Fragmento de la investigación presentada en la Asamblea de
Accionistas de Shell en La Haya, Holanda.
Por OPSur
Radicada en Argentina
desde 1914, Shell es una de las empresas hidrocarburíferas con mayor historia
en el país. Concentrada principalmente en la refinación y comercialización,
controla una de las plantas más importantes, ubicada en el Polo Petroquímico
Dock Sud, Buenos Aires, y más de 300 estaciones de servicio dispersas por el
país. En los últimos dos años cambió su estrategia empresarial al focalizar su
interés también sobre la extracción de hidrocarburos, específicamente la
formación shale Vaca Muerta, en la provincia del
Neuquén. Si bien contaba con participación en áreas gasíferas del norte del
país, con las inversiones realizadas a fines de 2011 sobre la ventana
petrolera, Shell espera constituirse como una empresa integrada: con presencia
en las etapas de producción, refinación y distribución. Pero este objetivo
intenta lograrlo mediante la expansión sobre regiones dedicadas a la producción
fruto-vitivinícola y economías campesinas, además áreas protegidas.
La vocación de la
compañía sobre el shale en la Argentina forma parte de una
estrategia global de asegurar recursos no convencionales (Heinrich Böll
Stiftung, 2011). En este sentido, Shell ha iniciado proyectos en EE.UU.,
Canadá, Sudáfrica, Argelia, Egipto, China, Australia y Ucrania, entre otros. En
paralelo, ha financiado centros de investigación, tanto en Europa como en
EE.UU., que buscan refutar las críticas a la fractura hidráulica y fundamentar
la ‘seguridad’ de esa técnica (Platform, 2013).
En la Argentina, Shell, cuya presencia era
prácticamente nula en territorio patagónico, se expandió de manera exponencial
a partir de fines de 2011, cuando surgen las primeras noticias sobre el
potencial de Vaca Muerta. Desde ese momento ha logrado participaciones en 5
concesiones exploratorias (que totalizan unos 1000 km²) donde, hasta el
momento, se han perforado y fracturado 11 pozos. Los buenos resultados obtenidos
motivaron que la compañía anunciase que triplicará su inversión en shale en 2014; cifra que asciende a los US$
500 millones (Bloomberg, 10/12/2013). Shell se convirtió así en un actor
central en el yacimiento, pero el destino de esos fondos y la vocación en
general de la empresa es una incógnita.
Asimismo, es
importante notar que Gas y
Petróleo de Neuquén(GyP) es la titular de las nuevas concesiones a las que
accedió. La firma de contratos con Shell y otras operadoras, por
parte de la empresa petrolera de la provincia, se hace sin información y sin licitación
pública, por lo que las condiciones y el alcance de los acuerdos no son
reveladas en su totalidad.
Tampoco Shell ha dado
a conocer que dos de sus concesiones:Águila Mora y Rincón de las Cenizas, se superponen con áreas protegidas ni que Sierras
Blancas, se extiende sobre tierras de uso agrícola, sin respetar a los
productores tradicionales de la zona.
Sierras Blancas:
Avance en tierras de vinos, frutas y ganado
Las áreas Cruz de
Lorena y Sierras Blancas son vecinas de Loma Campana, bloque sobre el que se
materializa el acuerdo YPF-Chevron y es presentado como el de mayor riqueza
petrolera en el yacimiento. Sierras Blancas cuenta con mayor actividad (4 pozos
fracturados hasta el momento) y afecta directamente al Municipio de San
Patricio del Chañar, un sitio de avanzada para la industria hidrocarburífera.
Según relata en su página web, el municipio se
originó a fines de la década del ’60 en base a la actividad agrícola luego de
la concreción de obras que permitieron poner sus tierras bajo riego, con bombeo
desde el río Neuquén. En la actualidad prevalece la vitivinicultura y
fruticultura. Pero estas actividades deberán dejar paso a la hidrocarburífera. En
este sentido, la transformación que implica el cambio de vocación productiva
hacia los hidrocarburos no convencionales (HNC) ha sido encarada por Shell al
promocionar y financiar cursos de capacitación a través de su programa de
Responsabilidad Social Empresaria. En ese marco, en convenio con el Municipio,
desde 2013 se realiza un seminario para mejorar la empleabilidad en la
industria petrolera de los residentes de la zona (La Mañana Neuquén ,
17/12/2013).
Si bien Shell reconoce
la preexistencia del sector vitivinícola, constituido por importantes empresarios
locales, este reconocimiento no parece encontrar correlato en la relación con
otros actores con actividades productivas preexistentes, como los puesteros
criollos. En entrevistas realizadas con familias que tradicionalmente han hecho
uso de la estepa para la cría de ganado menor, se ha denunciado la imposición y
avance sin consideración ni consulta sobre sus campos. Uno de ellos, Ceferino
Flores, cuya casa está levantada no muy lejos de los pozos, enumeró algunos de
los problemas cotidianos que padece desde la llegada de Shell. “Nos abrieron
varias picadas, el campo se tornó incontrolable, no sabemos quién entra y quién
sale. De más de 5000 animales que teníamos cuando estaba mi papá en vida [hace
unos años] pasamos a tener solamente 260 en actualidad”. Shell no desconoce la
presencia de la familia, menciona su ubicación y actividad económica en los
Informes Ambientales. Sin embargo, no establece ningún tipo de relación,
compensación o mitigación por los daños producidos por la empresa. Al instalarse
la industria se produce un proceso de desmonte por la ampliación de caminos,
locaciones e infraestructura asociada (ductos, venteo, etc.). Esto aumenta la
circulación de personas y polvo en suspensión, secando el monte aledaño y
reduciendo la pastura disponible. En el caso concreto de los Flores, además se
construyó una pileta para almacenar agua dulce provista por un tendido desde
los acueductos de San Patricio del Chañar, antes utilizados para riego.
Según los Flores, a
los desmontes hay que sumar las falencias operativas que se producen con el
filtrado de la pileta hacia el suelo, el vertido de líquidos (desconocen su
contenido) en los caminos por parte de los camiones cisterna al salir de los
pozos y las visibles manchas hidrocarburos en las locaciones. Si bien
manifiesta una voluntad de negociar un acuerdo con Shell, marca la falta de
diálogo que se ha dado con la empresa y los pocos beneficios obtenidos frente a
las necesidades básicas insatisfechas, como es el acceso al agua segura y
electricidad, principalmente; aun cuando la empresa ha desplegado esos
servicios por las cercanías de su casa.
Las conversaciones
entre puesteros y Shell se realizan sin intervención del Estado. Los pobladores
sostienen que ningún funcionario se hizo presente en el área. Los expedientes
sobre los primeros pozos confirman estos dichos al evidenciar una sola
recorrida de los inspectores de la Subsecretaría de Ambiente por el área
durante todo el proceso.
La producción de vides y frutas de San
Patricio del Chañar se desarrolló en el marco de una estrategia de
diversificación productiva de la provincia. Por otro lado, el avance sobre
regiones de economía de subsistencia compromete la soberanía alimentaria y la
posibilidad de los pobladores de mantener sus fuentes de sustento. Si bien la
empresa capacita para ingresar en la industria, esto se hace en función de sus
necesidades y, teniendo en cuenta la escasa capacidad de la actividad para
absorber mano de obra, la inserción de los pobladores a la industria será poco
probable.
Informe ambiental,
imprecisiones y errores
La imposición y
arbitrariedad de Shell también se manifiesta a la hora de cumplir el marco regulatorio
vigente. El Informe Ambiental (IA) presentado en enero de 2012(1) para el primer pozo del área Sierras Blancas sirve de
ejemplo para analizar tanto el manejo empresarial como la poca fiscalización
gubernamental. El documento ha sido dividido en dos etapas: perforación y
fractura. Como informa el abogado especialista en derecho ambiental Juan
Fittipaldi, esta práctica va en contra de lo estipulado por el marco jurídico
vigente (artículo 12º de la
ley General del Ambiente Nº 25.675), ya que los Informes
únicamente podrán ser aprobados o rechazados en su totalidad (Río Negro,
5/01/2013). Más allá de la cuestión legal, ésta metodología agudiza el
recurrente problema de visión parcializada, al desestimar una evaluación
global, ya que se sostiene sobre modificaciones permanentes al plan original
que, como veremos, se evidencia en los múltiples cambios e información contradictoria
de la etapa de fractura.
Con respecto al IA,
las observaciones de la Subsecretaría de Ambiente y la Dirección provincial de
Recursos Hídricos apuntan a falta de documentación básica para desarrollar el
proyecto. Entre las críticas de los órganos de control se destacan
imprecisiones sobre la distribución y ubicación de instalaciones, lugar de
origen de áridos y agua, metodología de gestión de residuos, datos sobre el
pozo sumidero, falta de autorizaciones municipales y, relacionado a la fractura
hidráulica, el volumen y forma de disponer el agua de retorno como también la
falta de las hojas de seguridad de los productos químicos.
Shell, al responder, desestimó aportar mayores precisiones en muchos de los puntos señalados y reiteró lo ya dicho, a lo que la autoridad de aplicación accedió sin reparos. El ajuste a los requerimientos y normativa vigente tampoco se plasmó en el segundo pozo, presentado varios meses después de los señalamientos de la autoridad de aplicación.
Aún más, el grado de
docilidad y permeabilidad del ámbito público a Shell se ejemplifica con estos
pequeños ejemplos. Por un lado, contrario a toda legislación vigente, Shell
notificó la realización de obras luego de concretarlas. Sin embargo, la
Subsecretaría de Ambiente aprueba los nuevos planes y aclara que “para futuras
presentaciones se solicita se adjunten las modificaciones antes de la
realización de las tareas” (Ministerio de Energía, Ambiente y Servicios
Públicos, 2012: 34). Por otro, las dimensiones de la pileta para almacenar agua
son distintas entre el Informe Ambiental presentado por Shell, en agosto 2012,
y las registradas por la Subsecretaría de Ambiente en el Acta de Inspección de
octubre del mismo año. Esta diferencia no es notada por la autoridad de
aplicación y ninguna medida fue tomada en consecuencia.
Fractura hidráulica,
muchos métodos, un fin
Con respecto a la
fractura hidráulica, el IA del primer pozo en Sierras Blancas establece que la formación Vaca Muerta
será perforada horizontalmente, pero no ofrece precisiones acabadas ni
completas e, incluso, incurre en contradicciones. Sobre el agua dice que “se
utilizará una empresa de servicios para bombear los trabajos de la fractura,
los cuales normalmente utilizan alrededor de 3000 m3 de agua” por fractura (folio 22). Dos
páginas después, en el folio 24, se lee que “la cantidad de agua a utilizar es
de aproximadamente 4000 m3 ”
por fractura, es decir un millón de litros más que lo señalado unos párrafos
antes. Estas imprecisiones son acompañadas por omisiones. El informe realizado
por la Dirección de Evaluación Ambiental de la Actividad
Hidrocarburífera , adjunto en el expediente del primer pozo,
le solicita a Shell, como uno de los requisitos de aprobación del IA, la hoja
de seguridad de los productos utilizados para la fractura (30/03/2012). En
respuesta a esa solicitud, la empresa aduce que “los productos a utilizar
dependen del tipo de agua a utilizar para la fractura. Dicha
calidad de agua no está aún definida, y los detalles serán presentados como
adenda a este expediente previo al inicio de la etapa de fractura” (O&G
Developments, 07/06/2012). En este sentido, Shell aclara que “las
especificaciones técnicas de los equipos y las herramientas a utilizar
dependerán del contratista de perforación finalmente seleccionado” (folio 20),
por lo que se desentiende sobre ese asunto si bien es el operador del área.
Misma práctica se
evidencia con respecto al agua de retorno oflowback. La Dirección de
Recursos Hídricos subraya que “no se aclara la ubicación del pozo sumidero ni
si se cuenta con la autorización correspondiente y no corresponde con lo
declarado en reuniones previas donde se indica que los efluentes serán
derivados a piletas de evaporación”. En su respuesta, Shell señala como
respuesta que “en una primera etapa, el agua de retorno (flowback) no se
dispondrá en pozo sumidero. La misma será retirada del área, transportada,
tratada y dispuesta por empresas habilitadas. Las empresas que se convocarán
para realizar este servicio son: Idarsa, Comarsa y Transecológica. Se estima un
volumen de agua de retorno de entre el 15% y el 40% del agua utilizada para la
etapa de fractura hidráulica. Detalles más específicos de dicha etapa, como
también de la etapa de testing y producción, serán presentados como
adenda a este expediente previo al inicio de dichas etapa” (O&G
Developments 07/06/2012). En este sentido, esquiva nuevamente dar detalles
sobre, entre otras cosas, las cantidades y productos químicos a utilizar.
Pero las confusiones continúan. En la adenda
del segundo pozo, en vista de los señalamientos de la autoridad de aplicación,
se incluye un ‘plan de manejo de residuos’, elaborado por Schlumberger, que da detalles
distintos sobre el proceso de fractura hidráulica yflowback. Mientras la
primera parte, Plan de Manejo
de Residuos, alcanza a las áreas Sierras Blancas y Águila Mora, en la
segunda, Tratamiento del Agua
de Flujo de Retorno, esto se extiende también al área Cruz de Lorena; por
lo que no queda claro qué se pretende abordar ni para qué se informa este tipo
de planes. En este segundo capítulo, se especifica que se utilizarán 6 millones
y medio de litros de agua dulce por pozo (con cinco fracturas) y habrá un
retorno del 30% (casi dos millones de litros). A partir de los resultados de
los primeros pozos, el objetivo será la reutilización (para nuevas fracturas)
del agua de retorno a partir de un sistema de filtrado en la misma área (no se
especifica) y aquello que no pueda ser recuperado, alojado temporariamente en
“tanques auxiliares abiertos”, y luego inyectado en pozo sumidero (no se
detalla). Sin embargo, los procedimientos son contradictorios entre sí: hojas
antes establece que “si la compañía decide no reutilizar el agua de retorno de
fractura, Transporte Peduzzi puede transportarla a Comarsa para su tratamiento
y disposición final” (foja: 30). Por último, menciona que a la pileta instalada
en Sierras Blancas se le aplicará un biocida (no se especifica cuál ni en qué
volúmenes) a fin de homogeneizar y evitar el crecimiento biológico.
También en Auca
Mahuida
Al igual que la francesa Total, las perforaciones de no
convencionales de Shell comprometen el Área Natural Protegida Auca Mahuida. A
la fecha, la compañía ha perforado tres pozos no convencionales en el área
Águila Mora, mientras otras tres locaciones se encuentran en proceso de
construcción. Un avance que se produce sobre una región que no contaba con
antecedentes de actividad hidrocarburífera. Los pozos se encuentran en las inmediaciones
de los límites actuales del Área Natural Protegida pero, de aprobarse el Plan
General de Manejo, quedarían en su interior e, incluso, el primero, sobre ‘zona
intangible’. Esta región es la más importante en términos de conservación de
acuerdo a la zonificación establecida en el Plan de Manejo que, si bien nunca
fue aprobado, los trabajadores Dirección de Áreas Naturales Protegidas toman
como su reglamento. Leer
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