lunes, 30 de noviembre de 2015

II. Sigamos cuestionando a la batalla K de ideas.

Preguntas para el K-progresismo
18 de noviembre de 2015

Por Rolando Astarita

Durante años el progresismo nac & pop, en prácticamente todas sus variantes, insistió en que uno de los rasgos distintivos del kirchnerismo era que había suplantado un modelo que beneficiaba la acumulación financiera, por otro que se centraba en la producción. En los primeros años la idea iba acompañada del elogio de los superávits gemelos, esto es, fiscal y de cuenta corriente.
Pues bien, ¿en qué se diferencia lo que está haciendo hoy el Ministerio de Economía con las clásicas políticas de la “derecha funcional a los negocios del capital financiero”? Más precisamente, ¿en qué se diferencia una política de atraso cambiario para frenar la inflación, alto déficit fiscal, déficit en cuenta corriente, altas tasas de interés y masivo endeudamiento del Banco Central (Lebac, ventas de futuros a bajo precio) para gran negocio de los bancos, fondos de inversión y grandes empresas, de las políticas acostumbradas de cualquier gobierno asociado a la “patria financiera”?
Algunos datos para ayudar al K-progresismo a responder: el stock de Lebac del Central es de 324.500 millones de pesos (10/11). El costo medio por intereses de este stock es de aproximadamente 30% (varía entre 29 y 31, según los plazos). Esto significa que el Central está pagando unos 100.000 millones de pesos anuales por intereses. Para tener un punto de comparación, la Asignación Universal por Hijo implica una erogación anual de 36.000 millones de pesos.
 
Destaquemos que las tasas que pagan las Lebac han sido la referencia y el piso para los títulos que emiten las empresas, ya que es un rendimiento libre de riesgo. Por eso compran Lebac no sólo bancos, sino también fondos de inversión, aseguradoras y empresas. Según un testimonio que recoge El Cronista Comercial, la mayoría de los fondos tienen el 40% de su patrimonio en Lebac, que es el máximo permitido. Señalo que la cuestión de la fácil ganancia que se propicia a bancos y demás integrantes del sistema financiero, la he señalado ya hace años (aquí).
Además, el Gobierno emitió títulos en pesos Bonac, que pagan una tasa que depende de la Lebac (casi 30% anual, ¿la inflación no es del 14% anual?) por 47.350 millones de pesos. Recordemos también que Economía no ha dejado de pagar altísimas tasas en dólares para tomar deuda. Un caso ilustrativo fue la colocación del Bonar 2024, realizada en 2014. Con el Bonar consiguió 3550 millones de dólares, pagando el 8,75% anual (el bono se emitió como parte de la indemnización a Repsol por la expropiación de YPF).
 
Pregunta: ¿qué tiene que ver este nivel de tasas con el keynesianismo? ¿Podrían los economistas K, que tanto hablan de Keynes, explicarnos cómo encajan estas tasas con Keynes? La respuesta, simple, es que no encajan. Tampoco encajan con nada que tenga que ver con la noción de acumulación productiva, central en el pensamiento de los clásicos, o en Marx. Sin embargo, esto se oculta.
 
Otro ejemplo de bicicleta sucede con el bono dollar linked, Bonad; se emitió por 10.652 millones de pesos. Es un bono cuyo valor nominal es en dólares, pero se paga en pesos al tipo de cambio oficial, con vencimiento a un año y medio; rinde 0,75% anual. El precio de corte de la colocación de agosto fue 106 dólares por cada 100 dólares de valor nominal del bono. O sea, el que paga 106 dólares cobrará, en pesos 101,5 dólares a lo largo de la duración del bono. Lo que justifica esa tasa negativa es que juega con la expectativa de devaluación. El Cronista Comercial informa de la siguiente operación: fondos externos venden bonos en dólares a cambio de pesos para comprar Bonad, ya que reciben $14 por dólar vía contado con liquidación y compran dollar-linked a $9,35 por dólar. ¿Esto no es bicicleta?
 
También está el negocio con los futuros del dólar. El Central tendría contratos vendidos por un más de 16.000 millones de dólares. Esto significa que los que compraron futuros (bancos, grandes empresas e inversores) se aseguraron un precio del dólar de 10,56 pesos a febrero, o 10,82 a marzo (cuando en Nueva York febrero hoy opera a 15,75 pesos). En otras palabras, un “seguro cambiario” para grandes capitales. Para vincularlo con lo anterior: un inversor coloca pesos a tasas de 30% anual y compra futuros para cubrirse. ¿No es otro negocio redondo de bicicleta financiera? Además, ¿acaso el Estado no es partícipe necesario de la misma?
 
En definitiva, queda planteada la pregunta para los que quieren armar “un mundo de diferencia” entre los dos candidatos del ballotaje: ¿en qué se diferencia lo que hace hoy Economía, de lo que típicamente hizo la típica “derecha aliada al capital financiero”? Ya he formulado en otras ocasiones la pregunta, pero nadie contesta. Ahora la vuelvo a realizar. ¿O será que no se quiere responder porque se es consciente de que la respuesta lleva al indecible “ajuste” que aplicaría Scioli, tanto como Mac

Fuente: https://rolandoastarita.wordpress.com/2015/11/18/preguntas-para-el-k-progresismo/#more-6088

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