domingo, 15 de noviembre de 2015

Deliberemos sobre qué economía desarrolla el capitalismo mundial y su local.

Es situarse en el gran engaño de más de una deKada y

en el desafío de que nuestro trabajo comience a emanciparse de las 

transnacionales y sus socios locales

poniendo en discusión al sistema vigente.

Descubramos el funcionamiento del sistema mundo capitalista:
Las coordenadas de la crisis que viene
14 de noviembre de 2015

Por Michel Husson (Viento Sur)
Mientras que la zona euro esboza una fase de recuperación muy moderada, los pronósticos alarmistas respecto a la trayectoria general de la economía mundial se multiplican: por ejemplo, Le  Monde del 20 de octubre titulaba "El crecimiento chino se ralentiza, la economía mundial sufre". Christine Lagarde/1 enumera las "razones para estar inquietos en torno a la situación económica" y Jacques Attali/2 anuncia que "el mundo se acerca a una gran catástrofe económica".
Comencemos trazando un breve panorama de la coyuntura: el crecimiento mundial se ralentiza, principalmente en los países emergentes, salvo en India. Esta tendencia se retroalimenta con la caída de los precios de las materias primas y se transmite a los países avanzados. El comercio internacional también se ralentiza, al mismo ritmo que el PIB mundial, como si la globalización productiva hubiera tocado techo. La zona euro registra una recuperación muy tímida y desigual. Estados Unidos y el Reino unido, siguen aprovechándose de las circunstancias (se benefician un poco) pero el crecimiento tiende a ralentizarse en un caso y en el otro resulta artificial.
En el campo de la "esfera financiera", el quantitative easing (flexibilidad monetaria) alimenta la burbuja de activos en lugar de alimentar la inversión productiva, que se estanca. Y la única perspectiva -hasta ahora retrasada- de un repunte del tipo de interés del FED (Banco Central de EE UU) pesa como una espada de Damocles hasta el punto de desestabilizar las monedas y los mercados financieros de numerosos países. En fin, "la incertidumbre y las fuerzas complejas pesan sobre el crecimiento mundial" para retomar la fórmula del FMI en sus últimas perspectivas/3.
De este cuadro puntilloso, se pueden extraer las tres características fundamentales de la coyuntura actual:
· La persistencia de las "secuelas de la crisis financiera mundial";
· Las perturbaciones de la economía mundial;
· La perspectiva de un "estancamiento secular".

Las secuelas de la crisis financiera mundial
La flexibilización monetaria permite a un Banco Central la compra de títulos. De ese modo crea moneda que, inyectada en la economía, debería hacerle despegar. Admitamos que eso haya podido funcionar durante un tiempo en Estados Unidos. Pero el hecho nuevo es que se comienza a tomar conciencia de que este tipo de medidas tiene efectos colaterales preocupantes.
El presidente del Banco federal de Dallas, Richard Fisher (de poco peso en el seno del FED), resume de esta manera su escepticismo: "el dinero que hemos impreso no se ha distribuido tan bien como lo hubiéramos deseados. Un gran cantidad ha servido para la especulación corrupta o, con más exactitud, corrosiva"/4. Durante esa conferencia, llegó incluso a citar un poema de Jonathan Swift, fechado en 1735: "El dinero, la sangre vital de la nación/ Se estanca e infecta en las venas/Al menos que una buena circulación/garantice su movimiento y su calor"/5.
La ineficacia a largo plazo de las políticas monetarias se explica en función de varios mecanismos o de los efectos secundarios que pesan en la coyuntura actual. De entrada, la inyección de moneda se hace a ciegas y nada garantiza que la liquidez se vaya a utilizar para favorecer las inversiones. Por el contrario, termina por alimentar la especulación y provocar un incremento del precio de los activos que no beneficia más que a los ricos y conduce a la formación de burbujas [financieras].

Tipos de interés históricamente bajos
La flexibilidad monetaria conduce simultáneamente a una reducción de los tipos de interés (ver gráfico 1). También podría contribuir a la recuperación de las inversiones en vivienda y sobre todo en las inversiones productivas, puras y simples. La recuperación de las inversiones es, por otra parte, la cuestión clave para toda recuperación. Ahora bien, nos encontramos con que esta recuperación no llega porque las empresas, a falta de mercados y/o de beneficios, no invierten. Restablecen sus márgenes hacen caja, multiplican las fusiones y adquisiciones, distribuyen dividendos, pero sus inversiones no avanzan.
Gráfico 1Tipo de interés real 1972-2014

Al mismo tiempo, es verdad que la inyección de moneda conduce a la inflación de activos, pero no a la inflación pura y simple, la de los precios. Tipos de interés bajos e inflación débil se combinan entonces de tal forma que los tipos de interés reales (descontada la inflación) no pueden devenir altamente negativos. Los tipos de interés nominales llevan a lo que los economistas americanos denominan ZLB (zero lower bound): cero como tipo base. Este límite es para algunos, como Lawrence Summers/7, el resultado del estancamiento secular, caracterizado por elevadas tasas de ahorro, una aversión al riesgo y una débil disposición a invertir. Para restablecer la situación, serían necesarios tipos de interés reales negativos para relanzar la actividad, lo que está fuera de toda perspectiva. Esta interpretación es muy discutible porque no tiene en cuenta determinantes más estructurales del eventual estancamiento secular/8.
Sin embargo, Summers tiene razón en un punto cuando pone de manifiesto su temor de que "si se produce una recesión, las autoridades monetarias no tendrían instrumentos para hacerle frente. No existe más margen para una flexibilización [monetaria]". La misma preocupación la expresa Claudio Borio/9, economista del BRI (Banco de Pagos Internacional, con sede en Basilea), en la presentación de su informe anual: "Los tipos de interés han sido extraordinariamente bajos durante un tiempo extraordinariamente largo. Reflejan la respuesta de los bancos centrales y de los actores del mercado a una recuperación post-crisis inhabitualmente débil, como si estuvieran tanteando a ciegas para encontrar nuevas certitudes". Dicho de otro modo, a la política monetaria se le ha pedido más de la cuenta para relanzar el crecimiento.

Acumulación de deudas
El resultado es una enorme acumulación de deudas privadas y públicas. Según un estudio del McKinsey Global Institute/10, representan casi 200 billones de dólares a escala mundial; es decir el 286 % del PIB mundial, contra el 269 % en 2007, antes del estallido de la crisis. Esta progresión resulta particularmente neta para la deuda de los Estados, pero también para la de las empresas (gráfico 2)
Gráfico 2 Deudas mundiales acumuladas Fuente: McKinsey Global Institute
Esta tendencia concierne especialmente a la deuda de las empresas no financieras de los países emergentes, que se ha cuadruplicado entre 2004 y 2014. El FMI se pregunta si hay que inquietarse por ello /11 y recomienda prepararse para el endurecimiento de las condiciones para la financiación. Como las economías financieras van "a normalizar sus políticas monetarias, los mercados emergentes deberían prepararse para un incremento de quiebras de empresas".
Por tanto, este panorama conduce a dos escenarios de cara al desencadenamiento de la próxima crisis. El primero fue descrito por François Morin en su último libro/12. Su punto de partida es la existencia de burbujas financieras en torno a las deudas públicas pero, también, en los mercados financieros drogados por tipos de interés muy bajos. El elemento desencadenante podría ser la quiebra de un banco sistémico, con reacción en cadena sobre otros grandes bancos.
El segundo escenario nos remite a las inquietudes del FMI en relación a los países emergentes. El elemento desencadenante sería entonces, un incremento del tipo de interés del FED de Estados Unidos; el endurecimiento de las condiciones financieras evocadas por el FMI. Esto conduciría a una explosión de las burbujas, comenzando por los países emergentes y, evidentemente, con repercusiones sobre el conjunto de las finanzas mundiales.
En resumen, actualmente están reunidos los factores de riesgo en torno a esta contradicción: de un lado, las políticas de flexibilización monetariano repercuten en la economía real, alimentan las burbujas y sitúan a las finanzas mundiales en una trayectoria que no puede continuar así sine  die. Pero el incremento de los tipos de interés provocaría la explosión incontrolada de las burbujas, en un contexto en el que los Estados apenas tienen munición para salvar de nuevo a los bancos.

En defensa del capital ficticio
Así pues, Christine Lagarde tiene razón cuando habla de las "secuelas de la crisis financiera mundial". Más en concreto, el esquema global es el siguiente: el periodo precedente de la crisis se caracterizó por una enorme acumulación de capital ficticio; dicho de otro modo, de derecho adquiridos sobre la plusvalía producida por la explotación del trabajo asalariado. Para que el capitalismo despegue de nuevo sobre bases sanas, hubiera sido necesario destruir ese capital ficticio (y también, sin duda, una parte del capital productivo). Ha habido pérdidas, pero las políticas desarrolladas en todo el mundo han estado guiadas por un principio básico: preservar el capital ficticio y los derechos adquiridos que representan. Esto se ha hecho de dos maneras: de una parte, a través de convertir las deudas privadas en deudas públicas y mediante una punción sobre el plus valor a través de las medidas de austeridad; de otra parte, por la inyección masiva de liquidez. En el primer caso, se puede decir que el capitalismo respeta la ley del valor porque busca ajustar la ratio capital ficticio/plus-valía aumentando la plus-valía. En el segundo, por el contrario, trata de negar o contornear la ley del valor operando sobre el numerador. Por tanto, en su sentido más profundo, la próxima crisis se podrá interpretar como una severo recuerdo de la [existencia de la] ley del valor.
Incluso si privilegia la austeridad a través de "reformas estructurales", la Europa capitalista se vuelve, con cierto atraso, hacia soluciones artificiales. Existe laflexibilización monetaria al estilo Juncker que patina tanto como en Estados Unidos. Pero hay más: la última gran idea de la Comisión europea fue la de lanzar una "iniciativa para la titularización"/13 como parte de un proyecto más amplio de "unión de mercados de capitales". Bajo la cobertura de su reglamentación, el objetivo real es el de relanzar la titularización/14pero esta vez "con seguridad total", para obtener por esa vía "más de 100 mil millones de euros de financiación suplementaria"; es decir, la mitad de los niveles anteriores a la crisis. No hay que olvidar que este objetivo también lo fue del FMI en… octubre del 2009, cuando intentaba "discernir cómo la titularización podría contribuir positivamente a la estabilidad financiera y al crecimiento económico durable"/15. He aquí un ejemplo terrible de la voluntad del sistema para favorecer el crecimiento del capital ficticio.

La inestabilidad de la economía mundial
Antes de la crisis, la economía mundial estaba estructurada en torno al eje China-Estados Unidos, a menudo bautizada como "Chinamérica"/16. Este eje está camino de deshilacharse y es, sin duda, uno de los elementos fundamentales de la remodelación de la economía mundial.

El fin de la Chinamérica
La desinversión es simétrica: de un lado, el modelo estadounidense se aleja de su funcionamiento anterior a la crisis -crecimiento a base de crédito- debido a la recuperación de la capacidad de ahorro de los hogares y de una menor dependencia energética. Estos dos factores  reducen el papel de motor de la economía mundial otorgado hasta entonces a EE UU.
Por su parte China había entrado en una fase de transición, es verdad que dura y difícil, hacia un modelo centrado en la demanda interior. Y en todo caso alejada del crecimiento basado en las exportaciones: su participación en el PIB chino ha pasado del 36 % en 2006 al 26 % actualmente. La complementariedad entre las dos grandes economías se reduce y esta retracción, con sus efectos colaterales en los países emergentes y Europa, desequilibra toda la economía mundial.
Esta reorientación de la economía china se manifiesta a través de un cambio en la estructura de su comercio exterior/17, que también contribuye a la ralentización del comercio mundial. Lo que constituye otro elemento inquietante para los economistas que se interrogan sobre sus causas y se plantean si se trata de un fenómeno pasajero o más estructural. Todo hace pensar que se trata de un cambio de tendencia a largo plazo/18, que se corresponde con la ralentización del fraccionamiento de las cadenas de valor.
Esta organización de la producción, a caballo entre diferentes zonas de la economía mundial, característica de la globalización contemporánea, está a punto de alcanzar su límite, al igual que el crecimiento del comercio mundial a un ritmo más rápido que el PIB que había impulsado. Este fenómeno afecta fundamentalmente a China, pero también a EE UU, Corea y Japón, lo que confirma que el eje China-EE UU está a punto de deshacerse.

Desincronización y volatilidad
La inestabilidad de la economía mundial se agrava aún mas debido a la desincronización de las coyunturas entre EE UU y la zona euro. Un estudio minucioso del FMI/19 muestra que estas divergencias tienen efectos colaterales (spillovers) importantes. Ahí también, los autores ponen de relieve su inquietud, planteándose "si el despegue de EE UU no sólo podría reforzar el dólar frente al euro sino también incrementar los tipos de interés en la zona euro, o si la flexibilización monetaria en la zona euro podría no solo debilitar al euro, sino continuar presionando a la baja en los rendimientos de EE UU".
El mismo documento arroja una luz interesante en lo que concierne a los países emergentes. Sus autores distinguen dos canales de transmisión. El canal "tradicional" es que los capitales van hacia la zona (EE UU o zona euro) aprovechando un repunte del crecimiento, que tendrá por efecto una apreciación de la moneda de la zona que se beneficie de esta afluencia de capitales. Pero también identifican otro canal, originado por la atracción del riesgo (risk-appetite): los capitales anticipan la recuperación en los países emergentes provocada por la de la zona del "centro" (EE UU o zona euro). Este flujo de capitales en los países emergentes conducirá a una apreciación de su moneda.
Estos análisis muestran que el funcionamiento de la economía mundial escapa a cualquier regulación y que los países emergentes están expuestos a movimientos de capitales que, salgan o entren, tienen efectos desestabilizadores. El período actual se caracteriza precisamente por un incremento de la volatilidad de estos movimientos de capitales.
El agotamiento de los incrementos de productividad
Durante la presentación de las últimas previsiones de la OCDE, su economista-jefe, Catherine Mann, subrayó que "la ralentización del crecimiento potencial en los países avanzados es una preocupación permanente"/20. Christine Legarde, por el FMI, hizo referencia a la "nueva mediocridad"o, dicho de otro modo, "al riesgo de un persistente crecimiento débil " que, según ella, se acerca.
Como base de estas afirmaciones está el agotamiento de los incrementos de productividad. Esta tendencia no es nueva, porque se desencadenó en los países avanzados a mediados de los años 1980, con fluctuaciones fuertes en el caso de EE UU. Pero, al final, los países emergentes tomaron el relevo y los incrementos de productividad que lograron pudieron ser captados en gran parte por los "viejos países capitalistas". Al inicio de la crisis, los países emergentes sostuvieron el crecimiento mundial. Pero puede ser que esta gran transformación de la economía mundial haya llegado a un punto de inflexión: en efecto, los datos más recientes del Conference Board muestran que el crecimiento de la productividad horaria del trabajo ha retrocedido de forma neta en los países emergentes desde el inicio de la crisis (ver gráfico 3)

Gráfico 3 Tendencia del crecimiento de la productividad del trabajo Fuente : The Conference Board/21

Ahora bien, la productividad y, más en concreto, la productividad global de los factores es un elemento fundamental en la dinámica de la tasa de beneficio. Sin embargo, esta última se ha recuperado en los principales países capitalistas a pesar del agotamiento de la productividad/22. Esta proeza sólo ha sido posible por la puesta en pie de toda una serie de dispositivos: financiarización, endeudamiento, desigualdades, reducción de las rentas salariales, etc. Al mismo tiempo, la rarificación de las oportunidades para inversiones rentables ha conducido a un estancamiento de las tasas de inversión productiva.(...)

La crisis que viene
Después de este análisis somero una cosa es segura: la "Gran recesión" ha abierto un período de "regulación caótica" a escala mundial. Hoy en día la perspectiva de una nueva crisis parece casi inevitable y es difícil discernir donde se dará el punto de ruptura (¿la bolsa, la banca, la deuda, el tipo de cambio?), pero este episodio será en todo caso la expresión de profundas contradicciones estructurales.
Hoy en día el capitalismo mundial se encuentra sometido a una tensión fundamental. De un lado, la gestión de la crisis que estalló en 2008 se abordó según dos principios fundamentales: no arreglar las cuentas (sus "secuelas"), y reconstituir el modelo neoliberal previo a la crisis tratando de controlar sus efectos más nocivos. En la práctica se trata de garantizar los derecho adquiridos por el "1 %" y la libertad de acción de los bancos y las multinacionales. Pero, actualmente, el mecanismo fundamental del dinamismo del capitalismo, a saber los incrementos de productividad, está agotándose.
Esta configuración conduce a interacciones complejas entre las evoluciones que se dan en el seno de la esfera productiva y el manejo de los instrumentos financieros y monetarios. Por ello, como en 2007-2008, el punto de desencadenamiento de la próxima crisis no bastará para sacar a la luz sus causas profundas.
23/10/2015
Traducción VIENTO SUR


Más de un año electoral y el balotaje entre dos neoliberales han contribuido a tapar en qué resultaron doce años de gobierno K, encubrir la desilusión sobre el "capitalismo serio" e ignorar la crisis civilizatoria en que el sistema nos aprisiona cada vez más.

La crisis mundial como trasfondo del debate por el balotaje argentino13 de noviembre de 2015

Por Julio C. Gambina (Rebelión)
Se acerca la fecha del balotaje, el 22/11, y se multiplican los análisis sobre las posibilidades futuras de la evolución económica, política y cultural de la sociedad argentina bajo el nuevo gobierno que se instale el 10/12.(…)
La crisis, el secretismo y la restricción democrática
La cuestión de fondo que tiñe el debate local, regional y mundial es la continuidad de la crisis mundial y la ofensiva capitalista por la liberalización, entre lo que destaca el reciente Tratado Trans-Pacífico, el TPP.
A 10 años del No al ALCA, la ofensiva del secretismo vuelve con el TPP, demostrando que la lógica neoliberal del capitalismo de ésta época es profundamente antidemocrática.
De hecho, el capitalismo está reñido con la democracia, sea por las negociaciones secretas de los tratados de libre comercio, como por los acuerdos empresarios, caso de YPF con Chevron, ahora con disposición de la Corte Suprema para hacerse públicos.
El capitalismo no conjuga con la transparencia y por eso promueve democracias restringidas que sólo contemplan los intereses del poder económico, que en este tiempo son los de las corporaciones transnacionales, asistidas por los Estados de origen y de aquellos Estados que disputan la radicación de inversiones externas.
Resulta curioso confirmar como los Estados Nacionales son los que discuten, en secreto, los tratados comerciales, de liberalización de la economía. El propósito apunta a favorecer las demandas y condiciones de los grandes monopolios transnacionales.
En el TPP destacan las presiones de las corporaciones farmacéuticas que pujan por privilegios a sus marcas por encima de los genéricos. Defienden sus derechos de propiedad intelectual, afirmando la lógica por el derecho a propiedad que sustenta el orden capitalista.
No sólo propiedad de patentes, sino también derechos de autor y con ello el control sobre internet. El programa de la liberalización sostiene hoy una fuerte ofensiva para condicionar cualquier variante en el gobierno de la Argentina o de la región.
El libre comercio se agotó hace siglo y medio con la aparición de los monopolios. Sin embargo, el debate de ideas que genera sentido común mayoritario aboga por la libertad de comercio, el libre cambio y la libre competencia, como si ello fuera posible en tiempos de la dominación monopólica de las corporaciones transnacionales.
Se trata de un tema clave cuando se piensa en la dominación del modelo productivo y de desarrollo en la Argentina y en Nuestramérica, algo que se pone en juego en momentos de discusión electoral y de politización de la sociedad. Aunque no necesariamente ésta sea la agenda de discusión y muchas veces se agota en el debate sobre el mal menor, o quién es peor en este sentido.
La hipoteca de la institucionalidad de los 90
El programa de las transnacionales es la liberalización y se canaliza por variados mecanismos institucionales y jurídicos que atan a los países a la lógica del libre mercado, aunque insistamos que ello es un sinsentido en la era de la dominación transnacional.
Los años 90 fueron prolíficos en la suscripción de esta juridicidad que hipoteca a los países a la lógica capitalista del ilusorio libre mercado. Es el tiempo del ingreso a la política de Macri y de Scioli, ambos de la mano de Menem. Las políticas neoliberales de los 90´ generaron cambios estructurales regresivos, que al no modificarse condicionan futuros cercanos de restauración conservadora.
Un dato importante es que muy pocos países intentaron en estos años revertir esos condicionantes en momentos de mayor acumulación de poder legislativo y consenso social. Ahora, con mengua en el consenso electoral, ya parece tarde para encarar la tarea, mucho más si se dificultó el proceso de movilización y organización social.
Entre otras consideraciones, una de las cuestiones más discutidas en estas horas remite a la inserción internacional de la Argentina, y por ende, de la región. La sospecha de una nueva ronda de subordinación a EEUU aparece con mucha fuerza.
Claro que también aparece debilitada la iniciativa por una integración alternativa, que incluso desarrolló cierta institucionalidad (ALBA-TCP; UNASUR, CELAC) con escasa acción sobre los asuntos estructurales del orden económico y la producción.
Es más, existen señales en todos los países vecinos para desandar rumbos de profundización de integración regional y reorientar los vínculos con el programa liberalizador. El frustrado intento uruguayo de subirse al TISA estaba en ese camino, como los obstáculos desde Brasil para la nueva arquitectura financiera regional y relocalizada con privilegio hacia China y los proyectos del bloque de los BRICS. En el Mercosur crecen las tensiones variadas que limitan sus aspiraciones de constituirse en bloque para la integración alternativa.
La estrategia del poder imperialista y las nuevas resistencias
Por su parte, EEUU está activo al no superar la crisis mundial disparada desde su territorio en 2007 y empeñado en no habilitar mayor espacio a la acumulación global de poder de otras potencias, máxime luego de los acuerdos entre China y Rusia.
Es la política exterior estadounidense la más interesada en la promoción y extensión del libre comercio, sustentado en la expansión territorial de las empresas transnacionales originadas en ese país.
La orden del día es frenar la expansión y el desafío global de China, mientras intenta condicionar la autonomía que Europa pretendió con la emergencia del euro. Ese es el marco de la subordinación imaginada de nuestros países a su política de liberalización.
Es un problema para la Argentina y para Nuestramérica la situación, ya que el cambio de la situación económica mundial, con caídas de los precios de las comodities de exportación, que favorecieron holgados presupuestos para políticas sociales masivas, parecen agotarse.
La deuda externa aparece como una solución en la agenda de los presidenciables, tanto como la apertura a las inversiones externas, lo que supone la continuidad esencial del modelo productivo y de desarrollo sustentado en la transnacionalización de la economía local, que no es muy distinto de lo que acontece en la región Nuestramericana.
El desafío para la sociedad, especialmente para el movimiento popular, más allá del resultado electoral, pasará por reinstalar un debate de ideas y una densidad social organizada y en lucha contra el discurso y las acciones por el libre comercio, la libre competencia y el libre cambio, y así habilitar condiciones de posibilidad para avanzar en el cambio político y en el imprescindible campo de la economía, la gran asignatura pendiente de este tiempo histórico.
Sobre el cierre de la Conferencia de CLACSO pude ser comentarista de una conferencia de Theotonio dos Santos sobre Democracia y Socialismo en el Capitalismo Dependiente.
Con la trayectoria del teórico de la Dependencia se pudo reinstalar una discusión actual sobre la ilusión del “fin del socialismo” que las clases dominantes pretendieron instalar en los 90´, y la necesidad y el desafío para el pensamiento crítico por discutir el capitalismo actual y prefigurar las luchas presentes y futuras por el socialismo.Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=205640

Más aún la intervención del Estado para garantizar los súper negocios de los grandes capitales locales e imperialistas, hoy y después del balotaje será para continuar con esa seguridad jurídica estigmatizando a las izquierdas anticapitalistas. También se procura proseguir con la impunidad de los altos funcionarios en la política de desmantelamiento del Estado social que es el fomento de la deuda eterna.


 ♣Intelectuales y académicos por Scioli, contra el voto en blanco


10 de noviembre de 2015

Por Rolando Astarita
Por estos días recibí un mail enviado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, con la resolución de su Consejo Directivo llamando a apoyar a Scioli en el balotaje. En ella se alerta sobre el riesgo “del retorno a políticas neoliberales, privatistas y excluyentes de las mayorías populares”. Por eso decide convocar “a la comunidad educativa a defender las conquistas” y “alertar sobre probables políticas de ajuste y mercantilización, inspiradas por el explícito neoliberalismo de uno de los proyectos en pugna en el balotaje electoral”. Se trata, sigue el texto, del mismo neoliberalismo “que sumió en la pobreza material y cultural a millones de argentinos hasta llegar a la crisis sin precedentes de 2001”. Se informa también que la resolución tuvo el apoyo “de todas las expresiones políticas representadas, a excepción de los consejeros del Partido Obrero”.
También en la Universidad de Quilmes se hizo circular entre los alumnos y docentes un mail en el cual el Departamento de Economía y Administración convoca a apoyar al candidato oficialista. “[C]omo integrantes de la comunidad de profesores, investigadores, estudiantes, graduados, becarios y personal administrativo y de servicios de la Universidad Nacional de Quilmes, consideramos necesario manifestar públicamente nuestra posición sobre las perspectivas de país que se abren para los próximos cuatro años”, afirma. El eje del argumento es la mejora del presupuesto para las universidades, y la UNQUI en particular.

Dado que en otras notas he presentado argumentos a favor del voto en blanco, es obvio que no me siento representado por ninguno de estos comunicados (doy clases en ambas facultades desde hace años). Reafirmo entonces lo que escribí en otras notas: desde una perspectiva socialista no hay ninguna razón para preferir a Scioli o Macri. El viejo criterio del marxismo –véase aquí– se aplica a la actual situación. Los trabajadores no ganan nada apostando a pequeñas y sutiles diferencias entre los candidatos, tan sutiles y pequeñas, que hay que buscarlas con lupa. Agregando que el estatismo burgués cumplió, a lo largo de estos años, un rol reaccionario con respecto a la clase trabajadora de conjunto (véase aquí).

Pero la campaña para votar por izquierda al candidato oficialista está con las velas desplegadas. Y los que nos oponemos, somos considerados poco menos que traidores a la patria. Además, cualquier tipo de argumento parece servir. Como botón de muestra: un reconocido intelectual de izquierda, Atilio Borón, llama a votar al oficialismo, entre otras razones, porque Scioli “muy probablemente seguirá con la política kirchnerista de no reprimir la protesta social. Y no me parece que para cualquier militante de izquierda esta sea una diferencia insignificante” (https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1059493484102915&id=158512757534330). Aunque Scioli afirma que tendrá “tolerancia cero hacia los piquetes”. ¿Cómo cuadra con el argumento Borón? Vaya uno a saber. ¿Quieren otro argumento estilo “sociología Borón”? Pues que Scioli viajó a visitar a Fidel Castro, en tanto Macri llamó por teléfono al embajador de EEUU (sic). ¿Y los delegados de Scioli a la asamblea del FMI, a sondear en Wall Street y Washington el ambiente? Nada, Borón nos va a decir que Beim y Urtubey andaban de vacaciones. Pero… ¿y si aplicamos el criterio “recibir apoyo de Castro” a Videla, Idi Amin, Mengistu, Sassou-Nguesso, Mugabe y personajes semejantes? Entonces nos van a responder que esa actitud mental es propia de quien “vomita su odio contra las revoluciones realmente existentes” (sic, cualquier parecido con el argumento tradicional del stalinista tradicional no es casualidad). Con la conclusión, lógica en las concepciones nacional-stalinistas, de que la izquierda que llama a votar en blanco es “aliada del imperio”. Y así discurren los discursos de los oportunismos de toda la vida.
En cualquier caso, y a los efectos de colaborar a la elaboración de futuros, sesudos y esclarecedores comunicados de las altas autoridades académicas de las facultades en las que trabajo, y de los intelectuales afines, aquí van algunos datos de complemento.

Salarios
En 2011 el salario real promedio en Argentina era más bajo que en 2001. Con un índice 100 en 2001, en 2011 se ubicaba en 98,9. El dato lo presenta Emiliano López, “La situación económica de las clases subalternas en la Argentina post-neoliberal (2003-2011)”, en Cuadernos de Economía, Año 1 Nº 1, octubre 2014. López elaboró el índice en base a datos del INDEC, Ministerio de Economía y Finanzas, CENDA y Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Deflactó los salarios reales hasta el año 2006 con el IPC-GBA del INDEC; entre 2007 y 2011 utilizó el índice de 7 provincias construido por CENDA (era dirigido por Axel Kicillof). Y desde 2011 hasta la actualidad el salario promedio se ha estancado.
También en el estudio citado se muestra que en 2011 los trabajadores pobres eran el 15,7% del total. Esto resultaba de tomar como parámetro los trabajadores que recibían un ingreso familiar menor de la Canasta Básica Total calculada por el INDEC. La proporción de trabajadores que recibían en 2011 ingresos por debajo del salario mínimo vital y móvil vigente en ese año era el 43,7%. En 2011 los salarios de los trabajadores públicos habían bajado, con respecto a 2001 (índice 100) a 71,16 (trabajo citado). ¿Hay que recordar que los salarios de estos trabajadores dependen directamente del Estado?
Agreguemos que, según el INDEC la mediana del salario es $5500. Aunque todo hace pensar que el organismo “infló” los ingresos de los trabajadores informales (habrían aumentado más que los ingresos de los trabajadores formales, en condiciones de estancamiento de la economía).

Trabajo precarizado
El empleo no registrado como por ciento del total fue del 33,9% en 1993; 37,5% en 1998; 34,3% en 2011; 34,4% a fines de 2014, según datos del INDEC. Esto significa que hoy hay 4,1 millones de trabajadores en condiciones de informalidad (considerando como tales los que no realizan aportes previsionales; aunque hay más formas de trabajo precario). Esta cifra no toma en cuenta a los cuentapropistas que tienen empleos en negro; según estimaciones privadas, si se incluye estas personas, el trabajo precarizado llega al 42%. De manera que el número de trabajadores en condiciones precarias rondaría, en total, los 7 millones. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, en 2013 el 49% de la población ocupada no tenía aportes provisionales; esto daría 7,9 millones de trabajadores precarios (insistiendo que existen otras formas de trabajo precario).

Pobreza
En 1999, esto es, al final de la presidencia de Menem, el índice de pobreza era del 26,7%. Según el Índice Barrial de Precios, la canasta básica que define el nivel de pobreza era, en septiembre 2015, de 7377 pesos mensuales para una familia tipo. La Canasta Básica Alimentaria era de 3250 pesos. Usando esta metodología, el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales, (CIPPES) ubica el nivel de pobreza, en el segundo trimestre de 2015, en el 26,7% y el de indigencia en el 5,5%.
Según Jorge Sola coordinador del Observatorio de Datos Económicos y Sociales de la CGT, la cifra de pobres en el país es de 12 millones de personas; teniendo en cuenta que el mínimo para una familia tipo (4 integrantes) es de $8600. Para el Observatorio Social de la UCA la pobreza en 2014 alcanzaba al 28,7% de la población, que equivale a casi 11,5 millones de personas. De acuerdo a la CTA oficialista, en abril de 2014 la pobreza era del 17,8% de la población, 7,5 millones de personas; estimaba la canasta de pobreza, en 4267 pesos.
Según la Comisión Técnica de la Junta Interna de ATE-INDEC, usando la metodología tradicional que venía utilizando el organismo antes de la intervención, y solo corrigiendo los precios de los productos, la pobreza alcanza al 25,1% de la población y la indigencia al 5,6%. De acuerdo a Cynthia Pok, si se hacen los ajustes metodológicos y se incluyen otros productos de consumo necesarios, hay un 44% de pobres y un 11,3% de personas que no alcanzan a cubrir la canasta alimentaria

Situación en el sector de la salud
Como complemento de lo anterior, presento extractos de una carta abierta dirigida a Scioli y Macri por el Consejo Ejecutivo Nacional de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa), que acaba de publicarse, en la que plantea que el debate presidencial no puede eludir los temas sanitarios. Reproduzco las partes que se refieren al diagnóstico de la situación en salud.
“Los indicadores de salud colectiva reflejan una situación social que marca la persistencia de severos déficits, no superados durante el ciclo de crecimiento económico que comenzara en el 2003 y que hoy se encuentra detenido.
No ha habido mejorías sustanciales en indicadores sensibles que hacen a la situación socio sanitaria: niños y niñas bajo la línea de pobreza, niños y niñas bajo la línea de indigencia, tasa  de mortalidad infantil, tasa de mortalidad materna y embarazos adolescentes. Podemos afirmarlo a pesar de las dificultades para el diagnóstico producidas por la tergiversación cuando no destrucción de las estadísticas oficiales. (…)
La Argentina gasta en salud entre el 8,5 y el 10% del PBI. La deformación de las estadísticas públicas impide hoy tener valores confiables y precisos. El sector público consolidado (nación, provincias y municipios) invierte solo el 2,6% del PBI, es decir, del 25 al 30% del gasto total en salud. El 85% de ese gasto lo siguen aportando las provincias. El gasto de bolsillo de la población (medicamentos, insumos, aranceles, seguros privados, copagos) supera el 40%. El sistema público de salud en la Argentina cuenta con 1.500 hospitales y 6.000 unidades sanitarias. El sistema posee 70.000 camas de internación (52.000 menos que al finalizar la gestión de Carrillo en 1954).
Los planes focales, aplicados verticalmente como paquetes promovidos por los organismos financieros internacionales, no han solucionado los grandes problemas de la salud.
No mejoraron las tasas de mortalidad infantil y materna. El Plan Remediar no disminuyó el gasto de la población en medicamentos. El Plan Nacer y luego el SUMAR no impactaron positivamente en las tasas sanitarias y agravaron la precarización laboral.
Las tercerizaciones y las privatizaciones fragmentaron y debilitaron al sistema público de salud, sin ofrecer respuestas.
Un ejemplo paradigmático ha sido el fracaso de la privatización del Hospital Materno-Infantil de Salta.
El Sistema de Formación de Posgrado se encuentra en crisis.
El síntoma más elocuente es que no se cubren más del 25% de los cargos en las Residencias del equipo de salud.
Situación de los trabajadores de la salud.
En la Argentina, en el Sector Público, trabajan 300.000 agentes (profesionales, técnicos, administrativos y personal de apoyo). Siendo la salud una actividad relacional de índole humano-intensiva (gente que atiende gente), la situación de los trabajadores se convierte en un nudo crítico de las políticas sanitarias.

El 30% de la fuerza laboral está precarizada, con provincias que alcanzan el 80% (San Luis) o superan el 50% (Santiago del Estero, Formosa). El principal programa del Ministerio de Salud de la Nación, el plan de médicos comunitarios, hoy en vías de reconversión, tiene al 100% de su fuerza laboral precarizada, con bajos sueldos y cobro irregular. En el Hospital Posadas se encuentran precarizados el 70% de los profesionales. La situación persiste a pesar de la desprecarización de treinta mil trabajadores de todo el país gracias a la lucha de las regionales de FESPROSA.
En muchos casos los salarios se encuentran por debajo del valor de la canasta familiar regional (canasta básica total), y en algunas provincias, como Santiago del Estero, por debajo de la canasta alimentaria. La baja tasa de sustitución del salario por el haber previsional (40%) lleva al envejecimiento de los planteles, dado que los trabajadores postergan al máximo el momento de su jubilación.

Las condiciones laborales antes descriptas, el deterioro edilicio y la violencia intra y extra institucional, conforman un cuadro que impacta negativamente en la salud de los trabajadores de la salud. Hoy se reconoce al desgaste laboral crónico y los riesgos psicosociales como parte del propio proceso de trabajo en salud. (…) En el orden nacional no existe una instancia de negociación colectiva entre el Estado y sus trabajadores. A ello se suma la ausencia de instancias de negociación en muchas jurisdicciones provinciales y municipales, unida a la falta de libertad sindical”.

El deterioro del medio ambiente impacta negativamente en la salud colectiva
El 5 de junio de 2015, varias ONGs, colectivos sociales del país, Cátedras de la Universidad Pública y profesionales de la salud, el derecho, las ciencias sociales y agrarias realizaron una presentación ante el SENASA a fin de que inicie el procedimiento de Análisis de Riesgo de todos los registros con el principio activo Glifosato, conforme lo establece el Punto 3 del Capítulo 18 de la resolución SENASA 350/1999. El glifosato fue declarado como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” (Grupo 2A) por el informe del mes de marzo de 2015 del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, órgano que actúa dentro del marco de la Organización Mundial de la Salud. Las evidencias epidemiológicas en los pueblos fumigados y la resolución de la OMS hacen necesarias  la prohibición inmediata del glifosato y el 2,4D.
La “Megaminería a cielo abierto” es una de las más devastadoras formas de extracción de materias primas minerales (oro, plata y cobre principalmente). Tiene enorme impacto negativo a nivel ambiental, social, económico y cultural. Sus efectos más nocivos son el agotamiento del agua, la contaminación de los bienes comunes, la pérdida de la biodiversidad, la destrucción del paisaje y la destrucción de las economías regionales. La utilización y liberación de sustancias tóxicas constituye un grave riesgo para la salud de la población, como acaba de demostrarse en Jachal”.

Todo esto se da en tanto en la última década el país recibió una extraordinaria renta, producto de la suba de los precios de las materias primas. Según cálculo de El Cronista Comercial, solo lo recaudado por retenciones en 14 campañas equivale a 149.458 millones de dólares.
Sin embargo, no se generó ningún cambio significativo en la estructura económica: la misma sigue siendo la típica de un país dependiente y tecnológicamente atrasado. Incluso los principales  pilares del crecimiento –el complejo sojero, el complejo maicero, la megaminería y el complejo automotriz- son herencias del menemismo (en el cual participaron, además, tantos y tan destacados miembros del actual gobierno, empezando por los Kirchner y el propio Scioli). Aunque para algunos destacados intelectuales de izquierda, lo que importa es que Scioli le haya dado la mano a Raúl Castro. Como decía Hegel, la medida de un espíritu la da aquello en que se satisface.
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 Deuda pública y presupuesto 201626 de septiembre de 2015

Por Héctor Giuliano
En síntesis, un proyecto de presupuesto prácticamente irrestricto o cuasi-ilimitado en materia de nueva deuda pública, que deja así preparado otra vez el terreno de ampliación de la nueva ola de macro-endeudamiento público que ya ha comenzado bajo la administración Kirchner. 
Éste es el programa concreto que el gobierno K deja abierto al presidente electo que lo suceda y ello explica también la coincidencia de fondo de los tres candidatos en danza – con sus respectivos equipos económicos – en torno a que toda decisión importante de sus gestiones sea siempre la misma: más Deuda.

La clave para entender esta complicidad en el proceso de re-endeudamiento y toma de nueva deuda reside en comprender el verdadero rol cumplido por la deuda intra-Estado, que el actual gobierno llevó a cabo durante la denominada “década ganada” a través de su política de pago de deuda externa con reservas internacionales – hasta vaciar de reservas propias al BCRA - y del empapelamiento con títulos impagables a los organismos oficiales, disfrazándolo con el mito del Des-endeudamiento.

El gran engaño a la opinión pública y su destinatario concreto, que es el Pueblo Argentino, consiste en que todos parten de la base que como más del 60 % de la Deuda es deuda intra-Estado, esa deuda no se pagará nunca y, consecuentemente, la Argentina podría acceder al mercado internacional de capitales para volver a endeudarse.
 
Producido así - bajo la gestión del gobierno Kirchner – la descapitalización del Banco Central (BCRA), el desfinanciamiento del Sistema Previsional (ANSES), el uso del Banco Nación (BNA)  para derivar créditos del Sector Productivo al Sector Público y el citado empapelamiento generalizado de los organismos del Estado con títulos públicos para sostener con todo ello la política de pagos de la Deuda Pública con terceros (Acreedores privados y Organismos Financieros Internacionales) se cuenta entonces con que el camino quede allanado para volver a tomar Deuda Externa en gran escala.

La deuda intra-Estado habría cumplido, de este modo, el rol de “préstamo-puente” interno para descargar la mayor parte de la deuda con terceros a costa de pasarle el fardo de la gran deuda impagable al propio Estado deudor – sin capacidad de repago – para que el país retorne al mercado externo de deuda conforme los objetivos planteados en el Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 y la Hoja de Ruta Boudou de 2008.

En este contexto la administración Kirchner - a través de su manejo de la deuda pública durante la “década ganada” - habría prestado, en las postrimerías de su gestión, uno de los más grandes servicios funcionales a los intereses de la banca internacional en el marco del sistema de endeudamiento perpetuo del Estado Argentino.

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