Declaración
de la CLOC-VC -Chile frente
al retroceso de la ley de obtentores del proceso legislativo
Las organizaciones de la CLOC-Vía Campesina-Chile
celebramos la decisión del gobierno de la presidenta Bachelet
de retirar del proceso legislativo el Proyecto de Ley de Protección de Derechos
de Obtentores Vegetales, proyecto que buscaba implementar en Chile UPOV 91 y
que se hizo conocido como Ley Monsanto.
Éste es un gran
triunfo, obtenido a través de las muchas acciones, reuniones, foros,
entrevistas e iniciativas amplias y movilizadoras de las organizaciones de la
CLOC-VC-Chile y los movimientos sociales, que permitieron una amplia
comprensión de parte de la ciudadanía, mediante el desarrollo de argumentos
sólidos y un trabajo de difusión masivo que incluyó a cientos de comunidades
campesinas e indígenas, así como una discusión seria y metódica con una
importante cantidad de Senadores.
Desde la CLOC-VC-Chile
nos enorgullecemos de haber participado de manera permanente y sin vacilación
en este proceso de resistencia social, de haber impulsado procesos de convergencia
y movilización a pesar de las incomprensiones y los apoyos prestados al
proyecto de ley por otras organizaciones campesinas con las cuales nos vimos
confrontadas y confrontados. Nos place haber contribuido a desarmar el conjunto
de mitos que se difundían desde los aparatos de lobbystas de las empresas y
haber sido capaces de romper el cerco comunicacional y hacernos escuchar, aún
cuando nuestra voz inicialmente fue bloqueada o saboteada en los debates
parlamentarios y en el Tribunal Constitucional mientras el empresariado era
escuchado ampliamente. Nos sentimos estimuladas y estimulados de que nuestros
análisis y propuesta hayan contribuido a las luchas contra a UPOV 91 y contra
las leyes de semillas de nuestros hermanos de la CLOC y La Vía Campesina en los
países enfrentados a esta ofensiva del capital
Como lo hemos afirmado: de haber sido aprobada, la ley
habría convertido en delito prácticas campesinas e indígenas milenarias —como
es el seleccionar, cuidar, guardar e intercambiar las semillas—, habría
permitido que las empresas se apropiaran de las semillas campesinas, y habría
permitido castigos como la destrucción de cultivos y confiscación de cosechas.
Debemos tener presente
que el peligro de UPOV 91 no ha terminado. El gobierno se ha
comprometido a desarrollar un nuevo proyecto de ley escuchando a los distintos
sectores involucrados y afectados. No nos cabe duda de que las empresas harán
millonarias campañas de lobby y de desinformación, incluso de cooptación de
organizaciones, a través de las cuales esperan seguir difundiendo sus mitos,
amenazas y mentiras.
Tenemos que
mantenernos alertas y mantener con aún más fuerza nuestra campaña de
información, continuar con las conversaciones serias y fundamentadas con las
organizaciones, los parlamentarios y la ciudadanía, desarrollando nuestros
argumentos de manera aun más clara.
Sabemos que la verdad y la justicia están
de nuestra parte. Esperamos y lucharemos porque la participación de las
organizaciones campesinas y de pueblos indígenas en la discusión de una nueva
ley sea efectiva y suficientemente amplia y representativa, y que
cuente con las necesarias garantías de que seremos escuchados.
Son varios las y los
senadores a los cuales agradecemos su disposición a escuchar y a estudiar
nuestros argumentos, así como su honradez al expresar sus ideas y establecer
compromisos. Agradecemos especialmente a la ex-Senadora Ximena Rincón ,
por escucharnos y apoyarnos desde el principio.
Triunfamos porque
hicimos un enorme trabajo colectivo y socializamos masivamente la nuestra
posición. En este proceso, agradecemos y valoramos el compromiso, los aportes y
esfuerzos de GRAIN por poner a disposición su elaboración y análisis
participando de manera activa y permanente en la discusión, los debates y
elaboración colectiva de posiciones.
Hacemos un llamado a
todas las organizaciones sociales y especialmente a las organizaciones del
campo a informarse e involucrarse en los procesos que se desarrollarán a partir
de ahora. El derecho campesino e indígena milenario a cuidar, conservar e
intercambiar semillas es base de la soberanía alimentaria de los pueblos y debe
ser defendido por todos.
¡Las
semillas son un patrimonio de nuestros pueblos indígenas
y campesinos, de sus
mujeres —principales
guardadoras—
y son
nuestros pueblos quienes generosa y comprometidamente
las hemos puesto al
servicio de la humanidad!
¡Por
la soberanía alimentaria y popular, no a la privatización de las semillas, no a UPOV 91!
¡Las
semillas campesinas e indígenas son garantía de la soberanía alimentaria para
los pueblos!
Fuente: http://www.grain.org/article/entries/4939-ataques-politicas-resistencia-relatos
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