Editorial de Revista
Sudestada
Año15/Nº 140/noviembre-diciembre 2015
Esquirlas del
presente
En cuestión
de horas, el escenario político parece haberse resquebrajado. El impacto
electoral reabrió en los medios el
espacio para especuladores de la rosca, astrólogos de la realidad y
encuestadores en busca de la credibilidad perdida. Lo singular es que todos
ellos insisten en poner el acento en aquello que diferencia a los principales
candidatos, y casi nadie señala algunas sugestivas similitudes
En
cuestión de horas, el escenario político parece haberse resquebrajado. El
impacto electoral reabrió en los medios
el espacio para especuladores de la rosca, astrólogos de la realidad y
encuestadores en busca de la credibilidad perdida. Lo singular es que todos
ellos insisten en poner el acento en aquello que diferencia a los principales
candidatos, y casi nadie señala algunas sugestivas similitudes programáticas.
Por ejemplo, los tres referentes conservadores defienden una política de
"seguridad" respaldada en la multiplicación de la policía del
"gatillo alegre y la mano en la lata" –según la vigente definición de
Rodolfo Walsh– como fuerza de choque en los barrios populares, pero ninguno de
ellos asume la cruda verdad: el narcotráfico sigue siendo un negocio bajo el
control de los uniformados; la estigmatización del joven y del pobre se ha
profundizado en la última década y la corrupción es un cáncer que transformó a
la institución policial en la más poderosa banda delictiva del país.
Otra
coincidencia de esa hidra de tres cabezas fue el disciplinamiento a la línea
bajada desde el Vaticano: Bergoglio digita gran parte de las estrategias
partidarias, por eso se profundiza un brusco contraste entre una Iglesia oscurantista
y retrógrada con inédita influencia política (impuso hasta consignas en la
última campaña), y un movimiento de mujeres cada vez más activo y protagónico,
que insiste de modo militante en defender el aborto legal, seguro y gratuito
como derecho impostergable y, al mismo tiempo, como freno ante una tragedia
mirada con indiferencia por el Estado: la principal causa de muerte materna en
Argentina siguen siendo los abortos clandestinos.
La
lógica extractivista y la dependencia con el modelo sojero son otros elementos
que cuentan con el consentimiento de las principales referencias electorales:
los funcionarios provinciales actúan como representantes de los intereses de
las grandes corporaciones mineras, y la abultada billetera de gigantes como
Barrick Gold logra mantener en silencio al periodismo cómplice ante casos como
el acontecido, semanas atrás, con el derrame de cianuro en Jachal, San Juan.
Del mismo modo, siguen sin escucharse voces disonantes ante la consolidación de
la Patria Sojera
y sus socios agrotóxicos, con Monsanto como emergente incuestionable.
Los que
hoy se rasgan las vestiduras por las esquirlas que desparramaron las urnas,
ayer no se ruborizaban cuando barrían la mugre debajo de la alfombra: la lógica
oportunista de apelar siempre al "mal menor", de sustentar cualquier
candidatura en la consigna "el otro es peor", de someterse al
verticalismo mudo y no incentivar el debate interno, son parte de un proceso
que incluyó no inquietarse nunca ante el vertiginoso corrimiento hacia la derecha
de sus referentes, y por ese motivo no terminan de asimilar las lecciones de un
presente que ellos mismos ayudaron a engendrar.
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