto por la naturaleza ni de
poblaciones expuestas. Y por si
fuera poco, bajo ningún punto de vista garantizan la inocuidad
ni pueden evitar los efectos
adversos del uso de plaguicidas. Utilizar de la mejor manera el
producto, con la boquilla justa,
el coadyuvante adecuado, el surfactante o antiderivan te,
el
tamaño de gota indicado con las
óptimas las condiciones climatológicas, no impide la deriva ni
terciaria, que no se puede
controlar, por el simple hecho de que no se puede controlar el
clima. La deriva secundaria es
solo una función de la interacción de factores climáticos con los
plaguicidas. Además las BPA son
inviables en la práctica ya que no hay casos en todo el país de
que un inspector haya verificado
la presencia de un ingeniero agrónomo, las condiciones
climáticas adecuadas, la receta
fitosanitaria, tomado muestras del tanque, lo haya
protocolizado y lo haya hecho
analizar (Tomasoni 2013), por ende las BPA son incontrolables.
Desde su creación con FAO en el
año 2004, la Mesa de BPA ya lleva más de 10 años de
existencia y no se avizora el más
mínimo avance en seguridad sanitaria.
El desarrollo de la jornada
continuó con la disertación de José María Peralta,
Intendente de Colonia Almada, y
Juan Carlos Scotto, Intendente de Corralito cuyas ponencias
están muy enfrentadas con
muchísimas otras experiencias de intendentes que han puesto
como objetivo prioritario de su
gestión la salud de sus conciudadanos. Los mencionados
dijeron haber “mediado” entre los
productores y los ciudadanos en la imposición de zonas de
resguardo mínimas de 100 y 200
mts; a contraluz de experiencias como la de Alta Gracia , en
la
que luego de un año de prohibición
de fumigar a menos de 1500 mts pudo ponderar que las
mejoras en la salud de su
población eran inconmensurables ya que habían disminuido
considerablemente las consultas
por alergias, asma, problemas en la piel y consultas
oncológicas, afirmando que no
daría marcha atrás a dicha ordenanza debido a tamaños
beneficios.
Nunca hubo una verdadera instancia
de debate, debido a que constantemente fuimos
interrumpidos, cuando no
silenciados, y las veces que se respondieron nuestras preguntas fue
con evasivas inconsistentes, y
carentes de contenido. Se utilizó la presencia de la Asamblea
para legitimar toda la jornada
como plural, y para enarbolarse como abiertos y democráticos
siendo que fuimos silenciados y
ninguneados. Fue sólo una catarsis de argumentos falaces y
unívocos, ya que en los paneles no
hubo disertantes con otros puntos de vistas ni un panel de
afectados por fumigaciones,
quienes en cambio sí estaban entre el público presenciando con
dolor cómo les mentían en la cara. Un debate implica
que ambas partes puedan exponer sus
ideas en igualdad de condiciones y
con respeto. En pos de su defensa de una ciencia
supuestamente ascéptica y
rigorista, de la cual dudamos profundamente sobre dichas
bondades, pecan de estrechez
conceptual al no incorporar visiones multidisciplinarias.
Según el Ingeniero Perez,
trabajando para Syngenta, una gota de agrotóxicos chica (5
micras) puede alcanzar 4800 mts
con viento leve de 4,5 KM
por hora; y con reversión térmica
esa distancia se multiplica por 4
o 5. Por lo tanto consideramos que el fundamento de que 100
o 200 mts sea una distancia segura
nos parece una falta de respeto a todas las poblaciones que
están sufriendo las consecuencias
de este modelo productivo que desprecia la vida.
El discurso corporativo que se
intenta instalar oculta las consecuencias del modelo
productivo hegemónico, pero peor
aún, atenta contra las posibilidades de producir de otra
manera, de hacer agroecología en
armonía con el ambiente y las comunidades, respetando la
tierra como un cimiento de vida
que nos precede y que nos sobrevivirá, el cual entregaremos a
las futuras generaciones. Se
invisibiliza tanto la alternativa, que para este discurso hegemónico
las zonas de resguardo son zonas
improductivas, que no les generan rentas, en cambio de
verlas como lo que verdaderamente
son: zonas de protección para que los efectos nocivos de
las fumigaciones no lleguen a
afectar la salud de las personas, y zonas para el desarrollo
agroecológico.
Asamblea Rio Cuarto sin
agrotóxicos - 2/11/2015
rio4sinagrotoxicos@gmail.com
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