Perspectivas del frente de
liberación
enero de 1974
enero de 1974
Por Mario Roberto Santucho
"El Frente único es en
realidad un terrible peligro para los capitalistas, banqueros y especuladores,
para los grandes propietarios y terratenientes, para todos los que quieren
vivir como parásitos y enriquecerse con los frutos del trabajo de la enorme
mayoría del pueblo". Con esta frase definía, en 1923, el revolucionario búlgaro Dimitrov,
el miedo y el odio mortal que tienen los explotadores hacia la unidad en la
lucha de todos los explotados, obreros, campesinos y demás sectores populares.
Por eso, en todo tiempo y lugar, desde que los pueblos descubrieron y
comenzaron a desarrollar prácticamente esta formidable arma de combate, los
burgueses se han opuesto a la concreción de la unidad obrera y popular, por
todos los medios a su alcance, según
las circunstancias concretas. En nuestro caso la burguesía ha elegido -por
ahora- la táctica de desnaturalizar el frente popular o frente de liberación,
haciendo engañosamente suya esa bandera, para confundir y dividir a las masas.
Táctica que también fuera marcada a fuego en los escritos de Dimitrov: "El frente único y la colaboración de
clase no sólo no son idénticos, sino que, por el contrario, son dos cosas
profundamente contradictorias, absolutamente incompatibles y que se rechazan
entre sí." "En realidad el
frente único del trabajo representa la lucha y de estuerzo en común de las
masas trabajadoras y sus pórfidos políticos y organizaciones económicas para
fines determinados y concretos, cuya realización sólo es posible en la lucha
contra la burguesía, el capitalismo y sus partidos, no mediante cualquier clase
de colaboración con ellos".
La
burguesía ha podido hasta ahora lograr ciertos éxitos en su tarea de confundir
a las masas, dividir al pueblo y arrastrar algunos sectores bajo sus falsas
banderas, por la sencilla razón de que todavía existen compañeros que, al
plantear una política equivocada, populista o reformista, se convierten de
hecho en agentes ideológicos de la burguesía en el campo del pueblo. Se impone
en consecuencia una redefinición muy clara de las cuestiones centrales
relacionadas con el problema del frente. Como parte de la intensa lucha
ideológica que el proletariado debe librar para erradicar las ideas burguesas
del bando popular y hacer triunfar sus justas tesis de unidad obrera y popular.
Qué es el frente de liberación
Ante todo
debemos plantearnos: ¿qué es exactamente un frente de liberación? ¿A qué
intereses de clase responde, de qué elementos objetivos de la práctica social
surge su necesidad.? Básicamente un frente es una unión o alianza de clases
para concretar el logro de objetivos que son comunes. Es precisamente esa
diferenciación de clases y esa comunidad de intereses lo que hace necesario y
posible el frente. La diferencia de clases hace necesario el frente, pues si
los intereses de clase en juego fueran absolutamente homogéneos no sería
necesario un frente, bastaría un partido para representarlos. Si por el
contrario, en esos intereses diferentes no hubiera puntos fundamentales
comunes, el frente no sería posible. Esto lo saben muy bien los burgueses, que
en nuestra patria hablan de la necesidad de un frente y que señalan que
"los problemas del país no puede solucionarlos un solo partido, esos
problemas tenemos que resolverlos entre todos". Ellos hablan,
naturalmente, del país burgués y el frente que proponen tiene por objetivo la
unidad de la burguesía para restaurar el capitalismo v la división de las masas
populares, arrastrándolas tras sus falsas banderas para que ellas colaboren en
su propia explotación, labren la fortuna capitalista sobre la desgracia propia.
El frente que propone la clase obrera, en cambio, es el frente de los
explotados. Frente que sólo puede realizarse contra los explotadores y por los
intereses comunes a las grandes masas populares, por su unidad para conquistar
una vida digna y feliz.
El engaño de los burgueses
Para
concretar más precisamente cuáles son esos intereses, cuáles son los objetivos
del frente del pueblo y en qué se diferencian de los objetivos burgueses,
tenemos que referirnos también concretamente a nuestro caso particular. En un
país dependiente como el nuestro, el enemigo principal, el mas feroz enemigo
del pueblo es, por supuesto, el imperialismo, la opresión neo-colonial de que
se hace víctima al conjunto del pueblo. Pero. ¡atención! que esto lo plantean
también los burgueses populistas, el desarrollismo, todos los agentes del
imperialismo disfrazados de amigos del pueblo y defensores de la nación. Aquí es,
entonces, donde se bifurcan los senderos.
¿Por qué
los burgueses nativos, la mal llamada "burguesía nacional", no son ni
pueden ser enemigos del imperialismo, sino sus agentes abiertos o encubiertos
y, a lo sumo sus socios quejosos? Porque en nuestros países dependientes, que
se han formado en la dependencia, la burguesía, en sus diferentes sectores, es
también dependiente y no puede dejar de serlo. Tomemos un ejemplo cualquiera.
Los burgueses nos hablan por ejemplo, de "nacionalizar los resortes claves
de la economía". Un resorte clave de nuestra economía es la industria
automotor, que constituye la espina dorsal de la industria argentina desde la
época de Frondizi y que esta íntegramente en manos imperialistas. Ahora bien,
si la industria automotriz fuera nacionalizada v puesta en mano de una empresa
estatal con control obrero, dejando intacto el resto del capitalismo argentino,
esa empresa estatal sería bombardeada desde todos los ángulos por las empresas
imperialistas o burguesas nativas que controlan otros rubros vinculados al automotor.
La historia de Ferrocarriles del Estado, YPF, está llena de ejemplos
confirmando lo que decimos.
Habría que nacionalizar entonces todo lo que tenia que ver
con la industria automotriz, fabricas de repuestos, de panes, de cubiertas,
etc. Habría que resolver el problema del acero, que actualmente es importado en
un 50% del consumo. Habría que resolver el problema de los combustibles que
están en iguales condiciones. Por otra parte, una hipotética industria
automotriz nacionalizada tendría que plantearse el problema de que es absurdo
fabricar tantos autos en un país donde faltan tractores, cosechadoras v muchos
otros elementos útiles. Habría entonces que reconvertir la industria. Pero
eso plantearía la necesidad de compradores, la oligarquía terrateniente no es
la interesada en el negocio. Habría que nacionalizar la gran propiedad agraria.
(Que a su vez obligaría a nacionalizar los frigoríficos, el comercio de
cereales, las industrias derivadas, etc., etc. Como vemos, por donde sea que se
quiera cortar la cadena de la dependencia hay que ir muy lejos para hacerlo
seriamente. Demasiado lejos para lo que los burgueses están dispuestos a hacer.
Por eso Gelbard, Ministro de economía y dueño de FATE que fabrica cubiertas o
Broner, presidente de 1.1 CGE y dueño de Wobron que fabrica embragues, hablan
de liberación pero no proponen ni toman ninguna medida práctica para concretarla.
Por el contrario, las empresas imperialistas son ahora custodiadas por la
Gendarmería y se les consiguen 300 millones de dólares para "financiar las
exportaciones". Gelbard o Broner todo lo que quieren es que les paguen
unos pesos más por sus cubiertas y sus embragues, pero no están dispuestos a
usar un solo peso de esos para aumentar los sueldos de sus obreros. Mucho menos
a practicar una real política de liberación nacional. Y si en lugar de Gelbard
o Broner ponemos a cualquier otro burgués el resultado será el mismo, como lo
ha probado reiteradamente la experiencia.
El frente del pueblo
Nos hemos
extendido un poco en el ejemplo, para dejar perfectamente claro que
"liberación nacional" no es una frase abstracta para usar en los
discursos, sino una cosa muy concreta, que implica una política concreta. Y que
en las condiciones actuales del capitalismo mundial la liberación nacional de
los países es absolutamente inseparable de la liberación social de los
trabajadores de la explotación capitalista. El capitalismo se basa
esencialmente en la explotación del trabajo de los obreros y por eso la clase
obrera es la clase más consecuentemente revolucionaria, la más capaz de llevar
adelante una lucha de liberación nacional y social. Pero no solamente a los
obreros perjudica el capitalismo imperialista. Los monopolios perjudican
también a los campesinos pequeños v medios ,
a los que oprimen y roban el fruto de su trabajo a través del control de la
comercialización de las cosechas, el crédito, la venta de maquinas y semillas,
etc.
Los
monopolios perjudican también a los desocupados y semidesocupados, a los que
utilizan como ejercito industrial de reserva para comprimir el salario de los
obreros ocupados, obligándolos a vivir en condiciones inhumanas en las villas
miseria, junto a las capas peor pagadas del proletariado y trabajadores
independientes. Los monopolios perjudican también a los empleados y maestros, a
los que pagan sueldos miserables y tratan de utilizar para servir a sus
intereses patronales. Los monopolios perjudican de manera similar a
estudiantes, intelectuales, profesionales. Perjudican. oprimen y despojan, en
fin, a todas las capas laboriosas de la población, saqueando a unos y a otros
para aumentar sus ganancias. Todos estos sectores del pueblo, en consecuencia
están objetivamente interesados en formar un frente contra el imperialismo y
sus aliados burgueses. están objetivamente interesados en la liberación
nacional y social de nuestra patria y nuestro pueblo. Nada tienen que perder y
sí mucho que ganar uniéndose contra sus enemigos, desplegando todas sus
energías en una sola dirección para hacer mas eficaz su lucha.
Es evidente que entre los distintos sectores del pueblo,
existen intereses diferenciados, que a veces producen contradicciones y que por
lo tanto todo el pueblo no puede ser homogéneamente representado por un solo
partido. Pero estas diferencias y contradicciones son contradicciones en el
seno del pueblo, son contradicciones y diferencias secundarias, insignificantes
frente al abismo que separa a todo el pueblo de los intereses de la burguesía y
el imperialismo. El frente de liberación nacional y social es, en consecuencia,
un arma estratégica del pueblo para el logro de sus objetivos, cuya necesidad y
posibilidad surge objetivamente de las necesidades mas profundas de todas las
clases oprimidas: prolerariado, campesinos, villeros, capas medias.
El frente y las ideologías
Hasta
aquí hemos hablado de las clases y sus intereses, desde del punto de vista de
su papel en la producción, tal como ellas existen objetivamente en la vida de la sociedad. Pero
entre la existencia v los intereses objetivos que de ella derivan y la conciencia subjetiva de esos intereses,
media un proceso, que se desarrolla en la práctica de la lucha de clases. Los
burgueses, clase dominante, tienen una conciencia bastante clara de sus
intereses, precisamente porque tienen un largo ejercicio del dominio y el
poder. Pero las clases dominadas (a las
que la burguesía impone el peso de sus propias ideas a través de la escuela, la
prensa, la radio, la televisión, etc.) no toman conciencia de sus intereses en
forma automática ni de un golpe. Por el contrario, esta toma de conciencia
requiere un proceso, que los oprimidos van pagando con su propia sangre, con su
propio sudor, acertando y cometiendo errores, equivocándose y volviendo a
empezar, acumulando experiencias. La lucha política -político-militar- y la
conciencia social, la ideología, se encuentran así, en estrecha relación. En la
medida que la lucha avanza, crece la conciencia. Pero ,
a la inversa, en la medida que se desarrolla la conciencia, avanza y se
fortalece la lucha. Ambos
procesos se encuentran en intima relación y se influyen mutuamente. El grado de
desarrollo de este proceso se refleja en la realidad en la existencia de los
partidos y organizaciones populares, en sus programas, en sus métodos de lucha.
Por eso un frente del pueblo no es ni puede ser un corte
horizontal de la sociedad, tomando esquemáticamente sectores de clase tal como
ellos se presentan en un análisis sociológico. Por el contrario, constituyen un
corte vertical de la sociedad, tal como ella es, viva y actuante. Pasa verticalmente
uniendo lo que se debe unir y separando lo que se debe separar, englobando las
fuerzas del pueblo y deslindando campos con las fuerzas de la burguesía,
rompiendo algunas organizaciones y fortaleciendo a otras, reflejando la
voluntad de unirse de sus componentes, librando fuerzas nuevas,
cualitativamente superiores a la simple suma de los componentes originarios. Se
construye en la practica a partir de un programa que refleja correctamente los
intereses comunes, las aspiraciones de libertad y felicidad del pueblo, el odio
a la explotación y la decisión de terminar con ella y se va desarrollando con
la unidad y la lucha.
Unidad de codos los representantes legítimos de los intereses
populares y lucha ideológica y política contra los enemigos del pueblo, contra
sus agentes encubiertos y sus propagandistas inconscientes. Los que concurren a
él no abandonan su individualidad política, ni renuncian a sus intereses
específicos, sino que los unen en una organización superior que multiplica y
fortalece la lucha de todos.
Frentes falsos y verdaderos
Actualmente
existen en nuestra patria una serie de propuestas de frentes de liberación que
tienden a desnaturalizar su contenido de clase.
Uno de
ellos es el Frente que propone una corriente del peronismo popular, la que
lideran Montoneros y JP. "La consigna -Liberación o Dependencia' marca los
términos del enfrentamiento principal. Por un lado el imperialismo y sus
aliados; por el otro, el pueblo peronista y sus aliados (...). Todos esos
sectores se expresan políticamente a través del Frente Justicialista de
Liberación y la Asamblea de la Unidad Nacional (principalmente la UCR y la Alianza Popular
Revolucionaria )". Similares conceptos podemos encontrar
en el discurso de Firmenich en la cancha de Atlanta, en los del mismo Firmenich
y Quieto el 17 de Octubre en Córdoba, en todos los documentos y publicaciones
de estos compañeros. En una extensa nota del número anterior ya hemos visto en detalle las concesiones a la burguesía
que estos compañeros vienen realizando y el carácter que están tomando, en los
hechos, de propagandistas del nacionalismo burgués en las filas populares.
La base de estas graves fallas es la errónea creencia de
que el Frente de Liberación Nacional puede realizarse con una fracción
"progresista" de la burguesía , - enfrentar al imperialismo y luego,
en una segunda etapa, separada en el tiempo, recién plantearse la lucha por el
socialismo. La misma concepción errónea, reformista, predica el Partido
Comunista, que trata de encontrar permanentemente una fracción burguesa
permeable a sus propuestas frentistas. Así, promovieron el ENA, donde hasta la
constitución del FREJULI marcharon a la cola de los burgueses radicales y
peronistas desplazados de sus partidos, como Porto y compañía, que a la primera
oportunidad se volcaron a la propuesta del peronismo burgués. Buscaron entonces
la constitución de una nueva alianza, a través de la APR. En la que si bien
participaron algunos elementos progresistas, no se encontraba de manera alguna
en condiciones de ser una real alternativa proletaria y popular en las
elecciones. Si tal alianza hubiera llegado al gobierno, hubiera terminado
capitulando, por carecer de una verdadera base obrera y popular. Recientemente
han realizado una profusa campaña llamando a la constitución de un gran Frente
Antioligárquico y Antiimperialista. Sin embargo, hasta ahora el PC no ha
convocado a ninguna reunión para constituir ese Frente. ¿Por qué? Simplemente,
porque es evidente que el PC espera que esa propuesta sea recogida por algún burgués
progresista. Más concretamente, le están pidiendo a Perón que acaudille ese
frente. Tendrán que esperar un largo rato.
En nuestra Patria existe un solo Frente que está
correctamente formulado, que constituye verdaderamente un proyecto de unión de
todas las fuerzas populares contra la burguesía y el imperialismo y no con
ninguna de sus fracciones. Precisamente por eso ese frente crece y se
desarrolla. Se trata del Frente Antiimperialista y por el Socialismo, del que
nuestro Partido forma parte. No nos extenderemos en el análisis de la propuesta
política del FAS ya que hemos publicado su programa y reseñados sus congresos
en los números 88, 99 y 100. Basta anotar aquí que el FAS responde
objetivamente a los intereses del pueblo, a los objetivos y métodos de
construcción del Frente que hemos analizado de manera teórica mas arriba.
Fortalecer y desarrollar el FAS es en consecuencia una de las tareas más
importantes de la hora actual, ya que él constituye una de las herramientas
indispensables del triunfo popular. Esto no quiere decir que el FAS sea ya el
Frente de Liberación Nacional y Social que nuestro pueblo necesita. Para ello
será necesario un largo proceso. Tendrán que concurrir a la constitución
definitiva del Frente los compañeros que actualmente militan en el Peronismo de
Base, en Montoneros, JP, Partido Comunista, Juventud Radical y otras corrientes
populares; como asi también los centenares de miles de personas del pueblo que
actualmente no están encuadrados en ninguna tendencia política, pero que luchan
activamente en los sindicatos y agrupaciones de base, organizaciones
campesinas, villeras, estudiantiles, etc., y aun los millones de personas del
pueblo que todavía no están participando activamente en la lucha de clases pero
que están objetivamente interesados en ello, ya que está en juego su propio
destino y la felicidad de sus hijos, la libertad de nuestra patria, el
porvenir. El FAS no es más que un embrión, en poderoso desarrollo, de ese
Frente que nuestro pueblo necesita. Para llegar a constituir acabadamente ese
Frente, es imperioso seguir desarrollando la política de unidad en la acción y
lucha ideológica. Tan necesarias son la una como la otra. No podremos
concretar el Frente sin una férrea unidad de todas las fuerzas populares. Pero
tampoco podremos avanzar sólidamente sin desbrozar el camino de la mala hierba
de las ideas burguesas que se divulgan en el campo del pueblo. Es necesario
combatir enérgicamente las ideas incorrectas de conciliación de clases, incluso
para ayudara las propias organizaciones que la sustentan, para ayudar a los
elementos populares que se encuadran en ellas a librar una enérgica lucha de
clases en su propio seno, combatiendo la propaganda populista y reformista que
realizan sus direcciones o sectores de ellas; la propaganda que intenta
embellecer a ésta o aquella fracción burguesa, arrastrar tras ella a una parte
del pueblo.
El ejército político de las masas
El Frente
de Liberación está llamado a transformarse en el Ejército político de las
masas, como lo muestra claramente la experiencia de los compañeros vietnamitas.
¿En qué se diferencia entonces este Ejército político del Ejército Popular que
estamos construyendo a través de la acción guerrillera? Programáticamente, en
nada. Desde el comienzo, el ERP surge como brazo armado del pueblo en su
conjunto y no exclusivamente del proletariado, aunque la dirección ideológica y
política de la clase obrera está asegurada por la conducción político-militar
de nuestro Partido. El programa levantado por la guerrilla es un programa
antiimperialista, que se propuso unir bajo sus banderas a hombres y mujeres
provenientes de todas las clases populares y de distintas identidades
políticas. Este objetivo se ha ido logrando con un accionar consecuente,
evitando por igual el sectarismo y las concesiones ideológicas. La diferencia
entre estas dos herramientas del pueblo para su victoria está dada por las
tareas que corresponde resolver a cada una de ellas.
- El Ejército Popular que se
construye a partir de la guerrilla está destinado específicamente al
combate. Aún cuando no descuide ni por un segundo el aspecto político de
su accionar, su tarea fundamental es militar, es la destrucción de la
fuerza militar de la burguesía y el imperialismo, principal sostén de su
poder.
- El Frente de Liberación en
cambio es la herramienta política de las masas, destinada a batir
políticamente al enemigo en todos los frentes, trabajando legalmente
cuando el enemigo se ve obligado a hacer concesiones democráticas;
clandestinamente cuando el enemigo reprime abiertamente; combinando ambas
formas cuando las circunstancias lo determinan. Obviamente, esta
diferencia en las tareas, determina también una diferencia en la
composición de ambas organizaciones. Si bien por sus programas ambas
permiten el ingreso de cualquier persona del pueblo, la característica
combatiente de las tareas del Ejército Popular exige una selección mucho
más rigurosa del personal. En el Frente, en cambio, tienen amplia
oportunidad de desplegar la inmensa riqueza de su capacidad creadora y su
energía las más amplias masas, hasta los ancianos y niños, como lo prueban
los miles de ejemplos vietnamitas. No vale la pena extendernos sobre el
tenia, ya que en la nota que citamos, los camaradas vietnamitas lo
analizan con profundidad y precisión, a la luz de su vasta experiencia.
Por cierto, el Frente y el Ejército en la Argentina tendrán sus propias
características, correspondientes a nuestras particularidades nacionales.
Pero esas particularidades nacionales irán surgiendo de la práctica, de ]a
capacidad creadora de nuestro pueblo y no de la especulación teórica que
podamos desarrollar aquí.
Frente y órganos de masas
Otro
aspecto que suele dar lugar a confusiones es la relación que debe existir entre
el Frente de Liberación y los órganos de masas más variados; sindicatos y
agrupaciones obreras, organizaciones campesinas, villeras, estudiantiles, etc.
Aquí la diferencia es no sólo de funciones, sino también programática. O más
bien de metodología política. El Frente de Liberación no debe descuidar el
menor problema que afecte la vida de las masas. Sino todo lo contrario, ya que
es a partir de los problemas concretos que nuestro pueblo tiene en su vida
real, como irá tomando conciencia cada vez más aguda de las injusticias del
capitalismo, de la necesidad de organizarse para derribarlo e irá aprendiendo a
hacerlo cada vez más firme y ajustadamente. Pero el Frente toma todos los
problemas de las masas, económicos, sociales y políticos, partiendo de la
comprensión establecida previamente de que cada uno de esos problemas no son
más que manifestaciones parciales de una realidad más general, es decir del
régimen capitalista imperialista. Por el contrario, los órganos de masas pueden
haber o no arribado a esa conclusión previa. Ellos se ocuparán fundamentalmente
de resolver de manera inmediata los problemas parciales que afecten a su sector
de ciase y en la lucha cotidiana por esos problemas será precisamente que irán
tomando una conciencia más amplia del problema general del capitalismo. En este
sentido, se puede afirmar que los órganos de masas constituyen el primer
escalón en la organización y desarrollo de la conciencia de las masas. Por eso
mismo, los órganos de masas específicos tienen un carácter mucho más amplio y
flexible y existe en ellos una variada gama de matices, desde los puramente
reivindicativos hasta los más politizados.
El frente antifascista
Finalmente,
queremos dejar asentadas en este punto, las diferencias y las relaciones que
existen entre el Frente de Liberación y sus embriones y otros organismos más
amplios, que aparentemente se superponen, como por ejemplo, en nuestro caso
práctico, el FAS y el Frente Antifascista y Antiimperialista. Nuestro Partido
interpreta que es correcto y apoya el llamado formulado por el FAS en su V
Congreso a la constitución de un Frente Antifascista y Antiimperialista, que ha
comenzado a tener vías de concreción. Ahora bien, el Frente de Liberación
Nacional y Social, cuyo embrión en nuestra Patria es el FAS, tiene un carácter
estratégico y permanente, es el arma de unidad y lucha de la clase obrera y sus
aliados, campesinos, villeros, capas medias. El Frente Antifascista en cambio,
o cualquier órgano similar, son herramientas para la unidad de acción frente a
circunstancias concretas; en este caso, la escalada fascista, la agresión
imperialista, la defensa de las libertades públicas. El contenido de clase de
un organismo de este tipo es más complejo que el Frente de Liberación. Por un
lado, debemos tener en cuenta, como señalamos más arriba que las distintas capas
de los oprimidos no están automáticamente agrupadas en diferentes partidos y
organizaciones populares, de acuerdo a sus diferencias de clases, sino que la
división en la superestructura es más amplia, reflejando diferentes estadios en
el proceso de desarrollo de la conciencia y la organización del pueblo. Pero en
la lucha contra el fascismo están inmediatamente interesadas todas las fuerzas
populares, ya que este feroz enemigo ataca por igual a todas ellas, incluso las
que son sólo tibiamente democráticas. Las diferentes fuerzas del pueblo deben
pues, encarar la unidad de acción frente a él, independientemente de que aún no
hallan logrado resolver diferencias de otro orden; independientemente de que
algunas de ellas estén encuadradas en partidos u organizaciones donde, de
hecho, estén subordinados a fracciones burguesas no fascistas. Por la misma
razón, sectores medianos burgueses y aun burgueses no fascistas pueden
participar en un frente de este tipo, ser parte de la unidad de acción encarada
por el pueblo, ya que también ellos están amenazados por el irracionalismo
fascista. Naturalmente que en tales condiciones los sectores populares y
particularmente el proletariado revolucionario, deberán luchar por la hegemonía
de un frente de esta naturaleza, como única garantía de que marche adelante
consecuentemente. Para ello, la actividad se deberá llevar a los terrenos
favorables a las masas, es decir, fundamentalmente a la movilización y la
lucha, evitando el predominio del juego parlamentario u otra forma de accionar
preferida por la
burguesía. Distinto es el caso de Vietnam, donde existen
organismos patrióticos más amplios que el FNL. Estos organismos representan una
alianza, completamente táctica y circunstancial de las capas populares
vietnamitas con sectores burgueses y terratenientes enfrentados con el
imperialismo yanqui. Este tipo de alianza responde a características concretas
de Vietnam y de su guerra actual. Sólo la práctica podrá determinar si nuestro
pueblo podrá necesitar una alianza de ese tipo. Quizás, mucho más adelante,
cuando se produzca la intervención imperialista en nuestra guerra
revolucionaria, cal alianza sea posible y necesaria. Pero tratar de
determinarlo ahora sería una especulación no sólo ociosa, sino peligrosa, ya
que haría el juego a la propaganda errónea que trata de embellecer al
nacionalismo y populismo burgués, pintándolos como aliados del pueblo en esta
etapa, lo que es total y absolutamente falso.
Perspectivas de frente y
responsabilidad obrera
Las
perspectivas que se abren en nuestra patria para el rápido avance hacia la
construcción definitiva del Frente de Liberación Nacional y Social son enormes.
Las grandes masas del pueblo se han puesto decididamente en marcha y podemos
decir verdaderamente que "esta ola no se detendrá más, porque la forman
los más, los mayoritarios, los oprimidos" largamente postergados de esta
porción de la gran patria americana "los que con sus manos crean los
valores y hacen andar las ruedas de la historia". Nuestro pueblo, digno heredero
de las tradiciones revolucionarias que pusieron fin a otro imperio en América,
se puso en pie y dijo ¡basta! rompiendo los planes de la burguesía y el
imperialismo con el cordobazo y otras explosiones de masas. Al calor de sus
luchas en continuo crecimiento y profundización, surgió la
vanguardia-guerrillera que comenzó a batir en el terreno militar a las fuerzas
de ocupación del imperialismo. Al calor de esas mismas luchas está surgiendo
ahora la herramienta que las coordinará y liberará nuevas energías del seno de las
masas, al permitirles marcharen una dirección única contra sus enemigos
comunes. La única traba de alguna importancia que se interpone en el camino del
rápido crecimiento y desarrollo del Frente de Liberación, es la propaganda
burguesa que levanta sus propios "frentes" falsos, para engañar a las
masas. Esa propaganda burguesa que es traída al seno de las masas por
compañeros equivocados que responden a la presión y las vacilaciones de clases
no proletarias. Por eso la responsabilidad de la clase obrera en el
fortalecimiento y crecimiento de esta herramienta es fundamental, como
acertadamente lo plantearan algunos compañeros en el V Congreso del FAS. El
proletariado revolucionario tiene la responsabilidad de orientar con firmeza a
sus aliados, de guiar consecuentemente a los campesinos, a los villeros, a los
estudiantes, y empleados, maestros, a todas las capas del pueblo, por el camino
de la independencia de clase frente a la burguesía. De
deslindar claramente los campos y combatir con firmeza las ideas erróneas que
se oponen a la unidad de las fuerzas del pueblo. Para ello, hoy más que nunca,
los obreros de vanguardia deben organizarse en su partido de clase, en el PRT
Hoy más que nunca, la construcción y fortalecimiento del partido proletario de
combate es la condición indispensable del desarrollo de las otras herramientas
del triunfo popular: el Ejército Popular y el Frente de Liberación, ejército
político de masas. Si sabemos aprovechar inteligentemente las enormes
posibilidades que nos brinda la situación actual, la crisis de la burguesía y
el avance del pueblo, si trabajamos con energía para asentar firmemente la
unidad popular sobre bases sólidas, bajo la dirección de la clase obrera, la
más consecuentemente revolucionaria, el triunfo estará asegurado. -----------------------------
CEME -
Centro de Estudios Miguel Enríquez - Archivo Chile
http://www.archivochile.com/America_latina/JCR/PRT_A/doc_sobre_santucho/santuchosobre0003.pdf
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