"En Kurdistán se dan auténticas
condiciones para una revolución popular"
1 de noviembre de 2015
1 de noviembre de 2015
La experiencia de autogobierno en Rojava, el Kurdistán sirio, y la
complicidad de Turquía con el Estado Islámico son dos de los temas que
abordamos en profundidad con Mahmud Colak.
Por Jose Durán Rodríguez/Periódico
Diagonal. Foto: Álvaro Minguito
Mahmud Colak Zerdesti es el representante ante el Parlamento
Europeo del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK) en el exilio. Está de visita
en España para denunciar la connivencia de Turquía con Estado Islámico y para
dar a conocer la experiencia de autonomía democrática que vive Rojava, el
Kurdistán sirio.
El jueves 29 de septiembre fue recibido por el grupo de la Izquierda Plural
en el Congreso y el domingo 1 de noviembre acudirá a la concentración convocada
en Madrid frente al ministerio de Exteriores, coincidiendo con la celebración
de las elecciones en Turquía.
¿Cómo es la situación ahora mismo en Rojava?
Desde hace tres años, en Rojava, el Kurdistán de Siria, se aplica
un modelo de confederalismo democrático como solución de los problemas, tanto
nacionales como étnicos y religiosos en los tres cantones principales, Kobane,
Cizire y Efrin. Los regímenes dictatoriales de la región, fundamentalmente los
regímenes colonialistas que han dividido Kurdistán, están muy preocupados por
este modelo y creen que va a tener efectos sobre sus respectivas poblaciones
también. Si este modelo tiene éxito y logra ser una alternativa, podría poner
fin a la violencia, a la guerra y a los conflictos étnicos que fueron
fomentados sobre todo después de la I Guerra Mundial.
El estado turco constantemente provoca la situación y hace todo lo
posible para que fracase esta experiencia, apoyando a los terroristas del
Estado Islámico (EI). En la frontera con Turquía han abierto campamentos
militares en los que forman y adiestran a los miembros de EI. De hecho,
reclutan gente en el Kurdistán norte entre los jóvenes turcos y kurdos para que
se incorporen a EI. Luego vuelven como suicidas que cometen masacres como las
tres sucedidas últimamente, antes de las elecciones turcas y después, el 24 de
junio y el 20 de julio. Sabemos que los servicios secretos turcos estuvieron
detrás de este último, con el objetivo de desestabilizar la zona para que el
problema kurdo no se resuelva de manera política pacífica.
¿Cuáles son los mayores problemas de Rojava?
Hay una masiva emigración hacia Europa, consecuencia de los ataques y bombardeos de EI con el apoyo del estado turco y los estados regionales. El principal problema es que no hay escuelas, fueron destruidas; hay también un problema de escasez de agua. Hay mucha solidaridad desde todo Kurdistán hacia Rojava, no sólo por ser kurdos sino por humanidad. Y no sólo desde Kurdistán: con el asedio de Kobane hubo una gran movilización internacional. Hay una gran resistencia contra la barbarie de EI, que quiere exterminar a los kurdos.
Hay una masiva emigración hacia Europa, consecuencia de los ataques y bombardeos de EI con el apoyo del estado turco y los estados regionales. El principal problema es que no hay escuelas, fueron destruidas; hay también un problema de escasez de agua. Hay mucha solidaridad desde todo Kurdistán hacia Rojava, no sólo por ser kurdos sino por humanidad. Y no sólo desde Kurdistán: con el asedio de Kobane hubo una gran movilización internacional. Hay una gran resistencia contra la barbarie de EI, que quiere exterminar a los kurdos.
Lo más grave es que hoy en día hay más de cinco mil mujeres kurdas
en manos de EI, sometidas a todo tipo de violencia, que las vende como
esclavas. Hay varios aspectos de estos problemas, económicos, sociales, militares…
El EI recibe todo tipo de armas de Turquía y otros países del golfo Pérsico. La
resistencia kurda ha recibido una gran simpatía, desde Europa a Australia o
Canadá.
¿Cómo está funcionando la experiencia de autogobierno en este
ambiente?
Hay asambleas populares establecidas en estos cantones y su gran
éxito es que respetan la existencia y los derechos de todos los grupos étnicos
que se encuentran allí: kurdos, turcomanos, árabes, cristian os,
asirios, kurdos yazidíes, chiítas, alauitas,… todos se ven representados. Desde
diferentes regiones de Siria han llegado árabes alauitas y sunitas que han
huido de los ataques de EI y del ejército baasista.
En la aplicación del sistema hay dificultades: están cercados,
bajo un embargo. El ejército turco ha bombardeado últimamente las posiciones de
las Unidades de Protección Popular (YPG) en Yezire. A pesar de todas estas
dificultades, el modelo está siendo una alternativa de fraternidad para los
pueblos de la región.
¿Este modelo de confederalismo democrático se está intentando
aplicar también en el Kurdistán turco?
Pensamos que este modelo sería una solución ideal para todos los
países de Oriente Medio, no sólo Kurdistán. Hay dificultades porque los estados
de la región son antidemocráticos, tiránicos, no toleran que la gente tenga una
auto-administración, y surgen conflictos por ello. Hace poco hubo
enfrentamientos directos en la calle entre la población civil kurda y la
policía turca. También el ejército turco ha bombardeado los cementerios de los
guerrilleros kurdos y las comarcas en las que había más manifestaciones y
protestas.
Pero la gente está decidida a establecer ese autogobierno, ese
confederalismo democrático. Si el estado acepta, vamos a compartir el poder.
Pero si no lo hace, los kurdos se verán obligados a construir su propio
sistema, porque los estados actuales no respetan nuestros derechos, todo lo
contrario. En Rojava ya se aplica y en otras partes de Kurdistán sigue la lucha. No es nada fácil
pero sería la única forma de resolver los problemas.
¿Cómo está Kobane tras el asedio de EI?
Tras la liberación de Kobane y Yezire por parte de las mujeres, el
estado turco entró en pánico e introdujo a los terroristas para realizar la
segunda masacre de las que hablaba antes. Ahora hay intentos de reconstrucción
porque Kobane resistió pero no ha quedado piedra sobre piedra. Quienes han
podido volver están reconstruyendo casas, hospitales, escuelas, quitando
escombros, refugios para mujeres,...
Lo más importante es que haya estabilidad y la gente pueda
reconstruir Kobane. Una vez termine la guerra, acabemos con los ataques
terroristas de EI y neutralicemos al estado turco y a otros estados que están
en pánico con este modelo, se verá que en poco tiempo los pueblos vivirán en
armonía. Allí no se discrimina a nadie. De hecho, antes de la entrada de la
modernidad capitalista en Oriente Medio, los pueblos de la región vivían en
convivencia y armonía, no hubo nunca masacres a esta escala. Muchos pueblos
perdieron sus valores materiales y morales, incluso sus lenguas, tras la
entrada de estos estados títeres del imperialismo que dividieron al Kurdistán.
¿Cuál es la posición del régimen sirio con respecto a Rojava?
El régimen sirio ve que los kurdos resisten heroicamente,
defienden al país, no quieren una división, no pretenden crear un
estado-nación,… las autoridades sirias reconocen esa gran resistencia.
No obstante, todavía hay una gran desconfianza por parte de los
kurdos porque existe la preocupación de que una vez sea eliminado el EI y si se
restablece el régimen sirio, éste ataque a Rojava y no reconozca la existencia
y derechos del pueblo kurdo. Éste es un gran peligro.
¿Hay todavía combates en Rojava por la guerra civil siria?
Al principio de la revolución en Siria, ningún movimiento kurdo
pidió el derrocamiento del régimen ni un conflicto civil. Todo el mundo se
manifestó democráticamente, por sus derechos como pueblo, también los kurdos.
Pero el régimen sirio machacó estas demandas de una manera brutal. Si el
régimen sirio hubiese reconocido las demandas democráticas de los pueblos de
Siria, no habría habido ni 400.000 muertos ni millones de personas desplazadas
ni refugiadas.
El problema de la emigración se ha de resolver con una política
íntegra, de reconocimiento de los derechos de todos los pueblos, para que la
gente no se vea obligada a abandonar sus tierras. Nosotros criticamos la
política de la UE, que da miles de millones de euros a Turquía, a Erdogan, para
frenar la llegada de refugiados. Pero estos refugiados están en Kurdistán, y el
pueblo les está ayudando, llevando comida, y oficialmente parece que es Turquía
quien les atiende.
¿Cuál debería ser el papel de la comunidad internacional, de la
UE, con respecto a Kurdistán?
Se debería reconocer la existencia de cuarenta millones de kurdos,
que no tienen ningún estatuto. La comunidad internacional se debería centrar en
eso, organizar una conferencia en la que participaran representantes kurdos y
pudieran proponer una solución democrática. No defendemos un estado-nación
porque los estados-nación en el mundo en general, y en Oriente Medio en
particular, hasta ahora han profundizado aún más los problemas. Lo que los
kurdos proponen es una autonomía democrática, que se les reconozca su
existencia, sus derechos culturales y nacionales.
¿Hay conciencia en Europa de la complicidad entre EI y Turquía?
No está en el nivel que esperamos, aunque cada vez hay más. La
manipulación del estado turco es muy grande. Da la imagen de que lucha contra
EI pero en realidad bombardea las posiciones kurdas. Mucha gente no sabe que EI
tiene campamentos militares y hospitales en Turquía. Tampoco saben que los
servicios secretos turcos fomentan que los jóvenes simpaticen con EI. Esto
requiere que hagamos más trabajo de sensibilización con la gente.
¿Qué papel juegan las mujeres en este movimiento en Rojava?
El movimiento de mujeres kurdas es el más grande en Oriente Medio,
en varias dimensiones: tanto la presencia militar, la resistencia guerrillera
como en los movimientos sociales, políticos y culturales.
Quien está resistiendo y plantando cara contra EI en Rojava son
las Unidades de Defensa de Mujeres, con mujeres kurdas y otras que se
incorporan porque no quieren ser esclavizadas por esta barbarie. Las mujeres
desempeñan un papel fundamental en la resistencia y han creado una gran esperanza
para las mujeres de otros grupos étnicos de la región, que siguen muy de cerca
y esperan que este movimiento se extienda y las mujeres se liberen de la
opresión y tiranía no sólo de EI sino de los estados-nación que aplastan a las
mujeres en Oriente Medio, no reconocen sus derechos, en algunos países ni
siquiera pueden votar o conducir. Una vez que nos salvemos del fascismo de EI,
la tarea será salvarnos de la tiranía de las políticas de los estados-nación de
la región.
¿Qué esperáis de las elecciones del domingo en Turquía?
Damos una gran importancia a las urnas, a las elecciones
democráticas. El Partido Democrático de los Pueblos (HDP) obtuvo 80 diputados
en las elecciones generales del 7 de junio y ahora esperamos que saque más de
100 parlamentarios, un porcentaje alto. El objetivo del gobierno turco es hacer
que el HDP se quede fuera del Parlamento para robar los votos de los kurdos y
demócratas. Lo que quiere Erdogan es establecer un sistema presidencial.
Lo que esperamos es que, tras las masacres y políticas sucias del
estado turco, los demócratas en Turquía se incorporen a este movimiento,
teniendo en cuenta que no hay sólo candidatos kurdos en el partido sino también
turcos, asirios y movimiento de mujeres, con mucha participación en estas candidaturas.
Queremos que el HDP tenga presencia y pueda participar en alguna
eventual coalición democrática. Eso sería una gran suerte para la resolución de
los problemas de Turquía.
¿Por qué la política de Erdogan es tan extrema hacia los kurdos?
Erdogan quiere ser un caudillo, considera que su situación de
Presidente de la República no es suficiente. En los últimos noventa años han
hecho todo lo que han querido con los kurdos: masacres, vejaciones, destrucción
de aldeas, deportación de cientos de miles de kurdos, encarcelamientos,…
Pero los kurdos de ahora no son como los del siglo XX, ahora no
van a poder aplicar todo tipo de políticas arbitrarias contra ellos. Hoy en
día, en Kurdistán se dan auténticas condiciones para una revolución popular. En
este siglo de informática y tecnología, todo lo que se hace allí se revela
enseguida y hay mucho ambiente de solidaridad con el pueblo kurdo en todo el
mundo.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article10964
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Turquía: las elecciones del 1° de
noviembre y el contexto político
31 de octubre de 2015
31 de octubre de 2015
Tras
el atentado del 10 de octubre que dejo cerca de un centenar de asesinados, este
domingo se desarrollaran elecciones nacionales en Turquía. Los comicios estarán
atravesados por un creciente conflicto social. El gobierno de Erdogan ha
tratado de desacreditar a las fuerzas
progresistas y de izquierdas reunidas en el HDP mientras reprime a las
experiencias de autogobierno en zonas kurdas.
Por
Pablo Mestrovic para
ANRed
El atentado del 10 de octubre en Ankara que dejó alrededor de un
centenar de muertos constituyó una muestra más de la creciente alianza e identificación del gobierno
de Recep Tarcip Erdogan con el ISIS. El Estado turco, por
supuesto, intentó esquivar la responsabilidad del hecho y aún, en una clara
muestra de cinismo, atribuir su autoría al movimiento insurgentes kurdo PKK.
El panorama político de Turquía en la víspera de las elecciones
del domingo se caracteriza por el fracaso de los
intentos del gobierno de Erdogan por desacreditar a las fuerzas progresistas y
de izquierda representadas por el Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
Ante la imposibilidad de obtener la mayoría parlamentaria que le permitiría
formar gobierno, el AKP ha recurrido a
una política de polarización tendiente a conducir a Tuquía a una situación de
guerra civil. En esta política se enmarca los atentados de
Suruc del 20 de julio, las operaciones “antiterroristas” dirigidas en realidad
contra la izquierda y el movimiento de liberación nacional kurdo y el atentado
del 10 de octubre en Ankara.
El fracaso de la política del AKP se demuestra en las encuestas
electorales, que en todos los casos, incluso las llevadas a cabo por agencias
vinculadas al partido gobernante, muestran un resultado para el HDP por encima del piso del 10% requerido para
entrar en el parlamento. Asimismo, la mayoría de las encuestas ubican los
resultados para el AKP en torno al 40%. El HDP, en tanto y aunque quedaría
disputando el tercer lugar en cantidad de votos con el MHP, de extrema derecha,
aumentaría su caudal de bancas respecto a las elecciones de junio debido a las
características del sistema electoral turco y quedaría decididamente en tercer
lugar (link a la nota sobre las elecciones del 7 de junio).
Además de la casi segura imposibilidad del AKP de formar gobierno
después de las elecciones a no ser que se diera una alianza con el MHP (en cuyo
caso se trataría de uno de los gobiernos políticamente más reaccionarios de la
historia de Turquía, ya que el MHP no gobernó nunca, a pesar de ser utilizado
por el Estado como fuerza parapolicial contra la izquierda en los años ’70), el régimen político turco se ha visto
crecientemente desafiado por el movimiento de los autogobiernos. En diversas localidades del Kurdistán
turco y algunos barrios populares de Estambul, Izmir y otras ciudades se han
conformado asambleas populares que han desconocido la autoridad del Estado y
han enfrentado a las fuerzas represivas ( El
ejemplo de Rojava se extiende: autogobierno en el Kurdistán turco [Primera
Parte] ).
Es importante señalar que dado que la reacción del Estado
ha consistido en todos los casos en “sitiar” las localidades en que se había
proclamado el autogobierno, las telecomunicaciones están
cortadas y el acceso a las noticias sobre este movimiento es errático. De todos
modos, en la ciudad de Cizre, próxima a la frontera con Siria, continuaba
funcionando a finales de septiembre la asamblea popular que proclamo el
autogobierno en el mes de agosto. Como parte del ejercicio
del autogobierno, se habían conformado 140 comunas, basadas en el modelo de
confederalismo democrático implantado en Rojava. Asimismo, las
fuerzas de seguridad turcas equipadas con vehículos blindados y francotiradores
(es necesario tener en cuenta que en Turquía la distinción entre las fuerzas
armadas y las fuerzas de seguridad es casi irrelevante en cuanto al armamento),
continuaban reprimiendo durante este mes a la población en las localidades de
Silvan, ubicada en la provincia de Dyarbakir (la ciudad del mismos nombre y
capital de la provincia es la ciudad más importante del Kurdistan turco) y la de Silopi , en la
provincia de Sirnak, adyacente a la frontera siria. En el caso de Silvan, las
fuerzas turcas todavía no han podido retomar el control efectivo de la localidad. Una
muestra de la incapacidad del Estado turco para ejercer un control efectivo
sobre estas localidades viene dada por la solicitud del gobierno al Consejo
Electoral Supremo (YSK) de no llevar a cabo las elecciones en esas localidades
y en cambio instalar las urnas en zonas más “seguras” para que los votantes
concurran a votar si lo desean.
Es importante señalar que se trata de zonas urbanas y no de zonas
rurales liberadas por el PKK y de hecho la organización armada kurda apenas ha
tenido participación directa en la defensa de los autogobiernos, con excepción
de la localidad de Varto. A este contexto
se le suman la huelga de los trabajadores metalúrgicos que comenzó en la ciudad
de Bursa y se extendió a otras zonas industriales. La movilización del 10 de
octubre en que se produjo el atentado en Ankara tenía una fuerte presencia de
los sindicatos y partidos de izquierda, incluso aquellos cuyas bases son
predominantemente de etnia turca. ( Atentado
en Turquía: "No a la guerra, no al fascismo" )
Otro aspecto a tener en cuenta respecto a las perspectivas para
las elecciones del domingo es el quiebre en el consenso entre los partidos
políticos del régimen. El creciente sesgo represivo e islamizante del gobierno
del AKP ha derivado en un acercamiento entre el partido kemalista CHP y el HDP. En diversos medios
turcos, incluidos los cercanos al CHP, como el diario Hürriyet, circulan cada
vez más abiertamente comentarios acerca de una posible cooperación entre ambos
partidos. Esto es muy relevante en virtud de la trayectoria del CHP, que
históricamente había privilegiado la defensa de la tradición kemalista por
sobre cualquier otro criterio a la hora de elegir sus aliados polticos (en la
elección presidencial de 2014 el CHP hizo una alianza con el MHP llevando de
candidato a un dirigente de este último partido).
El resultado más probable de las elecciones del domingo es una
nueva imposibilidad para el AKP de obtener la mayoría y un agravamiento de la
crisis del régimen político turco. Este agravamiento deriva de la tendencia del AKP a reforzar los
aspectos más opresivos del régimen, particularmente en relación con las
minorías étnicas y religiosas y con el pueblo kurdo y de la creciente
resistencia de los sectores de la sociedad turca que rechazan esta tendencia,
particularmente el sector secularista representado por el CHP, la izquierda y
el movimiento obrero y el movimiento de liberación nacional kurdo representado
por el HDP. La crisis puede desembocar
en un crecimiento del movimiento de autogobierno que determine una situación
efectiva de doble poder, al menos en el Kurdistan turco, o bien en la formación
de un gobierno de coalición entre el CHP y el HDP, que tendría
muchos rasgos en común con el gobierno de Syriza en Grecia. En cualquier caso,
este momento histórico marca el fracaso de la experiencia islamista-neoliberal
del AKP.
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