Es tiempo de
crear el grupo Anexo 0
Publicado por OPSur el 25 de julio de 2015
Este documento
tiene como objetivo presentar compromisos y esfuerzos que los pueblos,
nacionalidades y comunidades están haciendo para la no extracción de petróleo,
gas o carbón como contribución para evitar el desastre climático.
Junto a estos compromisos
está nuestra demanda a la
Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático(UNFCCC) y a los gobiernos para que se reconozca, respete,
promueva y proteja a este tipo de acciones que tienen como meta proteger el
clima y la vida en el planeta.
El Grupo Anexo 0:
una forma de reconocimiento y respeto a compromisos y esfuerzos reales
En este
escenario, precisamente, uno de los obstáculos ha sido la influencia directa
que las empresas vinculadas a los combustibles fósiles han ejercido sobre las
decisiones de la
Convención. Hoy este sector corporativo es parte de los
promotores de las falsas soluciones que exacerban el aumento del efecto
invernadero, como son el mercado de carbono, los agrocombustibles, REDD o la
geoingeniería, e inclusive tecnologías petroleras como la Captura y
Almacenamiento de Carbono (CCS), entre otras. Al mismo tiempo, expanden los
alcances territoriales hacia las denominadas nuevas fronteras: mares
profundos y yacimientos “no convencionales”, donde se destaca la perniciosa
técnica del fracking.
Por si fuera poco,
la limitada visión de Naciones Unidas, que se concentra en impulsar
negociaciones entre partes, que son Estados, ha permitido a los países
industrializados del Norte no cumplir con sus obligaciones climáticas, mientras
que, en un escenario injusto y neocolonial, se trasladan sus responsabilidades
a los pueblos y naciones del Sur. Cuando es precisamente en este lado del mundo
en donde se encuentra la mayoría de naciones y regiones subnacionales o
localidades, y sobre todo, pueblos indígenas, campesinos, pescadores o
comunidades tradicionales que están haciendo esfuerzos reales para proteger el
clima -a pesar de ser las más afectadas. Son las iniciativas de pueblos las que
están siendo dejadas de lado y, en muchos casos, criminalizadas, cuando sus
esfuerzos por no extraer más hidrocarburos fósiles debieran ser premiados.
Vemos que, en
términos prácticos, además de los Estados nacionales, hay otros actores
determinantes con capacidad e interés por acelerar las transformaciones
requeridas para la protección del clima global. En este sentido deben ser
reconocidos por la Convención del Cambio Climático, por ejemplo, los
pueblos y naciones indígenas, provincias, estados o regiones subnacionales y
las localidades que dan pasos firmes para no extraer hidrocarburos del
subsuelo. Por lo tanto se debe crear el Grupo Anexo 0 en donde
estarían precisamente estos pueblos y territorios, pues están resolviendo las
causas del problema: la adicción a los combustibles fósiles.
Es hora de enfocarse en resolver las causas determinantes del
problema
Principalmente luego de la Segunda Guerra Mundial
se consolidó la base industrial de un capitalismo adicto a los combustibles
fósiles, así como una cultura basada en un patrón de consumo sin fin,
energético y material, extensivo, expansivo y nocivo. Como parte de este
modelo, se expande además la minería a gran escala y una agricultura industrial
altamente consumidoras de petróleo. Esta adicción a los fósiles no sólo
está afectando al clima, está provocando enfermedades degenerativas y mortales
a millones de personas, inunda de basura no degradable el planeta, extermina a
cientos de culturas tradicionales – desplazando usos y costumbres sanas y
ecológicas-, y sigue generando crisis económicas, sociales, políticas,
ambientales para la expansión y acumulación del capital. Un capitalismo
institucionalizado y global con rasgos más decadentes y letales requiere de una
acción también global que lo confronte.
Mientras los sectores corporativo y financiero deciden cuánto
petróleo se extrae, de dónde, de qué tipo, cuánto se vende y a qué precio; y
frente a la incapacidad de los yacimientos “tradicionales” de abastecer la
exponencial demanda de los sectores concentrados, la industria y gobiernos han
avanzado en los últimos años en los denominados “no convencionales”. Con
técnicas más costosas y degradantes, como el fracking, se busca mantener la
dependencia de los combustibles fósiles, fortalecer el proceso de acumulación,
la apropiación de territorios, desposesión y violación de los
derechos de los pueblos.
Dejar el petróleo y otros hidrocarburos fósiles en el subsuelo es
la medida más directa y concreta para lograr resultados en relación al clima,
así como para confrontar el capitalismo, la explotación de los seres humanos y
la privatización de la naturaleza a nivel global.
¿Con qué métrica, escenarios y modelos trabajar?
Los estados
miembros de la UNFCCC se pusieron la meta de adoptar en París 2015 un nuevo
acuerdo global sobre cambio climático. La retórica dice que será para evitar
que el planeta sobrepase el límite de 2°C de calentamiento en relación con la
temperatura preindustrial. Este límite supuestamente marca la línea entre un clima
cambiante al que podemos adaptarnos y un desajuste climático de consecuencias
imprevisibles e irreversibles.
Para llegar a esta
cifra, tanto la UNFCC como los expertos del Panel Intergubernamental sobre
Cambio Climático (IPCC) han usado siempre las concentraciones de dióxido de
Carbono como una medida estándar, señalando la reducción de
emisiones más no la cantidad de hidrocarburos fósiles que no se deberían
extraer. Esto ha estado en línea con el interés oficial de evitar hablar del
problema real que es la quema de combustibles fósiles. Hablar de cantidades de
petróleo, gas o carbón permitiría visualizar las responsabilidades, y las
acciones necesarias, para evitar la crisis del clima.
De acuerdo a las
cifras oficiales se puede desprender que para alcanzar un máximo de 2°C de temperatura (escenario
RCP2.6 del IPCC), hacia el año 2100, habría que dejar en el subsuelo al menos
las 2/3 partes de las reservas conocidas de petróleo, gas y carbón. Así,
de los 1’700.000 millones de barriles de petróleo que están aún bajo tierra,
1’190.000 millones deberán permanecer allí; de los 187 millones de millones de
metros cúbicos de gas natural, 131 millones de millones no se deberán
extraer; y, de los 892.000 millones de toneladas de carbón, 624.000
deben permanecer en su lugar. El objetivo ahora es decidir dónde y cómo empezar
a dejarlos en el subsuelo. Al usar estas cifras no pretendemos una
cuantificación mercantilizable ni que se deriven equivalencias nefastas en el
mercado de servicios ambientales u otras formas de compensación
mercantil, sino como una manera de visibilizar las magnitudes de los
esfuerzos necesarios hacia una civilización pospetrolera.
Esto implica pasar
de un modelo energético de producción centralizado y a gran escala a
modelos con energías limpias, renovables, descentralizadas, diversas,
soberanas y ecológicas. Para esto, una necesidad es un cambio de concepción
sobre la energía, lo que incluye saber qué tipo, cuánta y para quién se la
necesita y una reflexión sobre las energías en los territorios y para los
pueblos.
Protección,
reconocimiento e incentivos para los países, naciones,
espacios subnacionales, localidades y territorios del Anexo 0
espacios subnacionales, localidades y territorios del Anexo 0
Las iniciativas
calificadas como parte del Anexo 0 deben ser protegidas y apoyadas con una
serie de incentivos y reconocimientos internacionales basados
en la solidaridad, el intercambio tecnológico sin ataduras y la existencia de
una deuda ecológica asociada al clima. La creación del Anexo 0 además
incentivará nuevos compromisos y esfuerzos concretos enfocados en enfrentar las
causas determinantes del cambio climático.
Los indicadores de
estas iniciativas serán:
1.Hidrocarburos
fósiles conservados en el subsuelo.
2.Formas de vida
basadas en una relación de respeto y diálogo con las naturalezas.
3.Luchas frente a
la minería de carbón y de otro tipo por su impacto en el clima, y por ser
altamente consumidoras de combustibles fósiles.
4.Pasos firmes
hacia un debate sobre el tipo de energías que se requiere, para qué, para
quién, cuánta y sobre el ejercicio de la soberanía de los pueblos y
territorios.
5.Rechazo a los
mecanismos como el mercado de Carbono, REDD+ y otros, ya que son falsas
soluciones al cambio climático.
6. Compromisos
clarosla no extracción y emancipación de combustibles fósiles por parte de los
pueblos.
HERRAMIENTAS DE AVANCE
Protección de
pueblos y territorios:
- Detener la criminalización de quienes
promueven el dejar el petróleo, el gas o el carbón en el subsuelo, y de
quienes son activos defensores de las tierras y territorios frente a la
extracción de hidrocarburos fósiles.
- Detener la intervención de corporaciones, de
los sistemas de represión de los Estados y la ocupación e invasión de
territorios para la extracción de hidrocarburos fósiles en lugares en
donde la población local la rechace, áreas designadas como reservas
naturales o de alta fragilidad.
Reconocimiento a
través del establecimiento de un premio internacional:
·
Para quienes dan pasos firmes para no
extraer hidrocarburos de sus tierras y territorios.
·
Para quienes mantengan modelos de soberanía
energética y alimentaria no dependientes de los hidrocarburos fósiles y
respetuosos de la naturaleza.
Incentivos tales como:
·
Intercambios tecnológicos
·
Formas de contribución y apoyo directos,
respetando las soberanías, con diálogos de buena fe y sin traslado de
responsabilidades.
Desincentivos tales
como:
- Retiro de subsidios estatales a la industria
relacionada con los combustibles fósiles
- Retiro de inversiones (divest en
inglés) en acciones, bonos o fondos de inversión vinculados al petróleo.
LLAMADO INTERNACIONAL
¡ES EL TIEMPO DE LOS COMPROMISOS DESDE LOS PUEBLOS!
OILWATCH sostiene que ningún país realmente está listo para soportar
un cambio climático catastrófico. Además, las naciones que sufren las peores
consecuencias son las que contribuyen menos al calentamiento global, pero a
menudo si son las que más toman medidas para frenar el mismo. Creemos que ha
llegado el momento para que las Naciones Unidas enfrenten la crisis climática
creando, en el seno de la Convención de Cambio Climático, el Anexo 0 como grupo
de pueblos o naciones que son reconocidas por sus contribuciones y como un
incentivo para que otros se unan a la tarea de dejar en el subsuelo los
hidrocarburos fósiles.
Basta de hablar de
cosas abstractas como emisiones de CO2, hablemos de petróleo, de gas o de
carbón. Sumémonos a los compromisos de los pueblos de no extraer
más hidrocarburos fósiles y hagamos esfuerzos en nuestras organizaciones
apoyando estas iniciativas y luchas de resistencia.
Demandamos a las
Naciones Unidas, a los gobiernos nacionales y a las organizaciones y
movimientos sociales elreconocimiento, protección y difusión de los compromisos
y esfuerzos verdaderos que contribuyen certeramente para evitar el
desastre climático.
OILWATCH
Julio de 2015
Julio de 2015
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