Fracking esa palabra
maldita, entérate ya qué es
7 de septiembre de 2014
Por Txema Hurtado
Los daños al medio
ambiente, a la salud humana y de fauna y flora y, en consecuencia, a la
economía tradicional local (agricultura, ganadería y turismo) son evidentes.
é se puede decir del fracking que no se haya
dicho ya? Daré una pequeña explicación para aquellas personas que no han oído
hablar del mismo hasta ahora. Fracking es el acrónimo inglés de Fracturación
Hidráulica. Es una técnica utilizada para obtener gas natural de tres fuentes geológicas
distintas: (1) de las rocas subterráneas de pizarra o esquisto bituminoso
(shale gas), (2) de las rocas de arena compacta (tight gas) y (3) de las capas
de de carbón (Coal-Bed Methane o CBM). También se usa esta técnica para la
extracción de petróleo de las rocas (1) o (2), shale oil o tight oil.
Esta técnica ha sido desarrollada en
aplicación masiva en la última década en EEUU. En Europa todavía está en sus
inicios y se busca su empleo para la extracción de gas natural. Aunque es
aberrantemente cara, peligrosa y contaminante, su uso está promovido por
políticos liberales e industria, ya que puede sustituir, aunque sea
parcialmente y por un tiempo muy limitado, a los yacimientos convencionales de
gas y petróleo, que ya están agotándose.
Se trata básicamente de perforar el subsuelo
por debajo de los acuíferos varios cientos o miles de metros, hasta alcanzar la
capa de roca y llegados ahí, continuar la perforación en horizontal a lo largo
de la capa durante unos centenares de metros. Mediante explosiones subterráneas
que abren fisuras en la capa, seguidas de la inyección de agua potable a
altísima presión (hasta 700 atmosferas), acompañada de un coctel químico tóxico
en grandes cantidades (3.000 metros cúbicos por plataforma), se
fractura la roca y se mantiene así fracturada inyectando, de nuevo, agua con
arena para apuntillar las grietas. De esta manera, tras recuperar una parte del
fluido inyectado en balsas construidas en superficie (fluido de retorno que
viene arrastrando materiales volátiles y minerales tóxicos y radiactivos
presentes en la roca), se posibilita la extracción del gas presente en
minúsculas partículas en el interior de la capa de roca.
Los daños inevitables al medio ambiente, a la
salud humana y de fauna y flora y, en consecuencia, a la economía tradicional
local (agricultura, ganadería y turismo) son evidentes. Se produce un
sobreconsumo de agua potable que puede llegar al agotamiento de las fuentes, ya
de por sí muy explotadas para usos agrícolas (unos 150.000 metros cúbicos
por plataforma). Se produce una pérdida del paisaje y de suelos cultivables
(cada plataforma ocupa una superficie equivalente a un campo de futbol, a la
que hay que sumar los accesos para camiones y típicamente hay una plataforma
cada 2 o 3 km ).
Se perjudica la salud humana, se pierde biodiversidad y se degrada el uso del
suelo rural a través de contaminación de subsuelo, acuíferos, suelo, ríos y
aire por gas, por productos tóxicos volátiles y no volátiles (metales pesados,
coctel químico, etc.) originados en las fugas de las instalaciones subterráneas
y superficiales. Se produce una gran contaminación del aire (y sonora) en zonas
limpias por los gases de combustión originados en el uso masivo de máquinas
diesel en la instalación y por el incremento espectacular del tráfico de
camiones (5.000 transportes por plataforma típica). Se obtienen enormes
cantidades de fluido de retorno cuyo tratamiento exige plantas de depuración
especiales, por lo que es habitual reinyectarlo en el subsuelo.
Además, si consideramos todo el ciclo de
extracción, distribución y combustión del gas natural de esquisto, estas
explotaciones son más favorecedoras del cambio climático que el combustible más
sucio, el carbón, ya que se producen en la planta considerables pérdidas de gas
natural y, este es en su mayor parte metano, que es un gas de efecto
invernadero 80 veces más impactante que el CO2 durante los primeros 20 años.
Todo lo anterior ha pasado en la experiencia
norteamericana. Por ejemplo, durante la vida útil de un pozo, de un 3,6% a un
7,9% de la producción de gas de esquisto se escapa a la atmósfera en la
ventilación de las balsas y las fugas (Howarth et al., 2011).
Pero es que además, como en todo proceso
industrial, no son evitables los incidentes al ciento por ciento, ya que
resultaría excesivamente cara la explotación y no la haría rentable. Los
riesgos que asumimos con estas instalaciones vienen derivados de tres tipos de
incidentes: (1) fugas por accidentes en las instalaciones subterráneas, en las
de superficie y en el transporte, (2) explosiones e incendios en pozos, planta,
gaseoductos y transportes y (3) sismicidad inducida por las altas presiones
introducidas y la rotura de la capa de esquisto (recordemos que el almacén de
gas Castor de la costa castellonense, con la inyección a sólo 200 atmosferas de
presión, motivó terremotos de magnitud superior a 4 en la escala Richter ).
Por último hay que destacar el grave riesgo
económico que se sufre con el uso de esta técnica, ya que su modelo de negocio
es el típico de una burbuja económica y no creo que haga falta recordar las
consecuencias de la última que tuvimos en el estado. Los ritmos de decaimiento
de la producción de gas de esquisto son tan rápidos (65% a 80% en el primer
año) que se tiene que estar perforando continuamente y a alto ritmo nuevos
pozos para mantener la producción. ARC Financial Research, en base a los
análisis de los 34 productores más importantes de los EEUU, calculó que en 2010
necesitaron 22.000 millones de dólares trimestrales de inversión sólo para
mantener la oferta de gas. Como el flujo de caja de estas empresas por la venta
del gas producido es de 12.000 millones trimestrales, la actividad arroja un
déficit de caja trimestral de 10.000 millones trimestrales. Por ello, las
compañías tienen que pedir dinero prestado continuamente, incluso incrementando
falsamente las reservas, como lo ocurrido recientemente en Monterey
(California), donde la
Agencia Americana de la Energía (EIA) ha reducido las
reservas previstas al 4% de lo informado o vender activos en acuerdos de
empresas conjuntas para aumentar la caja con la que poder seguir perforando. Si
paran de pedalear, se caen y quiebran; si continúan pedaleando, un día se les
acabará la financiación por desconfianza de los inversores (ya está pasando) y
quiebran. En palabras de Rex W. Tillerson, consejero delegado de ExxonMobil, la
mayor compañía mundial de gas y petróleo: aquí todos hemos perdido hasta la
camisa
DESCUBRE SI VIVES JUNTO A UN FUTURO CAMPO DE GAS
http://www.fracturahidraulicano.info/mapa-permisos.htmlur
Fuente: http://eh.lahaine.org/fracking-esa-palabra-maldita-enterate
http://www.fracturahidraulicano.info/mapa-permisos.htmlur
Fuente: http://eh.lahaine.org/fracking-esa-palabra-maldita-enterate
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