Declaración sobre la
Biodiversidad para el Sustento:
¡Debemos detener ya la destrucción de
las bases de nuestra subsistencia!
4-5-2014
Alianza
por la Soberanía
Alimentaria de los Pueblos de América Latina y el Caribe
Nosotros,
campesinas y campesinos, pescadoras y pescadores artesanales, pastoras y
pastores, recolectoras y recolectores, indígenas, mujeres y jóvenes y otras
organizaciones de la sociedad civil de todo América Latina y el Caribe
denunciamos la apropiación de nuestros sistemas alimentarios y de subsistencia
por parte de un sistema corporativo, que con la complicidad de gobiernos y
organismos internacionales, busca convertir los alimentos en mercancías y
especular con ellos, para obtener cuantiosas ganancias.
Los
sistemas industriales de producción agrícola, ganaderos y pesqueros y
acuicultura intensiva junto con el avance de mega proyectos extractivos de
infraestructura, turísticos y políticas de explotación, están llevando a la
humanidad a un callejón sin salida, que se caracteriza por la destrucción de
los ecosistemas naturales y de la depredación de los recursos, los
conocimientos tradicionales, la forma de vida campesina, pesquera y la
biodiversidad.
Esta
situación requiere de una acción urgente de parte de gobiernos y organismos
internacionales, que vaya más allá de tibias declaraciones y aborde los
problemas de fondo y las causas centrales. Requiere además que las comunidades
tomen en sus manos la defensa irrestricta de sus sistemas de producción
autónoma y soberana.
Se trata de una guerra contra los
pueblos, que desde el comienzo de los tiempos han subsistido y alimentado a la
humanidad, para apropiarse de sus territorios, sus semillas, sus conocimientos
y su biodiversidad que ya ha demostrado sus nefastas consecuencias.
A lo
largo del Siglo XX y lo que va del Siglo XXI se ha producido la mayor
destrucción de la biodiversidad agrícola construida a lo largo de 12 mil años
de agricultura, con una pérdida del 75% de ella. La agricultura industrial es
la principal responsable, según las cifras de la FAO. Desde los comienzos
de la agricultura se han cultivado o recogido más de 7.000 especies de plantas
para la obtención de alimentos, muchas de ellas, con miles de variedades, que
han sido recreadas en el diálogo de los seres humanos con la naturaleza.
En la
actualidad únicamente 30 cultivos proporcionan el 95% de los alimentos del ser
humano, y tan sólo cuatro de ellos – el arroz, el trigo, el maíz y las papas –
suministran más del 60 %.
La
ganadería campesina y familiar ha realizado una contribución de más o menos
4.500 razas a partir de 40 o más especies animales y desarrolladas durante los
últimos 12.000 años. Seis razas de animales por mes están desapareciendo. Estas
razas representan al conjunto remanente de diversidad genética animal, que
debería suplir las demandas alimentarias futuras. Informaciones recientes
sugieren que el 30% de las razas del mundo están en peligro de extinción. La
causa principal es el avance brutal de sistemas de producción industrial que se
basa en apenas tres especies (vacas, cerdos, gallinas) y que ocupan
territorios, contaminan el ambiente, generan nuevas enfermedades, amenazan a
razas criollas y a los seres humanos.
La
inmensa diversidad hidrobiológica en mares y ríos, es el principal sustento
para la pesca artesanal. Por miles de años está produciendo alimentos para los
pueblos de manera sustentable, y se encuentra seriamente amenazada por el
avance de sistemas industriales de pesca que han arrasado con la diversidad
hidrobiológica .Hoy el panorama nos muestra que más del 50 % de las poblaciones
marinas mundiales están completamente explotadas, un 17 % sobreexplotadas y un
8% agotadas debido al uso abusivo. La producción de las pesquerías de aguas
continentales se ve a menudo afectada por la pesca indiscriminada por la flota
industrial de arrastre que destruyen los fondos marinos y las biomasa y lo más
grave es la destrucción de los ecosistemas y contaminación ambiental de la
acuicultura intensiva y la modificación de las cuencas fluviales, que afectan a
la capacidad de la producción pesquera y a la biodiversidad.
Finalmente los bosques, ríos, mares,
manglares, selvas, montes, praderas y otros ecosistemas naturales - que dan
sustento a miles de comunidades pesqueras y de pueblos indígenas, recolectores
y campesinos en el mundo - están sufriendo un severo ataque por el avance del
modelo descrito. Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques,
principalmente por su conversión a otros usos de la tierra.
Toda esta
destrucción se haya profundamente vinculada y está relacionada con un sistema
productivo que ha perdido el rumbo.
Este
sistema se caracteriza por:
- La
mercantilización de los bienes naturales, la expansión de los monocultivos, el
uso de semillas híbridas y transgénicas y la aplicación consiguiente de
agrotóxicos.
- Una
concentración corporativa sin precedentes que hace que en la actualidad la
mayor parte de los diferentes nichos de mercado esté controlado por un puñado
de corporaciones.
- La
utilización de tecnologías peligrosas como el uso de agrotóxicos, de semillas
transgénicas, y de la agricultura de precisión, que tienen como objetivo el
control corporativo del sistema agroalimentario. A ello se suma el peligro de
adopción de nuevas tecnologías como las semillas Terminator, los nuevos
cultivos transgénicos resistentes a herbicidas altamente peligrosos, la
biología sintética y otras.
- La
aplicación de los derechos de propiedad intelectual sobre la vida (patentes,
derechos de obtentor y otros) y las normas que obligan a registrar y certificar
semillas y la producción agroecológica, como mecanismos para la monopolización
de la agricultura, las semillas, y la vida en general. En este terreno el
impulso de Leyes de Semillas a partir de UPOV 91, ha adquirido en estos
últimos años una virulencia inusitada en todo el Continente.
- El impulso
de mecanismos de mercado como la “Economía Verde ” se están imponiendo desde las
esferas internacionales y nacionales, que propagandizan falsas soluciones a la
crisis alimentaria.
- La
homogeinización de la producción como paradigma productivo, social y cultural.
Esta homogeinización privilegia el consumo de bienes materiales uniformes a
nivel global y está llevando adelante una profunda destrucción de la diversidad
de culturas que la humanidad ha desarrollado por miles de años.
- La
contaminación producida por los sistemas productivos agroindustriales e
industriales, que no asumen ninguna responsabilidad sobre los impactos que
provocan.
- La
deslocalización de los sistemas productivos y de las comunidades como mecanismo
para el control empresarial.
- La
apropiación de conocimientos, territorios, culturas para su mercantilización y
comercialización.
- El
desplazamiento de millones de personas en todo el mundo hacia las grandes urbes
para convertirlas en meras consumidoras pasivos y sin raíces.
- La acumulación
por despojo para ocupar, por cualquier medio, los territorios de los pueblos y
comunidades pesqueras y convertirlos en espacios de saqueo.
- La
especulación financiera como mecanismo para colocar a todos los bienes en el
mercado y maximizar ganancias corporativas.
- La
utilización de las crisis climática, energética, de biodiversidad, alimenticia
y ambiental, para la creación de nuevos negocios y nuevos mecanismos de
despojo.
-Desvalorización
e invisibilización de los modos de producción de los conocimientos a nivel de
las comunidades.
Nosotros
decimos ¡BASTA! y exigimos que se ponga fin a este proceso de exterminio de la
naturaleza y de nuestros sistemas de vida. Exigimos incorporar a los
diagnósticos técnicos, un análisis político que ponga nombre y apellido a los
responsables de este crimen y que se establezcan los pasos a seguir para juzgar
a los responsables, detener su accionar y restablecer sistemas productivos
sustentables, que estén en manos de las comunidades.
Como mínimo
un plan de acción para la Diversidad para el Sustento debería contener los
siguientes aspectos:
-
Desmantelar el poder corporativo que sustenta a los sistemas productivos
industriales de producción de alimentos, que están destruyendo nuestros
sistemas de vida, como única posibilidad de supervivencia de la humanidad.
- La
eliminación completa de todos los mecanismos de derechos de propiedad
intelectual y de las leyes de semillas “Monsanto” que se están impulsando en
casi todos los países de la región para avanzar con el proceso de apropiación
de la vida y de los conocimientos de los pueblos, liquidar la agricultura
campesina, la pesca artesanal y expandir la agricultura, pesca y acuicultura
industrial.
- La
prohibición de todos los desarrollos tecnológicos, exploración sísmica y
explotación hidrocarburífera y minera que conllevan a la desaparición de las
especies más sensibles, amenazan a los sistemas naturales, agrícolas y
hidrobiológicos y a la producción soberana de alimentos.
- La
declaración de América Latina como un Territorio Libre de Transgénicos evitar
el ingreso de especies exóticas a nuestros mares y aguas interiores, la
restauración integral de los ecosistemas ya afectados por estas tecnologías, la
identificación de los responsables de su adopción y la puesta en marcha de las
medidas necesarias para concretar esta decisión.
-La
prohibición y retiro del mercado de los agrotóxicos, comenzando por los
plaguicidas extremadamente peligrosos, para caminar hacia una transición
agroecológica.
- El
desmantelamiento de todos los mecanismos de especulación financiera con los
alimentos, en aplicación del Derecho Humano a la Alimentación como un Derecho
Humano Básico, que no puede estar sujeto a mecanismos de mercado.
- El
establecimiento de políticas públicas basadas en la Soberanía Alimentaria
a partir de la participación de las comunidades locales y el respeto a la
diversidad cultural, social y ecológica.
- La
puesta en marcha de una profunda Reforma Agraria Integral y Popular que
devuelva la tierra a quienes producen alimentos, así como el reconocimiento del
derecho al acceso a los recursos, como un derecho humano fundamental.
- El
reconocimiento del derecho de los pueblos de pescadores artesanales y
recolectores a los territorios hidrobiológicos, su cultura y la diversidad como
base para la continuidad de su sustento y comercialización.
-La
implementación de políticas públicas de apoyo de la producción agroecológica
incluyendo el establecimiento y fortalecimiento de mercados locales.
- La
defensa de las Semillas como Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la
Humanidad y de toda la diversidad animal y acuática como base fundamental del
sustento de nuestras futuras generaciones.
Al mismo
tiempo nosotros, las organizaciones aquí presentes, nos comprometemos a seguir
produciendo alimentos para la humanidad como los hemos venido haciendo desde
los comienzos de la historia y como lo seguimos haciendo hoy, cuando con apenas
un 24 % de las tierras, producimos el 70% de los alimentos que alimentan a toda
la humanidad.
Más
información sobre la IV
Conferencia
Especial para la Soberanía Alimentaria
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Declaracion_sobre_la_Biodiversidad _para_el_Sustento_!Debemos_detener_ya_la_destruccion_
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