Fabián Tomasi: “No es fácil
ser la sombra del éxito”
21 de septiembre de 2014
Fabián Tomasi representa el lado mortal del modelo de producción
agrícola de la Argentina, del cual Entre Ríos es el alumno ejemplar. Tomasi,
fue el peón de la fumigación con agroquímicos de los cultivos transgénicos; el
eslabón desechado de un negocio que le aseguró a nuestro país, sólo en 2013,
ganancias superiores a los 34000 millones de dólares. Afectados y damnificados,
acallados por una matriz productiva que reporta ganancias millonarias y que
involucra al estamento político, corporativo y sanitario. 21 de septiembre de 2014
Por Gonzalo Acosta para Diariojunio
Y como nos revela
Fabián: “Los afectados venimos a ser los efectos secundarios de los remedios , estamos dentro del proyecto de lo que debe
ser, somos parte de lo planificado”, ¿entonces estamos frente a un drama
sanitario o a un problema político? Por lo pronto el proyecto de Ley de
Agroquímicos que iba a aprobarse en la Cámara de Senadores de Paraná se
encuentra en impasse hasta septiembre. Entre otros puntos oscuros, se instituía
que la distancia mínima de fumigación era de 100 metros para
pulverizaciones terrestres, y 200 para las aéreas, cuando en el original se
disponía 500 metros
de distancia. Lo que suceda aquí se verá en las próximas semanas, ahora
presentamos un testimonio de las consecuencias negativas del plan
agroalimentario entrerriano. Y como advierte nuestro entrevistado “No te
olvides que esto recién empieza, ahora caemos los que estábamos en la primera
línea, vamos a ver qué pasa en los próximos años”. Cuando la vida se está
consumiendo no hay medias tintas, ni matices; así es la siguiente entrevista.
Mano a mano con Fabián
Tomasi, el lado mortal del modelo agrícola entrerriano.
-¿Qué te
diagnosticaron y cómo fue el proceso?
-Vos trabajaste para
la empresa de fumigaciones Molina & Cía. SRL. Es decir, manipulabas
constantemente agroquímicos: glifosato, endosulfán, 2,4-D, clorpirifós…
A mí me ofrecieron
plata después de que me revisaron los primeros médicos. Vale decir que en
Molina & Cía. SRL. me tuvieron trabajando en negro, logré la jubilación por
PAMI gracias a mis trabajos anteriores.
-¿Cómo es tu
tratamiento?
-¿Cuál es tu situación
actual, vienen afectados a consultarte, porque has tomado visibilidad en esta
lucha y no debe ser fácil dar la cara y más en localidades pequeñas como
Basavilbaso?
Hay muchos afectados
que me vienen a ver y les digo donde puede asistir, porque se sienten mal, y la
medicina tradicional no les da una respuesta. Pero nadie quiere dar la cara, no
es fácil ser la sombra del éxito; es más fácil estar a favor y no decir nada
para no crear enemigos. Yo no tengo amigos acá en Basavilbaso, vivo solo; a mi
casa no viene nadie, yo hace cuatro meses que no salgo de la casa, vivo con mi
madre.
-Están apareciendo
casos, sin repercusión en la prensa provincial, o mejor dicho tapados por
omisión, ya sea en Bovril, en San Salvador, en Nogoyá o en el mismo
Basavilbaso; de nacimientos con modificaciones genéticas. Dicen los estudiosos
que este fenómeno se da por acumulación a la exposición de tóxicos: ¿Tenés
conocimiento del tema?
-Dice Patricio
Eleisegui que “estamos dentro de un marco perverso que obliga a las víctimas a
demostrar la toxicidad de aquello que los está matando, cuando debería ser al
revés- las empresas probarnos de que lo que comercializan no nos envenena”.
¿Cómo ves el problema?
-Sí, hay estudios del
doctor Darío Gianfelici sobre el cambio en el perfil de las enfermedades en la
última década, fue uno de los primeros en atribuir dichos cambios al uso de
agroquímicos, le pasó como a Andrés Carrasco que fueron descalificados y
silenciados por las autoridades de la salud y la comunidad científica. En
Argentina hay 25 millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados
en el que se aplican 300 millones de litros de agroquímicos ¿Por qué se dice
que los agroquímicos son remedios o
fitosanitarios?
-Hay una verdad con
mayúscula y es que criticar de frente el uso de agroquímicos, la siembra
directa y los transgénicos es atacar la columna vertebral de las economías
latinoamericanas. Y discutir el marco regulatorio y sus aplicaciones, es
legitimar un modelo de producción que genera millones de dólares y que al mismo
tiempo nos lleva a la destrucción, tanto de la salud de las personas, como de
la biodiversidad y de la tierra misma. Pienso en la Ley de Agroquímicos que
logró frenarse en Paraná hasta septiembre, a causa de la lucha social, allí se
discutía una ley de criterios de distancia o utilización, de si hay productos
que están prohibidos o no, pero en el fondo el punto central es que corremos
desde atrás de un modelo ya consolidado y al mismo tiempo tendemos a
naturalizar que el modelo de producción agrícola tiene efectos colaterales
devastadores.
Y no te olvides que
esto recién empieza, ahora caemos los que estábamos en la primera línea, vamos
a ver qué pasa en los próximos años. Y los afectados venimos a ser los efectos
secundarios de los remedios , estamos
dentro del proyecto de lo que debe ser, somos parte de lo planificado.

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