El caso del cementerio nuclear centralizado
8 de agosto de 2015
Por Salvador López Arnal (Rebelión)8 de agosto de 2015
Cuando hace más de medio siglo irrumpió la industria nuclear en el
mundo, el problema de los residuos radiactivos apareció en todas las dianas
críticas, informadas y no cegadas. En la respuesta, se apeló a la tecnología y
a sus avances imparables. El progreso y la confianza en la diosa tecnológica
disolvían cualquier preocupación. Los críticos, además de rojos y rojas, eran
unos cenizos. No había que preocuparse: encontraríamos la solución, de la cual
nadie vislumbraba camino alguno en aquellos momentos; luego, por tanto,
adelante con el átomo y su fabulosa industria (de origen criminal y militar
como es sabido: Proyecto Manhattan, Hiroshima y Nagasaki).
Pero no fue así, como tampoco ha sido así en
otros casos, y la situación sigue ubicada en las mismas coordenadas. La
tecnología no es el Dios omnisciente e instantáneo. Lo que suelen llamar
externalidad de los residuos radiactivos queda en herencia, puede quedar en
herencia, y durante miles de años, a las futuras generaciones. A nuestros
hijos, nietos, biznietos,… De este modo, Alemania podrá abandonar la industria
atómica en un futuro próximo pero los residuos generados durante los 40 de
explotación industrial deberán ser tratados, guardados y cuidados durante
muchísimo tiempo, casi inimaginable. Ni qué decir tiene que a costa del
esfuerzo y del dinero de todos o de la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas.
“Beneficios industriales privados, gastos públicos” ésta es la consigna.
“Apuestas alocadas de unos, riesgos para casi todos” es el otro lema.
La situación general, la situación que opera
en los países atómicos, adquiere dimensiones específicas en algunos de ellos.
Por ejemplo, en España y a propósito del almacén centralizado. Temporal además,
por supuesto.
La historia, esta historia, sucintamente puede
resumirse así:
1. Algunas de las piscinas de varias centrales
atómicas en las que se guardan los residuos que genera la central están al
límite de sus posibilidades.
2. Francia (que ya guarda residuos de las
centrales catalanas) aumenta el precio de su mantenimiento a partir del próximo
año. No puedo dar cifras seguras.
2.1. La presión aumenta, la necesidad de la
nueva construcción, desde la perspectiva atómica y crematística, tiene mayor
urgencia.
3. Se impone, desde la mirada nuclear, la
conveniencia de construir un almacén, también provisional, donde se guarden los
excedentes radiactivos de las centrales atómicas. Los excesos de las ocho
centrales.
3.1. ¿Qué ocurriría por cierto en el caso de
la “independencia-separación” de Cataluña, el territorio más nuclearizado de
España? O construcción propia y no lejana de un almacén o la salida de los
pagos a Francia o a otro país de acogida atómica.
4. El gobierno del PP, barajando entre los
diversos intereses en juego (básicamente crematísticos, tal vez con algún
componente territorial), decidió ubicar ese almacén en Villar de Cueñas
(Cuenca).
4.1.Con urgencias, ocultamiento y con mirada
cortoplacista. La
señora Cospedal debió tener protagonismo en el tema.
5. Pues bien, una nota informativa de los
geólogos del CSN, (el consejo de seguridad nuclear que algunos llaman LIN: loby
de inseguridad nuclear) apuntaba las características desfavorables del lugar
elegido para ubicar el almacén temporal.
5.1. Los científicos del CSN pusieron en duda
que se hubiera valorado bien el coste que tendría superar las dificultades
geológicas del lugar seleccionado. No negaban propiamente que se pudiera
construir sino dudaban de la valoración del esfuerzo necesario para la
construcción.
6. La dirección técnica del CSN tomó una
decisión no técnica y no trasladó a los cinco miembros del pleno (dos del PP,
dos del PSOE y uno de CiU) de este denominado “organismo supervisor” la nota
informativa de los geólogos.
6.1. Sus “razones”: el escrito no tenía
trascendencia técnica. El análisis de los costes económicos no era,
propiamente, una competencia de los geólogos del CSIC. Luego, por tanto, adelante,
la carretera nacional es de las constructoras…
7.Cuatro de los componentes del pleno (los dos
del PP, uno del PSOE y el cuarto de CiU) aceptaron el emplazamiento. Sólo se
opuso Cristina Narbona (PSOE), probablemente la mejor ministra de Medio Ambiente
que ha tenido nuestro país de países en su historia (lo cual, ciertamente,
teniendo en cuenta los elementos de la comparación no es un mérito
inconmensurable).
8. Incluso la Asociación Profesional
de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica, nada afines a ningún
movimiento antinuclear, ha presentado un escrito al CSN en el que consideran
que impedir, como se hizo, el conocimiento de la nota informativa del área de
las Ciencias de la Tierra (CITI) del organismo es contrario a “la cultura de la
seguridad que debe presidir las decisiones de los organismos reguladores
nucleares”.
8.1. ¿Nadie supo de este ocultamiento
documental durante este tiempo? ¿Ninguna voz de los geólogos fue oída en algún
pasillo de las instalaciones del CSN quejándose del trato recibido? ¿No
supieron ellos ni imaginaron la actuación de sus “superiores”?
8.2. ¿Qué elementos, técnicos y no técnicos,
sin negar posibles disidencias, laboran en las entrañas de las dependencias del
CSN?
9. Por ahora la cosa alcanza este estadio. La
necesidad de una revisión informada y no oculta de la decisión tomada es
evidente.
10. El nuevo gobierno de Castilla La Mancha,
PSOE-Podemos, no está en principio por la labor y es muy crítico de los
procedimientos seguidos hasta el momento.
En síntesis: otra de las actuaciones en
absoluto ejemplares de los alrededores de la industria atómica. ¡Menudo
panorama tenemos por delante! Detrás de todo ello y como suele ocurrir en este
tipo de industrias: la cosmovisión económico-político-militar central: la
acumulación y la derivada atómico-militar cuentan por encima de todo.
Y de todos y todas por supuesto.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=201743
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=201954
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