La hegemonía
financiera encamina a la catástrofe
8 de junio de 2016
Por Salvador González
Briceño (Rebelión)
* EUA y UE
van hacia la destrucción, empujan a Latinoamérica también* Privatizaciones, despilfarro de los bienes del Estado para unos pocos
* México a punto del desastre por políticas neoliberales y globalización
La prospectiva nos ayuda a ver no tanto el futuro —porque no es una bola de cristal— como las tendencias a partir de las variables del presente.
El capitalismo moderno que sostienela globalización —capital financiero pero especulativo, de crisis cíclicas que nunca podrá dejar atrás porque anidan en sus entrañas—, no únicamente continúa acelerando las polaridades entre países ricos y pobres, desarrollados y subdesarrollados, explotadores y explotados o los viejos conceptos de primer y tercer mundo.
La globalización de nuestros días está profundizando todas las
contradicciones que antes veíamos claramente sólo entre países o bloques de
países dominantes, y ahora las vemos al interior de ellos mismos —países y
bloques de países desarrollados—,en el llamado capitalismo central porque la
globalización está arrasando con todo o autodestruyéndose con el flagelo del
capital financiero como principal actor dominante en la escena. Son los grandes corporativos donde anidan multinacionales de
las finanzas, de la guerra, de los alimentos, de la electrónica, todos, unos
cuantos controlados por unas pocas familias desde los principales países otrora
desarrollados como Estados Unidos de América (EUA), Gran Bretaña (GB), Holanda,
Suiza, Alemania, Australia, y unos pocos dispersos en otros países.
Fueron los años de la generalización y aplicación de las políticas neoliberales —que no fue otra cosa que el desmantelamiento del Estado de Bienestar por el Estado Neoliberal;gran algarabía en México sobre todo con Carlos Salinas de Gortari [1] — en el mundo [2] y en América Latina [3]:privatizaciónde paraestatales en muchos países, la presunta “revolución silenciosa”, “oleada del futuro” o “llave para el buen gobierno”, de todas las empresas otrora en manos del Estado.
Las también llamadas “desincorporaciones” pretendían reducir el gasto público, con menores
tasas de endeudamiento;además la liberalización del comercio, para dejar
todo en manos de la iniciativa privada;el derribar las barreras arancelarias para la libre
importación/exportación de mercancías;la desregulación,
para eliminar trámites administrativos engorrosos para las empresas.
México, el segundo país más privatizado, convertido en uno con
desarrollo sólido a tasas de crecimiento del 6% de PIB en promedio durante las
cuatro décadas anteriores, a una chatarra
con crecimientos nunca mayores al 2% en promedio, sin oportunidades para la población. Al mismo
tiempo, se aplicaron los grilletes del control: la firma de tratados
comerciales, gran activismo de la Organización Mundial
de Comercio (OMC) y Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico
(OCDE), con el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), su
antecedente.Los grandes promotores del neoliberalismo, a expensas de
Washington, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
EUA promovió junto con Canadá y México elTratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN), y el saldo al paso de las décadas ha sido
favorable solo para las grandes empresas, monopólicas y multinacionales de la
globalización de EUA y algunas de Canadá —como las mineras que han destruido
grandes extensiones de suelo mexicano para la obtención de oro y plata—,en
tanto a México le resulta mayor pobreza y destrucción
ecológica, porque son muy pocas las empresas locales beneficiadas. Aparte,
con esos antecedentes, México se convirtió en el país con más tratados
comerciales del mundo.
En materia de energía, por ejemplo, y tras las “reformas
estructurales” en el país, se hacen presentes ya las multinacionales del
petróleo y el gas anglosajonas —las 4 que quedan de las “7 Hermanas”: Chevrony
Exxon Mobil, de EUA; Shell,de Países Bajos y Reino Unido y BP(la responsable del
gran derrame en el Golfo de México en 2010)del Reino Unido,para “explotación en
aguas profundas”—, desde la privatización de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), producto de los últimos cambios a la
Constitución que sacó Enrique Peña Nieto del Congreso de la Unión con la
aprobación de los firmantes del llamado “Pacto por (contra) México”, a
propuesta de un partido de la izquierda del
espectro político.
México, como país ejemplo porque “en vías de desarrollo”, como se
les clasifica a otros que rondan por la también llamada periferia del capitalismo —como los países
latinoamericanos, con algunas salvedades que intentan salir del injerencismo de las políticas externas—,lo que
les queda como saldo neoliberal mayor desigualdad, más pobreza, menos educación,
más enfermedades, creciente desempleo, pocas opciones de vivienda, pésima
seguridad —violencia y crisis de la seguridad pública, sobre todo en aquellos
países donde reinan las mafias de las drogas como México—; una polarización muy
marcada entre poseedores (concentración en pocas manos) y desposeídos, ricos y
pobres, etcétera. Por cierto, el saldo de las privatizaciones fue negativo, tan solo “los gastos
sobrepasaron a los ingresos recibidos por la privatización”. [4]
A gran escala, el reinado del capital financiero/especulativo ha
impuesto sus leyes destructivas, la UE es ejemplo claro y encamina a la ruina a
sus propios países periféricos, como Grecia, España, Portugal, Italia, Irlanda
bajo la directiva de la
Comisión Europea , el BCE y el FMI (la Troika ).
El capital financiero que no pasa de burbujas,“números en el
ordenador” pero a la postre resultan deuda real para los ciudadanos de a pie,
como la crisis de las hipotecas subprime
en EUA, que al no poder pagárselos deudores perdieron sus casas y los
lanzaron a la calle. El
país del americanway of life se derrite fabricando pobres,
criminalizando a los de raza negra y más con sus tretas imperiales contra el
mundo en el terreno de la geopolítica como el terrorismo de Estado (del que no hablaremos
ahora).
Pero son los ricos, de los grandes bancos, en
cambio, quienes desde la crisis del 2008-2009 sí fueron rescatados por los banqueros centrales —la Reserva Federal ,
el Banco Central Europeo, etcétera—,además de brindarles préstamos de capital financiero a cero intereses para evitar su
quiebra o insolvencia con la impresión de billetes.
Tan sólo en EUA fueron rescatados ¡los más grandes
corporativos!:FannieMae y Freddie Mac (2008); Goldman Sachs y BerkshireHathaway
(2008); Morgan Stanley (2008); American International Group (2008-2009);
General Motors Corporation y Chrysler LLC (2008), Bank of America por su compra
de Merrill Lynch (2008). Antes, en 1971 fue rescatada LockheedCorporation, en
1980 Chrysler Corporation y en 2003 Parmalat.
También hubo tabla de salvación en los sistemas bancarios
irlandés, sueco, español. Todo bajo el mecanismo llamado de la “flexibilización
cuantitativa”, eseinstrumento de política monetariadonde los bancos centrales
benefician a banqueros, administraciones públicas, a los inversores en activos,
a exportadores nacionales y algunos deudores; en perjuicio siempre de los
tenedores de moneda, los contribuyentes, nuevos ahorradores, importadores
locales y deudores más solventes. Situación que no impulsa la economía y sí
acelera la burbuja especulativa de oropel. Deteriora las condiciones sociales
al extremo, porque la carga de las deudas de los bancos las pagan los
trabajadores.
Cuando en 1990 Japón pasó por un proceso similar al de EUA y el
mundo en 2008-2009, y tras la década perdida entre 1992 y 2003 con una tasa de
crecimiento del 1% anual, inició en 1998 con un gasto de 470 millones de
dólares (al tipo de cambio 2008), tanto para comprar activos tóxicos de los
bancos, como recapitalizarlos y quedándose con dos de ellos. Por esto es que
Japón aconsejó al Departamento del Tesoro gastar más en compra de tóxicos y
recapitalizar a los bancos con dinero de los contribuyentes.
No recomendó —y tampoco EUA ni la UE adoptaron— las medidas de
Tailandia que cerró 42 compañías financieras, de Indonesia,61 bancos en el
mismo año y de Corea que cerró los bancos comerciales, los tres países en 1997.
En ellos súmese Malasia, países en los cuales la crisis se contuvo. Tampoco la chiripa de Islandia, país de extremos que
ejemplarmente y obligado por la escases de fondos también la libró.
País de sorpresas, Islandia venía de ser el más pobre de Europa a
principios del siglo XX, considerado el más desarrollado conforme al Índice de
Desarrollo humano por la ONU y el más verde del mundo en 2007, boyante cuando
le alcanzó la crisis también por la ilusión neoliberal y financiera. Le
sorprendió la caída de LehmanBrothers; es decir, todo comenzó con el
hundimiento generado por el shock más brutal y fulminante de la crisis
financiera internacional de 2008.
El gobierno del primer ministro GeirHaarde decidió no rescatar a
los tres bancos comerciales en 2008. “Existía un peligro real… —dijo entonces—,
de que la economía islandesa, en el peor de los casos, fuera absorbida con sus
bancos y el resultado podría haber sido una bancarrota nacional”. Y, pese a
problemas que enfrentó, como devaluación, endeudamiento, recesión con caída del
5.5%, un costo de la crisis que superaba el 75% de su PIB y congelación de
depósitos de ciudadanos, entre otras medidas, salió adelante.
Luego se dijo que “Islandia no es ejemplo de nada…”, porque
“simplemente no había dinero (en su momento) para rescatar a los bancos: de lo
contrario el Estado los habría salvado”, llegaron a pedirle prestado a Rusia,
dice el politólogo local EirikurBergmann. Resultó por “accidente: no queríamos
pero tuvimos que dejarlos quebrar, y ahora los políticos tratan de vender esa
leyenda, de que Islandia ha dado otra respuesta”. Nada de eso, dicen otros.
Pero a la postre resultó. Porque Islandia, al igual que los países de
la desUE y de Latinoamérica, fue saqueada por unas 20 ó 30 personas. Una docena
de banqueros, unos pocos empresarios y un puñado de políticos formaron un grupo salvaje que llevó al país a la ruina: 10 de
los 63 parlamentarios islandeses, incluidos los dos líderes del partido que ha
gobernado caso ininterrumpidamente desde 1944, tenía préstamos personales por
valor de casi 10 millones de euros por cada uno.
Hoy el presidente electo en 1996 Ólagur Ragnar Grímsson, y tres
veces reelecto (2000, 2004 y 2008), considera “una locura” que sus
conciudadanos “tengan que pagar la factura de su banca sin que se les
consulte”. En 2009 fue su shock del presente (-6.8 del PIB), pero a
partir de 2011 cuando Islandia encarceló a políticos y banqueros, ya en
2012-2013 estaba creciendo a tasas tres veces superiores a la UE(2011, 3.1%;
2012, 1.6%; 2013, 1.9%del PIB). La medida resultó, pero el mundo occidental lo
tiene en la opacidad,
porque ningún banquero quiere perder sus “exorbitantes ganancias”, como le
sucedió a Grecia y al resto de países periféricos de la UE con la troika.
Luego entonces, producto del abandono del Estado y de sus
responsabilidades con la sociedad porque todo dejó a manos del libre mercado
(¡el libre mercado no existe!), como en los tiempos del
Estado “benefactor o protector”, las políticas sociales están desapareciendo de
las políticas públicas, que antes llevaban servicios de educación, salud,
vivienda, bienestar para los generadores reales y efectivos de la riqueza, los
trabajadores y la población en general. En Grecia, España, Portugal, Italia e
Irlanda crece el endeudamiento público, se profundizan las medidas
antisociales, sin empleo y salarios de hambre.
Por eso es que el saldo de la globalización
en el mundo de hoy pulula entre extensas franjas de pobreza y enfermedades, no
ya sólo en países tradicionalmente pobres como África y Asia, como en el propio
corazón de EUA, en Nueva York y Washington. Algo no le salió bien a la
globalización y al neoliberalismo como instrumento de política monetaria, que
no de crecimiento y desarrollo. Los ganadores son unas cuantas multinacionales,
que de la mano de los banqueros centrales, están destruyendo economías, países
y población completos.
La crisis económica, en su vertiente
financiera, lleva al mundo a la destrucción. Antes , donde el Estado de bienestar
estaba más desarrollado y las desigualdades sociales eran menores, la capacidad
de ahorro era superior; ahora, donde rige el capital financiero/especulativo la
polaridad riqueza/pobreza se profundiza. Con la globalización neoliberal
disminuyen tasas de ahorro e inversión, caen los salaros, las tasas de
desempleo aumentan, hay mayor desigualdad, una alta concentración de la renta y
deterioro de los niveles educativos. Ello sucede al interior de los países
antes llamados desarrollados.
El “problema” de la inmigración procedente de aquellos países en
guerra como Irak, Afganistán, Siria y el norte de África, azuzados todos por el
terrorismo atizado también desde países como EUA, algunos de la UE, Arabia
Saudita y Turquía entre otros, no es más que otro saldo neoliberal y de las
guerras como negocio turbio, tanto para la apropiación de las reservas de
energéticos como la venta de armamento, el negocio de la guerra.
Ya, por ejemplo también, en 1999 antes de la debacle del 2008, las
diferencias en materia de ingresos entre los 10% más ricos y los 10% más pobres
eran: en EUA 19 veces; en España 9 veces; Argentina 24 veces; Brasil 58 veces;
México, 40 veces; Venezuela 22 veces. Esa brecha ha crecido, no solo en
Latinoamérica, también en la UE y el EUA, los bastiones del sistema financiero.
Luego entonces, la globalización está llevando a la ruina a la
población, a países enteros; está destruyendo la naturaleza y metiendo al mundo
en una profunda crisis a punto de estallar.A la velocidad de los “derivados” en
los mercados de futuro avanza hacia la destrucción y con ella la catástrofe,
no sólo económica porque la burbuja del 2008-2009 sigue inflada y estallará con
cualquier pretexto, de mayores alcances.
No obstante, llegó la hora de defender la vida y al
planeta.Conocido es que cuando el pueblo se moviliza el poder tiembla.Por eso
los mecanismos de intimidación, el uso del poder policiaco y militar. Pero ni
el más grande ejército ha derrotado a los pueblos. En el mundo del presente
reina el caos, y el futuro es nada promisorio gracias a la llamada
globalización que todo lo que toca destruye. (05 de junio de 2016).
Notas:
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=213170
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