El brutal asesinato de los de
Charlie Hebdo desencadenó el tradicional chauvinismo patriotero de los
franceses que en este caso puede disfrazarse detrás del horror. El racismo en
Europa y la derechización de la sociedad francesa en el marco de la utilización
del integralismo fanático por los imperialismos.
Guillermo Almeyra
El brutal asesinato de
los de Charlie Hebdo desencadenó el tradicional chauvinismo patriotero de los
franceses que en este caso puede disfrazarse detrás del horror, el odio y el
repudio que provoca a todo ser humano pensante cualquier asesinato masivo. Hollande y la Francia
“de Orden” se montan sobre esa ola en la que se mezclan los legítimamente
indignados por el crimen con los sionistas, que quieren llevar agua a su molino
antiárabe y salir de su aislamiento y con la extrema derecha racista francesa.
Los del gobierno “socialista” trabajan así a toda máquina a favor de la
xenofobia racista del nacional-fascismo lepeniano. El gobierno racista
de Valls-Hollande, estúpidamente, para recuperar popularidad, cree poder
robarle el terreno bajo los pies al lepenismo encabezando la jauría antiárabe,
tan popular en un país que en su historia medioeval tiene diversas cruzadas
contra el mundo árabe, entonces mucho más avanzado que Francia y por eso
temible y después, ya capitalista, colonizó países con mayoría musulmana y fue
echado de ellos no sin dejar, por ejemplo, en Argelia, un millón de muertos.
Hubo un tiempo en que
Charlie Hebdo criticaba suavemente a los gobiernos sucesivos mientras hacía
chistes machistas y élitistas y era sólo una revista-pasatiempo irreverente.
Pero desde el ataque a las Torres Gemelas en Estados Unidos asumió el papel de
Catón francés de tercera clase fabricando una versión colonialista y racista
del Islam sin tener en cuenta ni el necesario respeto a las creencias
religiosas de millones de trabajadores en Francia ni la sangrienta huella que
dejó en éstos el racismo y la opresión de los colonialistas. En el país del racismo
institucionalizado que originó el caso Dreyfus y donde si uno rasca a millones
de clasemedieros de ambos sexos, sobre todo pieds noirs, aparece de inmediato
la asquerosa figura de Monsieur Chauvin, Hollande amalgama los sentimientos
legítimos de horror de mucha buena gente con el racismo sionista francés y con
el viejo racismo “antimetecos”de la derecha y la extrema derecha para lograr
“la unidad nacional”. De este modo, al igual que el escritorzuelo Houellebecq
abre de par en par la puerta al fascismo de masas.
Todo asesinato es
siempre inadmisible y repudiable y no hay para él justificación política ni
religiosa alguna. El crimen cometido contra los provocadores arrogantes de
Charlie Hebdo no es, por consiguiente, justificable pero sí es explicable. Porque
si uno no se explica las razones que llevaron este horrendo asesinato queda
intelectualmente a la merced de los “guardianes del Orden republicano” es
decir, de los asesinos en masa, mediante la “austeridad” para proteger al gran
capital, de pobres, niños, ancianos en Europa misma y de los que bombardean
donde les parece en nombre de la
“Libertad ”. El ignorante y las almas cándidas colaboran para
construir el inmundo fascismo de mañana cuyo aliento se siente ya detrás del
movimiento reaccionario de Francia para los franceses.
La ideología de origen estadounidense de esta
ofensiva de la derecha es el supuesto choque de civilizaciones, la guerra
contra el Islam (es decir, contra dos mil millones de musulmanes en el mundo). Esta ideología
apocalíptica encubre la guerra eterna y prepara en varios países la guerra
civil (que ya está instalada en África bajo la forma de la guerra entre
musulmanes extremistas y cristian os
sostenidos por el imperialismo, sobre todo francés).
Los gobernantes de los
países imperialistas crearon y después alimentaron y armaron el integralismo
fanático de algunos pequeños grupos islámicos: Francia lo hizo en Argelia con
sus harkis, soldados nativos que luchaban contra la independencia; Estados
Unidos estaba detrás de los Hermanos Musulmanes egipcios para combatir al
nacionalismo árabe laico de Nasser y utilizó a los talibanes afganos contra el
gobierno laico prosoviético y las tropas de Moscú que habían entrado en el país
para sostener a ese gobierno. Israel estuvo detrás del nacimiento de Hamas para
combatir a la laica e izquierdista Organización para la Liberación de Palestina
dirigida por Yasser Arafat. Como es lógico el hijo de Frankestein del
oscurantismo medioeval así promovido comenzó a andar por su cuenta y escapó a
sus amos, como Bin Laden, el agente primitivo de la CIA. Inglaterra ,
por su parte, al ser echada de la India, dejó el veneno de la lucha religiosa
entre hinduistas, budistas y musulmanes que se trasladó después a los Estados
independientes de la India y Pakistán. El fundamentalismo integralista de
algunos grupos musulmanes es reflejo directo de los fundamentalistas cristian os occidentales que pretenden creer que sus
valores culturales son universales y se creen destinados por su Dios a
evangelizar y civilizar a sangre y fuego a los llamados salvajes o bárbaros.
La solidaridad peluda al colonialista Hollande
formulada- ¡en la lengua de Voltaire!- por el primer ministro inglés Cameron o
por John Kerry, vicepresidente yanqui, bate por eso todos los records de
cinismo e hipocresía.
Todo atentado
terrorista indiscriminado, además de un crimen, es un grave error político, así
lo cometa un honesto anarquista que, con una bomba quiere acabar con un
sistema, cuya represión refuerza de inmediato. Los que mataron a los periodistas
de Charlie Hebdo desencadenaron una ola antiárabe, con bombas en las mezquitas,
detenciones “preventivas”, medidas utrareaccionarias contra todos los jóvenes
que parezcan musulmanes, y dieron aliento político a la extrema derecha
xenófoba en toda Europa, al FN lepenista, a la derecha en el gobierno, que será
aún más proisraelí, aún más colonialista. Si su acción criminal no se explicase
por su ignorancia, su atraso político y su desesperación, parecería obra de los
Servicios, una provocación similar a la quema del Reichstag por los nazis para
imponer el triunfo de Hitler. El resultado es el mismo.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article9143
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