Preguntas para el K-progresismo
18 de noviembre de 2015
18 de noviembre de 2015
Por Rolando Astarita
Durante años
el progresismo nac & pop, en prácticamente todas sus variantes, insistió en que
uno de los rasgos distintivos del kirchnerismo era que había suplantado un
modelo que beneficiaba la acumulación financiera, por otro que se centraba en la
producción. En los primeros años la idea iba acompañada del elogio de los
superávits gemelos, esto es, fiscal y de cuenta corriente.
Pues bien,
¿en qué se diferencia lo que está haciendo hoy el Ministerio de Economía con las
clásicas políticas de la “derecha funcional a los negocios del capital
financiero”? Más precisamente, ¿en qué se diferencia una política de atraso
cambiario para frenar la inflación, alto déficit fiscal, déficit en cuenta
corriente, altas tasas de interés y masivo endeudamiento del Banco Central (Lebac,
ventas de futuros a bajo precio) para gran negocio de los bancos, fondos de
inversión y grandes empresas, de las políticas acostumbradas de cualquier
gobierno asociado a la “patria financiera”?
Algunos
datos para ayudar al K-progresismo a responder: el stock de Lebac del Central es
de 324.500 millones de pesos (10/11). El costo medio por intereses de este stock
es de aproximadamente 30% (varía entre 29 y 31, según los plazos). Esto
significa que el Central está pagando unos 100.000 millones de pesos anuales por
intereses. Para tener un punto de comparación, la Asignación Universal por Hijo
implica una erogación anual de 36.000 millones de pesos.
Destaquemos
que las tasas que pagan las Lebac han sido la referencia y el piso para los
títulos que emiten las empresas, ya que es un rendimiento libre de riesgo. Por
eso compran Lebac no sólo bancos, sino también fondos de inversión, aseguradoras
y empresas. Según un testimonio que recoge El
Cronista Comercial, la mayoría de los fondos tienen el 40% de su
patrimonio en Lebac, que es el máximo permitido. Señalo que la cuestión de la
fácil ganancia que se propicia a bancos y demás integrantes del sistema
financiero, la he señalado ya hace años (aquí).
Además, el
Gobierno emitió títulos en pesos Bonac, que pagan una tasa que depende de la
Lebac (casi 30% anual, ¿la inflación no es del 14% anual?) por 47.350 millones
de pesos. Recordemos también que Economía no ha dejado de pagar altísimas tasas
en dólares para tomar deuda. Un caso ilustrativo fue la colocación del Bonar
2024, realizada en 2014. Con el Bonar consiguió 3550 millones de dólares,
pagando el 8,75% anual (el bono se emitió como parte de la indemnización a
Repsol por la expropiación de YPF).
Pregunta:
¿qué tiene que ver este nivel de tasas con el keynesianismo? ¿Podrían los
economistas K, que tanto hablan de Keynes, explicarnos cómo encajan estas tasas
con Keynes? La respuesta, simple, es que no encajan. Tampoco encajan con nada
que tenga que ver con la noción de acumulación productiva, central en el
pensamiento de los clásicos, o en Marx. Sin embargo, esto se oculta.
Otro ejemplo
de bicicleta sucede con el bono dollar
linked, Bonad; se emitió por 10.652 millones de pesos. Es un bono
cuyo valor nominal es en dólares, pero se paga en pesos al tipo de cambio
oficial, con vencimiento a un año y medio; rinde 0,75% anual. El precio de corte
de la colocación de agosto fue 106 dólares por cada 100 dólares de valor nominal
del bono. O sea, el que paga 106 dólares cobrará, en pesos 101,5 dólares a lo
largo de la duración del bono. Lo que justifica esa tasa negativa es que juega
con la expectativa de devaluación. El
Cronista Comercial informa
de la siguiente operación: fondos externos venden bonos en dólares a cambio de
pesos para comprar Bonad, ya que reciben $14 por dólar vía contado con
liquidación y compran dollar-linked a
$9,35 por dólar. ¿Esto no es bicicleta?
También está
el negocio con los futuros del dólar. El Central tendría contratos vendidos por
un más de 16.000 millones de dólares. Esto significa que los que compraron
futuros (bancos, grandes empresas e inversores) se aseguraron un precio del
dólar de 10,56 pesos a febrero, o 10,82 a marzo (cuando en Nueva York febrero
hoy opera a 15,75 pesos). En otras palabras, un “seguro cambiario” para grandes
capitales. Para vincularlo con lo anterior: un inversor coloca pesos a tasas de
30% anual y compra futuros para cubrirse. ¿No es otro negocio redondo de
bicicleta financiera? Además, ¿acaso el Estado no es partícipe necesario de la
misma?
En
definitiva, queda planteada la pregunta para los que quieren armar “un mundo de
diferencia” entre los dos candidatos del ballotaje: ¿en qué se diferencia lo que
hace hoy Economía, de lo que típicamente hizo la típica “derecha aliada al
capital financiero”? Ya he formulado en otras ocasiones la pregunta, pero nadie
contesta. Ahora la vuelvo a realizar. ¿O será que no se quiere responder porque
se es consciente de que la respuesta lleva al indecible “ajuste” que aplicaría
Scioli, tanto como Mac
Fuente:
https://rolandoastarita.wordpress.com/2015/11/18/preguntas-para-el-k-progresismo/#more-6088
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