domingo, 11 de mayo de 2014

IV. Veamos al Estado represor a partir de que el gobierno CFK creó el Ministerio de Seguridad ante la toma de tierras del Parque Indoamericano, desde ese 10 de diciembre de 2010 despliega la ocupación militarizada de las barriadas pobres en contra de atenderlas en sus necesidades urgentes. También, a fines de 2011, con el 54% del electorado promulga la ley antiterrorista. Hoy consolida la criminalización de la pobreza y la protesta social.

Argentina: Represión a la carta

Por: Prof. Juan Carlos Sánchez (especial para ARGENPRESS.info)
Mientras se acrecienta la protesta social, con marchas y movilizaciones por todo el país, ante las serias limitaciones del modelo kirchnerista en materia socio - económica, fueron presentados dos proyectos en el Congreso Nacional con la finalidad de "regular" la modalidad de los diferentes cortes y piquetes.

La Presidenta Cristina Fernández ya había afirmado, en el mensaje de apertura de las sesiones ordinarias durante el pasado 1º de marzo, que "vamos a tener que sacar alguna normativa de respeto a la convivencia ciudadana, porque no puede ser..." "No puede ser que diez personas te corten una calle, por más razones atendibles que tengan. No puede ser. Y que no pase nada" para, luego, explicar como se realizan las manifestaciones en el Imperio: "¿cómo manifiestan en Estados Unidos? En la vereda hacen como vallas hasta el cordón, de esquina a esquina, dejan un espacio entre el ingreso a los negocios y la valla y la gente va adentro de la valla y protesta adentro de la valla, pero no cortan la calle ni interrumpen", siendo aplaudida a rabiar por el bloque PRO. Capitalismo puro, que duda cabe...

Sin embargo, además de los informes del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), el oficialismo debería leer y tomar nota del Informe "10 años de kirchnerismo: Una década ganada ¿para quién?" que elaborara CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional). En dicho material informativo, explica que "a pesar del recurrente discurso de ' no represión de la protesta ', la realidad muestra que pocas manifestaciones populares han escapado a algún grado o forma de represión en la pasada década, especialmente a partir de mediados de 2004, cuando el Gobierno Nacional vió asegurado el consenso necesario por el que trabajaron ardientemente". Asimismo, el organismo antirrepresivo afirmó que hubo 19 muertos; uno de ellos, desaparecido, en la represión directa a la clase trabajadora. Nada extraño cuando se viene defendiendo la pertenencia al capitalismo, con la incorporación al G - 20 y con ella, la sanción de la Ley Antiterrorista que, junto al resto del articulado del Código Penal, tiene procesados y, en algunos casos, condenados a más de 5.000 luchadores populares en nuestro país.

Los proyectos
Uno de ellos es el conocido proyecto Kunkel y la semana pasada, se presentó otro proyecto complementario al anterior por parte de las Diputadas Nacionales Diana Conti (FPV) y Alicia Comelli (MPN). El primero se refiere a la regulación de las manifestaciones públicas, bajo el paraguas de la "convivencia", en una clara interpretación del pedido presidencial aunque con un pequeño detalle: resulta ser una copia
adaptada de los Decretos Secretos Nº 1.086 y 1.216 de la dictadura chilena; mientras que el segundo amplía el concepto de "mediación", como carta de negociación con la oposición ante el fuerte rechazo de los organismos de Derechos Humanos y de diversas organizaciones políticas y sociales al proyecto original.

Ambas iniciativas expresan el verdadero sentir de la clase mierda, buscando su apoyo con miras a las elecciones del año próximo, la que ha apelado a la justicia por mano propia como ha ocurrido en Rosario y en Buenos Aires. Pero ello se conjuga con una necesidad del oficialismo: la de tener una herramienta jurídica para la represión y la severa limitación a los cortes y movilizaciones actuales y futuros, en previsión de un escenario adverso debido a las consecuencias de la devaluación del pasado mes de enero y la notoria inestabilidad económica que se evidencia a través del incremento de precios, pues éstos no están "cuidados" ante la pistola de remarcar de los principales supermercados del país.

Sin dudas, constituyen otro giro más hacia la derecha (aunque siempre lo fue el kirchnerismo) que deja traslucir su pase de un modelo neodesarrollista a otro neoconservador. Basta con leer "La Economia Argentina", de Aldo Ferrer, para darnos cuenta que nos encontramos ante otra nueva etapa agroexportadora con un fuerte sesgo extractivista, la que no permite satisfacer las necesidades de todas y todos los argentinos como también ampliando la brecha entre ricos y pobres.

Por otro lado, forman parte de una estrategia destinada a compartir el costo político de la represión con el resto de la oposición. Vale decir, pretende correrla por derecha para retomar la iniciativa política y ponerse en el centro de la escena ante los públicos reclamos del massismo y la política de seguridad del sciolismo.

La "convivencia" de Pinochet
La dictadura chilena encabezada por el extinto Gral. Augusto Pinochet Ugarte delimitó claramente el límite para las manifestaciones públicas e inclusive, lo extendió a las reuniones privadas. Esto último no sería extraño que fuese incorporado en un nuevo proyecto del oficialismo, teniendo en cuenta la vigencia y actualidad del Proyecto X.

Los Decretos Secretos Nº 1.086 y 1.216 tienen un contenido que fue reflejado en el articulado de los proyectos legislativos que se encuentran en el Congreso Nacional. Para comprenderlo, basta un pequeño juego de similitudes (y diferencias) que podemos comenzarlo con el Art. 1º de ambas normas que, un poco más o menos, coincide con los Arts. 1º y 2º del proyecto kirchnerista al referirse al derecho de reunión; el Art. 2º es la base de los Arts. 7º, 8º y 9º del proyecto Kunkel, por cuanto establece el aviso previo de 48 horas a la autoridad competente (la autoridad policial) como también de la definición de la manifestación legítima e ilegítima, por vía interpretativa de la normativa chilena.

Si bien el segundo decreto que hemos mencionado continúa con el establecimiento de una normativa destinada a las reuniones en casas particulares y en sedes de diversas organizaciones, ello podría ser adoptado por el oficialismo a través de un nuevo proyecto parlamentario constituyendo un arma represiva para aquellas que no comulgan con su pensamiento o sean calificadas como "perturbadoras".

Con lo esbozado en este pequeño análisis, fundamentamos nuestra afirmación que las normas copiadas de la dictadura pinochetista son dos y no, una como se pretendió instalar mediáticamente.

El corralito represivo
Ambas iniciativas del FPV intentan conjugar los derechos de reunión y de entrar, permanecer y salir del territorio argentino establecidos por el Art. 14 de nuestra Constitución Nacional. Y como bien sabemos, una de las fuentes de ésta es la Constitución de los Estados Unidos y por ende allí radica la impronta liberal que aquella posee.

No obstante, debemos recordar que la premisa fundamental del capitalismo y del liberalismo económico es la defensa de la propiedad privada. En consecuencia, lo que se está tratando de defender en forma subliminal es esto último teniendo en cuenta las consecuencias que supone la restricción del tránsito de personas y mercaderías mediante los piquetes. No les importa si existe una violación de Derechos Humanos, sino que se trata de proteger a la burguesía de la autodefensa de los excluídos por el sistema.

El modelo elegido para las manifestaciones es el norteamericano. Encerrados en un corral, que griten todo lo que quieran, pero que "acepten" la mediación del Ministerio de Seguridad. Resulta evidente que ello sería inviable en una marcha masiva, pero sería de capital importancia para el oficialismo con respecto a aquellas que no lo son y de esa forma, intentar coartar la expresión del reclamo popular y tratar de patear para adelante las exigencias de éstas últimas.

Sin dudas, se trata de instalar un nuevo corralito en donde la policía también podrá hacer lo que acostumbra, la Gendarmería también podrá infiltrarse y deja la puerta abierta a la represión en el caso de calificarse como ilegítima a la marcha o manifestación.

¿Hubiera sido posible el 17 de octubre de 1945 o el 19 y 20 de diciembre de 2001?. Si esta norma hubiese existido en aquellos años, habría sido calificada de ilegítima y la represión hubiese sido feroz. Por supuesto, sin olvidarnos que esto último aconteció durante aquellas jornadas que precedieron a la caída del Presidente De la Rúa.

De la convivencia a la mediación
Ante
las fuertes presiones internas y externas que sufre el kirchnerismo, ahora se pretende presentar otro perfil a la normativa a través de la figura de la "mediación" y propone la "amnistía" de quienes están procesados por las manifestaciones desde el 2001 a la actualidad, como forma de consensuar con el proyecto de desprocesamiento de los luchadores populares que se presentará el próximo martes 29, el cual es impulsado por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.


Con la acentuación del perfil negociador se intenta diluir los aspectos represivos del proyecto Kunkel, lo cual dista mucho de ser algo aceptable por cuanto sería una forma de dilatar la solución a los problemas y exigencias que se plantean, pero también la no aceptación de la "mediación" sería la excusa perfecta en términos legales para reprimir.

Respecto de la mentada "amnistía", sería reconocer que los luchadores populares cometieron un delito al protestar y ello resulta inaceptable. Lo que corresponde, en realidad, es el inmediato desprocesamiento y puesta en libertad de las y los compañeros procesados y condenados.

Un futuro sombrío
Pensando en el 2015 y en una eventual victoria de los nostálgicos de los ' 90, como Sergio Massa o De la Sota o de los continuadores democráticos de la dictadura, como Mauricio Macri, la sanción de esta norma les viene como anillo al dedo para sus futuras acciones represivas contra los trabajadores y el pueblo en cuanto adopten las conocidas recetas del FMI y el resto de los organismos multilaterales de crédito.

Tanto el PRO como el Frente Renovador lo apoyan como una forma de quebrar al kirchnerismo, para que haga la tarea sucia antes de una eventual asunción del poder y constituya una solución transitoria para una actualidad candente.

¿Alguien pensó en la verdadera significación de esta normativa y su aplicación en manos de Massa, De la Sota, Scioli o Macri?. Resulta inimaginable la atrocidad de la represión con estos verdaderos representantes de una derecha insaciable, los que contarán con el apoyo inefable de las Carrió, las Bullrich y los Binner. Y ese es el futuro que nos espera en ese escenario que lamentablemente se va perfilando ante los derrapes oficialistas y la incapacidad de una verdadera unión de la izquierda para el armado de una fuerza política que le permita constituirse en una nueva alternativa y evitar seguir votando más de lo mismo.

Represión cantada
No cabe duda que estamos ante un verdadero menú represivo ante la creciente protesta de los trabajadores y del pueblo. Existen demasiadas pruebas acerca de la represión explícita e implícita del kirchnerismo durante los últimos años. Lo que ahora se trata de hacer, simplemente, es de legalizarla aunque tampoco renunciarán a la tercerización de la represión que vienen llevando a cabo.

Es una verdadera represión a la carta, donde solamente el kirchnerismo decidirá si un corte o una marcha es legítima a través de una norma de dudosa legalidad, si ella es sancionada por el Congreso Nacional. Como en los ' 90, no nos cabe duda de la necesidad de redoblar la lucha frente a este intento, que no será el último por cierto y más allá de las declaraciones de Jorge Capitanich acerca de la opinión de la oposición acerca del proyecto, para evitar que se acallen las voces populares en el medio de tanta incertidumbre política y económica.

Hoy más que nunca, deberemos pensar si queremos seguir reclamando por nuestros derechos en forma pacífica, como siempre se ha hecho o que nos sigan reprimiendo aún más, tan sólo para continuar protegiendo las pertenencias y los derechos de unos pocos.

Y para finalizar, una pequeña acotación. Cuando el proyecto Kunkel habla de discapacitados, otra vez se olvida que este colectivo está formado por personas. Y allí está otra huella clave de una norma represiva fundada en el molde pinochetista...

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